Archivo por meses: enero 2022

Trilcescenas (I/LXXVII)

“Trilcescenas (I/LXXVII)” explica, puntualmente, los poemas-escenas de Trilce e identifica sus imágenes protagónicas.  Recrea el esquema, retablo o puesta en escena general del poemario.  Nos quedamos con esta última frase (“puesta en escena general”) porque, aunque cada uno de los LXXVII textos de Trilce configure un evento o acontecimiento independiente, el entramado de sus imágenes no es autónomo.  Es decir, estas últimas tejen una red de afinidades –solidaridades, complementaciones, inversiones– e incluso honran entre aquéllas una jerarquía según sea su relevancia temática o conceptual respecto a todo el libro.  Este será el caso de Trilce I, cuya trama y actores inmersos en ella, y no solamente por constituir el cuadro liminar, tendrá un singularísimo relieve en todo el conjunto del poemario.  Sin embargo, debemos adelantar, y tal como sucede con los pares binarios de cada una de las escenas “cerebro” que se trocan en andróginos en el primer capítulo, “Trilce/Teatro: guión, personajes y público”, que con Trilce I no existe excepción; es decir, también esta escena se tornará complementaria y se metamorfoseará en relación a otras.  Lo específico de nuestro segundo capítulo, “Trilcescenas”, consistirá en incluir los poemas de Trilce no aparecidos en aquel primer capítulo, 37 en total.

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PARADO EN UNA PIEDRA

Parado en una piedra

Como esperando

A la espera

De ver de ver

Te procuro

Y me aliño

Para la cita

 

Piedra antigua

Y porosa

De labios

Y oídos

Y gestos

Inacabados

De cariño

 

Parado en una piedra

 

El beso más íntimo

Y contundente

Y acaso

Nada personal

Y un tanto librado

Al acaso ala

A la casualidad

 

Parado en una piedra

Cabeza con cabeza

Nuestro pensamiento

Una pizca de humano

Una pizca de piedra

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TRILCE RELECTURAS (VOZ Y LETRA)

TLC (Traducción, Lectura y Crítica)

Trilce es caja de resonancia del elemento alado

Noche oscura en alba transformándose

Flor serrana en leve vello púbico ensortijado

Alma del llama y del gato techero

Comestible por maquillado

En conejo, en margarita, en besos de tu boca

Trilce es sonaja del infante

Para que despierte y pida de comer

Su lonja de sinsentido y copa de sin pudor

Agua excesiva desde la pluma y desde la plomada

Para no verte y encontrarte guardando

La compostura de decir la L

Que antes fuera W y acabó siendo T

Si el Señor no se hubiera llevado las manos al sexo

Y no se hubiera hallado espléndidamente erecto

Y fuera la C misma en el entrecejo

Y fueran TLC en ese modo de gritar en sordina

De hablar con clavículas y omóplatos

Que le decían Ministerio de Educación

Por lo cóncavo del tórax

Trilce y su zamba de olor de higo y canela

Justito en los 999 (novecientosnoventaynueve)

Grados para la evaporación

Para el abracadabra de combinar

El dolor con el dolor

Que a resultas da siempre lo opuesto

Algo así como doblar una ola de papel

Que moja

Un origami del fondo de tu alma

Inevitable la muerte en la casta mirada

Inocente de tan culpable

Porque de hacer cosas con las palabras

Se trata

De meterse de uñas y manos en el poema

Con el impulso ciego que invariable

Va desde nuestros resueltos y no menos educados pies.

