Archivo por meses: noviembre 2021

CIUDAD TRILCE Y ¿TRILCEANAS CIUDADANÍAS? (PDF)

Resumen: Ciudad Trilce (2009), de Christian Vera Ossina (La Paz, Bolivia, 1976), constituye un cubo mágico, una propuesta intensamente antiliteraria y arduamente manual que da como resultado, al menos en apariencia, un cómic o un artefacto post-humano. Sin embargo, Ciudad Trilce también es una novela más alrededor de la vida u obra de César Vallejo. En este sentido, cabe preguntarse por su estirpe; cuál es la lectura de Trilce (1922) que subyace en su construcción; cuál la noción de las humanidades predominante allí; en qué consiste, cotejada con las otras, su aporte o novedad, y a qué tipo de lectores y futuros ciudadanos estaría apelando.

Palabras clave: poesía y poshumanismo, César Vallejo y sus novelas, Bolivia y César Vallejo.

Abstract: Ciudad Trilce (2009), by Christian Vera Ossina (La Paz, Bolivia, 1976), constitutes a magic cube, an intensely anti-literary and arduously manual proposal that results, at least in appearance, in a posthuman comic or artifact. However, Ciudad Trilce is also one more novel about the life or work of César Vallejo. In this sense, it is worth asking about their lineage; which is the reading of Trilce (1922) that underlies its construction; which the predominant notion of the humanities there; in what consists, compared with the others, its contribution or novelty, and to what kind of readers and future citizens would it be appealing to.

Keywords: Poetry and Post-Humanism, César Vallejo and his Novels, Bolivia and César Vallejo.

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Trilce – Tacora: Retóricas sin nombre

La idea de esta nueva línea de investigación de Vallejo sin Fronteras Instituto, surgió en el contexto de nuestra tarea docente en tanto profesores visitantes de la UFAC/ Programa de Pós-Graduação em Letras-Linguagem e Identidades (PPGLI), Rio Branco, Brasil; curso, “Humanidades de César Vallejo.  Centenario de Trilce” (sept.-oct. 2021).  En específico, en tanto y en cuanto, mientras en el aula nos familiarizábamos con Trilce, dejamos a nuestros estudiantes una específica tarea:

¿Cómo nos podría servir Glissant para conectar el portunhol de la poesía amazoense con ciertos tonos o cadencias –y a partir de aquí, sentidos, temas, dramas o alegrías– con la del resto del mundo?  Aunque, ciertamente, primero deberíamos encontrar esa poesía  –porque sin duda ya existe (en la rua o en el habla cotidiana)– o “inventarla” catalizando, su oralidad, con Trilce.  Me gustaría traigan a clase algún tono o fragmento de la oralidad del habla que escuchan en la rua y lo conecten a ciertos versos o algún pasaje de Trilce.  Los que hagan esto alegrarán mucho a Vallejo.  Este ejercicio lo publicaremos en el blog; pero, el que gusta, lo puede desarrollar un poco más a modo de trabajo final.

Trilce-Tacora-convertido

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Nilo Espinoza Haro, presente

Nilo Espinoza Haro, Huaraz 1945 – Lima 2021

Coincido, con Luis Alberto Sánchez, cuando puntualiza: “Los escritos de Nilo Espinoza Haro me hacen recordar la imaginación poderosa de algunos disparates ordenados y estéticos de Franz Kafka”.  Canon vinculante donde participaría, asimismo, la obra de Juan Rulfo, por lo que tiene de constante “Tic…Tac”, corsi e recorsi, entrada y salida, la identidad de algo allí. Y, junto con la del sujeto mismo que escribe, también la consistencia de todo allí, y a todo nivel de este Tic…Tac: prosodia, sintaxis, estructura del volumen, temas y motivos.  Lo único que parecería fijo, más que un tiempo y lugar, es una atmósfera; acaso limeña, que ha marcado a este sujeto de la escritura tanto como el Marcará de “Plaza San Martín”, relato liminar con el cual abrimos este libro –literalmente: colores, diseño y amplias solapas debidas a la absoluta complicidad de Lorenzo Osores– como quien pela una fruta.  Lima, cuyo paisaje, al modo de Da Vinci, lo constituyen una serie de capas superpuestas a modo de transparencias; y cuyo meollo no es algo distinto a una tela blanca: “aquella blancura que habitaba las / profundidades del espejo / era la nieve” (Javier Sologuren dixit).  Lienzo en blanco, más bien desteñido por los muchos años, el cual ciñe y cubre a un estóico bastidor.  Macedonio Fernández que en sus momentos de ocio, cuando para de jugar, contempla a Vallejo (otro niño al lado); aunque a  cierto Vallejo: “mañana que no tenga yo a quien volver los ojos,/cuando abra su gran 0 de burla el ataúd”.  Tal como consta en la “Liris salumba salífera” con que se cierra Tic…Tac, que “los creadores son hijos del fuego” (Ralph Waldo Emerson) y que “sin valor es estéril la sabiduría” (Baltasar Gracián).  Así sea.  P.G.

