Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

Julia Wong (Chepén, 1965-Lima, 2024)

Como escribe largo, el control de calidad no es uniforme; pero en los poemas breves le va mejor.  Oscila entre el snobismo (glamour o exotismo más deseado que efectivo) y una auténtica hondura poética.  Entre sus contemporáneos peruanos, tiene conexiones con Renato Sandoval Bacigalupo, por lo “viajeros” o políglotas; y, asimismo, con alguna de las chicas poetas más inteligentes de los 80, aunque ésta sea epigramática en relación con Wong, Magdalena Chocano (“A Rosa Virginia“). P.G.

(Texto facilitado por Carlos Quenaya)

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Dos poemas de Alan Smith Soto

Tino (Villanueva), Alan y Pedro (el mismo) en Jamaica Pond

Orilla

Escribo siempre de este lado del mar

cuento con ese margen

su antes que nada

su después de todo

y cómo en la distancia

me veo obligado a desear

esta distancia.

 

En vista de los hechos

Arden los leños, grata compañía

al amor de la lumbre

en esta noche casi de febrero;

y no hay razón para perder la fe

al apagarse la brasa con un guiño.

Amor y muerte,

¿quién sabe cual el martillo y cual el yunque

que de la hoja forjan su sentido?

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¿“Think different”?

Fui a tus poemas y me decepcionaron, eres un poeta incluso más joven de lo que correspondería a tu edad.  Y esto  me permite comprobar que Brown o cualquier otra “buena” universidad norteamericana busca asexuados, seres perdidos entre los conceptos, peces que mordieron el anzuelo de la ética made in, chicos pulcros de corazón a la medida de Obama, aunque sólo  cuando se halla ante el público.  El encuadre para intelectuales, poetas o no, son las hojuelas de maíz; algo dulzón y saludable que asegure, con mucha lástima de las mismas, que no  vayan a seducir a nuestras hijas.  Ice creem love y ice creem pensamiento y ice creem ciudadanía y una muerte –jamás una previa agonía- también de heladito inocente.  Esto a nivel glocal; a nivel únicamente local es un poco otra historia, la del provincianismo más obsceno.  P.G.

(En mi 69 cumpleaños)

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Epigramas recientes

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El mío-tuyo del cantar de las gaviotas.

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-La web me puso nuevamente por delante uno de los posts que me dedicaste en tu blog en 2020 y quise tener noticias tuyas. Espero que estés bien.

-Estoy bien; pero estaría mejor con algunos chavos extras. La literatura dominicana me tiene absolutamente abandonado; aunque yo no a ella. Cuídate.

-Debes actualizarte, pues hace por lo menos veinte años que la literatura dominicana no existe. ¡Abrazos!

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Marcianos de Pisco

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Por un 2024 sin políticos ni policías ni poetas

O, por lo regular, alguna mezcla entre ellos

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¿El huaco es Dios?

(Matías, niño de 3 años)

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Haroldo de Campos/ Pedro Granados (trad.)

LO QUE ES DE CÉSAR

un huracán de soles

peruanos controla

los horrísonos

grafemas

 

derrocadas

nieves incendian

de frío

papel y

tinta

 

!desciende

del vasto cielo

topacio en flor!

 

evoco el

nombre griego de

sousândrade — genio

de letras afiladas

hasta la undécima:

sha-kes-pea-re–

para loar al césar!

 

y aguanto sobre el

pecho abierto de

esta página

vallejo — una

bala a quema ropa.

 

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Camino a Chester

Foto por Miguel Montoya

Nos conocimos no hace mucho

Ya mayores

Aunque él con dientes de leche

Y un caminar como sobre almohadas

Alfombra mágica más bien

Inclusiva

Porque invitaba a todo el mundo

A subirse a ella

Y jamás hacer muecas de asco

Ni a las malas personas

Ni a los olores desagradables

Caminaba muy confiado con su fiel antena

Apéndice de sí mismo atento siempre al cielo

Murió hoy morirá también mañana

Hasta que ya no pueda morir más

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TRILCE I/ Nicolás (6 años de edad)

Colegio nacional JULIO ARMAS LOYOLA. Centro Poblado: LAGUNAS.

Actividad de verano, “Lectura y escritura creativas”, por Rosario Bartolini y Pedro Granados.  Niños mayormente de primaria, desde los seis años de edad (Nicolás).  Se les leyó Trilce I un par de veces y se les dijo que, luego de nuestra lectura en voz alta,  ellos podían escribir o dibujar lo que quisieran.

Acaso la “lectura” más sugestiva entre el grupo; abstracta y figurativa a un tiempo.  Y, ante todo, articulada en red.   Donde, mirada la imagen de arriba hacia abajo, podemos distinguir tres segmentos; todos ellos en relación con la lectura dominante del grupo que fue Trilce I en relación con el mar y, en específico, la playa.  De este modo, el segmento superior lo ocupa un ave en pleno vuelo (“salobre alcatraz”) de la cual, asimismo, distinguimos tres partes, de derecha a izquierda: una cabeza –más bien humanizada, por el cabello, y, de modo simultáneo, con antenas de insecto– de ojos abiertos y atentos; y, a través de una trazo corto, conectada al segundo segmento de la imagen.  Una parte media con alas, más bien diminutas, en relación a todo el corpachón; más aquí, también, desde lo que constituiría el “cuello”, una linea que sale a dibujar un sol pequeñito entre cerros o, tomando en cuenta la lectura predominante en el grupo, más bien olas enormes.  Por último, tenemos el abdómen conectado asimismo con estas mismas olas o cerros en tanto “calabrina tesórea”.  Son tres conexiones, entonces, las que llegan desde aquella “ave” a las olas: la cabeza, el sol –por su ubicación en el dibujo– en tanto corazón y, por último, la línea de defecación que sale desde el abdomen.  Obvio, entre ave y sol existe una relación metonímica (todo por parte), aunque aquí inversa.  En simetría de funciones, el sol siendo mayor, frente al ave, resulta el menor o más pequeño; es decir, como pasa exactamente en Trilce I, el “alcatraz” es el mismo sol.  Aunque Nicolás, por su cuenta, halla ideado o añadido a su lectura un escorzo típicamente vanguardista (pensemos, por ejemplo, en 5 metros de poemas); el cual, no es otro, que transformar al ave en un juguete o cometa del sol.  Y, en suma, Nicolás haya invertido también aquello del mito donde el sol es atado a una montaña (Los hermanos Ayar). 

Pero todo lo anterior, sólo respecto al primero y segundo segmento –de arriba hacia abajo– en nuestra imagen.  El segmento final es acaso el más inquietante de esta lectura; coincide con la base del diseño, pero enseguida vemos que lo enmarca por completo.  Todo aquel conjunto, entonces, una cometa de tan lejana que no percibimos su hilo.  P.G.

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