Archivo por meses: julio 2009

Greguerías filmadas/ Ramón Gómez de la Serna

“Desde 1910 me dedico a la greguería, que nació aquel día de escepticismo y cansancio en que cogí todos los ingredientes de mi laboratorio, frasco por frasco, y los mezclé, surgiendo de su precipitado, depuración y disolución radical, la greguería. Desde entonces, la greguería es para mí la flor de todo lo que queda, lo que vive, lo que resiste más al descreimiento. La greguería ha sido perseguida, denigrada, y yo he llorado y reído por eso entremezcladamente, porque me ha dado pena y me ha hecho gracia“

Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 3 julio 1888–Buenos Aires,13 enero1963)

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[No escribo a menudo]

susurros.blogia.com

No escribo a menudo.

Mi cabeza, mi pelo al rape,

lo hace por mí.

Canas y trinches minúsculos al viento.

Así escribe. Así no escribo

ni deletreo.

Una cabeza parda a través de la noche.

No basta el amor de Dios

ni de nuestra madre.

Ni el de todos los hombres

y el de todas las mujeres. Juntos.

Frente a las aristas cortantes

y los acantilados y los abismos

del mar justo sobre nuestra cabeza. No basta

que por un agujero entre sigilosa nuestra fe.

Ni que un relámpago, fulminante,

sean de pronto nuestras más íntimas convicciones.

Una cabeza viaja por el espacio sideral.

Tapón de la vía láctea.

Y en dirección contraria al universo.

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Bibliografía sobre la poesía de Luis de Góngora y Argote/ Robert.R.Lauer (University of Oklahoma)

bibliele.com

1.
Gongora, Sarduy y el neobarroco
Author: Guerrero, Gustavo Source: Cuadernos Hispanoamericanos {Madrid, Spain}613-614, (2001
July-Aug): p. 141-54 Doc. Type: journal article
2.
Existia una relacion intertextual entre Lorca y Gongora?
Author: Groot, Jack de In: 723 pp.; Federico Garcia Lorca, clasico moderno (1898-1998); Soria
Olmedo, Andres (ed. and introd.)–Sanchez Montes, Maria Jose (ed. and introd.)–Varo Zafra, Juan (ed.
and introd.); Publication: 2000 Doc. Type: book article
3.
Garcia Lorca en 1927: Neotradicionalismo, neobarroquismo
Author: Diez de Revenga, Francisco Javier In: 723 pp.; Federico Garcia Lorca, clasico moderno
(1898-1998); Soria Olmedo, Andres (ed. and introd.)–Sanchez Montes, Maria Jose (ed. and
introd.)–Varo Zafra, Juan (ed. and introd.); Publication: 2000 Doc. Type: book article
4.
En la lucha, en el salto, en la carrera
Author: Huerta, David Source: Letras Libres {04000, Mexico}2, no. 21 (2000 Sept): p. 24-27 Doc.
Type: journal article Libraries: 116
5.
Il fiume tra specchio e pianto: Lettura di tre sonetti di Gongora, con una
cornice intertestuale
Author: Rosso Gallo, Maria Source: Confronto Letterario: Quaderni del Dipartimento di Lingue e
Letterature Straniere Moderne dell’Universita di Paviae del Dipartimento di Linguistica e Letterature
Comparate dell’Universita di Bergamo {PV, Italy}5, no. 10 (1988 Nov): p. 267-311 Doc. Type: journal
article Libraries: 21
6.
Marino, Gongora e la metafora
Author: Raimondi, Ezio Source: Italianist: Journal of the Department of Italian Studies, University of
Reading {6AA, England}19, (1999): p. 77-85 Doc. Type: journal article Libraries: 70
7.
El mar y los numeros en Trilce, de Cesar Vallejo: Hacia una filologia
tridimensional
Author: Granados, Pedro In: 282 pp.; Edicion e interpretacion de textos andinos; Arellano, Ignacio
(ed.)–Mazzotti, Jose Antionio (ed.); Publication: 2000 Doc. Type: book article

«El mar como tema estructurante en la Fábula de Polifemo y Galatea de Luis de Góngora». Lexis: Revista de Lingüística y Literatura
18.2 (1994): 177-96.

Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo. Lima: Fondo Editorial PUCP, 2004. El segundo capítulo el artículo sobre Trilce antes
aludido aparece aquí.

8.
Espacios sonoros y escalas de silencio en la poesia de Luis de Gongora y
sor Juana Ines de la Cruz
Author: Rio Parra, Elena del Source: Revista Canadiense de Estudios Hispanicos {2E6, Canada}24, no.
2 (2000 Winter): p. 307-22 Doc. Type: journal article Libraries: 197
9.
Cyclopean Latin: Intertextual Readings in Dante’s Eclogues and
Gongora’s Polifemo y Galatea
Author: Musgrove, Margaret Worsham Source: Classical and Modern Literature: A Quarterly
{Columbia, MO,}18, no. 2 (1998 Winter): p. 125-36 Doc. Type: journal article Libraries: 198
10.
Las Soledades y el Polifemo de Gongora: Distincion, capitalizacion
simbolica y tomas de posicion en el campo literario espanol de la primera
mitad del siglo XVII
Author: Gutierrez, Carlos Source: RLA: Romance Languages Annual {West Lafayette, IN}10, no. 2
(1998): p. 621-25 Doc. Type: journal article Libraries: 61

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‘Marina’/ Blanca Andreu

diariocordoba.com
La poeta Blanca Andreu

Te he visto, océano
te he galopado
a lomos de un violín
de madera pulida
de un potro alabeado
del color del cerezo
y eras, océano
un prado
de hierba azul
en movimiento.

Como si fueras el propio olvido
te he visitado, océano
emperador de las aguas
espejo profundo del cielo
y he visto, en sus eternas barbas de espuma
cereales azules y flores de silencio.

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‘el hombrecito’/ Edgar Artaud

chilango.com

Tal parece que Jorge ya no quiere saber nada de nosotros

tomé un litro de café y me arrellané sobre el sofá con

la biografía de Malcolm Lowry

un amigo dictará una conferencia el miércoles;

el hombrecito emergió del vaso de café, se colgó del

borde y salió del recipiente,

hace mucho calor allí dentro;

ayer dormí en el vaso de la licuadora

incómodo entre las aspas amenazadoras

es mejor la enfermedad que el remedio,

mi amigo y colega Juan Viagra parece enloquecido

tiene un olfato especial para captar mujeres en periodo

entonces comienza a aullar, todo el tiempo aúlla

los vecinos se molestan, parece un lobo y

su familia se acongoja, estoy seguro de que en prisión

continuará aullando, siempre aullando;

no entiendo porqué Jorge se ha desentendido tal vez lo

molestamos, tal vez no quiso saber nada de nosotros,

el hombrecito ahora se ha dormido, parece cómodo encima

de la mesa,

ingiero café para reírme de todos ustedes,

espero llegar a los sesenta y nueve, la edad perfecta

para engendrar un hijo y que éste no se esconda debajo

de la cama.

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«Taller de magia»/ Rafael Soto Vergés (Cádiz, 1936-Madrid, 2004)

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Ahora ya sé por qué
canto a la vida oscura y sus ensalmos,
le arrebato a la muerte este destello:
cosa, idea, que sube hasta mi mente como tórtola
blanca. Esto es la magia
o, acaso, el infeliz descubrimiento
de ese fervor que acerca nuestra mano
a la profunda realidad. Es mayo en los espejos
terrenales, tiempo
de transición oscura hacia el prodigio
de mentida creación. Se hacen las flores como pañuelos
de saludo al hombre
que, en la luz, aun duda de su dicha; admira,
relaciona los términos, se acuna
en la canción del día, sueña, se arroba en lo mudable de
la esfera.

Arca de doble fondo es la conciencia.
En esa caja mágica y oscura
que, polvorienta lágrima, arrincona
tantos fraudes y heridas, no hago trampas:
tan sólo escondo, por pudor, dolores y recuerdos
de muerte, algunos lutos
del corazón que, en sombras, se impacienta.

