Alfredo Fressia: Tambor en el centro de la isla

20120418-invitacion-fressia-marzo.jpg

SANTO DOMINGO MULATO

La Iglesia y la Cárcel Real bajo la luna,

souvenirs de la Conquista, espectros íntimos

del siglo XVI en la Hispaniola.

Él me esperó tras el Alcázar de Colón

con el viejo walkman al oído

y una flor de ruda para la suerte.

Apresé su carne

y su alma

en mi boca,

mi hostia

sucia y sagrada.

Después me fui por la calle del Conde,

limpias las comisuras de los labios.

Un tambor escapaba del centro de la isla.

—————————————————-
No pudimos llegar al lanzamiento, en México, pero tenemos entre las manos estos tres nuevos títulos de Alfredo Fressia. A Poeta en el edén, con muy justa razón, lo describe Hernán Bravo Varela en los términos siguientes: “aterciopelada dinamita de este volumen”. Nos parece, también, una formulación feliz para adentrarnos en El memorial de hombres que me amaron; acaso el mejor poemario de Fressia luego de Eclipse (2003). Enamorado de cierta tradición literaria uruguaya, no menos universal por cierto (Laforgue, Lautréamont, Supervielle, Herrera y Reissig… Delmira Agustini, Amanda Berenguer, Marosa di Giorgio); Fressia, por lo tanto, abreva de una fuente lujosa y cosmopolita y, simultáneamente, coloquial e íntima, del detalle. Tiene vocación de ostra como su paisano Filisberto Hernández. Y su encandilamiento no es el del surrealismo o el del vidente; sino que, más bien, su fantasía es al mismo tiempo atenta, medida, lúcida y entramada con lo cotidiano. En la poesía de Fressia, los fulgores del oro jamás soslayan su claroscuro. Es acaso por estos heraldos negros –copulando con ángeles y efebos– que la crítica percibe el legado de César Vallejo en la obra del uruguayo. E incluso existe algún crítico que por ahí ha establecido un inicial paralelo entre su poesía y la de otro gran poeta peruano –también de la veta o del linaje vallejiano– que es Jorge Eduardo Eielson.

»Leer más

[Que se cae de maduro]

20120413-chocolate-openpods.jpg

El poema que se cae de maduro

Dado el golpe

La revolución

El palo

Que se mide siempre

En la piel

En los oídos

Por qué no

En los pies ligeros

El poema madre

De los desamparados

Una caricia que aprendes

Y a la cual nunca te acostumbras

Pero existe la madre el poema

Que se cae de maduro

Existes tú como

Habitualmente eres

Pero te deformas te deforman

Y te hacen creer

La poesía no te hace creer

La poesía es

La alegría detenida en tus ojos

Para siempre

»Leer más

Zoología vario-pinta 2/ Alberto Roblest

20120413-roblest.jpg

(Al poeta Pedro Granados y los años pasándola en Boston)

Por azares del destino –claro-
para no culpar a la mala suerte –pobrecita-
al mal clima
a una familia sin talento para la política
ni los cojones para los sembradíos ilegales
o peor aún: la maldición de Tepoztécatl
caí en las fauces del Imperio
Qué digo
me arrastré yo solo hasta ahí
para ser más claro
por necesidad -esto sí es neto e irrefutable-
pecho tierra como había visto en las películas

Me coloqué primero en uno de sus bigotes
Es un canino grande -un mastín of course-
blanco de gran panza y músculos muy fuertes
que ataca y arrebata
pero que la mayoría del tiempo
se la pasa nomás mirando sus dominios
Para ser sinceros es medio ciego
aunque goloso eso ni negarlo
pero mientras uno se la lleve callado
medio quieto y alerta / no pasa nada

