20/04/25: Vallejo:17 de diciembre de 1930*
Vallejo serpiente
Entre chofer de camión
O boxeador de provincia
Únicamente las putas
Y la policía te miran tal como eres
(Adolfo Venegas dixit)
Jesucristo camino del Gólgota
O un parpadeo de Inkarrí
Un momento de desánimo
Parapetado bajo tu camisa
Detrás del nudo de tu corbata
Tu cuerpo apanado en harina
Para freírte mejor
Para comerte para beber de ti
Todavía no nos han dado de alta
Convalecientes eternos
De un mal que ignoramos
O que tercamente negamos
Y dejamos pasar de centuria a centuria
Que desde la garganta anudada hasta los pies
No somos de este mundo
Y esto constituye el verdadero secreto
Nuestro problema secular
La incógnita que nos desvela
Qué hemos hecho de nuestro vientre
De nuestro sexo
De nuestras piernas debajo de aquella lanilla
Cómo caminamos y lo que somos mientras comemos
Y cómo se manifiesta aquello que engullimos
El cuerpo de aquel boxeador, nuestro gran desconocido
Los genitales del poeta sin responder
Todavía
Los golpes del corazón el calibre de sus nervios
Las tamañas fauces del canto
©Pedro Granados 2025
“Según explicó Gianuzzi en su muy informada exposición, ambas fotografías fueron tomadas en París, en diciembre de 1930, cuando Vallejo tenía 38 años. Y corresponden a un episodio muy particular: mientras andaba por las calles de la capital francesa junto a unos amigos, el poeta fue detenido por la policía, que lo acusaba de pertenecer a un grupo comunista”
19/04/25: Vargas Llosa y el fuego de la tribu/ Julio Ortega
(El Público, Barcelona; Eñe, Buenos Aires; Revista de Milenio. México)
El Premio Nobel hará que la obra de Mario Vargas Llosa sea, por fin, leída más allá de la política. Los que nos hemos peleado con sus ideas neoliberales nos sentimos reivindicados por el Nobel, que libera su obra literaria como tal. Como yo fui amigo suyo en su época izquierdista, cuando vivíamos en Barcelona, y nos perdimos de vista durante su época neoliberal, estoy feliz de poder recuperarlo, ya que su obra estuvo siempre a la izquierda de él mismo. Después de todo, hemos coincidido en la crítica de estos tiempos de corrupción y violencia, y compartimos el compromiso con los derechos humanos. Ya hace un par de años que finalmente nos reconciliamos.
En literatura soy de un optimismo permanente. Creo que el ejemplo de MVLL como artista apasionado fomentará la lectura pero también el culto de la literatura, que él encarna como pocos, y sin el cual no se puede llegar muy lejos. Espero, por lo pronto, que la nueva literatura peruana sea, por fin, tomada en serio por los lectores del español, más provinciano que nunca ahora que nos hemos vuelto globales. La clase política y gerencial que desgobierna el país (no olvidemos que, casi como en una novela de Mario, la corrupción actual es exactamente el otro lado del mito del mercado libre), confío que por fin acuda al menos a la Feria Internacional del Libro, en Lima, donde han exagerado su ausencia. En todos los paises civilizados las autoridades públicas asisten a las Ferias y hasta el Rey de España compra un libro. En el Perú, no han asistido nunca.
Hace tiempo que he propuesto que la obra de MVLL se puede leer como una arqueología del mal. Su famosa primera linea de Conversación en la Catedral (“en qué momento se jodió el Perú”) se puede traducir bien a cualquier habla nacional (“en qué momento se chingó México,” por ejemplo, o “en qué momento se corrompió Cataluña”) porque corresponde a la genealogía del origen del mal-estar. Aunque viene de más lejos, esa visión deriva, en América Latina, de Octavio Paz y su noción agonista de que somos hijos de una “violación,” histórica y existencial. De modo que la frustración nos define por un mal de origen, que nos destina al fracaso. Esta visión catastrofista, muy fuerte en los años 50, fue contestada puntualmente por el utopismo de los años 60, pero la frustración de los proyectos nacionales pronto nos devolvió al escepticismo. Aunque Mariátegui recomendaba escepticismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad, lo cierto es que los peruanos tenemos una excesiva intimidad con el descreimiento. Hasta la palabra “yo” nos resulta un énfasis del español. Pero la obra de Vargas Llosa es, además, un exorcismo. No sólo la ilustración de la debacle social y política sino su purgación, sacrificio y conjuro. Funde el agudo análisis de Voltaire a la furia descarnada de Dostoyevski. Su radical escepticismo tiene fuerza política porque denuncia el poder corruptor que, como en el gran realismo del siglo XIX, es intrínsico a la sociedad misma. En la novela española no hay todavía una visión equivalente del mal, donde en lugar de una deuda de origen podría haber un presupuesto original. Isaac Rosa, José Ovejero, Juan Francisco Ferré, Manuel Vilas están en ello, pulsando las entrañas del monstruo barroco, a punto de quemarse las manos.