Abro mi caja al alba, mis sentidos.
Basura matinal torvos murciélagos
podrían ser las luces que destapo con mi oficio de
mago. Mas la suerte
y ese amor con que toco la existencia
me hacen hundir la mano hasta lo hondo
y allá, en lo oscuro, palpo seda fresca, escarcha blanca
hacia la vida, pájaro
de libertad que al ámbito emociona.

Cuesta, cuesta vivir. Y cada día
deambulo del mito al desencanto, en este ritual.
Peregrinaje absurdo
que, a escondidas, lloro sin consuelo.
Así quemo mis artes, me consumo
en mi taller de magia. Sufro agónico, letal para mí
mismo, ante el espejo
de las falaces ilusiones. Sueño, excavo
mi condición mortal: madera, tumba, caja de doble
fondo a donde un día
habré de regresar para sumarme a ese misterio
mágico de sombras.

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Entrevista a Pedro Granados/ Carlos Eduardo Quenaya

latorredelasparadojas.blogspot.com
Poeta Quenaya

Pedro Granados (Lima, 1955) es autor de 10 poemarios, 3 novelas, un libro de crítica literaria en torno a Vallejo y otro e-book dedicado a la poesía dominicana reciente, así como de enjundiosos ensayos que circulan por Internet. Fue también jurado de la I Bienal del Premio Copé Internacional de Poesía, organizado por Petroperú en el 2008. Estuvo el viernes 17 en nuestra ciudad presentando su más reciente publicación: Soledad impura. Aquí un breve diálogo con él.

Existe un episodio que, imagino, debe haber marcado tus inicios literarios, me refiero a la cálida dedicatoria de Martín Adán a propósito de tu primer libro, Sin motivo aparente. ¿Puedes contarnos qué sucedió?

No llegaba a los veinte años y, lógico, a esa edad me atreví a llevarle mis poemas a Juan Mejía Baca para que se los diera a Martín Adán. Grande fue mi sorpresa cuando, luego de varios meses y al visitar otra vez aquella librería, aquél me dijera que tenía un regalo para mí… una edición del INC con la dedicatoria de Adán. Pero esto no es todo, ya hecho el vínculo (no con el poeta, a quien no conocí personalmente, sino con el librero), lo último que leyó en vida el autor de La casa de cartón –en su lecho de enfermo– fue mi segundo poemario, Juego de manos (1984)… lo leí en El Comercio.

¿Qué cambios percibes en el ambiente literario de finales de los 70s respecto al que se vive, digamos, en esta primera década del siglo XXI?

Es lo mismo, pero los actores se han multiplicado geométricamente… tal como la población general actual respecto a la de aquel entonces. Desde cierto populismo monitoreado, tipo Festival de Medellín, esto es un índice positivo de inclusión y de desarrollo de la democracia. Pero la poesía no se mide por ninguna agenda teórica o postura políticamente correcta; es arte (también) y, por lo tanto, es perversión, derroche o exceso. Y exige de los que la cultivan –y esto es acaso incomunicable, verbigracia, en un taller de poesía– un comportamiento atípico, ante todo al conformismo y la mediocridad. Me encanta halla cada vez menos problemas de autoestima entre los jóvenes poetas, o al menos eso pareciera, pero continúa vigente aquello que urgía Rubén Darío a sus contemporáneos: conocer más el arte al que nos dedicamos.

¿Te sientes adscrito a la generación poética del 80?, ¿en qué compañeros de ruta reconoces alguna afinidad literaria?

Llegados a los cincuenta años, si tienes demasiada afinidad con lo que hacen tus colegas, mejor deja de escribir. Hacer poesía es cultivar una concha porque tienes allí una perla preciosa; es jugártelas por tu propio corazón… no es para ser un ventrílocuo o un parásito de nadie. Ahora mismo estoy solo.

¿De qué modo la Internet está transformando el circuito poético?, ¿qué puede perder o ganar la poesía en medio del actual diluvio comunicativo?

