Archivo por meses: noviembre 2009

Poemas de Juan W. Yufra (Moquegua, Perú, 1977)

latorredelasparadoja...

Abs 7
antes de quebrarse
y caer como una garúa
el viento

Monólogo de Lea
9
-Esto que ves aquí
Son peces desorientados por la marea

20
La muerte
Existe
Hasta para las aves
Más
Legendarias

___________________________
En Instalación (Arequipa: Cascahuesos/Auqui, 2009), hallamos algunos versos espléndidos por su catadura tentativa, especulativa; no en vano, en su interior nos topamos con un significativo epígrafe atribuido a Alberto Caeiro: “El mundo se hizo para que pensáramos en él”. Y tal como en Pessoa nos complace constatar también, en este reciente libro de Yufra, cómo el yo romántico hace agua y se abren, felizmente para la poesía, estos jirones de pensamientos o líquenes arrancados de la corteza de un árbol inmenso. Del árbol de lo autoritario, de lo de sobra conocido, de lo que regularmente los funcionarios del sentido común (políticos, narradores de noticias, consejeros de toda laya) suelen ventilar impávidos ante nosotros.

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EDICIÓN EXTRAORDINARIA/ HELENA USANDIZAGA

A propósito de la reedición de Mate de cedrón (1974). Libro que se presenta este sábado 28 a las 8:30 pm. en la Feria del Libro Ricardo Palma (SALA “LOS GENIECILLOS DOMINICALES”).

labocadelsapo...

Cuando conocí a Vladimir Herrera, en 1974, llevaba arcilla
roja en los zapatos y la ropa y los libros estrujados en una
mochila también roja. Entre esos libros estaban unos cuan-
tos ejemplares de Mate de cedrón, que acababa de salir en Li-
ma casi al tiempo que Vladimir salía de Lima.

El imaginario de Mate de cedrón se prolongaba en su
llegada en barco a Barcelona, a una ciudad en la que toda-
vía se podían oír, aun desde la parte alta de la ciudad, las
sirenas de los barcos en el puerto, como en los poemas de
Mate de cedrón. De Barcelona a Lisboa, de Lisboa a Roma, de
Roma a París, de París otra a vez a Barcelona y a Mallorca, y
otra vez a Barcelona, siempre con Mate de cedrón en la mo-
chila: la música y las imágenes, la amistad y la vida expues-
ta, la celebración y la fiesta, la lectura y la escritura, el pen-
samiento y la meditación, el amor y el cuerpo, la vivencia
de otras mañanas, otras tardes y otras noches que no eran
aquellas que se daban por sentadas, las que proponía el or-
den de la vida adulta y domesticada. La intuición de otra
vida y otra realidad que iluminaba el vagar por las estacio-
nes de tren, por los puertos, por las calles y plazas de las
ciudades; todo esto prolongaba el espíritu de Mate de cedrón
y soplaba sobre otra escritura que pronto produjo Del vera-
no inculto, libro publicado en Valencia en 1980 y que abrió
otra época en la escritura de Herrera, de un barroco a la vez
hermético y luminoso, donde los poemas son construccio-
nes más sofisticadas que las de su anterior libro, ese Mate de
cedrón que fluía y divergía de otra manera, cuando de un
continente a otro, de un tiempo a otro, no había más fronte-
ra que la de dar el paso que lleva de Lima a Barcelona, del
presente al futuro, porque “todo tiempo es bueno/ para al-
zar la vista/ mirar estos territorios/ recoger las trampas”.