Llevo varios años aquí
en las fauces
me alimento de lo que queda entre sus colmillos
de lo que no alcanza a devorar
de lo que se le escapa de sus mandíbulas cuando lanza tarascadas
o de lo que salta en su barbarie y logro tomar al aire
las migajas pues es el nombre real
de las cosas pequeñas que recojo a dos manos
Soporto su mal aliento / sus uñas cuando se rasca
y esquivo su lengua cuando la usa para lamerse
o sus meados cuando se baña
qué otra / la bestia es bestia
y es poderosa / demasiado quizá para un solo hombre
Aunque aquí entre nos y a pesar de su aspecto
aterrador y sus ladridos profundos de animal enloquecido
ya no me espanta
no estoy diciendo que lo domé / para nada
dado que sé muy bien / quizá demasiado
que en cualquier instante puedo ser su bocadillo / o parte de su postre
aquí estoy alerta / ni lo provoco
ni me meto con él / ni con lo que hace o pelea / o piensa que le corresponde
y cuando decide que algo le pertenece pues me escondo
me hago más pequeñito lo más posible invisible pues

A decir verdad: soy un experto sobrevivo
la ley del mas débil… quizá el destino… ¿qué no?

pura zoología será sin duda
otra forma de llevarla.

»Leer más

La hucha de Granados/ Indran Amirthanayagam

Pedro Granados nos ha guardado unas verdaderas joyas en su hucha que hoy tengo el placer de romper para los nuevos y viejos lectores aquí presentes. Me han dicho que esta no es la primera vez que se comenta este libro y espero que mis palabras le den un nuevo vuelo. El destino de voces poéticas en nuestros tiempos está inevitablemente vinculado a la red global, nuestra casa virtual donde imágenes de la historia contemporánea viven juntas, no encima, del tesoro universal que cada nuevo hablante de un idioma antiguo hereda desde su primera conversación con la madre o el padre.

Qué responsabilidad tenemos, de introducir a nuestros niños al pasado y el presente en arte, filosofía, ciencia, lenguaje, economía! Y qué difícil es explicar en prosa lo que el poema de Granados hace con lo que es a la vez una sencillez majestuosa y una música subterránea cuyos rasgos escucho a diario en estos días de lectura que influyen también en mi propia escritura.

»Leer más

Carrying the Song/ Indran Amirthanayagam

(Poema para los poetas de la FipLima)

Received advice from a well-placed
source in the high court that poems
inspired by occasions, birthdays,

anniversaries, Lima’s first
international poetry festival,
don’t break the sound barrier,

will not be picked up in press
that reports to God, will disappear
as days they mark into a rose-

dipped scrapbook, destined,
if kept in order along
with birth certificates

and pictures of the first dog,
for discovery at some future date
by an eager anthropologist

wishing to create a mosaic
of a time and place, a birthday
where various unidentified poets

shuffle notebooks beside
the laureate of the day also
now unread except by a kid

told by his dad that when
he goes to Dublin not
to forget the Crazy Jane poems

or Easter, 1916, the Lake Isle
of Innisfree. Surely, I mock
the idea of tradition and

individual talent. Poets like
Tom Eliot or Yeats are read
still in the thoroughfares

but who knows for sure
unless one leaves instructions
to the kids, to remember

their dads’ books
as they steam-roll ahead
into the marketplace, their

adult dress, the first loves
that will lead to their own
reckoning with the empty page.

»Leer más

Leite Neto

Qué dicha.

Borges hablándonos

sobre la cubierta.

Borges y yo,

solos. No hay nadie.

(Es muy temprano todavía).

Sobre este navío que nos conduce

–a mí y a mi memoria de Borges–

hacia un lugar aún desconocido.

El puerto no nos consta,

mucho menos al río.

A este río que navegamos

con repentina dicha

y extrañeza.

La popa es nuestra proa

–todo va quedando adelante–

y sabemos lo que decimos,

aunque no por dónde andamos.

El Amazonas es más antiguo

y más vasto que nuestro recuerdo.

»Leer más

Análisis del poema ‘Lluvia’ (Los heraldos negros)

A los 120 años de César Vallejo

20120315-foto_cesar_vallejo1.jpg

En Lima… En Lima está lloviendo
el agua sucia de un dolor
qué mortífero! Está lloviendo
de la gotera de tu amor.

No te hagas la que está durmiendo,
recuerda de tu trovador;
que yo ya comprendo… comprendo
la humana ecuación de tu amor.

Truena en la mística dulzaina
la gema tempestuosa y zaina,
la brujería de tu “sí”.

Mas, cae, cae el aguacero
al ataúd, de mi sendero,
donde me ahueso para ti…

ANÁLISIS »Leer más