Leer subliteratura, para los que tienen oído, refuerza o moldea también el gusto. La net trae más de bueno que de malo; para empezar, uno no se halla condenado a caminar siempre en el patio propio. Sólo para los que procuran su pequeña fama de barrio no es la net; ésta nos conmina a cotejarnos y legitimarnos en el mundo entero.

Cuéntanos, ya tienes dos años como blogger… ¿qué sacas en limpio de esa experiencia?

Es maravillosa para mí… aquella mezcla de autismo y de repercusión gregaria que adquieren esos juegos solitarios. Es un auténtico consuelo siendo yo una persona, en el fondo, tan ad gentes… le permite a uno viajar y multiplicarse, sin dejar de estar, al mismo tiempo, anclado en algún específico lugar. Al principio, prácticamente coincidió con mi “retorno” al Perú, lo tomé como una manera de hacer público una serie de archivos que había dejado en Lima; luego entiendo que se ha tornado como una suerte de revista electrónica porque cuelgo cosas mías y de otros, por lo general, recientes. Sin embargo, finalmente lo concibo como un curso –gratuito y a distancia– de literatura… todo eso que figura allí tiene que ver, aunque sea de modo curvo, con mi modo de leer –teórico y metodológico y ético– la literatura..

Hace poco colgaste un breve ensayo en tu blog, a propósito de una antología de Tito Cáceres Cuadros, sobre la poesía en Arequipa. Me llaman la atención tus comentarios, pero me quedo con la impresión de que no cargaste debidamente el tintero.

Soy una persona libre; es decir, cargo o descargo a mi aire. No quisiera que se me estereotipe ni, menos aún, complacer o no por mi tipo o talante de respuestas. Retomemos, más bien, aquello que llamó tu atención.

Entonces hagamos una pregunta más puntual: ¿habría algún aire de familia en los gestos de estilo que analizas?, ¿en qué términos es posible hablar de poesía arequipeña, limeña, o santacrucina?

Desde un punto de vista bastante escolar y elemental –tan deleznable acaso como el criterio del sentimiento del terruño– son absolutamente arbitrarios los criterios geográficos para delimitar literaturas. Pero si ninguno de estos nos resultan persuasivos, al menos pueden ser divertidos o entretenidos. Existen tantas verdades como interlocutores hayan; así, sin jerarquizar. La voz de la academia es sólo una de ellas; a veces de buen empaque, pero no pocas veces menos huachafa que la del adolescente sabelotodo o la del borracho que, para ponerse a tono con la conversación, nos dice, por ejemplo, que la poesía de Martín Adán es rica en verbos. Se comunican otras cosas, obviamente, a través de estos mensajes. Y compasión para todos siempre y permanentemente existe; para empezar, con el discurso de uno mismo.

Antes de terminar, háblanos de tu último poemario ¿qué representa, en el proceso de tu obra, Soledad impura?

Por un lado, completa la trilogía que va desde Juego de manos y pasa por El corazón y la escritura (1996); por el otro, debate en el Perú con Una impecable soledad… es, frente a esta obra de Luis Hernández Camarero, como la otra cara de la moneda. Finalmente, Soledad impura podría esbozar mi retrato más fiel.

¿Y qué proyectos tienes ahora?, ¿una novela, un libro de crítica, un nuevo poemario?
Por lo pronto, tratar de publicar en libro otros manuscritos. Por ejemplo, “Hitos de una vida continua: la poesía de Javier Sologuren”, que fue en gran parte mi tesis de Bachiller en Letras para la Universidad Católica del Perú (1987); y una colección de ensayos, todos ya publicados en revistas especializadas, titulada “Cinco ensayos deseantes: de Cárcel de amor a la última poesía española”. También me preparo a escribir otra novela breve, “Rompe una ola”, que creo continúa a las tres anteriores.

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Si dividimos el género femenino en dos bandos… / Patricia Vidal

www2.esmas.com

Si dividimos el género femenino en dos bandos…

Están
Las que se lo juegan todo y son felices con su valentía
Las que lo guardan todo y son felices con lo precavidas.