Mate de cedrón, entonces, había abierto y cerrado una
época: era un maravilloso libro adolescente de una genera-
ción adolescente, la bien o mal llamada generación del 70,
que tal vez fue la última apuesta por la poesía como salva
por el porvenir, y en la que destaca este libro que era lo pre-
figurado y era también los lugares dejados atrás: Lampa,
Cusco, Lima, pero signados ya por el viaje y la imaginación
de otros puertos. Mate de cedrón lleva las huellas de una
época en que casi todo parecía posible, pero que intuía ya
la nostalgia y la melancolía del exilio de ese reino donde es-
taban la poesía como soledad y como memoria, la euforia
de los sueños compartidos y el desamparo del amor, la uto-
pía y la Historia presidiendo o eludiendo las meditaciones
y las acciones, los ojos contemplados y la piel tocada, las ca-
lles angostas del Cusco, la Calle de París, los techos como
lomos de rata de la ciudad de los Reyes (que es Lima), las al-
tas noches del amor en Amsterdam, Whitfield Street: las ru-
tas abiertas y las habitaciones cerradas; el Sena, el Huata-
nay, el Vístula o el Urubamba. Una videncia de los escena-
rios del mundo, recorridos antes o después de la escritura
que unía el patio del sol en la vieja casa y el muro del oeste
con el torreón de Mussot, que se inspiraba en la adivinación
en coca y en la lectura de Bataille, Quevedo o Lenin, con un
sentido del lenguaje y de la imagen que hacía abarcar todas
estas realidades desde una mirada que dotaba a las cosas
de textura e irradiación, una mirada siempre protegida por
la salvia para la voz y el corazón y por el mate de cedrón
que daba la abuela curandera para no andar enamorados
bajo la lluvia.

Más allá de la mágica conexión con la sensibilidad de
la época, este libro sigue fulgurando con su capacidad de
abrir los escenarios de la imaginación y de la memoria: si-
gue evocando la aventura y la reflexión, y nos hace aden-
trarnos, con amor e ironía, en un viento de lucidez y de nos-
talgia pero sobre todo de anhelo y de felicidad compartida.

Barcelona, setiembre del 2009

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Qué te podría decir

www.blogacine.com/wp-content/uploads/2007/08/...

Qué te podría decir
ahora que has vuelto
y me tocas el corazón con la mirada.
Qué soy frente a la articulación
de un objeto con otro,
de un sentimiento con otro,
de una idea con otra,
pura continuidad
en el espacio,
único sonido.

Qué te podría decir,
de qué manera habría
de darte la bienvenida.
Torre de seda
en que se estrella mi amor,
agua en que mi amor se precipita,
cuerpo que me acompaña.

Qué decirte.
De qué manera
devolverte la mirada
que sea un campo de arroz,
que sea la noche con la noche.
Acompañada.

De El fuego que no es el sol (1993)

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LA POESÍA DE VLADIMIR HERRERA

Editoriales arequipeñas Cascahuesos e Hijos de la lluvia editan su obra completa, este sábado 28 en la Feria del Libro Ricardo Palma (8 pm) se presenta la primera entrega de esta excelente iniciativa, la reedición –luego de 35 años– del primer poemario de Herrera, Mate de cedrón.

Cortesía J. C.

Cunilinguo

¿O será como cabras
y cabros que se comen de una sola amapola?
Martín Adán

Ha de ser como una llama que se dice quieta,
No como el fragor, señora, o como una urna en
El calcinado esplendoroso carmesí, sujeto
Del deseo, sometido joven aún a las hurgaciones.
Suscitada por el deseo de ser la lengua,
Su inverso cono de luz, su seno recortado, sólo
La pura lengua de plumas y saudades revestida,
Celebérrima, y los glúteos severamente azotados
Con arena, y el viejo figurín en la ventana
Tras la cual otro sexo habrá de levantarse
En brillo y desmoronado será en parte como
Cuando desea un santo de su cuerpo su verso
Emocionado.
Las economías, en suma, del Poder, y
El poder hacerlo de espaldas hígado y riñones
Afuera, pero sombra de naranjos y también
Fritilarias, acudidas todas a la intimidad
Constelada en que se pee y se bufa domesticando
El verano:
Los besos que en las verijas tendrán
Que olvidarse, como la lengua serán en sí
Recordados:
Unos cuartos de luna lucientes
Para la sandalia del agua más pura al pisar de
Dos ríos orondos las algas, la fiebre y el costado.

