El conectivismo/ ‘Edgar Arthaud Jarry’

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Existe una teoría nueva sobre el aprendizaje que toma en cuenta las redes de Internet, lo cual no han hecho las teorías conocidas como el constructivismo, cognitivismo y conductismo, todas con fundamentos psicológicos sobre cómo se lleva a cabo el proceso del aprendizaje.

El conectivismo tiene dos partes: la primera asume que en nuestro cerebro existe una red de neuronas y que el conocimiento se almacena en esta red en forma de patrones de conexiones neuronales. Es decir, el conocimiento está almacenado en nuestra red neuronal y este hecho reconocido ya es importante. Tiene fundamentos biológico/físicos. La idea, la mente, el pensamiento almacenado y procesado en nuestras redes de neuronas fisicas reales existentes.

La segunda parte asume que Internet es una gran red donde se almacena un enorme conocimiento que aumenta explosivamente día con día, es una red de redes a la que nos conectamos y en la que podemos aprender de forma autónoma lo que nos interesa. Estas redes funcionan con un principio semejante a las redes neuronales internas. Esto es muy polémico.

El conectivismo es muy polémico pues afirma que el conocimiento no se construye en las personas porque lo que se genera son patrones de conexiones neuronales, tampoco existe el aprendizaje social, sino que el aprendizaje es individual, dentro de cada persona, y no en sociedad. Cada persona aprende por sí misma a partir de reconocer patrones externos de conocimiento.

Bueno, estas ideas se están discutiendo en Internet por una gran cantidad de investigadores y yo allí ando metido, me ha sorbido el seso, día y noche, hora tras hora, siguiendo la pista de las discusiones e intentando aportar algo y aprendiendo de ello.

En Colombia saben de esto y me meti en la boca del lobo, afortunadamente no tuve problemas. Sin embargo, mi anfitrión a quien le llevé algunos libros insistió en presentarme como poeta y repartió mi libro asi que tuve que firmar autógrafos en los libros, contestar algunas preguntas sobre mi poesía, y prometer envíos de sitios de Internet donde escribo.

Esta vez mi anfitrión no me dejó siquiera acercarme a ninguna librería ni ir a la plaza Bolívar, terminandas las conferencias (3) y un taller me llevó temprano a una gira de tres días por el distrito de Boyacá recorriendo pueblos y comiendo todo lo que veíamos en los pueblos y la carretera. Aguas termales, truchas dulces, arepas, fresas con crema, tamales y comidas cuyos nombres no recuerdo y la laguna de Tota a 3000 metros de altura, Villa de Leyva, museos y pueblos típicos.

Tres días de trabajo en dos Universidades (una privada y otra pública) hablando con los profesores y alumnos, y el rector de la privada (decano) y sus jefes y la comida del día y la del día del maestro.

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Más de ‘Tobi’

informatik.uni-stuttgart.de

El mono choro
Nunca supe qué hacer.
Pregúntale al otro.
No, ese es un floro.
No me gustan los juegos de niños
Porque yo soy muy grande.
Es así como se convirtió.

Pedro Granados
No es de Tarados.
Neurasténico, pero chévere
No tengo idea
Nadie lo conoce, escribe poemas
Que nunca vio
Pero usa lentes

[En la noche ]
En la noche
cocinaremos y cantaremos
Amor
En ollas de acero inoxidable
Y cucharas de madera podrida
Es sabroso
Aunque no sabe a nada
Lo que probé

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Poesía y acción, el caso de Trilce de César Vallejo

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Este somerísimo ensayo es también, al mismo tiempo y a su modo, una reseña del libro de Pablo Quintanilla, César Escajadillo y Richard Antonio Orozco, Pensamiento y acción. La filosofía peruana a comienzos del siglo XX (Lima: IRA, 2009).

“Este libro se propone reconstruir y analizar las dos tradiciones filosóficas que tuvieron mayor influencia en el desarrollo de la filosofía peruana a comienzos del siglo XX: el espiritualismo francés y el pragmatismo estadounidense, concentrándose en la recepción que hubo en el Perú de Henri Bergson y de William James”. Así reza la presentación del volumen. A lo que debemos agregar, para precisar sus objetivos: “son esa dialéctica y esa discusión [entre espiritualismo y pragmatismo] las que están en el transfondo de buena parte de los debates filosóficos peruanos de la actualidad” (Introducción, p. 14). Es decir, este libro no es una crónica, sino y ante todo le interesa el palpitante presente nacional.