No es casual, por ello, que MVLL haya elaborado la tesis de que todo artista es hijo de un desgarramiento. Esa extraordinaria deuda de origen define al escritor, que busca saldarla con renovado entusiasmo por la agonía de la purga. Los escritores felices, concluímos, no escriben buenas novelas; en cambio, los desdichados des-dicen el decir de que estamos mal-hechos.
De allí el extraordinario regusto en la derrota irredimible de personajes magníficos, cuyas heridas y cicatrices configuran su verdadero cuerpo heroico. Estos personajes viven el arrebato de su propia derrota, hasta convertirse en esperpentos deshumanizados. Se diría que MVLL ha explorado el asombro del dolor, que nos abre la mirada al horror despupilado de una verdad intolerable. Se trata de las estaciones de la pasión, sin consuelo ni promesas, del peregrinaje del hombre (el “hombre pobre” vallejiano, desamparado de los discursos reparadores), una y otra vez caído en su viacrusis social. Si en el lenguaje de Vallejo, Dios agoniza; en el de Vargas Llosa se ha ausentado definitivamente, y somos, como en la obra de García Márquez, “huérfanos de nuestros propios hijos.”
Aunque muchos de sus lectores hemos lamentado sus ideas políticas, hay que decir que Mario no sólo ha sido un formidable antagonista, cuya obra, está a la izquierda de su política; si no que ha mejorado el debate apasionado por las ideas y las certezas de la pasión. Al final, más allá de las posturas de la hora, esa vehemencia recorre su vida pública tanto como su escritura. Quizá, en una figura barroca de la agudeza, se pasó al otro lado de su obra para tolerar los demonios que la dictan.
En una época corrompida por el egoísmo, diezmada por la mediocridad de los lenguajes al uso, cuando ya no se reconocen valores sin precio, la obra de MVLL es un fuego de la tribu, que alumbra esta noche negra del mundo en español.
18/04/25: El poeta Granados, según la IA
Pedro José Granados Agüero fue un poeta peruano, perteneciente a la Generación del 50. Su obra poética es significativa dentro de la literatura peruana contemporánea.
Su poesía se caracteriza por varios elementos distintivos:
- Exploración de la realidad urbana y social: Granados Agüero a menudo plasmó en sus versos la vida en la ciudad, las tensiones sociales, la marginalidad y las experiencias cotidianas de la gente común. Su mirada poética se detiene en los detalles de la vida urbana y los traduce en imágenes poderosas.
- Lenguaje directo y coloquial: Su poesía tiende a utilizar un lenguaje más cercano al habla cotidiana, sin excesivos adornos retóricos. Esto le da a sus versos una sensación de autenticidad y conexión con el lector.
- Preocupación por el ser humano y su destino: En su obra se percibe una reflexión sobre la condición humana, la soledad, la búsqueda de sentido y el destino individual y colectivo.
- Influencia del surrealismo y el existencialismo: Aunque con un sello propio, en su poesía se pueden rastrear ciertas influencias del surrealismo en el uso de imágenes oníricas y del existencialismo en la exploración de la angustia y la libertad.
- Un tono a menudo melancólico y crítico: Si bien no siempre pesimista, su poesía a menudo tiene un tono de melancolía ante la realidad que observa y una crítica implícita a las injusticias y desigualdades.
