Trilceanas ciudadanías: Taller

Resumen

“Trilceanas ciudadanías: Taller”, en evidente tributo a Trilce (1922) de César Vallejo, habría que describirlo desde varios círculos concéntricos tal cual el impacto de una piedra sobre un agua tranquila. La circunferencia más cercana al impacto consistiría en implementar, una vez más, aunque cada una haya tenido sus particularidades, algunas reales y concretas experiencias pedagógicas anteriores; en tanto dinámica, evaluación y publicación de las mismas.  Es decir, referirnos a algo específico y verídico que, en múltiples oportunidades, ya ha sido ensayado y cuyos resultados, socializados en papel o en línea, incluso ya han sido recepcionados con éxito.  Un segundo círculo, conectado y sucesivo del anterior, tiene que ver con el efecto del Taller en el contexto de la comunidad donde éste se implemente; es decir, con el desmontaje y crítica de los supuestos teóricos implícitos en nuestra idea misma de la literatura.  Mejor dicho, más bien con los prejuicios que sobre la literatura nos hemos formado y traemos al Taller; los cuales, por lo general, nos restan autonomía y creatividad cuando debemos expresamos a través de la escritura.  En pocas palabras, prejuicios que sobre todo nos restan ciudadanía.  El tercer y cuarto círculo, aunque en estricto desbordan el marco temporal del Taller, consistirían en la intervención social consciente, de parte de los talleristas o ex-talleristas, sobre las instituciones literarias vigentes para intentar volverlas más democráticas y creativas.

Palabras clave: Talleres de creación literaria; talleres de ciudadanía; escritura y ciudadanía.

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Posthuman Street

Photo by María C. Piazza (1956 – 2021)

A street (scenography in  package, not just painted).

(Darkness) A beam of light settles in the center of the stage, waits a moment, becomes restless, moves slowly towards one end, stops, zigzags back searching, goes crazy, walks the entire street at will, rests at one end, she tries to return to the center, but stopping again resignedly vanishes from the stage.

(Daylight) The entire set advances towards the stalls and stops almost at its threshold. These voices are heard muffled:

Pink Wall: That light

Gray Wall: Your wishes are imposed on memory

Blue Wall: Those who inhabited us searched for it until the last moment

Pink Wall: Especially the teenagers in their weeping

Gray Wall: And we powerless, always so powerless

Blue Wall: Yes, each one was left alone, very alone

Pink Wall: Children masturbated to scare off the terror

Blue Wall: They were blind to our affection, to our gratitude

Gray Wall: Some adults waited at the edge of the sea

Pink Wall: Others waited in the mountains

Blue Wall: At least they had that privilege

Gray Wall: The others were simply consumed by their own death

Blue Wall: At the expense of our lives

Pink Wall: Which we always wanted to share with them

Gray Wall: And they didn’t listen to us

Blue Wall: They spoke to each other in very loud voices

Pink Wall: Or did not speak

Gray Wall: They stepped on each other, and loudly

Blue Wall: We have their virtues!

Gray Wall: And our own nature

All: We hope the wind never blows too hard and often

Pink Wall: Just enough

Blue Wall: So that it’ll carry our voices to the other cities

CURTAIN

 

Exercise written, approximately, around 1980; and preserved unpublished to this day.

©Pedro Granados, 2022.

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Eielson y Sologuren

http://repositorio.pucp.edu.pe/index/handle/123456789/4780

Es sabido que la poesía del polifacético artista peruano pareciera atravesar varias etapas que irían, grosso modo, desde la conciencia de la escisión o fragmentación de la experiencia personal.  Por ejemplo, en Noche oscura del cuerpo: “Cuento los dedos de mis manos y mis pies/ Como si fueran uvas o cerezas y los sumo/ A mis pesares” (“Cuerpo mutilado”) o “Siempre rodeado de espuma/ Siempre luchando/ con mis intestinos mi tristeza. Mi pantalón y mi camisa” (“Cuerpo en exilio”); y, sobre todo, en Habitación en Roma.  Hasta una paulatina reconciliación individual, comunitaria y sideral con el presente y con el pasado. Sin embargo, no podríamos corroborar que en Sin título (2000) u otros poemas no publicados en libro, tal como señala Susana Reisz en “Eielson visionario”: “el amor es una auténtica relación: dual y cósmica al mismo tiempo. El cuerpo es el de la persona amada y también el del universo” (Nu/ do. Homenaje a j.e. eielson. José Ignacio Padilla (ed.) (Lima: PUCP, 2002), de ninguna manera. Más bien, su opción por lo continuo o indiferenciado o abstracto, una vez superados los “nudos”, no deja de traslucir crisis de compañía, cierto énfasis sutil en la soledad voraz.

