Archivo por meses: noviembre 2021

Dominicanas, telúrica y magnética/ Armando Almánzar Botello

Alfred Hitchcock Presents
(Onírica y ausente se desnuda la muchacha)

A Efraím Castillo. A Pedro Antonio Valdez.

En el décimo piso de la muerte, asoma,
punzante y vertical como la duda, caída pensada
simplemente, o
pasada de moda: ¡el vértigo!

Empire State Building, New York, 2009.
Zero Zone after…

Casi un ojo que florece contra el cielo
enigmática su letra se derrama:
Alfred Hitchcock Presenta… Recuerdo…

Detenido el ascensor,
se abre una ventana y ¡acontece al fin la luna!
Dialogan el viejo y la muchacha…

-¿Cogito, ergo sum?… Larvatus prodeo…
-What do you say?
-El payaso cayó desde lo alto, ergo… ¡risas!

Neón rojizo la Ciudad a la izquierda por la sangre.
Onírica desnuda y reflejada en mar intenso, gruñe
un Circo hasta la médula su música inoída:

Tiembla luz de lejanía entreabierta por sus manos.
En mágico trapecio su cuerpo de gimnasta,
suspende, promete, oculta,
desliza la muchacha
misterioso un torso lúcido en espejo
y toco ausencia…

This scholar Chinese girl is music pure…

La melodía que palpo dulcemente en la memoria,
casi ardiendo un vino claro que bebía de sus labios,
mana lenta hacia la copa sinuosa de su sexo, donde sorbo la
escritura todavía indescifrada, la embriaguez que anula el tiempo.
Y el recuerdo abierto y limpio de la muchacha es aire…
¡Oh urbana y secretísima música desierta!…

Noche tórrida en aullidos que regresan
con el Ferry… Liberty Enlightening the World
-“May i feel said he”…
-Cyberpunk’s Ideograms…
-Lin, you know: you are my dear little girl, my darling you,
you are my it!
-“you’re divine! said he,
you are Mine said she”
y reías misteriosa caminando entre las lenguas.
Resoplaban los amigos el scherzo del
Espanto: “Buffalo Bill’s defunct!”…

A lo lejos brilla el río…
Solitario por las calles retorcidas alguien habla…

El humo lentamente -retornando de puntillas reflexivo
llega al cuarto
y en un sillón se tiende… ¡Central Park en mi ventana!
El saxo piensa hondo y
cauteloso inquiere al viento:

-¿Qué dicen hoy los diarios?…

Envuelve a la muchacha, camínala desnuda,
baila roto su placer y acaricia la textura
de sus grafemas lúbricos.

¡Arde lento y furia en música¡

Delira en su prosodia New York y el cuarto abierto.
Desliza ideogramas por el piercing de su vientre y
la cima de su insomnio…
¡Central Park en mi ventana!
Enciende tu deseo y el rumor de la memoria
-palpitante semáforo en la tarde-
Con tu voz imanta el Hudson y viértelo en su mente.
Re-escríbela, per-viértela en tus labios y
descúbrele senderos,
mil sabores en el vino que aletea por su aliento.
Edifica otra ciudad con sus palabras.
¡Oh, Manhattan!

Y acoplada con el rayo, la terrible diosa oscura
que late por sus ingles,
destruya el Muro Ciego edificado en el espanto…

¡Oh, la bella Lin, Aísthesis del instante.
¡Bailemos nuestra muerte sinuosa en la Bachata!

Mas lo dudo…

Abre la ventana y
gime ahora por las dársenas …
La furia del viento es la muchacha…

Escúchame hijo mío,
-en el saxo Joshua Redman habla lúcido en la noche-
no debes nunca odiar la inocencia de la vida,
ni albergar en tus manos el horror irredimible
que hace turbio el sentir de lo sensible impenetrado
cuando sube con la sangre su misterio al pensamiento.

Abre sin temor tu percepción al mundo,
aunque haya sido siempre
tu padre, sin remedio,
un triste y nómada ludópata borracho,
un terrible ideograma dibujado por su ausencia…

Eres hijo y padre de un olvido, como todos los
viajantes de comercio…
Cortante aleve y fiera
bien escrita la muchacha
del odio en luz dentada y
sensual mejilla andrógina, me mira,
la miro, me abraza: ¡el rayo!

¿Podría el mar letrado
soportar su triple hachazo?

¿Qué dirán luego los diarios?

