Archivo por meses: marzo 2011

Juvenal, forever

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Perdido entre la voz de estos sucesos y estos techos blancos, tomados por la niebla, inmisericordes, como los charitos que picotean la guava del jardín vecino… que impiden cosecharla… pero que como pajaritos son de los más alertas, gorditos, frágiles y adorables. ¿Qué hace Juvenal Agüero ahora mismo? ¿Cómo espanta las moscas y mata sus pulgas? Por lo que pareciera, no han vastado los años para borrarlo del mapa… para apagarlo con el extinguidor que cada uno de nosotros llevamos dentro. Menos su buen amigo Edgar Artaud Jarry, de Chilpancingo y buzo de la poesía, que ahora mismo anda con un megáfono leyendo poemas con jóvenes treinta o cuarenta años menores que él… -soy una pera, dijo uno de ellos, y estuvimos celebrando y riéndonos con esta ocurrencia por horas a través del skype. O bien la muchacha de Chiapas a quien la lectura que hiciera Juvenal, en aquella frontera de México, inspirara lo que sigue:

Palabras que llenan la habitación vacía

Palabras dardos

Palabras frías

Palabras tranquilas

Que se clavan sin permiso

En medio de la mente.

No duelen

Sí duelen.

Juvenal y su bolsa de agua caliente para poder dormir, dentro de no demasiados años. Juvenal cara a cara con la pelona. Juvenal recibiendo homenajes póstumos, absolutamente de mal gusto por inoportunos. Juvenal entre estas cortinas que involuntarias baten y encorvadas se traban y no permiten escuchar con claridad al viento.

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La felicidad era una pelota de fútbol/ Rafael Moreno Casarrubios

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Muchachos, ya que están pasando la página del mes en sus agendas y programando marzo, anoten presentación de La felicidad era una pelota de fútbol. Miércoles 30 de marzo a las 11 am en el auditorio de la Universidad Ricardo Palma, Benavides, Surco.

En la mesa de presentación estaremos el Rector Iván Rodriguez Chávez, el Decano de Humanidades Pedro Díaz, Rubén Díaz, editor de Norma, Pechito y el gran Teófilo Cubillas -un gran honor para mí.

Prensa cultural y deportiva, vengan sport elegante. Más de un vino de honor, varios de diversión.

Espero que disfruten de esta novela tierna, lo más tierno que he escrito en mi vida. Pero no duele y seguramente da ganas de jugar pelota, aunque sea con una vini ball en la playa. Ah, qué rico.

Es también un homenaje al fútbol peruano de los 70, pero de taquito.

Tengan un marzo productivo y sumamente sano.

R

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