 

[Inevitable]

Inevitable

Ir  venir subir bajar

Morir vivir

Repudiar desear

Una mano abierta un ave

Unos labios cerrados

El horizonte

Y la luz que se proyecta

El sol mismo dentro de ti

Isleños todos

De las montañas también

De lo expuesto y de lo oculto

Nuestra dieta cotidiana

Nuestro balance diario

De algas y de flores

Del semejante jardín

No nos iremos con el secreto

De lo que es Trilce:

Un cronotopo

De la plenitud y de la alegría

O a la inversa

No nos iremos sin lo que hemos soñado

Y cazado como en la siesta de un perro

Nervioso anhelante sin mayor control

Un perro asustado por los fuegos artificiales

Y por el pique de los autos y del televisor

Extemporáneo perro y sabueso de osos

Y sabueso de Trilce:

Dos zorros dos pastores

Un canto alternado entre la lluvia y el sol

 

[El dorado el numen lo molar]

El dorado el numen lo molar

De la literatura

Constituyó otro de los embustes

De los indígenas

Llegado hasta nosotros

Y re-apropiado y debatido

Por académicos u ociosos

En la forma de periodificaciones

Proto-textos

E intertextualidades

Sin reparar en la mano

Que oculta

En el pez que se transforma

En el anfibio que hemos olvidado

De ser

Y que en realidad somos

Y que fueron aquellos salvajes

Y su genial tomadura de pelo

–de corte de cuero cabelludo

y de fundamentales sesos al rape, más bien–

Y por lo cual boqueamos al cielo

Y elevamos nuestras frustraciones

Al otro mundo

Mientras en éste no nacemos

De cinco huevos

Sino sólo de uno

Y todo el conocimiento posible

Es una puerta remachada de clavos

De la cual incluso

Los amos de llaves han olvidado

O perdido u ocultado o tragado las suyas

La carta de despedida de Miguel Grau

Dirigida a su esposa

O aquello de bañarnos con la india desnuda/ en chorro/

Donde sólo alguna agua nos vea

O los versos de Trilce que son

Las mismas venas de nuestro corazón

Salvan reacomodan enmiendan

Los entreverados naipes

Que encontró Guamán Poma de Ayala

Su inenarrable dolor de pies

Luego todo es vacío y un aparente

Ir más allá de ello

Un más allá sin más allá

Sólo una balsa abandonada y unos monos

Hacinados unos encima de otros

Ningún otro secreto salvo

El mismo espejo que insiste

En mis arcos superciliares

De jabalí

En mis abundantes canas de lechuza

Habrá que hacer esa otra historia

De las literaturas peruanas entonces

Impávidos

Experimentar el poema en nosotros mismos

Pasar el pocillo de licor

Entre todos

Aves reptiles seres sin patas

Y humanos

Habrá que sentir que estamos al frente

Y en la mismísima cubierta

Desnudos solos tirados al vacío

Sostenidos por el aire y algunos sonidos

 

PUCP: Mediados del 70

Porque allí pillé a Góngora

Leyendo a Góngora

En la voz de Luis Jaime Cisneros

Lo mismo que a Salomón Lerner

Incrédulo y de a pie

Sujetando alguno de mis poemarios

Porque no por las huevas estuvo allí

Luis Hernández Camarero

Que estar allí, acompañar,

Es mucho más poderoso

Que el mero hecho de estudiar

Porque en la PUCP, y junto con algunos de mis profesores,

Ensayábamos explicar la verdad hasta confinarla

En un esquema

Algo mucho más humano que el solo hecho de creer

Y porque entre  algunas de mis compañeras

De aquel entonces

Descubrí  la bondad, la inteligencia

Incluso  el amor

Porque desde el segundo piso de Letras

En el Fundo de Pando

Mirando hacia la playa y por las tardes

Se ve a Trilce o a Inkarrí

Da exactamente lo mismo

Una sonrisa de tan amplia

Aparentemente horizontal

Dorada y abozaleada

Remando contra lo corriente

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VALLEJO UN POETA DEL CHAUPI/ Carlos David Larraondo Chauca

Resumen:

La propuesta de este trabajo es buscar posibilidades interpretativas a la identidad andrógina identificada en la escrita de César Vallejo desde una óptica andina/amerindia a partir del concepto del chaupi, concretamente, se analizará Trilce IX. Mi intención es leer le texto vallejiano a partir de otras lógicas fuera de la episteme heleno-eurocéntrica, por ese motivo, me valgo de la filosofía andina/amerindia muy alineado a la metodología propuesta por Viveiros de Castro[1] de pensar desde y con el pensamiento indígena en su potencialidad de transformación. Considero que esto es posible, en vista que, la sensibilidad vallejiana se atraviesa por un discurso amerindio que transparece en sus figuras poéticas mediante la rememoración ritualista andina, así como, en sus pactos éticos y luchas políticas en defensa de las comunidades indígenas. Inicialmente, es importante destacar que el espacio chaupi, es una posición privilegiada y performática debido a que corresponde a un espacio liminal. Este concepto puede ser expandido al entendimiento de que, aquel que escribe desde el chaupi, es un mediador multicultural que produce discursos “entre las dos culturas de contacto colonial”. Según Horswell, ese lugar era ocupado por los escritores ladinos (indígenas quien aprendieron a leer y escribir lenguas coloniales y fueron evangelizados en las enseñanzas del catolicismo) estos, “encarnan simbólicamente este espacio de “corazón”, el chhima chaupi entre culturas”.[2] Mi propuesta de lectura destaca algunos aspectos estructurales y semánticos del poema que me permiten entender los procesos performáticos de la textualidad liminal del yo-lirico y su  feminización privilegiada por el espacio chaupi que ocupa. En lo que se refiere al aspecto morfosintáctico de frases como “volvver”; “golpe a golpe”; “vol ver”; “bolver”, “golpe a golpe”, en los versos que encabezan las tres primeras estrofas del poema, que bien pueden considerarse los ejes centrales del mismo, me parece que el yo-lirico está en busca de una simetría, es decir, quiere ir al encuentro de un par complementario, espejando palabras simétricas que se reflejan a sí mismas. Aquí hay una dinámica diferente en la construcción del verbo volver, que se da en tres sentidos. Un “volvver” reflejado, un “vol ver” rajado al medio y un “bolver” transmutado o convertido por la mudanza de la consonante que en un plano fónico produce el mismo sentido. Propongo que estas tres distinciones establecerán la performance del yo-lirico en el espacio metafórico del chaupi en tres actos a lo largo del poema.

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Juego de manos

Juego de manos (Lima: Los Reyes Rojos,1984)

Cumpleaños

En el último crepúsculo
de mis veintisiete años
estuve cruzando el agua hirviente de mi ciudad,
inexperto entre otros pelagatos,
me sorprendí ante el nacimiento
de una muchacha
y sentí el lento rodar del mundo,
el lento rodar de las muchachas,
el lento rodar de las instituciones,
mi lento rodar
mirón
roedor de migajas.

A Tilsa Tsuchiya

No hay color que no palpite
y no nos abra a la vida,
no hay rosa, no hay oficio conocido
o desconocido
que no nos diga de detrás, de siempre,
que no nos llame discretamente
en las sienes.

Hay rosas, hay sensaciones extrañas
como un collar radiante,
como un abrigo tibio,
como una precipitada cascada
que persigue a los peces más jóvenes
para acariciarlos.

No hay extremo, no hay orden
ni desorden ni aventura
ni recuerdos,
todo es un solo oficio,
todo es un solo puente,
todo es un solo brillo de sol en el agua,
en la lengua, en los dientes.

No hay partida, no hay retorno,
no hay lejanía.

Sólo una hermosa col
con sus hojas frescas y calladas.

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VALLEJO SIN FRONTERAS (PDF)

ISBN: 978-612-45733-1-6

El presente volumen incluye ilustrativos textos como:

“Mujer, fatal, compañera y madre en la poesía de César Vallejo”;

“El Taller Literario César Vallejo en la República Dominicana”;

“Trilce: muletilla del canto y adorno del baile de jarana”;

“El diálogo Borges-Vallejo: un silencio elocuente”;

Compromiso y magia en la poesía de agitación política: El caso de Roque Dalton (y César Vallejo)“; y

Trilce y Georgette”.