Oh, mi bella Lin, Aísthesis del instante.
¡Bailemos tropical nuestra muerte en la Bachata!
…………………………………………………………
…………………………………………………………
…………………………………………………………
Year 2010, Dominican Republic: La Romana.
Exclusive Vacation Rental. Casa De Campo.
¡Por teléfono me dijo Lin su amor en español dominicano!:
“Estoy aquí en Santo Domingo, my crazy love, y quiero amarte”…..

Soñado el Paraíso está próximo a tus manos:
Hay sol, uvas de playa, tiernas frutas del secreto,
rojos vinos de sabores inmortales
¡y el merengue!
-Trópico enlutado íntimo en la sangre-
El mar latido al fondo.
Altavoces que recitan fragmentos de Lao-Tsé, palabras de Platón y
sexo a flor de labios…

¿Cómo puede rota inconsolable la muchacha -inconexa
de palabras averiadas y esquizoides- reír para vencer los resuellos
de la muerte, la ridícula miseria impertinente,
los instintos que le muerden dulcemente las entrañas
con filos de caninos postizos filantrópicos
con cajas metálicas de dientes impostores?….

¿Y si acepta esa muchacha la sintaxis cazadora
del viejo delirante inflamado allá en lo alto,
y ceden los pretiles al reclamo de la carne
¡y cae hacia el abismo!:
habrá fiesta en el décimo piso de la muerte,
habrá viento y ceniza en la escritura y los balcones?…

¿Y qué dirán luego los diarios?…

»Leer más

Un chin de amor/ Juan Carlos Mústiga

Texto leído en la presentación de esta novela (Lima, 18/ 5/ 2005). Los otros presentadores fueron Oswaldo Reynoso, el notable autor de Los inocentes, y Ricardo Ramón en representación del Centro Cultural de España.

Me siento honrado de presentar la novela Un Chin de Amor del Poeta Pedro Granados. Esto que acabo de decir me hizo pensar, al escribirlo, en muchas cosas que espero poder compartir esta noche con ustedes, porque de eso se trata las presentaciones de los libros de los amigos a los que uno lee con atención y con amor.

Esta es, precisamente, la novela del Poeta Granados; la bitácora de navegante acerca de los avatares, resplandores y sombras que marcan un importante camino en la existencia y en la escritura del Poeta-personaje, que renace y se purifica a través de cada una de las palabras escritas y los recuerdos colados con sabiduría y vestido con la máscara sonriente y exagerada del entrañable Juvenal Agüero, quien toma la posta en las páginas impresas de este libro.

Cuando recibí un ejemplar de manos de Pedro y, al ver la carátula con la pintura ardiente y melosa de Christian Bendayán y el flameante título con los rescoldos de la lengua caribe, supuse de qué se trataba, qué encontraría en él y que no encontraría también.

Y sólo encontré pasión, arte, fina ironía, humor y generosidad bajo una novedosa y original forma de escritura que, pienso, ha de marcar para otros escritores –poetas o narradores– un honesto y valeroso derrotero de libertad para la expresión artística.

Y no encontré, pues, un ápice de vanidad (aunque algunos digan que escribir constituye precisamente eso). Lo digo porque, por ejemplo, este Juvenal, este personaje tan apasionado y enamoradizo que, a través de la historia, nos hace un atosigante inventario de sus numerosos romances y encuentros, no nos deja el sabor a vacío de un palmarés de proezas amatorias, sino que sutilmente nos lleva de la mano a palpar la notoria ausencia del amor, a saborear un delicioso y pertinaz fracaso en ese campo, fuente primera de la energía de la narración y de la existencia misma, quizás por la falta de aquella persona, deliberadamente omitida y mencionada de manera fugaz casi al principio del texto –ustedes deberán descubrirla, lectores–, que, alguna vez, encarnara para él aquel ideal. Ideal hacia el cual navega Juvenal como el piloto de un barco velero, de una balsa de troncos o de una tropical piragua, tratando siempre de alcanzar el sol, como los antiguos navegantes, con… cito sus palabras: “Su rosa de los vientos, la arrechura y su brújula, la belleza”.

Pedro, pues… Perdón, Juvenal, a quien un omnisciente narrador hace cobrar vida en éstas páginas, ha unido con destreza dos portulanos, que son las cartas náuticas que marcan los sondajes de la profundidad y la presencia peligrosa de pecios o naufragios cercanos a las rutas de navegación.