Además, y aunque constituya una finalidad implícita, paralela o adicional, este libro alimenta el campo de la crítica a la producción literaria de aquellos años. En concreto, y en correspondencia al específico y pormenorizado debate que ventila, Pensamiento y acción puede servir mucho para una lectura de la poesía de la época; en particular, para un acercamiento vivo –por actual– a uno de los poemarios más complejos o difíciles de la lengua, Trilce (1922). Al respecto, aunque prometemos desarrollarlo más en una próxima entrega, qué pertinente podría ser hablar –en términos de Bergson– de dos yo, uno superficial y otro profundo, en la poesía de Vallejo (algo que ahora mismo obsesiona, aunque con otros presupuestos, a un estudioso como Stephen Hart). O, no menos, aquello de que “el conocimiento es colectivo por naturaleza” (Pierce) y no atributo de la conciencia individual; y, por lo tanto, la justicia también (“Masa”). Asimismo su corolario, “el individuo, si es algo, es parte de un todo sin el cual no tendría sentido” (81). En fin, podríamos ir concatenando –creemos que muy productivamente– otras reflexiones tocadas por este libro con aspectos fundamentales de la obra de César Vallejo… su específico spencerismo… o si estuvo al tanto de las ideas de su compatriota Pedro Zulen (1889 – 1925)… entre todavía otros numerosos ejemplos.

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La hermenéutica según William Rowe

www.bbk.ac.uk/.../RoweWilliam/index_html/WRowe

La actividad hermenéutica involucra la totalidad de la persona, incluso lo automático e inconsciente. Aún allí, se está dando sentido al mundo. (24)

La hermenéutica, ampliamente concebida, incluye el estudio de la poética y lo imaginario. No delimita un campo, ni define un método determinado de análisis, sino sirve para llamar la atención sobre dos principios básicos. Uno de ellos es que el trabajo hermenéutico incluye los signos/ realidades que se escapan al análisis de la significación… Es decir, va más allá de los límites de la semiótica. El segundo principio tiene que ver con lo incompleto de toda interpretación. Aquí son útiles las formulaciones de Merleau-Ponty, por lo que tienen de insistencia en la percepción como procesual, siempre en proceso de revisión, y múltiple, abierta a nuevas perspectivas.

La perspectiva múltiple es una necesidad que surge en el siglo veinte, y se manifiesta en el cubismo, en las narraciones de Joyce, en la vanguardia poética latinoamericana, para iniciar una larga lista. También descubre sus precursores: entre ellos están el barroco renacentista, o la poesía visionaria de Blake… En términos fenomenológicos, se trata de dos multiplicidades: la del objeto o texto, y la de la percepción. Sin ellas, el objeto queda muerto. (25)

Campo (cultural o literario)

1. Eric Mottram: la noción de “enfoque” no es siempre la más conveniente, por lo que implica de fijeza y perspectiva única: se acomoda demasiado fácilmente a jerarquizaciones y burocratizaciones del conocimiento. Más valioso es la noción del campo como lo que emerge al ser delineado, porque así se permite que sus contornos sean asunto de pesquisas y diálogos aclaratorios en vez de ser modelos heredados y prefijados. (31)

2. Pierre Bourdieu: el campo de Bourdieu no involucra la necesidad de sondear una totalidad, suspendiendo las fronteras disciplinarias y creando nuevos objetos de estudio; al contrario, se apoya en la relativa autonomía de ciertas prácticas culturales, que en América latina [a diferencia de Francia] tiene otra historia y no siempre se autonomizan (32)

3. Thomas Kuhn: Para ampliar el sentido en que la delineación de los campos varía históricamente es de gran utilidad el concepto de paradigma […] Un paradigma determinado puede ser necesario para descubrir nuevas realidades o, igualmente, un obstáculo a la experimentación […] Dejar entrar lo que está afuera, cambia el paradigma –y al investigador. Como en el trabajo de campo etnográfico, muchas veces es lo periférico lo que resulta lo más importante. (32-33)

4. John Cage: una reflexión interesante sobre el dualismo que impone centros y periferias. Cage define una situación no-dualista como “una multiplicidad de centros en un estado de no-obstrucción e interpenetración”, o “unimpededness” […] como la capacidad de “ver que en todo espacio cada cosa y cada ser humano está en el centro”. Aún la operación de invertir las relaciones –tan común, por ejemplo, en los estudios de la cultura popular, cuando lo marginal se valoriza, sólo por ser marginal –constituye un acto de seleccionar y excluir (sólo se selecciona lo que es capaz de ser invertido). Cage se refiere a la ubicación del compositor de música, pero sus palabras pueden igualmente aplicarse a la situación del investigador cultural. […] el observador no puede separarse de lo observado. (33-34)