(De Del verano inculto)

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TALLER-ON PARA POETAS

Scaner

Rubén Darío, el maestro, ya nos lo puntualizaba… el poeta hispanoamericano (incluso con obra ya publicada) tiene poca idea del arte al que se dedica. En este sentido, es penoso observar cómo un poema –o muchos en un libro de poesía– podría haber sido más logrado o persuasivo con una dosis oportuna de taller. Este taller, pues, va dirigido a aquellos ya comprometidos con el cultivo de este arte; acrediten estos ya varias publicaciones o alguna nueva o inicial, según sea el caso.

Este taller de poesía, individual y confidencial, es vía internet . Una vez que me envíen sus textos y los lea, fijamos una cita por e-mail para hablar en tiempo real sobre los mismos. Son ocho horas contabilizadas de asesoría al mes de las que disponen y pueden usar a su libre albedrío; es decir, agotarlas en dos, tres a más reuniones a lo largo de treinta días. En realidad, estas ocho horas incluyen la asesoría más el reenvío para cada reunión, vía adjunto (Word, scanner o pdf), de sus poemas con mis sugerencias .

MAYOR INFORMACIÓN

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Francis Bacon, vuelve. Slaughterhouse´s Crucifixion/ Armando Almánzar Botello

http://cazadordeagua.blogspot.com/2009/08/francis-bacon-vuelve-slaughterhouses.html

A la memoria de Gilles Deleuze,
quien acaso hubiese podido suscribir también este poema.

Soledad de paraguas no percibe
la que indiferente crea, todavía.
Curva,
ciego trazo, negrura soberana, mancha informe
del pigmento. Sangra rota la textura por el filo
de la espátula. Eso raspa.
Slaughterhouse’s Crucifixion.
¡Oh sufriente madero del olivo!
Atroz y chorreante cuerpo cierto interminable.
Slaughterhouse’s Crucifixion.
Un dolor atónito que tiembla gusano que se arrastra
lento por la tela en coágulo imprevisto.
Carne abierta que no cesa. Slaughterhouse’s
Crucifixion.
En garfio suspendida la belleza desollada.

La mano, con trapo frota, loca, orienta
la hemorragia, enturbia frente y labios…
despega, en el aire del instinto, el oscuro
paraguas del miedo casi un ave.

Con duro hierro araña, corta marca labra
-garra del halcón, cuchilla enardecida-
la mano:
azar transfigurado, caníbal
boca ciega.
Un puño, tremendo,
golpea sobre un lienzo el diagrama contingente
de las fuerzas… Accidente utilizable…

Chorro ardiente que perturba el esquema visual
configurado.
Borra un ojo, vuela un trazo, plata
líquida los labios, mancha viva que se expande,
pincel que muerde, arde, látigo erguido,
torso que sangra.
Hambre gruñida del abismo en retorno animal de
rostro en fuga.
Obsceno, ameboide hocico proteiforme.

Gotas por la tela: sangre. Mercurio, semen, leche oscura:
centrífugas manadas de la mente.
Roto sinsentido musical en devenir omnímodo de glandes.

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[desamarrarme los zapatos]

meridianacelan.blogspot.com

desamarrarme los zapatos

agujetas pasadores amarras

de los pies fronteras tabiques

candados secretos inquisiciones

una pajarita de papel

mejor si eres crítico y no sabes leer

el perfil de aquella lejana montaña

bajo nuestro tacto

la palabra que es apenas una palabra

y ya no es más una palabra

una suerte de movimiento rotatorio

más bien

un gesto animado una succión

al borde del único respiradero

lo siento

pero no puedo ser ya más didáctico

como exagero

a veces ante mis pacientes estudiantes

salvaguardado por lo negro

de mi alma por lo africano

de tan oculto al sol de tan oculto

y efervescente e inundado

y ya mismo sumergido

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Ciudadano paralelo: la poesía de Rey Emmanuel Andújar

es.dir.groups.yahoo.com

II. CIUDADANO PARALELO

era octubre
la mañana empujando su verano
¿Cómo intuirlo?

“Pase usted adelante.
Su cheque está para la firma.
Lo sentimos pero ya no trabaja usted para nosotros.”
y yo petiseco
un desierto en el buche

sabiduría de mi madre:

“La palabra es dura.
Hasta los ángeles se accidentan.”

hay un diablo escondido en cada puñado de Caribe

era un hombre
era octubre

VI. ANATOMIA PARTICULARIA

mi cuerpo
es la posición comprometida

allí residen el otoño

la flaqueza.