El primero, llamado “Prepucio carmesí”, es el recuerdo precozmente doloroso de la infancia a través de ese recurrente accidente de los niños del cual Juvenal extrae los recuerdos, algo así como la evocativa magdalena de Proust. Es comenzar a sentir en carne propia el dolor, las carencias a las cuales nos tiene acostumbrados nuestra propia y frágil humanidad; es conocer las primeras humillaciones; pero es, también, el descubrimiento de la solidaridad en algunos seres, del amor. CITAR pag. 47 y 48.

En esta bitácora cultivada, Juvenal como escritor-personaje ha trazado la cartografía de su existencia; en buen cristiano el mapa de su vida que bien puede convertirse en el de la vida de cualquiera. Hay una impronta experimental en la estructura de la novela donde se entrecruzan epístolas, entrevistas, sugerentes monólogos, crítica literaria, mensajes cibernéticos. Como el personaje Gerry creado por Lowry en el cuento Cáustico Lunar tiene un concepto totalizador de lo que es una buena historia y es un fabulador y un artista que se enorgullece de poder narrar historias en cualquier lugar y circunstancias; es un profeta sano en un mundo insano; cito al viejo Malcolm:

“es algo gracioso, es como un milagro, pero dondequiera que estoy, si estoy volando en el aire, o bajo el mar, o en las montañas, en cualquier lugar, puedo contar una historia. No importa dónde me pongas, incluso en prisión. Puedo sentarme o permanecer de pie. Comer y no comer. Puedo poner todo en una historia; eso es lo que la hace una historia”.

Podríamos pensar que esto es una exageración, un horror al vacío de parte de Juvenal, pero quiero más bien creer que es producto, como él mismo afirma, “del rayo de luz que le cayó de parte de su neurosis, de la poesía o del mismo Dios, cuando estaba en tercero de secundaria”. Pienso también que lo único en que exagera Juvenal es en la generosidad al describir y al elogiar a quienes considera sus amigos y a sus familiares, vivos o muertos, sin distingo en la memoria del Poeta.

Juvenal, en esta época de deliberados silencios que pueden herir como una botella rota para el degüello, tiende puentes con la poesía, con el envidiable conocimiento de saber doblegar el dolor y volverse el ser más tolerante de la tierra, ávido de recibir y de dar amor –no un chin, señores; un montón, más bien –, y, así, en las singladuras que traza esta novela, en los puertos que este navegante me ha llevado a conocer, que no son los innumerables hitos geográficos que enhebra en su discurso, sino los seres, las personas, la humanidad que nos presenta desinteresado y gustoso, he podido disfrutar de conocer y de entablar casi un diálogo con Raúl Gómez Jattin, alias El Putas, como se lo conocía en Colombia, a quien me parece haber escuchado como a una música, algo lejana e irreal, como las voces que nos alivian la carga en los sueños, este poema sobre la burrita que nos trascribe Juvenal para nuestro conocimiento y solaz y por la memoria de Raúl. CITO: pag. 60 y 61.

La mención de Raúl Gómez Jattin y el elocuente ejemplo de su poesía, de un repertorio más vasto, se convierte, pues, de por sí, en una enumeración inclusiva de todos los prontuariados amigos, amigas y familiares con los que Juvenal comparte esta celebración y, también, este padecimiento de la vida. Y aquí me permito hacer una distinción con su hermano Germán, inmortalizado como un muy querido y recurrente personaje: los episodios en los que recrea a ese hermano mayor, a ese hermano padre, se vuelven tan reales y tan presentes en la narración, que nos hace descreer del pensamiento expresado por Juvenal que la vida y la muerte es sólo una ilusión, si no más bien, nos hace pensar en los palpitantes “labios de una misma herida” que habremos de sentir, como él dice, al palparnos las costillas, día a día, en nuestro paso hacia otra dimensión.

Hasta aquí con el Prepucio Carmesí [New Jersey, USA: ENE, 2000]… Juvenal ha convertido a los mares encrespados y a los escollos peligrosos en olitas monses y en pampitas de arena donde la vida misma, por azarosa y sorprendente, puede, a pesar de todo convertirse en un juego.

Qué les puedo decir ahora del segundo portulano, de aquel que da nombre al libro, Un Chin de Amor. Nada más ni nada menos que es la continuación del primero, el aprendizaje, para poder paliar el dolor y corregir ciertos rumbos donde la brújula del navegante pareció haber sido encantada y extraviada; para enmendar la ruta hacia ciertos lugares a donde llegó a morir de un “sinnúmero de muertes lentas” o, también, para encallar y naufragar adrede y conocer así personas maravillosas con cuyas anécdotas nos vuelve a divertir y a emocionar.