Algunas de sus obras poéticas más importantes incluyen:
- “La torre de las paradojas” (1963): Considerado uno de sus libros fundamentales, donde se aprecian muchas de las características de su poesía.
- “El rostro de los días” (1976): Otra obra significativa que continúa explorando sus temas recurrentes.
- “Las comarcas invisibles” (1986): Un poemario que sigue profundizando en su visión poética.
- Antologías: Su obra también ha sido recogida en diversas antologías de poesía peruana.
Ejemplo de su poesía (intentando evocar su estilo, aunque no tengo un poema específico a la mano para citar):
Podría imaginar un fragmento en su estilo:
La ciudad levanta su rumor de latas y el asfalto devuelve un brillo opaco. Los hombres caminan con el peso del día en sus hombros cansados, en sus ojos vacíos.
Una sombra se alarga en la esquina como una pregunta sin respuesta. El tranvía chirría su queja metálica mientras la tarde se desangra en los techos.
¿Qué busca esta multitud silenciosa bajo el cielo de cemento y de olvido? Una esperanza tenue, quizás, un resquicio de luz en el laberinto.
Este es solo un intento de recrear el tono y los temas que caracterizan la poesía de Pedro José Granados Agüero. Para apreciar plenamente su obra, te recomendaría buscar sus poemarios y antologías en bibliotecas o librerías especializadas en literatura peruana. Su voz poética es una parte importante del panorama literario del Perú.
16/04/25: MVLL y Gonzalo Portocarrero, in memoriam
Frente a la obra y figura de Mario Vargas Llosa, —a propósito de La fiesta del chivo— podemos decir que admira de modo explícito al mundialmente famoso narrador porque justo con esta obra aquel ha vuelto «[…] a la gran literatura, ese arte rebelión que explora los escondrijos de la vida humana». Al respecto, Portocarrero apunta comentarios tan finos como el siguiente: «La impotencia de Trujillo [ante Urania Cabral, y poco antes del atentado que le costará la vida] es el reencuentro con su humanidad rechazada en nombre de su endiosamiento. […] El autor logra dar rostro humano al monstruo. Transgrede los estereotipos con sus intuiciones. Crea un mundo convincente, poblado de personajes verdaderos, hasta en su (in)humanidad profundamente humanos». Es decir, ni Portocarrero ni Vargas Llosa cultivan una escritura mecanicista. En última instancia, entre la serie literaria y la serie social existen siempre refracciones, extrañamientos o paradojas.
Granados, P. (2005). Rostros criollos del mal. Cultura y transgresión en la sociedad peruana. / Gonzalo Portocarrero. Lima: Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, 2004, 313 pp. Anthropologica, 23(23), 171-173. https://doi.org/10.18800/anthropologica.200501.008
14/04/25: Cada vez me parezco más a mi hermano Germán
10/04/25: TALLER DE GEOPOÉTICA
Taller online de poesía.
Caribe, para sacudirse de una vez por todas de Pablo Neruda.
Cono Sur, para que en nuestro contrato con el lector no intentemos, desde un principio, pasar por individuos listos.
Brasil, para que nuestro performance (cuerpo y ritmo) aterrice mejor en nosotros mismos y luego, y con más potencia, en el papel u otro soporte a través de la escritura. No estamos conminados a la poesía mural y de autoayuda (“acción poética”); ni, tampoco, limitados a trascribir en portunhol selvagem.
Andina, para que leamos en su real expresión, de modo gozoso, a nuestro César Vallejo.
Amazonía, para liberare del espejismo y culto de los medios –exotismo, multiplicidad de lenguas u otros mimetismos locales– y optemos siempre, más bien, por las sensibilidades (ejemplo, los relatos en un cuidado “español” de Luis Urteaga Cabrera); las cuales constituyen nuestra verdadera lengua común.
Latina (USA), para, a ejemplo de Tino Villanueva, dialoguemos más fluidamente con las demás cuencas culturales; y encontremos que nos ligan más afinidades que nos separan diferencias.
España, para que una vez superadas la “poesía de la experiencia” y la “poesía de la conciencia” y la “poesía de la chocolatina”, etc., percibamos todo ello como desde otra margen, la de América Latina; para, luego, permitir filtrarse mejor y a borbotones toda esa oralidad y poesía –a cada paso y a cada minuto y a cada lectura de los clásicos– del territorio de España.