Esta impronta de su último arte vallejiano, para bien suyo -y en desmedro de la crítica tendenciosamente uniforme que encontramos, por ejemplo, en el libro de Padilla–, no hace sino confirmarnos, a pesar de que aquella crítica en general lo soslaya, que lo mejor de la producción del gran poeta peruano sigue siendo Noche oscura del cuerpo (1955). Lugar de llegada prosódica, sintáctica y temática que en la obra posterior -con muy pocas novedades- se calca estilísticamente y, en los motivos, sobre todo si seguimos a aquella crítica homogénea, fatalmente se dulcifica. La poesía de Jorge Eduardo Eielson sigue encontrando su fuerza, aunque expresada quizá a costa del propio autor o ahora con aún mayor pasmosa inteligencia, en el “escarnio y deshora”. Si no fuera así, la poesía de Jorge Eduardo Eielson se parecería cada vez más a la de su amigo, compatriota y contemporáneo, Javier Sologuren. Mas, dado el caso, y en el precio de estas equivalencias, pesarían el orden y el concierto, lo eximiamente destilado y, claro, en la comparación saldrían mucho mejor librados los beatos versos del desaparecido autor de Vida continua. P.G. »Leer más

Armando Almánzar-Botello, en dupla

PECES NEGROS Y ROJOS
     A Stéphane Mallarmé, in memoriam
     Calientes peces rojos en las blancas bañeras con patas vigorosas de impertérrito león,
     son las vulvas depiladas que resbalan y transcurren velozmente por las manos,
     que alucina taciturno en cada letra desolada este onírico asintáctico asemántico dolor…
     Peces negros de piscinas bajo luces parpadeantes de retórico, errático y erótico neón:
     son los pubis tan frondosos de metropolitanas ninfas, que discurren —por los dedos pensativos que se abisman—
     negra luz de triángulos como astros presurosos,
     que se acercan y se alejan con el musgo lentamente, para mágicos tocarlos con labios palpitantes…
     de lúcido imposible y frenético fervor…
Septiembre de 2010
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.

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Piel de asno (entrevista)

-¿Qué recuerdas?

-La soledad misma. Desnuda. Desnudísima.

-¿Qué es lo que más apeteces?

-A ti

-¿Qué sueñas?

-La loma en el horizonte. La desembocadura.

-¿Qué es lo más fantástico que te ha ocurido?

-El brillo de tus ojos.

-¿Qué has encontrado de pura casualidad?

-La vida toda. Los viajes. Algunos desplazamientos.

-¿Cuál es tu beso de amor?

-El que no te he dado todavía.

-¿Tu verso?

-“Y mi amor te sigue, por la noche sin cielo de esta calle,

Como la memoria de un perro tuyo que hubiera muerto”.

-¿Lo más importante?

-Comer. Comer puntualmente.

-¿La comida más rica?

-El lonche peruano.

-¿El viaje?

-Llegar vivo hasta ti.

-¿La tristeza más grande?

-La mayor alegría.

-¿Tus padres?

-Dos ángeles en cautiverio.

-¿Tus hermanos?

-Pariacaca que nació de cinco huevos, mis hermanos.

-¿El Perú?

-Una pared. Una pequeña araña asomando desde dentro de un muro.

-¿La política?

-Una sarta de gente normal.

-¿La apolítica?

-Una verdadera estupidez. Un crimen.

-¿La Universidad Católica donde estudiaste?

-La profesora Grazia Sanguinetti de Ferrero.

-¿Germán, tu hermano mayor?

-Melquiades. Un alquimista del corazón.

-¿Tu primera relación sexual?

-Una carpeta. Una pared. Cualquier objeto consistente.

-¿Qué es la lectura?

-Tu rostro y el mío.

-¿Los Estados Unidos?

-El Gran Teatro del Mundo.

-¿España?

-Las miradas elocuentes de sus mujeres.

-¿El poeta mayor?