Vaya, pues, opuesta a la muerte lenta, la descripción de las hermosas mujeres caribes, de las aventuras y también de los pesares en la República Dominicana, tan tiernas y disparatadas, y de personajes como Tony Bachata. CITO: Pág. 163, 164. CITO: Pág. 142, 144.

Podríamos seguir haciendo nuestras propias citas, conjeturas y relaciones a partir de este texto que viene a enriquecer la siempre prolija producción de Pedro, pero le debemos eso, la limpieza. Esta novela se sostiene y vale por sí misma, poco o nada podemos hacer con nuestras palabras y comentarios mas que felicitarlo una vez más, desearle siempre éxito, salud y un chin de amor, y pedir por él y por Juvenal un fuerte aplauso. Muchas gracias.

»Leer más

Granados em tradução: Diana Araujo Pereira, Leila Yatim, Leonardo Vieira de Almeida, Amálio Pinheiro

 

Soledad impura/ Diana Araujo Pereira (Trad.)

*
Um profundo sopro de ar.
Espelhos, pequenos e nublados,
rodeando-nos e refletindo-nos.
A morte está perto. Mas você
até mais próxima.
Levanto a mão. Acaricio teus cabelos
e teus seios.
Roxo de emoção.
Expludo. Desapareço.
Pouca coisa é a vida ante emoção tão certa.
Teu corpo nu saiu pelo meu umbigo
e do meu ventre. É assim como te reconheço.
Tuas pernas e tuas cadeiras antes eu já tinha beijado.
Como cada um dos teus braços abertos
e dos teus lábios ainda fechados.
Minha morte em tuas palavras.

**
Toupeira. Campeão da solidão.
Católico até na meleca.
Lascivo quase sempre.
Construtor de origamis: de bolas
e de aves bem dobradas.
Sem cara definida. Salvo
pelos lábios de peixe. Pelas escamas.
Crescido sem entender a dor nem as desgraças.
Capturado pela morte, num jogo
que começou inocente e ao qual não nos convidaram.
Resgatado por essa mesma inocência.

“Cachorros das ruas”/ Leila Yatim (Trad.)

I

Polvo
Dente do rato
Pego no flagra
Ato escuro antigo
Radicalmente imoral
Que marcou
Toda minha vida
Colher dos frutos
Na outra vida sempre
Colado ao teu corpo
E sem mãos
“Tanto milho jogado
E eu sem bico”
Velho, ancião
Desde a tenra infância
Cheio
Por qualquer mesquinhez
Satisfeito e até feliz
Diante de qualquer migalha
Se minha vida foi
Já nada foi
Somente agora
Radiante e constante
A que te pego
Leitor
A que te pego
Alicate tesoura martelo
Para penetrar a lata

II
Uma linda cidade
Apareceu esta manhã
Na minha janela
A observo como um gato
Observa ao rato
Salta a linda
E não para chamar minha atenção
Dá curtos rodeios
Morre sozinha do susto
Do susto apenas morre
Quieta permanece
Diante da minha janela
Sem habitantes sem vida salva
Em sua circulação de trânsito
Em sua deslumbrante e eterna manhã
Como eternos são meus olhos
E minhas mãos de polvo
E meu olhar de gato
E meu corpo colado ao teu
Impotente e estéril
Diante de sua beleza de alfinetes
De afogamento de lágrimas
Já incontidos

III
Dou de beber ao filhote
Que sou
Ao cachorro da rua
Fumaça aromática das cidades
Única alma justa
Pela qual não se incomoda
Esta pecaminosa cidade
Cachorro que fareja todos os dias
Nossas almas
E por isso vai de cabeça baixa
E com vergonha alheia
Nos outorga seu perdão
Enquanto a TV segue dando
Conselhos de vida
De voz cheia
E o pobre predicador
Passa calor pelo seu paletó
Tanto por andar cheio de fé
Para de sofrer Jesus Cristo vem
Cristo te ama
E as flores intocadas e intocáveos
Dos galhos mais acima
Das árvores
Onde os anjos se entretem
Diminutos anjos
Das cidades subdesenvolvidas
Disso dão fé.

IV
Sob a voz enfim
Não há uma nuvem mais
Neste quadrinho
Me retraio
Como o polvo
Como o gato entediado
Que sou
Como o rato
Que guarda seu dente
Para maio.

Anjos da sombra
E anjos da luz
Fazem migalhas
Sobre o caixilho
Da minha janela
Sobre a moldura
Que é esta cidade.

Não nos separa apenas
A cor da pele
Mas também o coração
Mas são anjos todos.
Cachorros vagabundos
Tolerantes com nossa humanidade.
Cachorros das ruas.

