Poesía de frontera

20110821-maos.jpg

ONDAS
Quando o mar deixou de sȇ-lo
Barbulhando
De las olas del mar el silencio en mí
Puedo mirar
Elas indo e vindo

ALABA LOS OJOS NEGROS DE JULIA
Vejo profundamente
Dentro de sus ojos
O calor das suas mãos
Mirando la dolor
Upéicha rohecha che yvoty
Parā

MEU AMOR POR TI
Es mais bonito do que
Nada! O amor não é nada bonito
O amor é uma mentira!
Vivo uma mentira
Não quero mais Amar
Acho que ventarei
Amor, amor, amor
Cadȇ?

»Leer más

Fernando Rivera: Dar la palabra

20110814-Rivera.jpg

Puntual e interesante deconstrucción de la recepción arguediana hasta el momento. William Rowe, en su sugestiva lectura utópica del llanto arguediano, y Julio Ortega –en tanto entiende el sacrificio como comunicación o mito de futuro– le permiten a Fernando Rivera indagar en el “exceso afectivo” del autor de El zorro de arriba y el zorro de abajo para intentar superar ciertas lecturas “antropológicas” –predominantes, aunque limitadas– sobre la obra de este último autor:

“el discurso de la transculturación [Rama] y el de la heterogeneidad socio-cultural [Cornejo-Polar] leen la identidad en la cultura y la literatura. Es por ello, me atrevo a decir, que no se interesaban, y no podían, leer la muerte de Arguedas: si se asumía la obra de Arguedas afirmativamente como un espacio simbólico de construcción y articulación de identidad, y si se tenía en cuenta que el suicidio de Arguedas textualizaba su muerte, entonces, no se podía leer esta muerte” (60).

Impase ante el cual –y acaso de un modo no menos antropológico– Rivera postula su “escritura de la reciprocidad”:

“este exceso afectivo, cuya presencia es fundamental y constante en la escritura de Arguedas, no sería tal (un exceso); sino que el fluir del afecto estaría regulado por la lógica de la reciprocidad y la donación andinas” (66). De modo tal que, aunque ateniéndonos también a la sintaxis del párrafo:

“Este límite donde el autor es llevado al punto extremo de retirarse del mundo de la experiencia (suicidándose) para dejar que la escritura se haga posible también en este mundo, para hacerse él mismo escritura y dejarse escrito en una suerte de escritura silenciosa e infinita, que dice sin decir, y que hace de la ficción o de esta nueva forma de ficción, la única manera de escribir el mundo de la experiencia: borrándose de ella para que las voces de los otros la restituyan” (312).

»Leer más

Si no nos atrevemos a imaginar lo imposible no nos atreveremos a hacerlo realidad/ Edgar Artaud Jarry

20110814-ElInfraBus.jpg
Edgar, el primero y siempre a la izquierda

Hoy he intentado aplicar un viejo principio

que me enseñó mi padre

me recuesto en el piso del cuarto

mirando hacia arriba

me concentro

en desaparecer el techo

me olvido del tiempo

y el espacio

me invade una gran calma

y con la vista en libertad

adelgazo la losa de concreto

una hoja frágil de cristal

que se desvanece

y veo el espacio azul inmenso

con nubes blancas y algunas estrellas

como si estuviera flotando en el océano.

»Leer más

Feriado prolongado/ Diana Araujo Pereira

20110807-D.A.P.jpg

Às 2 da tarde aconteceu o previsível e até esperado. Que droga, e justo num feriadão prolongado como esse, quando não há ninguém que possa me dar uma mãozinha. Sempre tinha esperado pelo golpe de vento, pelo golpe fatal da sorte e outros golpes mais que cedo ou tarde acabam chegando… quase podia escutar o Vallejo dizendo “hay golpes en la vida… yo no sé”… e eu menos ainda. Agora é esperar para ver se eu dou sorte, uma vez na vida pelo menos. Com a porta trancada por fora, sem as chaves nem para entrar nem para sair do prédio, ou entro em pânico ou começo a rir de mim mesma, enfim tento encontrar algum consolo estranho na ironia da vida… ou qualquer chavão desses que pulam dos discursos e livros de auto-ajuda… “nada é por acaso”… “tudo tem sua razão de ser”… bom, pelo menos algumas calorias vai dar para perder, de tanto subir e descer essas benditas escadas.

Um edifício de três andares, com um apartamento por andar. E numa rua deserta, felizmente deserta, uma ilha de silêncio em plena cidade cosmopolita e aberrantemente ruidosa. Mas com o primeiro andar vazio, sem morador algum – problemas de herança e divisão familiar – só resta a senhora solitária com a filha solitária do segundo andar. Só que por incrível que pareça elas estão bem menos solitárias hoje, nenhuma das duas dá qualquer sinal de que vai voltar para casa.

Com tanto telefone, celular, email, msn, e sei lá mais o que, quando uma pessoa fica presa, fica simplesmente presa, e não tem como ligar, ou se conectar, e nem gritar… porque com tanta mania de segurança… não tem vizinho que escute, e nem temos porteiro, e o vento bateu a porta em um segundo em que fui deixar o lixo no corredor. E eu de pijama, menos mal, não estou de calcinha ou pelada, como naquele conto do homem nu, mas ao invés de apenas passar vergonha não tenho como escapar.

