Alturas de Samaypata/ Leila Yatim (Tradução)

I

Samaypata é um Macchu Picchu em pequeno,
Nos dizem. E o vulgo acerta.
Hora e meia custa deixar atrás
O calor de Santa Cruz de La Sierra.
E instalar-se.  Passar
Pelo olho da agulha de suas ruas.
Sem tocar a pedra.
Sem pôr as narinas sobre a roca fria.
Saber que Samaypata nos espera.
Para morrer.  Para viver
Quiçá ainda mais desta maneira.
Com sua mansa arquitetura sob nossos pés,
Isso nos dizem.
Com sua impenetrável tela de ar,
Aquilo que nos ilustra.
Samaypata e a arte de morrer,
De ir morrendo enquanto caímos
Em seu profundo poço.

Como em Machu Picchu.
Ainda que samaypata é a morte pessoal,
Nem comunitária nem sideral. Individual apenas.
Um dia fomos ali
Com nossa índia camba
De longos cabelos, fortes e escuros.
Um dia ali fomos, em Lima,
Quando éramos crianças
E brincávamos em volta
De uma de suas huacas empoeiradas.
O gol era a morte,
Mas isto ainda não sabíamos.
E o alvoroço,
A mesma alegria de agora. Escura alegria.
Sem pôr as mãos sobre a roca dura
Nem os olhos fechados sobre a fria pedra.

II

Pertencemos a uma família tão antiga
Como a dos primeiros homens da planura
Ainda que na montanha também encontram
Nossas cinzas.
Fazer o amor sobre minha camba
É como penetrar dentro de um muro.
Como fazer o amor a uma rosa negra.
Samaypata é a fêmea
Escondida entre a folhagem
Pernas e quadris de mulher.
E tetinhas de cadela.
Assim era aquela escura moça.

E a pinga vira couro.
Por continuar caído sobre a pedra.
E os dentes teus saltam demais e os braços
Para melhor mordê-la e abraçá-la.
E as panturrilhas ficam como borracha
Para te impulsar
E ir conhecendo a arte de morrer em Samaypata.
Sem respirar a pedra nem lamber a roca dura
Nem jazer de bruços no fundo do abismo.

III

O regresso desde Samaypata
Me trouxe aqui.
Que não é Samaypata, isso está claro.
Que não sou eu, também.
Que não é ninguém, talvez. Senão sozinho
Certa miragem de luzes e altos edifícios
Sobre a paciente erva.

IV

Um mandar pode ser
Qualquer bocado.
Por isso escreves apesar
De teu sentimento impuro.
Não há um lugar nem um tempo
Ideal. Por isso
Aproximas tua cabeça
Ao abismo do papel.
Samaypata há deixado

Um largo rastro de estrelas.
De aglomeradas estrelas de morte.
Meia hora menos dura
E o caminho de volta ao plano.
A investida do calor
De Santa Cruz de La Sierra.
Ao assalto do frio de Boston.
Mesmo que por agora vivas
Dentro do avião de tuas lembranças.
E o fato próximo futuro
Seja o de tua própria extinção.
Quiçá em Samaypata.
Quiçá tocando a louça mesma
Daquelas esplêndidas estrelas.
Com nossa gota de sombra confundida
E feliz entre tantas outras sombras.
Mas isto não sabes ainda. E por isso escreves
Com tua solidão impura.
Pela metade sozinha. Acompanhada
Pela metade
Não há um lugar nem um tempo
Ideal.