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Poemas de Ana María Rossetti (Cádiz, 1950)

editorenvilo.blogspot.com

La Anunciación del Ángel
A Pablo García Baena

Muriérame yo, gladiador, arcángel, verte avanzar
abierta la camisa, tenue vello irisado
por tu pecho de cobre.
Brazos, venas,
latido, curva, élitros de insectos
bajo el músculo o velas de navío.
Muriérame yo en ellos, cautiva la cintura,
amenazante dardo presentido,
pálido acónito,
igual que una fragancia, preciso, me traspase.
Muriérame yo en tu ancho hombro
doblada mi cabeza. Empapado y oscuro
indeciso resbala por tu frente el acanto
y mi mejilla roza, y cubre y acaricia.
Muriérame, sí, pero no antes
de saber qué me anuncia este desasosiego,
rosa gladiolo o en mi vientre ascua.
No antes que, febriles, mis dedos por tus ropas
desordenándolas las desabotonen,
se introduzcan y lleguen
y puedan contemplar, averiguarte,
con su novicio tacto.

Conversión singular

Toda la vida desvistiendo chulos
para ahora acabar vistiendo santos.

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Leopoldo Mª Panero: ¿Quién pone el punto de corte?/ María José Pastor*

elboomeran.com

¿La obra de Leopoldo María Panero (Madrid, 1948) es poesía? Si Panero es poeta, ¿lo es por su esquizofrenia o a pesar de la misma? ¿Actúa la esquizofrenia a favor o en contra de la poesía? Esquizofrénico y poeta no son sinónimos ni tienen una relación causa-efecto unívoca ni constante. Se puede ser esquizofrénico y no ser artista y viceversa. Pero ¿se puede ser ambas cosas a la vez?

Julia Kristeva, semióloga, poeta y psicoanalista, considera que la poesía surge de una violenta lucha por sostener/disgregar el lenguaje, entre lo simbólico y lo semiótico. ¿Cuándo la vuelta al plano semiótico pone en riesgo al sujeto? Mientras el creador arriesga su posición e inestabiliza el orden simbólico, el psicótico (se) disuelve (en) la significación. (1)

En su ensayo sobre Sade, Panero se refiere a la paranoia como algo desagradable, pero encumbra la esquizofrenia como algo exquisito e inofensivo.

La esquizofrenia puede abrir las puertas de la creatividad poética en la medida en que la percepción difiere de la percepción de una población normal. Si es que existe población normal, percepción normal, percepción estándar. ¡Qué difícil definir! Y la escritura poética puede estar favorecida por la pulsión semiótica de desestructuración del lenguaje. En Panero junto a las drogas, el alcohol y los fármacos antidepresivos, la esquizofrenia condiciona su visión/ liberación/ marginalidad. “Tal vez sean la causa de su canto desigual, desvencijado, trabado en ocasiones, pero impar, personalísimo impregnado de fuerza y provocación” (2)

Condicionan la percepción del yo y un distanciamiento que le permiten reconocer la falacia del mismo: “No es que esté solo, es que no existo /es que no hay nadie en esta playa / y ya ni yo aun me acompaño / son estos ojos cual dos cuevas / y en mi cabeza sopla el viento: / será la muerte como un vino?” (La canción del indio crow). Un yo que se relaciona con la realidad de forma vocacionalmente literaria: “Vivo bajo la fantasía prosaica del fin del mundo y no sólo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella”.(3). “Pero aventura no hay, lo sabes,/ más que por alguien, para alguien, como un poema,/ como el riesgo de un vuelo en el aire sin tránsito.” (Pavane pour un enfant défunt). “Ni grito ni silencio sino algún canto cierto / y estar aquí los dos, al amparo del Verbo.” (Vaso).

Una realidad literaria que finalmente también es una farsa: “Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde / las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea, / y empiezo a dudar que sea cierta / la inmensa tragedia / de la literatura.” (Mutis).

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