Archivo por meses: febrero 2022

AGÜEROS PARA ARMAR (Nobloga I al X)

Micro novela del 2020, publicada por entregas a través de este blog. La décima, luego de Prepucio carmesí (2000), la primera novela del siglo XXI –escrita por un migrante peruano– trasandina, archipiélica y multinaturalista. Sin melancolias ni con el espíritu –típico o, peor todavía, profesional– de un sujeto andino damnificado. Post-exótica y post-indigenista (Indigenismos 1 y 2); la cual apostó más bien por la complejidad desde el origen, por la opacidad.

https://www.academia.edu/43880910/AG%C3%9CEROS_PARA_ARMAR_Nobloga_I_al_X_

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Quinto hito de nuestros estudios vallejianos

Lo constituyen ya varios artículos publicados en torno, y a favor, de una ciudadanía trílcica; por ejemplo, “Ciudad Trilce y ¿trilceanas ciudadanías?” (2020) o “Trilce: sujeto del acto” (2021).  Ciudadanía trílcica que implicaría asumir, de modo simultáneo, cuatro nociones distintas y soberanas de las Humanidades; en tanto: Libros, Pueblos, Narrativas y Posantropocentrismo.  Y asimismo, junto con ello, desnudar en nuestra lectura –no sólo ya de Trilce ni, tampoco, circunscrita sólo a la poesía — otras tantas retóricas que hemos motejado “sin nombre”.

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Laceadora de paréntesis

Para Charito Bartolini M.

Como si fuera a sucederse cotidiana

Permanente o monótona

Esta vida de sabor a papaya o lágrimas

Y de lengua desconocida

Cuál es mi lengua cuál la nuestra

Probar de todo sin sentir

Ensayar sentir

Construir sentir

Mucho peor todavía

Pensar sentir

Hasta que te aplasten

Como a la mosca

Y el brillo de tus alas apenas cubra

Lo tan enrevesado de tu ser

El de tus tripas e insondables manchas

Volar es la clave pero no pensar en volar

Libar del néctar, aunque con los ojos

Pequeños intensos mudos acaso desconfiados

Urdidos debajo  de la luz de esta pantalla

Estamos aquí

Aunque no nos han enseñado a reconocernos

Moramos ya aquí mucho antes de herirnos

O antes de amar

Como la muchachita primero

Una sonaja metálica de destemplados gritos

O como la manca después

Laceadora de paréntesis

No me muevo de aquí

Porque viene la vida y si no me encuentra

Y si no nos encuentra

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Trilce no Brasil

Pero esto último sucede durante la estadía del “Cholo” en Europa (1923-1936), mientras Trilce es del año 1922 y fue escrito básicamente en Lima entre 1918 y 1922. César Vallejo, aquel provinciano de los “Cráneos de bronce” (título original de Trilce) y encandilado con el jirón de La Unión de la capital del Perú, escribió su poemario desde el Palais Concert (donde convergía, junto con Abraham Valdelomar, la intelectualidad peruana de la época). Es decir, en tanto amerindio originario de la serranía de Santiago de Chuco y un mundo alternativo al de la discriminadora costa, al dividido occidente y al de las apariencias del mundo tomadas como ciertas, desde aquel célebre café-cine-bar (construido por Gustave Eiffel) Vallejo sintió y pensó su patria y el universo. París constituiría, luego, básicamente un Palais Concert más grande.

https://ventiladorliterario.com/f/perdro-granados-trilce-no-brasil-e-os-limites-da-megantropofagia

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[Qué va con la poesía]

Qué va con la poesía

La vida

Es muy general

Los afectos las cobardías

Acaso también

La iluminaciones

Secreta pátina

De algunas horas

De algunos días

Qué va

La realidad ésta se acaba

No en el otro mundo

Sino ahora ya aquí

Y todo sigue siendo

Realidad pero otra

Y otra y una penúltima

Siempre para los poetas

La última para los que creen

Y no ven escapatoria

Pero para los que nos hemos fugado

Siempre con la sospecha

De que existieses

Y de que nos mirarás envueltos

Cómo podría decirlo

Entre el pequeño huracán

De tu presencia

Y nuestros papeles

Y nuestra espera

Y nuestra alegría

Quemante  y efímera alegría

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Poesía peruana y administración Castillo