»Leer más

Tardíos setenta: el caso de la poesía de Pedro Granados/ Gaspare Alagna 

Gaspare Alagna. (Lima, 1956). Poeta y traductor. Bach. en Literatura Hispánica por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado el poemario Memorias de un dios herido, Lima 1986. En la Revista Fórnix, N° 3-4, Lima 2004, dio a conocer su versión del italiano del libro de poemas Cuaderno gótico (1947), del escritor Mario Luzi (1914-2005).  Tiene en preparación un segundo libro de poesía.

Seminario Poesía Peruana Del 70
Marginalidad-Oralidad-Nuevos Sujetos Migrantes Descentrados
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
11, 12 y 13 de agosto de 2005

“Muy pocas aventuras personales -auténticamente fervorosas o creadoramente autistas- hubo en el paso de los poetas del setenta hacia el ochenta. En esta última década se consolidaron o tornaron como oficiales, por un lado, grupos más bien altamente retorizados -verbigracia, Kloaka- influidos aún por el lenguaje marginal-contestatario de Hora Zero; o, por otro lado, individuos que representaron con sus versos canónicos a las instituciones más conservadoras de aquella coyuntura histórico-política-cultural. En todo este contexto, creemos, y por eso la estudiamos, la poesía de Pedro Granados fue y es, incluso hasta ahora mismo, un gesto de estilo incomprendido, pero no por ello quizá menos asimilado en secreto, particularmente por los otros poetas de su generación. La palabra de Granados refulge viva y joven hoy más que nunca; ha sabido no envejecer prematuramente como las de algunos de los poetas del 60, muchas de los del 70 y casi todas entre las de su propia promoción”

Ponencia leída el sábado 13 de agosto de 2005, durante la última jornada del Seminario: “Poesía Peruana del 70”; el encuentro académico fue organizado por la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima.

Alagna, Gaspare (2005). “Tardíos setenta: El caso de la poesía de Pedro Granados”. Letras.S5.com.

»Leer más

César Vallejo: Teoría, metodología y vehículo

Pedro Granados, Ph.D

UNO

Se identifican y explican — en su multiplicidad y conjunción — las diferentes nociones de las Humanidades (Libros, Pueblos, Narrativas y Posantropocentrismo) que concurren en lo que denominamos aquí “teoría”.  Asimismo, las retóricas – tentativamente, porque aún carecen de nombre: “cultura-garganta” (Amálio Pinheiro), “reticencia” (Doris Sommer) y “discreta alegría” (Pedro Granados) —  que debemos observar al leer la obra de César Vallejo; a cuyo conjunto, por su parte, corresponde aquello de “metodología”.  Y, por último, observable de modo tangible y palpable sobre todo en la elaboración de su poesía, el arte de la “tachadura” (Julio Ortega) o “vehículo” (instrumento) vallejiano por excelencia.

DOS

Tanto “teoría” como “metodología”, aquí, no son singulares; sino más bien conjuntos de variables.  Y cada uno de estos grupos se halla sujeto a una “rítmica” o danza.  De modo análogo a lo que, en  “Ensayo de una rítmica a tres pantallas”, Vallejo observa en el arte de Charles Chaplin (El circo) o en la propuesta cinematográfica de Abel Glance.  Es decir, respecto al empleo de tres pantallas o de tres espejos dispuestos de modo más o menos paralelo, aunque conformando una unidad, para conseguir allí reflejos mutuos ad infinitum y, no menos, asimismo coincidan múltiples, diferentes y autónomas nociones de las Humanidades (Granados 2020): “Oscar Wilde se sentaba en el vértice de un ángulo de dos espejos, que correspondían con otros y otros más y se ponía a almorzar, no ya a solas ni acompañado de personas extrañas sino rodeado de innumerables Oscar Wilde, de una misteriosa diferencia con él y entre ellos mismos” (Vallejo 592).

TRES

“Tachadura”, no sólo en el sentido de sustraer y –a costa de hacer más económica u opaca la comunicación– nuestra escritura gane en complejidad e interés; esto último constituiría acaso sólo un aspecto de la “reticencia”.  Sino, y en tanto la relación “cultura-garganta”, en el sentido que Trilce y, por ejemplo también Tacora, interrumpen y reelaboran creativamente –a favor del subalterno– un circuito de dominación, homogeneización y domesticación cultural, en el primero, y asimismo comercial o económica en Tacora. Estrategias de alegría comunes son las que se acreditan en poemario y mercado.