-El que escribió: “Temo el hacer que impone la lenta poesía”.

-¿El poeta más importante?

-El poeta más vivo.

-¿Tu libro de poesía?

Trilce, el único poemario tridimensional.

-¿Tu lectura más importante?

Piel de asno, ilustrado con antiguos grabados. Porque fue la primera.

-¿Tus maestros?

-Mi familia, la más pura de las casualidades.

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“Vallejo es nuestro hermafrodita universal”/ Entrevista por K. (Juan Carlos Ramiro Quiroga)

Juan Carlos Ramiro Quiroga (K.)

– El escritor y poeta peruano que visita la ciudad de La Paz vivió y trabajó en la ciudad de Santa Cruz a mediados de los años 90.

– En esa época colaboró en las páginas literarias de El Deber y en las memorables de Presencia Literaria cuando dirigía el poeta chaqueño Jesús Urzagasti.

1. Pedro Granados (53) está excepcionalmente en la ciudad de La Paz desde el pasado miércoles 6 de febrero. Es uno de los invitados especiales de la presentación de la revista boliviano-chilena “Mar con Soroche” que se realizará esta noche en la Fundación Arte y Culturas Bolivianas, Av. Ecuador Nº2582, entre Belisario Salinas y Pedro Salazar.

2. Entre las cosas que más recuerda de Bolivia, cuando trabajaba en 1994, es una charla terminal y crepuscular en Cochabamba con Luis H. Antezana, crítico y literato, con relación al par de sonetos “El ajedrez” que rubricara Jorge Luis Borges.

3. “Discutimos durante dos horas sobre el parecido de unos de los cuartetos de estos sonetos”, rememoró anoche Granados en breve charla con el ciudadano K. en el bar Bocaisapo de la Jaen.

4. Impelido por esas bellezas y por otras añoranzas de su paso por Santa Cruz de la Sierra, el K. le envío una entrevista que pasa a exhibir debajo.

5. Según el sitio Urbanotopía, Pedro Granados nació en Lima, Perú, 1955. Ph.D (Hispanic Language and Literatures) por Boston University. Ha publicado Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo (Lima: Fondo editorial PUCP) y (México: Universidad Autónoma de Puebla, 2004).

6. Además, los siguientes poemarios: Sin motivo aparente (1978), Juego de manos (1984), Vía expresa (1986), El muro de las memorias (1989), El fuego que no es el sol (1993), El corazón y la escritura (1996), Lo penúltimo (1998) y Desde el más allá (2002) y Al filo del reglamento.

7. Asimismo dos novelas: Prepucio carmesí (New Jersey: Ediciones Nuevo Espacio, 2000) y Un chin de amor (Lima: San Marcos, 2005).

8. El escritor y poeta peruano cuenta además con un blog denominado Pedro Granados, dedicado exclusivamente a temas literarios, sin caer nunca en los espurios debates políticos.

“La obra narrativa de Homero Carvalho fue la que me impresionó más”

– ¿Hace qué tiempo vivías y trabajabas en Bolivia?
El año 1994 viví y trabajé en Santa Cruz de la Sierra; en seguida después de terminar mi maestría en Hispanic Studies por Brown University, y poco antes de vincularme a Boston University donde conseguí un PhD también en Hispanic Studies. En Santa Cruz de la Sierra enseñé literatura en el colegio San José. Estas anécdotas, junto con otras y de variado tipo, alimentan parte de mi primera novela breve, titulada Prepucio carmesí (New Jersey: Ediciones Nuevo Espacio, 2000).

– ¿Cómo lograste ingresar a El Deber y dedicarte a elaborar críticas literarias?
Jamás ingresé allí formalmente, nomás era un colaborador de la página cultural; lo mismo que en Presencia Literaria de La Paz, cuyo suplemento literario dirigía en esa época mi amigo Jesús Urzagasti.

– ¿Qué libro te impresionó más de los escritores cruceños?
La obra narrativa de Homero Carvalho fue la que me impresionó más.

– ¿Hay algún autor literario boliviano de tu preferencia?
La poesía de Jaime Saenz, sin lugar a dudas.