Sobre el último libro de Nilo,  Tic…Tac, escribí aquello; pero seguramente no todo sobre lo buena persona que él era.  Nos presentó Luis Eduardo Wuffarden, hacia finales de los años 70 donde, gracias a los buenos oficios de Nilo, escribí para La Prensa –bajo el seudónimo de Jules Renard– sobre artes plásticas en las galerías de Lima.  Y, justo ahora último, nos volvimos a comunicar.  Gran lector de poesía.  Vaya para él nuestra gratitud y amistad permanentes.

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Hitos de una Vida Continua: La poesía de Javier Sologuren

Leíamos a Javier Sologuren desde el colegio; la sensación que siempre se nos quedó a través de sus versos fue la de discreta intimidad, levedad y sutileza. Ya en los años universitarios nos llamó la atención la rigurosa arquitectura de sus poemas, su encauzado caudal, que, según hemos averiguado con el poeta, no obedecen a un trazado previo sino a la irrupción instantánea de un sueño resoñado, de un texto gestado largamente en lo oculto. Del mismo modo nos cautivaban su poderosa visualidad. De alguna manera, arquitectura y visualidad iban juntas refinándose, apuntando hacia una totalidad, desechando excesivas apoyaturas (sonoridad, signos de puntuación, figuras retóricas). Nos propusimos entonces algo que ahora daremos a luz, intentar dar cuenta de la coherencia y armonía de esa fanopea, de los pilares que sostenían dicha arquitectura. Incandescentes ideogramas, esta última, o discreto vocabulario el cual, hoy por hoy, podemos conectarlo a una mediación conceptual de corte multinaturalista; a un modo de pensar “amerindio” que surge desde la urbe moderna.

Pedro Granados, Hitos de una Vida Continua: La poesía de Javier Sologuren (Lima: Autor-Editor, 2010) ISBN: 978-612-00-0196-7

Sin embargo, el presente post es también un texto de extrañeza y de denuncia ante la omisión de nuestra participación, no nos importa o toleramos incluso  sea la Universidad de Piura la organizadora,  en el Congreso Internacional “Cien años de Javier Sologuren: Palabra continua” (dic. 1-3, 2021).  Nuestra convocatoria, con el mismo rango o categoría  de cualquier experto en el tema, no ha venido de parte ni del Comité Organizador ni del Comité Académico.  Y esto, aparte de parecernos realmente obsceno, nos causa profundo aunque acaso no menos esperado desencanto; lo cual, a través de un correo electrónico, hemos hecho saber a un par de sus responsables: “Estimables colegas, realmente ignoro por qué no me han cursado una invitación para participar activamente, y de manera destacada tal como cualquiera de la lista de sus convidados, en este homenaje a Javier Sologuren.  ¿Cuestiones ideológicas, de grupos de amigos, te tozuda insistencia en lo ya de sobra conocido o socorrido por la crítica?”.  A lo cual agregaríamos, ¿una vuelta de tuerca institucional más en la desaparición de Pedro Granados de entre la poesía y la crítica  de poesía en el Perú?  Por supuesto que sí.  Pero igual, y en complicidad con el poeta, le rendimos desde aquí nuestro homenaje .

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José María Arguedas y mi mamá

Resumen:

Testimonio post-mítico, aunque no menos ficticio, sobre la reticencia o “secreto” (Doris Sommer) en torno a las vidas de mi madre, Lastenia Agüero Prado, y José María Arguedas.  Migrantes andinos, ambos,  y contemporáneos.

Palabras clave: José María Arguedas, Testimonio post-mítico, Post-exotismo.

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