CONCLUSIÓN

Se tacha para hacer emerger la palabra propia frente a la línea melódica ya conocida.  La economía informal interrumpe la absurda y férrea lógica del capitalismo para celebrar –de modo explícito: se inventa constantemente con la palabra sonora y a cierta hora también se bebe– porque los precios andan nivelados con a las personas y no a la inversa.

REFERÊNCIAS

  • Granados, Pedro (2020) . “Humanidades”. Uwa’Kürü – Dicionário analítico – volume 5 / organização: Gerson Rodrigues de Albuquerque, Agenor Sarraf Pacheco. – Rio Branco: Nepan Editora; Edufac. 115-117.
  • Matos Mar, José (1986) Desborde popular y crisis del estado.  El nuevo rostro del Perú en la década de 1980.  Lima: IEP.
  • Ortega, Julio (2011) “Vallejo: una poética de la tachadura”.  Ínsula: revista de letras y   ciencias humanas,Nº777. 16-19
  • Otta, Eliana (2014). “Proceso urbano y dinámicas en el reino de la reutilización:Tacora”.    Revista Colmena. Lima.
  • Pinheiro,Amálio(2021) Comentario a “César Vallejo en español selvagem y portunhol   trasatlántico”, Blog de Pedro Granados, 21/10/21. 10/21.
  • Sommer, Doris (2005) Abrazos y rechazos.  Cómo leer en clave menor.  México: FCE.
  • Tacoray la historia del mercado de La Victoria http://blog.pucp.edu.pe/blog/labibliotecamarquense/2010/12/01/tacora-y-la-historia-del-mercado-de-la-victoria/
  • Vallejo, César (2002) Artículos y crónicas completos II. Lima: PUCP.

Tomado del blog, Humanidades de César Vallejo

»Leer más

De lo neobarroco en el Perú

El título de nuestro ensayo alude, es obvio, al que Martín Adán decidiera poner a su tesis de doctor en Letras (“y en melancolías”) (Sánchez IV), De lo barroco en el Perú, sustentada en 1938 -en la Universidad Mayor de San Marcos- y recién publicada, también por esta casa de estudios, en 1968. Ahora, el concepto de barroco en esta tesis es problemático y quizá tampoco, para una mirada estrictamente académica, se corresponde necesariamente con el corpus elegido por el autor de La casa de cartón: Amarilis, Mexia de Fernangil, Miramontes, Peralta, Concolocorvo, Melgar, Pardo, Segura, Los Bohemios, Palma, Juan de Arona, Althaus, Chocano, Eguren, etc., deteniéndose apenas en Valdelomar y Vallejo. Lo que hace decir a Luis Alberto Sánchez que quizá este libro pudo también titularse De lo romántico en el Perú sobre todo, y esto es un verdadero acierto exegético en tan cuestionado crítico, porque según éste: “el libro en sí, equivale a una autobiografía literaria, refleja la sabiduría, los gustos y las tendencias estilísticas de Rafael de la Fuente Benavides, conocido urbi et orbi como Martín Adán” (Sánchez V); cuyo estilo y punto de vista, añade el mismo crítico: “son definitivamente barrocos […] y, más aún, en el caso personal suyo, sería mejor hablar de conceptismo, que es la tendencia predominante en la forma de Martín Adán, escritor gracianesco convicto y también gongorino, y en todo caso, lo repito, martinadanesco” (IX-X).

»Leer más

Escriba sin temor: Taller de textos argumentativos (Tesis y ensayos en Humanidades) | Escreva sem medo: Workshop sobre textos argumentativos (teses e ensaios em Humanidades)

Se identifica, evalúa o colabora en desarrollar los argumentos para la elaboración de una tesis (licenciatura, maestría, doctorado) o ensayo; para, a partir de aquí, articular de modo enfocado y jerarquizado toda la escritura. Nuestro trabajo es principalmente sobre las ideas, su seguimiento  y su administración en el texto para hacerlo lo más persuasivo posible.  Sin embargo, no somos editores; es decir, nuestra asesoría se enfoca en la argumentación y no corregimos sintaxis ni ortografía.  Aceptamos asesorar textos en camino; otros a medias elaborados; o aquellos en una etapa final de escritura.

»Leer más

Uma nota sobre Fozi Lady/ Márcio Bezerra da Costa

Como entrar na obra de César Vallejo? Questionamento comum que tem sua importância em virtude das muitas formas de entrada, embora nenhuma delas seja, em um primeiro momento, passaporte seguro para compreendê-la. Mais ainda quando pouco se encontra em língua portuguesa que atenda ao propósito de “entrar na obra”, relegando ao candidato, aventureiro desta história, descobrir fontes abundantes que permitam a insurgência de boas primeiras impressões.