»Leer más

La mirada, transfondo

Tal como lo comentaba por correo con el poeta Carlos Llaza, en ocasión de la publicación de La mirada (Buenos Aires: BAP, 2020), autor de la “Presentación” del libro, este poemario se correspondería o dialogaría estrechamente con un artículo largo y todavía inédito titulado, “Vallejo en Arguedas: ahora y siempre”.  Ensayo donde concluyo que, finalmente, contra lecturas políticamente correctas o incorrectas de su obra, J.M. Arguedas en el Zorro de arriba y el zorro de abajo – y ante Chimbote– es un ser que mira él mismo, y no sólo  aquellos zorros hechos uno, convertido en un “ceque”: prolongación sagrada de un punto de visión que viene desde el Koricancha.  Es decir, que de viejo estoy llegando a una etapa o situación, involuntaria o no consciente, en que la crítica va comulgando espontáneamente con la poesía, y viceversa.  Aunque, para completar el panorama, debemos añadir que aquel poemario también remitiría a una anécdota, y muy poderosa.  En concreto, a un relato o confidencia que nos hiciera nuestra madre en relación al asesinato de su padre, autoridad política recién nombrada por el gobierno de Augusto B. Leguía y acabadita de llegar a Cangallo (Ayacucho).  Época muy convulsa en todo el territorio nacional el paso de pardistas a leguiístas –años veinte del siglo pasado–, y en particular en la región de la sierra, tanto norte como sur.  Mi abuelo fue víctima de una venganza orquestada por un par de hermanos latifundistas locales.  Bueno, mi madre –la cual presintió la muerte de Demetrio Agüero, así se llamaba su padre– se fue derecho a casa de una tía que guardaba las llaves de la iglesia de Lampa (Ayacucho), pueblo donde vivía con su madre, las tomó, y no se detuvo hasta estar ante el Cristo cuyos ojos celestes, casi cerrados,  intempestivamente se abrieron para consolarla y darle ánimo.  Mi madre estaba en sus siete años y, cuando vinieron a darle la noticia, ella más bien  consoló a tío Moisés, quien la trató de mijita mientras la cargaba muy en alto.

Por lo tanto, plasmación de algo real y reiterativo, fruto de una anécdota o un sueño, no sólo ha sido Roxosol (2018), sino también La mirada; en este último casode uno de los relatos fundacionales de este apiñado pechito.  Pero, ojo, “mirada” entendida en tanto y en cuanto acto desmesurado, máxima empatía,  socorro extremo.

»Leer más

LA MIRADA/ Presentación de Carlos Llaza

La mirada confirma la solidez del estilo de Pedro y la eficacia de su manera de escribir poesía. Granados demuestra una vez más que es un artista con calle poética, cuya voz se resiste a categorizaciones simplistas y cuyo oficio gana vigencia con el paso del tiempo. El reconocido poeta y académico limeño revela entonces el lugar que la poesía, como epistemología y concepción del mundo, ocupa en la vida diaria. Así, al reconciliar los caóticos mundos interno y externo a través de un intelecto cruelmente tierno y sensual, La mirada de Pedro Granados se erige como un referente en la poesía contemporánea: ‘una nave / hacia la noche / hacia el día / hacia el horizonte’.

Carlos Llaza

Glasgow, 7 de junio de 2020

»Leer más

Nostalgia de una patria imposible. Estudios sobre la obra de Luis Cernuda.