5. Gilles Deleuze y Félix Guattari: describen una condición de que sólo existe el afuera […] la delineación se libra de toda subordinación; no hay trascendencia que organice; la temporalidad y el espacio se producen sin divisiones previas; ya no hay campo.
No hay campo, y sin embargo el acto de colocar todo en un mismo plano o una misma planicie, sin jerarquizaciones o dualismos, es justamente lo que permite la producción de un campo. (34)

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A Lucho Barrios, i.m.

elcomercio.com

En Lima jamás escuché a Lucho en persona, pero creo lo había estado escuchando toda mi vida. Por tal motivo se me hacía no sólo muy antiguo sino, además, de algún modo permanente como la saliva o incluso eterno. Vinculado como él estaba a los bares de las esquinas más fangozas y crepusculares de mi barrio, Breña inmortal. Lo vine a escuchar en persona, recién cerca a mis cuarenta años, en otro bar repleto de latinoamericanos en Providence (Rhode Island). Mejor dicho, en el entrecruce de unas calles oscuras y un local huachafo –super iluminado– de la zona latina de aquella ciudad ya de por sí como abandonada de Dios… por sorda y fantasmática.

Los chilenos lo adoraban, me consta. Hay cierta orfandad en Barrios, digna, urbana, costeña, sencilla, explícita y, al mismo tiempo, no menos contenida que de algún modo lo vuelve un sureño extremo más. La otra cara de la moneda –menos “comprometida”, aunque igual de zozobrante– que constituye Violeta Parra. El “niño” al que las chilenas, de la clase social que sea, en el fondo se las jugarían por proteger.

Lucho Barrios ha muerto, y me hace descubrir –fehacientemente– que voy a morir también yo mismo . Menos afortunado. Aunque le copie en algunos de mis poemas. Entendámonos, intente acompañarlo en su voz de viento mugiente y ventana rota. Y consecutiva e invariable sonrisa. Lucho Barrios ha muerto y con él, es no poco decirlo, se ha volado un lado entero de nuestra casa. O quizá hayan advenido muros segundos, acaso definitivos. Pura música sobre transparencia y adicional sonido.

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Ají panca y neuronas

A proósito de la charla brindada por John Beverley, “La perspectiva de los estudios culturales, subalternos y post-coloniales”, el pasado martes 27 de abril, en la Sala de Grados Ciencias Sociales de la PUCP.

http://peru21.pe/

A tanto el sabor. A tanto, con su base de mantequilla, la incomunicación o la locura. Señor, así pues… ja ja ja… después traemos… cuándo… Ipaes bajan!… y a ver si me sorprendes… sorpréndeme, carajo! De ti y tú, una mierda que seas un subalterno, un gran pendejo serás, es lo que me dice tu cara de ignoro y desconozco… Pero qué duro, qué dureza, esta bola circulante y pegajosa a la que todo se adhiere… sesenta cayeron al barranco de aguas cristalinas… ahora turbias y como pestilentes… pero incaicas todas, de patente y marca inmemorial. Sí, pe. Sí, si me pescas, huevón. Si me achoras lo suficiente para decirte que esta vida es mía… horas, trabajo o descanso… y los carritos, las chapitas, las cajitas multicolores de sorpresas…y me llegas al pincho… Así es, señor. Cinco más cinco son cinco, así es oiga séño, porque aquella moneda es bamba, falsa… si no mire su color revelador… ya… su sonido adulterado sobre este trozo de planeta que a diario sorteo con mi patín de madera… de lado y en una llanta… tanto como el de este taxista, rostros ubérrimos, esta arca de sobrevivientes que te pulsean el bolsillo… que repiten tus palabras, que se imponen a tus palabras… que a la mínima solicitud de rebaja te dicen que ellos “sólo llevan gente”… y salen volando y te dejan estampadas sus caras sobre tu completo rostro… para que no los olvides aunque sea por los cinco minutos siguientes donde otro taxista te da la razón y que cómo considerarte a ti una bestia si aquél no te conoce lo suficiente… y tú que apartas tu rostro una otra vez… mejor mirar el cielo, igual de inescrutable, sobre este pantano cotidiano de molestias. Lima, lugar donde moriré por más que me entierren en Suecia o en la República Dominicana… por ninguna nostalgia, sino porque así simple y sencillamente ha de ser. Semejante a lo sencillo, y no menos liberador, que puede ser reírse junto con el taxista . Sorteando baches, viejos y nuevos, que a la hondura nos precipitan y casi ya nos ocultan… Porque en la broma vamos sin neumáticos y cuenta, nada o muy poco, cuál haya sido el destino o nuestro paradero.