México, porque no todo fue Octavio Paz ni todo debe ser ahora afectado infrarrealismo o un Bukowski, no de sótano, sino de vitrina. Porque en nuestro contrato con el lector no empecemos por apuntarle con un revólver.
En español, portunhol selvagem, spanglish y un largo etcétera.
Taller permanente.
Contacto:
vasinfin@gmail.com
08/04/25: Once titular: Poetas peruanos siglo XXI
Aunque ya tenemos cierta idea del concepto que soportará esta selección, no va más lejos de antologar a los poetas que publicaron su primer poemario este siglo y, tal como sucede con el fútbol imprevisible, no abandonaron la gambeta; además, ya delimitados ciertos escenarios e incluso con la alforja llena hasta casi la mitad. Invitamos –sobre todo a los más jóvenes, cuyos textos conocemos menos– a enviar una breve colección de sus poemas para eventualmente ser considerados en la antología “Once titular: Poetas peruanos siglo XXI”. La cual, de algún modo, prosigue aquella dedicada al Perú y publicada en la revista colombiana Arquitrave (No 57 SEP DIC 2014); aunque esta vez, más bien, aparecerá en un libro de tapa blanda bajo VASINFIN/AMAZON. Sus envíos son bienvenidos hasta fines de mayo de este año; y la antología aparecerá sí o sí este 2025. Volviendo al fútbol (femenino, masculino o mixto), nuestra selección de poetas no superará en número al de un equipo titular, y en la cancha; es decir, un máximo de once poetas peruanos del siglo XXI. Economía en la extensión, a favor de un análisis y debate en profundidad.
Preguntas y envíos: vasinfin@gmail.com
04/04/25: Cristóbal “Tobi” Kanashiro: Creación literaria
Cristóbal “Tobi” Kanashiro, remite a informar y reflexionar –entre otras experiencias posteriores de escritura creativa en distintas “cuencas culturales” (Ángel Rama), Foz do Iguaçu-Brasil, la ciudad de Cochabamba-Bolivia o Santo Domingo en la República Dominicana– sobre la curación de un prototipo de poeta en Lima-Perú. Decimos “curación” porque se trató de “levantar una maqueta” a través de la escritura y, asimismo, del dibujo. Todo sucedió durante el primer semestre lectivo (marzo-junio) del año 2010 en la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Fuimos algo más de sesenta estudiantes de arte y su profesor (Pedro Granados) los que de modo paulatino y simultáneo, con nuestras clases de literatura latinoamericana, fuimos concretando este prototipo (Cristóbal “Tobi” Kanashiro); lo cual se explica aquí en detalle. Novel autor (“Tobi”) cuyo primer poemario (“El pez solar”) lo presentamos en el marco de nuestro salón de clase, esta vez abierto al público en general, un glorioso 18 de junio a las 7 pm.
01/04/25: [Desde este estrecho pensamiento]
Desde este estrecho pensamiento
El agua turbulenta alrededor de nuestra cabeza
A favor de la corriente veloz sin bote ni armadura
Probando todo con el cuerpo desnudo
A la par que golpeado y destruido
Sólo con la mirada interna a salvo
Y la respiración asida al espacio de una playa
Pero no al interior del río y ante la frialdad de la piedra
Contra el pecho del sol apegados siempre
Broco lunar femenino masculino bestias en suma
Encomendadas al dios de cada uno de los animales
Aquellos que se desploman desde las ramas de nieve
O aquellos multitudinarios que caen entre las redes
Aunque con un canto sordo y distintivo
Despedazado surcando este viento líquido
Serenos restos que sostiene el agua madre
Y en paralelo baña asimismo el sol padre
Porque a él pertenecen y han pertenecido
Desde aquella nuestra niñez casi autista
De sesudos y tan hechizados juegos
Nuestra adolescencia de ininterrumpido soñar
El amor turbulento de esta agua ciega y despeñada
Un amor sin retorno un amor sin merecimiento
Amplios círculos concéntricos sobre el sosegado remanso
Fragmentos de piel de esperas de preguntas inútiles
Ahora que precisamente todo está por comenzar