ÍNDICE

I. EL ENCUENTRO (Túa Blesa) II. LUIS CERNUDA EN LA ÓRBITA DE SU GENERACIÓN (Francisco Javier Díez de Revenga) II. LUIS CERNUDA Y ANDALUCÍA (Luis García Montero) III. LUIS CERNUDA, CRÍTICO LITERARIO (Julio Rodríguez Puértolas) IV. LUIS CERNUDA Y LA ESCUELA DE ASTORGA (Juan José Alonso Perandones) V. TÓPICOS POÉTICOS EN LA PROSA DE CREACIÓN DE LUIS CERNUDA: DEL PARAÍSO PERDIDO AL EXILIO EN LA CIUDAD ESTÉRIL (Natalia Álvarez Méndez) VII. LOS POETAS ALEMANES EN LA OBRA CRÍTICA Y CREATIVA DE CERNUDA (Berti Balzer Haus) VIII. «TELARAÑAS CUELGAN DE LA RAZÓN», DE LUIS CERNUDA, UN COMENTARIO (Rafael Cabañas Alamán) IX. CERNUDA Y EL GRECO: OTRO OCASO RADIANTE («RETRATO DE POETA» Y SU CONTEXTO EN EL EXILIO REPUBLICANO «ESPAÑOL») (Juan María Calles Moreno) X. CERNUDA «DISPONIBLE»: UN HÁPAX EN SU POESÍA (Juan Antonio Cardete) XI. APROXIMACIÓN AL POEMA «UN CONTEMPORÁNEO» DE LUIS CERNUDA (Pablo Carriedo Castro) XII. OCNOS: UN DIARIO POÉTICO (M.ª Paz Cepedello Moreno) XIII. REGRESOS FUGITIVOS ENTRE CAVALIS Y CERNUDA (Charalampos Dimou) XIV. POLIFONÍA E IDEOLOGÍA: DIFERENTES VOCES EN LA POESÍA DE LUIS CERNUDA (Mario A. de la Fuente García) XV. EL MITO EN LA CONSCIENCIA POETICA DE LUIS CERNUDA A TRAVES DEL DISCURSO AMOROSO (Josep Esquerra Novell) XVI. LAS FIGURAS PRAGMÁTICAS EN LOS PLACERES PROHIBIDOS (Susana Fernández Centelles) XVII. CERNUDA Y LA LÍRICA POPULAR. PRECEDENTES Y VALORACIÓN EN SU OBRA (Sergio Fernández López) XVIII. LA TRANSFORMACIÓN DE LOS AMANTES: REMINISCENCIAS DE UN MOTIVO CLÁSICO EN LA LÍRICA AMOROSA DE LUIS CERNUDA (Inmaculada García Gavilán) XIX. RECEPCIÓN DE LA OBRA CERNUDIANA EN ESPADAÑA Y CLARABOYA (Saúl Garmelo Merayo) XX. LUIS CERNUDA: EMOTIVIDAD PLATÓNICA VERSUS MENTALIDAD PRESOCRÁTICO-ARISTOTÉLICA (Pau Gilabert Barberà) XXI. GALERÍAS, ESPEJOS, MEDITACIONES. IMAGEN DE CERNUDA EN JOSÉ ÁNGEL VALENTE (Xosé María González Xil) XXII. FANOPOEIA Y LOGOPOEIA EN GUILLÉN Y CERNUDA (Pedro Granados) XXIII. CERNUDA Y JIMÉNEZ: DESDE EL EXILIO (María Estela Harretche) XXIV. CERNUDA Y HÖLDERLIN: DE LA TRADUCCIÓN A LA FORMA POÉTICA (Jordi Julià) XXV. PENSAMIENTO Y POESÍA EN LUIS CERNUDA (Armando López Castro) XXVI. CORRESPONDENCIAS ENTRE LA OBRA DE FRANCISCO DE ALDANA Y LUIS CERNUDA (María Elena Martínez Abascal) XXVII. CERNUDA EN LA OBRA DE GIL DE BIEDMA (Eugenio Maqueda Cuenca) XXVIII. VIVIR SIN ESTAR VIVIENDO: LUIS CERNUDA VISITA A SAN JUAN DE LA CRUZ. EL ALIMENTO DE LA PALABRA (Tomás Néstor Martínez Álvarez) XXIX. LECTURA DE «NINFA Y PASTOR, POR TICIANO», DE LUIS CERNUDA (José Enrique Martínez Fernández) XXX. ENCUENTRO TRANSCULTURAL ENTRE JOHN DONNE Y LUIS CERNUDA. EL AMOR COMO EXPERIENCIA VIVIDA NO ANHELADA (Ana Isabel Martínez Vicente) XXXI. EL VIAJE EN LA POESÍA (DE LAS NUBES A DESOLACIÓN DE LA QUIMERA) DE LUIS CERNUDA (Juan Matas Caballero) XXXII. LUIS CERNUDA: LA MÚSICA CAUTIVA (Miguel Ángel Nepomuceno) XXXIII. LUIS CERNUDA: REFLEXIONES SOBRE TEATRO (Desirée Pérez Fernández) XXXIV. POESÍA, METAFÍSICA Y TRADUCCIÓN: CERNUDA Y ANDREW MARVELL A PROPÓSITO DE THE DEFINITION OF LOVE (Francisco Arenas-Dolz y Laura Pérez Rondán) XXXV. DIDÁCTICA SIMBÓLICA Y EROTISMO EN LOS PLACERES PROHIBIDOS DE LUIS CERNUDA (Ana Recio Mir) XXXVI. TRADUCCIÓN Y POESÍA EN LA ETAPA DE FORMACIÓN POÉTICA DE LUIS CERNUDA (Francisco Ruiz Noguera) XXXVII. EL POETA Y EL TEATRO: LA FAMILIA INTERRUMPIDA, DE LUIS CERNUDA (Cristina Sánchez Ávila) XXXVIII. WORDSWORTH VISTO POR CERNUDA (Sonia Santos Vila) XXIX. DISPOSITIO Y SENTIDO COMPOSITIVO EN DESOLACIÓN DE LA QUIMERA (José Miguel Serrano de la Torre) XL. UN RECORRIDO A TRAVÉS DE LAS DIFERENTES MIRADAS EN LA EVOLUCIÓN DE LA CRÍTICA A LUIS CERNUDA (Guillermo Soler Quílez) XLI. CERNUDA: UN DANDI EN BUSCA DEL SENTIDO POÉTICO (Aurora Suárez Rodríguez) XLII. EL POETA EN SUS DEMONIOS. FUGACIDAD Y CONCIENCIA EN LA ESCRITURA DE LA POESÍA DE CERNUDA (José Manuel Trabado Cabado) XLIII. LA CIUDAD EN LA POESÍA DE LUIS CERNUDA (María Elena Martínez Abascal) XLIV. ENTRE LA REALIDAD Y EL SUEÑO: EL INDOLENTE DE LUIS CERNUDA (Raquel Velázquez Velázquez)