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Entrevista a Harold Alvarado Tenorio/ eluniversal.com.co

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Leo conmovido y estremecido su poesía y leo extrañado y a veces desconcertado, su periodismo mordaz contra lo cotidiano que muchas vuelve se vuelve pedestre y terrible. Y contra seres de carne y hueso, con un tono agudo, visceral, implacable. ¿Qué le significa al poeta corregir el rumbo del horizonte?

—Muchas personas se molestan con mis comentarios sobre los acontecimientos culturales y ciertas obras de ciertos escritores. Pero también son muchos más los que disfrutan y concuerdan con ellos así no lo digan. Sucede que entre nosotros no hay una cultura del debate, del ejercicio de la crítica, de la confrontación de ideas y propuestas. Lo que yo medianamente hago en otras partes, en sociedades democráticas es materia cotidiana, en Estados Unidos, en Alemania, en Francia se discute agriamente a menudo sobre todos los temas y asuntos y nadie frunce el ceño sino que da la cara. Aquí no. Aquí lo que se practica es la murmuración y la mala leche, pero en los conventillos, los cenáculos donde las camarillas se reúnen a planear la gloria y el despilfarro del dinero público. Yo no he escrito más de veinte artículos sobre esos temas en toda mi vida, pero han sido tan certeros que han terminado opacando mi obra literaria, la gente cree que vivo dia y noche hablando mal de los grandes impostores de hoy, que son legión, y están al servicio de empresas banales y dañinas. ¿Qué le parece a usted la gloria de ese lagarto de profesión, heredero de un inmensa fortuna en negocios inmobiliarios que es Hector Abad Faciolince, cuyo llanto llega hasta los mares de China, gimiendo con miles de dólares en la mano para regalar a sus amigos Juan Cruz, Mario Vargas Llosa, Almudena Grandes o Garcia Montero con lujosas ediciones de libros viejos sacados de cofres encontrados en el Congo Belga o la Bahía de la Animas, en algún galeón hundido por ingleses? Una gloria que no durara ni para pagar los interés de esas tremendas inversiones…
Que no me he equivocado lo demuestra el hecho de que no han podido silenciarme. La Internet es más peligrosa que un editorial del New York Times…

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Apostillas al Trilce de la Biblioteca Nacional del Perú

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La copia facsimilar –de un ejemplar dedicado (“Para José María Eguren, con toda mi admiración”)– se halla completa; no así el original, correspondiente a distinto ejemplar que el anterior, el cual se encuentra mutilado entre las páginas 7 a 10 las que, a su vez, corresponden –acaso de modo significativo para el mutilador– a los poemas III ( “Las personas mayores”) y IV (“Rechinan dos carretas contra los martillos”).

La tipografía de la escritura del nombre del autor (César A. Vallejo) como la del título del libro (Trilce), sobre la carátula de esta edición de 1922, aparecen romaneadas. Es decir, imitan el perfil de los números romanos sucesivamente antepuestos, del I a LXXVII, a cada uno de los poemas de este libro. También va en romanos la numeración de las páginas que corresponden al famoso “Prologo” de Antenor Orrego (I – XVI); como, además, las cuatro partes del mismo:
I Conocimiento
II Introspección estética
III El vehículo musical
IV La vida circunstancial del hombre

Por lo tanto, autor y prologuista parecieran haberse puesto de acuerdo sobre la conveniencia o productividad de mantenerse fieles a este eje icónico; la de la forma de los números romanos. ¿Simple convención, en Lima, de la imprenta de la época? O, acaso, cierta conexión entre el tema o motivo predominante de Trilce y la forma de aquellos números. En este sentido, proponemos por lo menos un alcance. Los romanos nos libran de dibujar el 8; como sabemos, inexistente entre la ingente cantidad de dígitos que habitan en particular Trilce. Por lo tanto, en el contexto de este poemario, aquella opción –frente a la numeración arábiga– nos evitaría transgredir un pudor hondo, un decoro radical, algo así como un tabú; ya que el 8 sería nada menos que la imagen o el ícono mismo de la insondable utopía vallejiana. Algo extraordinario que estuviera por suceder y de lo cual dos círculos verticales y unidos –a manera de un 8– lo simbolizaría. Algo extraordinario, repetimos, que de algún modo lo alude ya –ignoro si en todos los casos– la tipografía del 9 en Trilce. Este número arábigo, en la edición de 1922, por ejemplo en XXXII (“999 calorías”) o LXXVI (“99 burbujas”), pareciera un 8 a punto de cerrarse desde su apéndice inferior o completarse o, por último, ponerse en ebullición… y sólo se queda a “99 burbujas”.