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Recuerdo de Carlos Edmundo de Ory (1923 – 2010 )

“Pero volviendo a nuestro testimonio, y para añadirle complejidad al panorama, en aquel I Curso de Verano de la Universidad Complutense [1988] también se reivindicó, muy merecidamente, la obra de uno de los fundadores del Postismo: Carlos Edmundo de Ory. Recordamos que en aquella ocasión –una vez que la charla se abrió a los asistentes– le preguntamos (en realidad sólo para complacer a Fanny Rubio que había sido una de nuestras profesoras y que en esa oportunidad se hallaba entre los panelistas) por su lector ideal; el poeta nos respondió: -“los delfines”. El público, como es obvio, premió su ocurrencia con prolongados aplausos; Fanny Rubio nos reconoció entre la multitud y, al menos ella, nos congratuló con la mirada; pero a alguna fascista –nunca faltan, incluso en los recitales de poesía– le divirtió enormemente, en toda la cara, que nuestro acento sudamericano o nosotros mismos (nuestra persona en su totalidad) quedáramos apabullados por respuesta tan ingeniosa. Mas Ory, por supuesto, no es un Alberti –con lo que nos gustan los versos de la paloma equivocada– ni, menos, es un García Montero. De cara a la poesía que escriben ahora mismo los más jóvenes, creemos que su obra –como la de Vallejo, de un vanguardismo no deshumanizado y con sentido del humor– junto con la de Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma son las más gravitantes en todo el ámbito de la poesía española. No son los polos, entonces, y por lo tanto las simplificaciones didácticas las que se perpetúan; sí, las personas –complejas y contradictorias– que saben aproximársenos en sus poemas. No son, por lo tanto –y hablando sólo de España–, ni los consabidos pregones de José Hierro ni los tics de Octavio Paz, clonados por José Angel Valente, los caminos a seguir. Ni uno ni otro merecen darle cuerpo a ninguna de nuestras desconcertadas almas”

Tomado de Desde otra margen: La última poesía española

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Humanidades de César Vallejo: Centenario de Trilce/ César Vallejo’s Humanities: Trilce Centennial/ Humanidades de César Vallejo: Trilce Centennial

Nuestra investigación sobre la presencia o rol de las Humanidades en la poesía se inició el 2007 con una ponencia titulada, “Las humanidades en los talleres de creación literaria” (Coloquio Interdisciplinario de Humanidades “El futuro de las humanidades, las humanidades del futuro”, 27 al 29 de agosto en la PUCP).  A partir de aquí no nos hemos detenido en nuestra pesquisa, la misma que ha indagado y ha desembocado en describir las distintas nociones de las Humanidades –en tanto libros, pueblos, narrativas y pos antropocentrismo– en la obra de César Vallejo; por ejemplo, en “Periodismo y humanidades en César Vallejo”, “Ciudad Trilce y ¿trilceanas ciudadanías?” o “Trilce: el sujeto del acto“.

A partir de estos antecedentes, y para celebrar los 100 años de un poemario fundamental como Trilce (1922), proponemos un curso (“Humanidades de César Vallejo: Centenario de Trilce”) que ofrecemos a la comunidad académica internacional.  Es decir, nos allanamos a implementar y dictar dicho curso, virtual o presencial, en la institución que nos lo solicite.

Our research on the presence or role of the Humanities in poetry began in 2007 with a presentation entitled, “The humanities in the workshops of literary creation” (Interdisciplinary Colloquium of Humanities “The future of the humanities, the humanities of the future”, August 27 to 29 at the PUCP). From here we have not stopped in our research, the same that has investigated and has ended up in describing the different notions of the Humanities –like books, peoples, narratives, and post-anthropocentrism– in the work of César Vallejo; for example, in “Journalism and humanities in César Vallejo”, “Ciudad Trilce and ¿trilceanas Ciudadanías?” or “Trilce: The subject of the act”.

Based on these antecedents, and to celebrate 100 years of a fundamental collection of poems like Trilce (1922), we propose a course (“Humanities of César Vallejo: Centennial of Trilce”) that we offer to the international academic community. That is, we agree to implement and dictate said course, virtual or face-to-face, at the institution that requests it.

