[De Sechura las garzas]

Para Amálio Pinheiro

I

De Sechura las garzas

Invisibles

Y asimismo las cabrillas

Harto visibles

Ignoro si amagamos la pandemia

Con la tantísima canícula

Donde fueron muriendo los garzas

Y más aún las nociones de lo mío

Y lo tuyo

Pero nunca las cabrillas

De un solo ojo

Que andaban rajadas por la mitad

Tal como mi oscilante alegría

Un solo ojo para orientarse

Y para hacerle compañía al sol

Rajado él mismo

Como la cabrilla como nosotros

Como casi todo

II

La gente sale del manglar cada día

Porque también nació de él

Y emerge de él hasta con el tiempo

Volverse una costra dura

Una mácula una pétrea espuma

Insignificantes en medio del desierto

Nosotros hemos bebido y comido

De aquella entraña

Es decir

Hemos conocido el sabor de la arena

Y desde los pies nos hemos impulsado

Cotidianamente

Fuera de aquel imantado fango 

De labios tan ávidos como untuosos

III

Viajar en moto taxi sobre aquellos desiertos

Es idéntico a remontar el cielo

Olvidarse de lo más elemental

Y no por ello

Adosarte a una fe palpable ostensible práctica

Una vaina de algarrobo  seca y dulce 

Ante pesadísimo tráfico

Briznas al sol

Garzas en huesecillos

Polvareda de remotas civilizaciones

¿Cómo irías a condenarte

Entre tanto amarre a tu corazón

Y en medio de este fango?

© Pedro Granados, 2021

 

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