Eu aqui… já vão horas… já forcei todas as portas, já gritei até ficar sem voz do buraquinho do vidro quebrado da janela, já soquei as paredes… e nem sinal de nada. Estou começando a ficar com fome, nem a droga do café da manhã eu consegui tomar. Mania besta de limpeza… Menos mal que não tirei as meias, já está escurecendo, esfriando, adoro essas meias…

É estranho como o olho no escuro acaba se acostumando com a falta de luz. Há algum processo das células que fabricam o escuro quando fechamos os olhos. Me lembro do Borges, coitado, tendo que aprender a usar essa outra visão, a das células que fabricam o escuro e leem os vazios do real, preenchendo-os com outros tons de outro real.

Aquele filósofo italiano, como é mesmo o nome? fala que contemporâneo é quem vê no silêncio do seu tempo, no vazio ou na escuridão do seu tempo, as inserções de outros tempos, de passados anacrônicos ou sonhos de futuro. Não me sinto mais contemporânea por não enxergar nadinha de nada. Me sinto é bem assustada. Se aparecer uma barata nojenta vou tentar dar uma de Clarice Lispector, mas acho que não vai funcionar… Bom, o olho vai mesmo se acostumando com a escuridão…

Já levo três dias esperando que alguém apareça, uma náufraga em plena cidade super povoada, ouvindo o telefone tocar sem poder fazer nada… ouvindo a barriga roncar e tentando sorrir pensando na baixa calórica dessa situação ridícula… que “algum sentido transcendental tem que ter para a existência”…

Quando por fim as vizinhas retornam ao lar, estou desmaiada na sua porta, me encontram aí, jogada no chão depois de roer as plantas que enfeitavam o corredor. Já mais verde que branca, desperto no hospital toda espetada e remexida.

A lição? Não há tragédia sem uma boa dose de ridícula circunstância; não há mistério sem um bom tom de ironia.

»Leer más

PARADIGMAS LITERARIOS

20110731-corpo2.jpg

PARADIGMA MODERNISTA

.Nombrar alegórico o alterno.

.No lo evidente ni lo puramente subjetivo, sino lo deseado. Realidad alterna. Mundo sustitutorio, fantasmático.

.Hacen del poema el espacio central de la realidad. Mundo antimimético. Se representan las cosas para ser gozadas.

.Arte no didáctico porque se resuelve en el misterio.

.Yo es más personaje que persona. El poema es una representación de la realidad que sirve de escenario al personaje-Yo.

.Se habla con sílabas (aliteraciones). Tiranía de la rima.

Power Point »Leer más

BUSCANDO UN BAR EN LIMA/ Iván Fernández-Dávila (Lima, 1983)

20110725-Ivan-Fernandez-Davila-El-pintor-y-las--modelos-oleo-sobre-lienzo--100-x-130-cm---2010.JPG

En tiempos de Adán

podríamos haber tejido

el mapa de nuestras borracheras

envolviéndonos del frío

como un hato de miseria.

Pero ha muerto

y esta nada ansiosa

puede aseverarles

que no queda

ni un solo bar en Lima.

Existen solamente

artificios insulares

de tragos coloridos y precios

rascacielos;

y antros moreteados

y centros culturales

do recitan los poetas

sus inútiles palabras.

Nunca tipos solitarios

buscando las plegarias

sino congregaciones

de imbéciles y sus

pródigos bolsillos.

Hace años

busco un bar en Lima

y sólo hallo

ficciones, apariencias, caca.

»Leer más

‘El mundo es una papa en un costal’/ Martín Adán

20110721-martin-adan-oleo-sobre-tela-180x150cmpolanco-1-.jpg

En esta tarde, el mundo es una papa en un costal. El costal es un cielo blanco, polvoso, pequeño, como los costalillos que se utilizan para guardar harina. El mundo está prieto, chico, terroso, como acabado de cosechar en no sé qué infinitud agrícola. Me he salido al campo a ver nubes y alfalfares. Pero he salido casi a la noche, y ya no podré oler los olores de la tarde, táctiles, que se huelen con la piel. El cielo, afiliado al vanguardismo, hace de su blancura pulverulenta, nubes redondas de todos los colores que unas veces parecen pelotas alemanas, y otras, verdaderamente nubes de Norah Borges. Y ahora tengo que oler colores. Y el camino por el que voy se hace un cuadrivio. Y los cuatro caminejos que ha parido el camino chillan como recién nacidos; quieren que se les meza y el viento, que, al venir la noche, se vuelve un mozo cabaretero, no quiere mecer caminos; el aire se viste pantalones de Oxford, y no hay manera de convencerle de que no es un hombre. Me alejo del cielo. Y, al salir del campo, limitado por urbanizaciones, advierto que el campo está en el cielo: un rebaño de nubes gordas, vellonosísimas, con premios de exposición, trisca en un cielo verde. Y esto lo veo de lejos, tan de lejos, que me meto en cama a sudar colores.

»Leer más