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Entrevista a Tobi Kanashiro/ Mariella Orquett (continuación)

Retrato de Cristóbal Kanashiro por ANDRÉS ENNEN
M: ¿Por qué quisieras regresar a antes de los once años?

T: Porque no tenía tanta basura en la cabeza, me atrevería a decir que incluso podía escribir mejores poemas, más espontáneos, simples. O quién sabe.

M: ¿y dónde está Lulú?

T: jajajaja (sonríe con una mirada pícara). No sabes cuántas veces me han dicho eso…. y lo peor de todo es que no aguanto a la pequeña Lulú… (se sonríe y sonroja) ¿me estás preguntando si tengo a alguien
especial no?… bueno, mi musa…sí, pues, me inspira… me hace ver muy por dentro, me
hace estar alerta, me hace tener conciencia de la fuerza y lo hermoso de la
cotidianeidad, conversamos de todo y muchas veces las conversaciones “sin
sentido” y los juegos de palabras crean algo bien chévere…jaja.

M: ¿Qué te causa repulsión?

T: Mmm…hay tantas cosas, pero… diría que las excesivas demostraciones de afecto en público.

M: ¿Te interesa la política?

T: La política como profesión, no. Tipos como Quimper, como los tránsfugas, como los programas para la familia de la tele, como todos aquellos que usan su poder para manipular y burlarse del resto de gente… me rayan. También las instituciones como la universidad…

M: ¿Por eso te quitaste de la de Lima?

T: Como me quitaría propablemente de cualquier otra… el conocimiento, el que sea, se transforma en en estas instituciones en un entrenamiento para manipular al otro… veo, mientras más tiempo pasa uno en las universidades, a la gente transformarse en algo así como congresistas… con similar mentalidad para explicar las cosas, con una semejante manera de verlas… y de sentirlas… un modo oficial, como si fuera el mejor del mundo, y uniforme de ser.

M: ¿Y esta manera de ver las cosas, como los congresistas, tiene en sí algo de malo?

T: Quizá no, quizá es necesaria, dizque por el bien público, pero al menos no es la única… aquí, mientras cavo contigo en la arena, entiendo perfectamente que no es la única.

M: ¿Y por eso te dedicas ahora, de lleno, a la edición de videos?

T: Y a lo que caiga en el campo del video y también un poco del sonido. Felizmente me gustaron y aprendí a manipular estos instrumentos desde muy chico… y quién iba a pensar que hoy serían mi medio de trabajo… justo vengo de grabar, al lado de otros amigos y socios, las fiestas de semana santa en Santiago de Chuco…nos quedamos allí varios días.

M: ¿Conociste, entonces, la casa de Vallejo?
T: No, no la conocí… es una pena… andábamos presionados por quien nos contrató y recién nos desocupábamos y comíamos algo tranquilos como a las 10 de la noche…

M: ¿No te gusta Vallejo?

T: No me disgusta… y creo incluso que es el mejor entre los poetas peruanos … no me gusta, eso sí, cómo lo traen de aquí para allá, gente a veces de lo más grotesca u oportunista, de lo más cuadriculada… es bueno y ya… punto y aparte.

M: ¿Preparas tu primer libro de poemas?

T: Me prepara él, más bien, me ha estado preparando desde que soy un niño, en complicidad con Colán… con los mantos de arañas de mar y de aves de pasadas las seis de la tarde sobre la playa. Saldrán unos 50 ejemplares caletas, para los amigos (tú ya tienes el tuyo). Me llega altamente lo que dirán cuando salga; me interesa muchísimo más la opinión de las olas…

M: ¿Cómo lo has titulado?

T: Estoy entre “Lea sin temor” o “Poesía para teatreros”; aunque, “Pez solar”, es otra posibilidad, sobre todo porque es también un poema que le ha gustado a varios conocidos… en definitiva, no sé… ¿alguna sugerencia?

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