Nossa pesquisa sobre a presença ou o papel das Humanidades na poesia começou em 2007 com uma apresentação intitulada “As humanidades nas oficinas de criação literária” (Colóquio Interdisciplinar de Humanidades “O futuro das humanidades, as humanidades do futuro”, 27 a 29 de agosto na PUCP). A partir daqui não paramos em nossa pesquisa, a mesma que investigou e acabou descrevendo as diferentes noções das Humanidades –como livros, povos, narrativas e pós-antropocentrismo– na obra de César Vallejo; por exemplo, em “Jornalismo e Humanidades em César Vallejo”, “Ciudad Trilce e ¿trilceanas Ciudadanías?” ou “Trilce: O sujeito do ato”.

Com base nestes antecedentes, e para celebrar 100 anos de uma coleção fundamental de poemas como Trilce (1922), propomos um curso (“Humanidades de César Vallejo: Centenário de Trilce”) que oferecemos à comunidade acadêmica internacional. Ou seja, concordamos em implementar e ditar o referido curso, virtual ou presencial, na instituição que o solicitar.

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CORRECCIONES A LO QUE SE HA CONTADO SOBRE MI GENERACIÓN. Por Vladimir Herrera, poeta (n. 1950)

1
Debieran los artículos en que se impone la memoria ser también un ejercicio de estilo. No esa cosa soporífera que termina siendo lo que en quechua decimos un ccharwi. Sin ninguna tensión, sin ninguna gracia tocan el tiempo de una generación la del 70 que mereció el olvido y la pena y sin embargo perdura como la desesperanza de unos años sin excusa. Porque fueron los años sin excusa los que de pronto se agolpan y se vuelven una trampa cuando de relatar los hechos y el tal como éramos se hace necesario.
Pienso en Alberto Hidalgo y en Pedro Granados partidos por la mala leche pero siempre animados por la lucidez y el estilo. Lo que hace de la literatura un acto de humor insoslayable. En el que lo que no se dice o no se recuerda bien existe tras bambalinas como verdad y mentira. Allá el poeta que se encuentre con su propia obesidad y decida renunciar al tal como éramos.
2
Y cómo éramos. En setiembre del 75 tomamos un barco italiano llamado Donizetti Fernando Ampuero y el suscrito. O sea yo. Que dejaba en el muelle del puerto a una desconsolada actriz envuelta en su poncho de guerra. Ella y mi desordenada vida de entonces habían logrado que meses antes uniera los destinos de Carmen Ollé y mi querido Enrique Verástegui, dicha así la cosa suena muy fuerte. Fue en el zaguán de La Crónica. Le dije en la sala de redacción Zambo te voy a presentar a una hembrita a la que le gusta tu poesía y además es blanquita. Los ojos del zambo brillaron a pesar de las empañadas gafas. Simpatizaron mientras me iba yo a paso redoblado a ver a mi actriz que trabajaba en la farmacia de sus padres a dos cuadras de La Crónica. Lo cuento porque no es cierto lo que dice Santiváñez que Carmen Ollé trabajó en la Crónica. No es cierto. El joven pervierte los hechos y me saca deliberadamente de escena. Lo he dicho en otra parte, a La Crónica nos llevó Reynaldo Naranjo por encargo de Cesar Calvo, Nos pilló en una mesa del Palermo y haciendo el ademán de un látigo clamó en voz alta POETAS A TRABAJAR. Los escogidos fuimos Verástegui, Pimentel y yo. Trabajamos con Hildebrandt y Lauer bajo la sombra de Abelardo Oquendo. Meses antes Verástegui y yo habíamos trabajado en la Revista Vistazo dirigidos por Taquito Tamariz y Rina Barea. Eso duró muy poco. Vivíamos en un cuartito del pasaje Velarde 113 junto con Oscar Málaga. En ese cuartito se escribieron Los Cantos a Aloer, Los extramuros y Mate Cedrón. Luego sigue una historia larguísima.
3