Pero están las otras
Las que no se lo juegan todo y sufren por hacerlo
Las que no lo dan todo y sufren por hacerlo.

Estas últimas, miserables mirarán al costado y sentenciarán en la otra.

Felizmente, todas somos algunas de las veces ambas. Dichosísimas y otras tantas desgraciadas…no hace falta más que escuchar los susurros en un café.

Una luz por todas esas princesas atrapadas en sus laberintos pueriles, errantes de sus pasiones demenciales, tambaleantes entre la estupidez y la brillantez. Princesas destrozadas por la cordura y los buenos modales. Políticamente incorrectas. Deliciosamente desquiciadas.

Una luz por todas ustedes,
Confidentes, amigas, madres, hermanas, enemigas.

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Poetas puertorriqueños del fin de siglo (antología efímera )/ Luis Felipe Díaz [Lizza Fernanda]

aventispr.blogspot.com

He dicho que no quiero el mar
Si tiene la tinta que imagino,
La gota de sudor del obrero
O del erizo,
Sólo quiero ver televisión
Como quien toma veneno
Los domingos
(reinsidentedellupus, José Raúl González, “Gallego”)

El tránsito es un espejo. El único peligro de tener una direc-
Ción es pensar demasiado en el retorno. No tengo la velocidad
De la luz, por eso esta fascinación por los letreros, el celoso
Neón de palabras. Viajera, no quiero explicaciones. Ven a
Jugar en mi puente levadizo –lo único feudal del castillo es
Arena–. El aire se desvanece lo sólido. Uso las manos para
Tocar la evidencia. Lo ligero se sale con la suya.
(Cannibalia, Rafael Acevedo)

La vida es un segundo
Que no tiene que ser una tormenta de siglos.
Dale un espacio a la miseria
Y al banquete de la vida
(idus de marzo, Julio César Pol)

Hay un adorable aparato libre de todo trauma
Es menester levantarle un altar
Y enchufarlo
(Fracturas del devenir, John Torres)

Ayer escuché el himno nacional
Y un impulso patriótico me movió
Casi involuntariamente
A apagar la tele.
(Casquillos, J.D. Capiello Ortiz)

Entonces nos fuimos sentando uno a uno
Sin orden
Ni control
Listos y ávidos de ironías
Desesperados por sentir la bóveda del salón
Cambiar.
Acalorados de emoción
Nos sentamos ahí
Fieles y hambrientos
Listos para conjugar (escribir)
Lo que otros dijeron
Mucho antes que nosotros.
(Realid(h)ades, Amarilis Tavárez Vales)

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Niña golosa / Alexis Gómez Rosa

laberintodeltorogoz.blogspot.com
El poeta dominicano, A. G. R.

A los doce años me gustó el tipo

que mataba las vacas:

un carnicero enorme a quien llamaban Felipe.

Verlo meter el cuchillo y escuchar las vacas

mugir temor y desespero,

me atestaban contra la pared, sufriendo

en entrepiernas, aquel corto escalofrío

que reclamaba un mundo.

Felipe, Felipe Aracena, un moreno de bíceps

gladiadores, destinado a cometer mayores

asesinatos mejores.

Y rimó, como en los viejos tiempos:

perfidia y pasión en el torrente sanguíneo.

Desde pequeña lo espiaba la sangre

lo atenazaba el candor.

Mis hermanas no lo prefiguraron mis amigas:

un carnicero angelical, brazo de niño,

imaginaba mi febril

y precoz adolescencia.

Gustaba él del bolero lo derramaba

con la más fina estocada.

Yo lo escuché una vez exhibiendo su animal

ensangrentado, y dejé aquel chorro de agua

majarme el clítoris erguido.

(Tiempo después supe que así se llamaba

esa glándula del tembleque y el gusto).

Tenía doce años y me gustaba

ir al matadero. El olor de la sangre

me hizo parir tres hijos.

De Marginal de una lengua que persigue su forma (2009)

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