El grupo La república continuará reproduciendo su canon poético; mientras el de El comercio, incluso más, porque en tanto medio constituye hasta hoy amplia mayoría.  Las mujeres estarán cada vez más empoderadas, en esto también de la poesía.  Y los hombres, sin absolutamente nada que decir, no les quedará otra que imitar a las mujeres.  Y ambos, por cierto, querrán ser cada día un poquito más argentinos o, inequívocamente, porteños: tan inteligentes como indigentes.  Las instituciones culturales, dispuestas a promover el gusto por la lectura, reclutarán muchísimos más cuenta-cuenteros; como si no bastaran para ello los congresistas o la pléyade de abogados sumados, ávidamente, a nuestra amplia pantalla.  Aquellos que viven de la literatura, siempre una capilla mosca por diligente, adoptarán el disfraz que sea necesario para no trabajar y continuar viajando y dizque representando al Perú.  Sin embargo, tal como se manipula y pastorea el voto electoral, justamente para lograr este cometido, La república y El comercio a la larga constituyen lo mismo; no podría perpetuarse uno sin el otro.  Tal como el tan aguileño Hildebrandt o el simpático y recientemente desaparecido, Marco Aurelio Denegri, destacan en tanto y en cuanto llevan el agua para su molino; el de yo sé más que tú, el de bárbaros versus civilizados, el de tozudamente entender las Humanidades en tanto libros.   ¿Legado todo esto de Alan García o de los Fujimori?  Pues no, este refuerzo escolar (así entendemos por aquí la poesía) viene de muy antes y tiene para mucho rato.  Aunque queremos creer, no decimos avizorar, que la poesía es un Castillo; pero dentro o a pesar del propio Castillo.  Desconocida en el ambiente, inclusive más impensada y que Castillo, sin querer queriendo, ahora mismo va animando.  La idea de unas Humanidades entendidas como pueblos, y no únicamente como libros; como simétricas a la naturaleza, y no sólo como las narrativas que el especialista, o mal pensado, sabrá desmadejar.  La gente de siempre o la que se sume a este previsible nuevo gobierno, en el bicentenario de la independencia del Perú, no será inmediatamente otra o distinta con el nuevo presidente.  Aunque deberíamos contar siempre, también, con la astucia de la poesía; sólo ella podrá hacernos mejores.

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[Qué pasa exactamente]

I

Qué pasa exactamente

Qué ocurre

Entre esta noche y mi corazón

Entre este computador y mi idea

Qué media qué aire enrarecido

Entre mi memoria y lo que vos eres

Entre lo que supongo y lo que acaso es

Allí he de morir porque allí he nacido

Entre aquel aire contaminado

Irrespirable y terrorífico

De belleza obscena, inmunda

Y desde donde no hay retorno

Que no se pague

Con la infelicidad de no corresponder

De no acoger

Ni desear como es debido

II

De algún modo las flores

Nacidas de entre tus labios ligeros

Alegres, generosos, despreocupados

De algún modo esta oblicua mirada

Un río subterráneo, un pájaro

Una leve brisa o me engaño

En aquel territorio nos jugamos la vida

Por el aire

Minutos largos dura la existencia

Pero todo es por encontrar aire

Alguien alguna otra oblicua mirada.

III

No sé pero me represento

Con toda sinceridad les digo

O también me equivoco yerro

No hallo sino un temblor

O acaso lo imagino

Alguno que como yo explora y espera

Alguna que como yo no encontró

Y espera

IV

De ojos pardos y entrecerrados

Es la mirada

El corazón bate

Y la respiración tiene miedo

Pego los labios a la pantalla

De este computador

Pego la frente cierro los ojos

Y ya no veo

Alienta la tibieza de su resplandor

Y quisiera dejar las manos

Y escribirles directamente

Con el pecho

Que no creo que estoy harto que

Me muero es decir muy poco

Besos resplandecientes de su boca acaso son

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