En el cumpleaños de Helena Usandizaga del año 77 concurrieron a la fiesta en mi casa de Valle Hebrón en Barcelona, Roberto Bolaño, Mario Santiago, Bruno Muntane, Verástegui y Ollé mas algunos barceloneses como Cristina Fernández Cubas y Carlos Trias. La borrachera fue descomunal. Llegamos a bailar la música de los sikuris de Puno en completo extasis. Los catalanes no nos tomaban en serio y nos hundimos en las tinieblas del paraíso. Yo con algo de culpa acompañé a la pareja de peruanos ilustres en lo que pude. Me sentía responsable por haberlos presentado en Lima. Hasta viaje a Menorca acompañado de Karen para ver cómo estaban. En invierno Mahón es horrible por lo que los alquileres son muy baratos. Pero fui y nos hicimos compañía. Por otro lado mi amistad con Bolaño floreció entre los camping de Gavá y el Café de Colombia donde Herralde hacía las fiestas de Anagrama. Nunca supe de alguna disputa entre Bolaño y el Zambo. De la pareja de peruanos ilustres no supe nada por un buen tiempo.
4
Volviendo al viejo pasado como reza el tango debo anotar el primer internamiento de Enrique en el Emilio Valdizán camino a Chosica. El me contaba cómo perseguía a las loquitas y yo le llevaba fruta. Pero eso es la protohistoria junto con el paleteo en la procesión del señor de los Milagros del que prefiero no acordarme.
5
Hace poco, harán dos años ya, en mi Hacienda del Cusco y con Carmen Ollé de visita en una navidad tranquila, hablábamos del viejo y del nuevo pasado. Fue un verdadero goce nuestra mirada al mar del tiempo. Parecíamos estar en los detalles de esa novela de Italo Calvino El castillo de los destinos cruzados. Creo que debimos haber bebido de más.
6
Debo confesar que todo lo que se escribe sobre mi generación me irrita por su inexactitud y falta de estilo. Y ya se ha escrito mucho y todo es falso.
Mi amistad con Santiváñez corre el riesgo de no florecer nunca. No creo que se haya olvidado que lo eché de una fiesta en casa de Marina Schreiber en el jirón Chota hace miles de años. Además qué hago con esto que un importante crítico me escribe ¨ Lo que te copia él, Santiváñez, es tu sintaxis quebrada, el léxico y el tono. Y con los mismos ingredientes hace una poesía mucho peor.¨ O sea que entre dos poetas malos, el más malo es el que copia.
7
Otra cosa es la patraña de Hora Zero, que es la mayor patraña de la literatura peruana actual. Un cuentazo vil que ha chorreado sobre muchos jóvenes incautos. Y que ahora dispara desde El Comercio. Pobreza conceptual, poca poesía, patería y bulla son la sustancia de todo lo que tenga que ver con ese rótulo. Me odiaron desde el dos mil cuando dije en una entrevista en razón de mis Poemas Incorregibles de Tusquets , a la agencia EFE , y se publicó en el Comercio, que eran fujimoristas. Y resulta que sí, que Mora Zero era fujimorista. Además se encargaron de ocultar todo lo que yo había publicado en Europa en veinte años. Maldad de una pandilla de ancianos que perdieron hasta la dentadura postiza mordiendo la teta de la mala poesía.
8
Sobre Vallejo & Company diré que son chicos de nuestra época, con mucha información y poco gusto literario. Sobre todo no le juegan a nada. Sobre nada no le juegan a todo. Ni fu ni fa. Se nutren del prestigio ajeno. Ni son cosmopolitas ni dejan de serlo. Sufren la tragedia de pertenecer a esa clase media limeña colgada del fin del mundo y a punto de desaparecer. Pertenecen pero no logran representar a esa clase. El problema es que ya están en la crisis de los cuarenta cincuenta es decir problemas sexuales, falta de dinero, fracasos amorosos, falta de identidad en una Lima donde hace mucho ha dejado de importar el quien es quien del cómo si cabe cuándo. Viven de oídas y hablan por boca de ganso. Cualquier cosa es poesía para ellos. Les hace falta un país ineficiente y una guerra civil. Adolecen de un pensamiento débil como decía Vattimo y son felices así. Baudrillard o Santiago Lopez Maguiña serían su estandarte pero no Stendhal ni Restif de La Bretonne. Dejémosles correr.

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