Seria este o caso de um leitor iniciante de Trilce, como este? Por óbvio. Nesse sentido, se existe um importante processo de conhecimento que busca ultrapassar o conhecimento enciclopédico do autor, Fozi Lady, de Pedro Granados, o ultrapassa e mais que enumerá-lo em abundância, o traz em toda sua complexidade por meio de uma autoficção de inegável estilo.

A entrada e saída da leitura geram um sentimento de incompletude, mas de uma maneira muito singular. Longe de deixar o leitor em falta, revolver todos os capítulos da obra cria uma sensação de transbordamento, que nos ultrapassa e nos suprime, num afogamento e numa falta, na via paradoxal de contentar-se com o muito, não obstante, esperar mais de sua potência.

O autor ficcional elabora um inventário biográfico apócrifo dos muitos autores que escrevem o texto (e são tantos, Vallejo, Juvenal, quem mais?). E nesse jogo estrutural da ficção, vai tecendo uma novela, creio ser essa a ideia, onde é fácil perder-se na identificação de quem é quem, mas é fácil também tomar um pelo outro, como se o plano original já previsse uma fundição de todos.

Além de um “evangelho apócrifo” de um Vallejo no centro do palco, como numa encenação, que tem sobre si todos os olhos do mundo, uma plateia de pessoas distintas, como escritores, críticos, acadêmicos e pessoas comuns, Pedro Granados parece querer revolver a fundo os véus que encobrem o verdadeiro Vallejo, à sua maneira, para nos mostrar aquele “niño que em ciertos momentos sufría las agonias de un hombre” (p. 9).

Certa feita, quando da escrita de Cultura e imperialismo, Edward Said refere-se a um certo “exame geográfico da experiência histórica[1], ideia que apesar de ter sido utilizada noutro contexto, seria uma boa maneira de entender a ideia de Pedro Granados e de recepcionar Vallejo (eis que somos leitores néscios, neste evangelho), já que temos na obra muito mais do que dela pedimos.

Da leitura, temos mais que uma ficção, ou autoficção, outros elementos são igualmente importantes: o autor (ou autores), o momento histórico de produção, o momento histórico a qual se reporta, a recepção, as pessoas e instituições ligadas ao autor (aos autores), entre outros. Uma relação entre passado e presente se manifesta, pautada pelo rigor de observações autorreferenciadas, num tempo suspenso onde todos os tempos existem no rigor linear de um momento.

Fozi Lady trouxe ideias sólidas sobre César Vallejo, é um passaporte delicado, mas que traz grande retorno aos que nele se apoiam. Neste volume conheço o Vallejo apaixonante, marxista, privado de condições materiais, por vezes desamparado, mas sempre absorto em sua arte, na técnica de uma escrita social que o fez ser aludido por Eduardo Galeano como “o poeta dos vencidos”.

Muito mais pode se tirar do livro, assim como muito mais se pode entender e conhecer de Vallejo em sua leitura e estudo. Mas, como disse Juvenal (ou Miguel, ainda me custa saber), “nunca (se) está preparado para um bolero” (p. 7). E certas coisas apenas o tempo pode entregar a verdadeira noção de sua importância. Reminiscências subjetivas podem ter sido utilizadas na nossa construção, tanto das de Pedro Granados, como as minhas, mas não importa.

Encerro a observação, neste 26 de setembro de 2021. É manhã na cidade de Rio Branco, Acre, Brasil. A mim ocorre e custa pensar que “la carpintería biográfica, política y sentimental que conocemos del poeta sólo em algo nos puede ayudar a vislumbrar aquello. Es decir, que dicha carpintería no constituye, por sí misma, la cerradura por donde atraviesa y se entretiene manso el sol em cada uma de nustras lecturas” (p. 30-31).

Fumo um charuto, hábito dos domingos, penso em um gole de uísque, mas desisto pelo horário, contemplo a realidade por alguns minutos, como inebriado pelo final da leitura de Fozi Lady e como na carta que escrevem a Juvenal, referenciada no parágrafo anterior, já não sei quem a firma, como a este texto, será Márcio, Juvenal, quem mais?

Márcio Bezerra da Costa

[1] SAID, Edward W. Cultura e imperialismo. Tradução de Denise Bottmam. São Paulo: Companhia das Letras, 1995, p. 33.