-¿Cómo resumirías tu vida actual literaria?
Quiero publicar este año un nuevo poemario, Mar retinto, seis años después de salir Desde el más allá (Lima: Corza frágil, 2002). Mi obra reunida hasta ahora, Al filo del reglamento (2006), la pueden encontrar también en la web. Por otro lado, espero salga pronto, editado por la Universidad de Puerto Rico, un estudio-antología que he denominado “La poesía dominicana: el secreto mejor guardado del caribe”. Asimismo, promuevo la aparición de nuevos escritores a través de mis clases en la Pontificia Universidad Católica del Perú; en particular a través de los talleres de creación literaria que ofrezco allí, tanto en la facultad de literatura como en los estudios generales letras de esa universidad. Por último, llevo un blog cada vez con más gusto, lo concibo como un curso que ofrezco de modo permanente y a distancia.

Mar con Soroche

– ¿Cuál es tu opinión sobre el último número de la revista boliviano-chilena “Mar con Soroche”?
La iniciativa de esta revista me interesó desde el inicio, desde la primera hasta esta quinta entrega. Las relaciones interculturales siempre me han interesado; no sólo, como ahora, en las correspondientes a nuestro ámbito andino (Chile, Bolivia, Perú), sino también -por ejemplo- entre las del mundo andino y el caribe… mi segunda novela breve, Un chin de amor (un poquito de amor), refleja este compromiso y militancia.

Vallejo en ceviche

-¿Qué es lo no conocido o no revelado de la poesía de César Vallejo?
Que es, en palabras de mi amigo Alan Smith Soto, nuestro hermafrodita universal. Claro, entre otros aspectos fundamentales que enriquecen y matizan la lectura típica y ya tópica de la poesía del peruano. Vallejo no es puro compromiso político y social; por supuesto, tampoco es un poeta desentendido de su tiempo. Justamente por no haber andado desatento a su época lo más interesante en él son sus heterodoxias -y no ortodoxias- a Marx, Darwin, Freud, Cristo y a la misma cultura andina.

-¿Es posible escoger entre la poesía de Carlos Oquendo de Amat y Emilio Adolfo Wetsphalen?
Vallejo integra a las dos; ambas, la “hechizada” de Oquendo de Amat y la “entrecortada, oscura y sobriamente reflexiva” de Westphalen son meros ingredientes de la poesía de Vallejo; esto sin desmerecer la estupenda obra de esos dos representantes de la generación del 30 en el Perú.

https://culpinak.blogspot.com/2008/02/csar-vallejo-es-un-hermafrodita.html

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Primero es el ritmo

Primero es el ritmo. Enseguida, como montada sobre él o fundida con él, viene la palabra, el “verbo” (Génesis). Estamos en un momento cultural donde nos hemos extraviado y nos hemos desconectado del ritmo y, por lo tanto, es muy escasa la experiencia de bumerang. El ritmo atraviesa, oscila, envuelve, retorna y crea comunidad. No son las palabras, a las cuales se las lleva el viento. Y no arropan a nadie, empezando por quienes las pronuncian. Ni a cuadrúpedos ni a humanos. Sin embargo, sonámbula, la poesía hoy por hoy empieza por las palabras. Y acaso incluso con la mejor de las intenciones; se trataría de hacer filosofía con ellas. Aunque, con la peor de aquellas mismas, se trataría de establecer con las palabras un decálogo; unas nuevas tablas de auto-ayuda obligatorias para todo el mundo. La auto-ayuda como una nueva ley, sobre todo, post-coronavirus. Algo nada nuevo; sino que ya ha estado ensayándose y gestándose en toda nuestra región como mecanismo de control del imaginario y del deseo: Acción Poética. Poesía sin “patos” (en tanto catarsis y, asimismo, emblemático post-antropocentrismo) y sin “sombra” (Jung). Comer, oler, tocar, deslizarse, sumergirse, ni qué decir hablar, diseñados dentro del más lobotomizado protocolo. El verbo se ha trocado en puro significante o en algo más o menos así. Y la voz nos va resultando extraña en sí misma e incluso indeseable; hoy intentamos, mucho mejor, ser un palimpsesto, la más pulcra imitación de alguien. Toda la distribución de lo sensible (Rancière) contenida en un chip; aquel decálogo en tan acelerada construcción. Lo mismo en los States como en Bolivia. Un grifo que reposa al fondo del patio y que ya, teniendo cada uno agua en casa, ha pasado de cada vez más obscuro a prácticamente invisible.

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