Tomado del blog:

»Leer más

Uma “tradução” de Fozi Lady: “la gran agua/huaca, por Suerda Monteiro Vital Lima

Foz pode ser assumida como a boca do rio, ou ainda um espaço onde um corpo de água desagua em outro corpo de água. Isso me pareceu muito provocativo, à medida que o contato com Fozi Lady possa ser “inventado” como um espaço de fabulação déltico em que se gesta a desembocadura de diversos percursos, de diversas veredas que produzem um potente ruído, ou seria melhor dizer, um “soluço” que ecoa, perpetua movimentos, águas de águas, que são definidas como diferença: rios, lagos, lagoas, riachos, igarapés, mares, oceanos, mas que, doces e salgadas seguem sendo líquidas, mutantes, vibrantes, como veias por entre as pedras fecundas. Minha “leitura/tradução” de Fozi Lady encontra aí a força de “uma abertura sagrada” como das bocas-huacas. Sagrada no sentido de fecunda e impossível de aprisionar, limitar ou encerrar. A performance que se oferece nesse espaço liminar criador permite o trânsito-encontro de diversos fragmentos que inventam a Vallejos múltiplos, invenções talvez, similares em alguma medida ao retrato-invenção que Picasso houvera produzido de um certo Vallejo, a quem ele nunca houvera visto em carne, mas a quem inventara por três vezes distintas a partir da invenção da mirada de outros, que permitiram em alguma medida uma conexão a partir de uma relação poética, criativa e sempre movente, sempre juguetona. Fozi Lady parece oferecer essa provocação a partir do jogo, já que seu título também professa essa lógica de foz, desaguam aí, desde o início, possibilidades diversas de relação e movimento. O personagem assina desde uma foz inventada pela geografia e pela demarcação de uma territorialização: Foz do Iguaçu. Esse topônimo guarda e oferece, esconde e mostra os rastros, os fragmentos de outras aguas que subjazem, ou que se “encabritan” e promovem rasuras, fendas, bocas que se abrem, cuencas que permitem o contato com fissuras, muitas vezes “lidas como “hipos” pela obsessão monocorde do totalitário, do universalizante. Gosto desse jogo porque posso assumir que ao sonorizar Foz do Iguaçu, toco com minha língua outras línguas, que não reconheço como minhas, ao mesmo tempo que faço minha uma língua que é minha desde sempre, alguma coisa minha que é também rapinhada, e no jogo perigoso e gozoso de esquecer/lembrar, mostrar/ocultar minha língua se une à liquidez de diversas outras línguas que dizem então “água (s) grande (s) ” (significado de Iguaçu em tupi-guarani).

Essa reunião, essa “desembocadura” germinante de possibilidades permite que “foz” faça também alusão a ”fox”, especialmente à “foxy lady/fozi lady”, que poderia ser traduzida literalmente como senhora raposa, mas que alude a uma figura feminina bela, sensual, mas cujo termo, “fox”, ‘foxy”, me remete ainda a outro termo, “zorro”, mimetizando, ou melhor dito, “inventando” a mesma lógica da foz, movimento constante de liquidezes que desembocam em outras liquidezes que constantemente se deslocam, termos que desembocam em outros termos e permitem a invenção de um caminho que leva à movência, a uma dança que apresente uma negação do universo dicotomizado e limitante de um certo ocidentalismo e me permita um contato com os rios-caminhos dos zorros de arriba y de abajo de lo Andes, serpenteantes caminhos que conduzem a relações outras.  Foxi Lady permite assumir a invenção serpenteante de Vallejos diversos que vão desenhando performativamente (des)caminhos  que me permitem ler essas páginas, como páginas-palavras-huacos, que talham diversas faces de Vallejo, todas palavras-água, permitindo afrouxar e “desfiar” raízes, conduzindo-nos a um olhar às diversas relações que resultam desses percursos-performances. Fozy Lary poderia ser uma huaca metafórica en donde es posible que depositemos nuestras “zorras de oro”, nuestras palavras-ofrendas para celebrar este linguaje, de esta garganta de agua, un hipo que impele a perfomar sonidos de chorro, de aguas que desembocan en otros cuerpos de carne, de sonido y de dibujos, siempre invenciones que alargan los caminos y alimentan las gargantas hambrientas de nuestra imaginación, que de alguna manera nos permite inventar una relación con nuestra levadura de sol, con las vértebras que nos permiten movimientos de baile y celebración desde la espina de la cordillera.

LEvaDURas (po)éticAS (Suerda)

Tomado del blog:

»Leer más