»Leer más

Amerindios/Amerindians, ¿qué nos propusimos?

“Lengua de animal puro con que habla mientras la palabra es una bala certera al corazón”.Pablo Macera (“Prólogo” a El fuego que no es el sol, Lima: Ediciones de los lunes, 1993)

Nos propusimos pensar desde esta parte del mundo.  Pensar que no implica deshacerse de las emociones ni de los datos de los sentidos, incluido aquí el del pensamiento mismo.  Argumentar acompañado de una retórica situada; aquella  del paisaje americano y, en particular, del paisaje andino.  Trascender lo anecdótico; lo políticamente correcto; todo subgénero de literatura de auto-ayuda.  Aquello que piensa el grupete de amigos, a la larga siempre los mismos, guardianes y auspiciantes –en exclusividad– de lo que puede ser razonable.  Lo nuestro no consiste en pensar en libertad, lo cual es privilegio de algunos pocos que no piensan.  Lo nuestro es pensar de modo urgente, obligatorio y muy concentrado; tal como los niños en sus juegos.  Nacer, a modo de Pariacaca, simultáneamente de cinco huevos.  Y darnos “en bloque”, tal como César Vallejo, sobre todo en el pensamiento.

Lo nuestro fue pensar aquí para tocar hasta allá; aquella  última isla o cabeza de nuestro iluminado archipiélago.

Lo nuestro constituyó pensar y gozar.  No existe pensamiento amerindio; amerindios somos todos.  Como un delfín es un ser humano; aunque éste ya quisiera ser un delfín.

Pensar como una actividad que supera a la muerte; como un ejercicio donde todos somos perdonados.  Es más, en tanto una práctica que uno no puede ejercer si previamente no está perdonado.  Pensar para el perdón.  Perdonar y perdonarse para pensar.  Y llegar tarde a clases si en ello hemos estado entretenidos.  Tarde al bautizo, al matrimonio, a comprar aquella barra de mantequilla en el super mercado.  Pensamientos: bancos de peces de colores, oscilantes y que van de aquí para allá.

Si el pensar de la hormiga y aquel del taladro son, en profundidad, exactamente el mismo.  Cómo no lo será el de un amerindio frente a uno que no lo sea.  Amerindios todos entonces: líquenes, arañas diminutas, ladrillos de construcción, tractores –importados o no–, plegarias.  Todo un cúmulo de bellezas o de fichas con las cuales ponerse uno inmediatamente a jugar.  Toda  una fuente de luz que deslumbra porque se mueve y es de muchísimos y muy vivos colores.  Todo un dolor que se ha trocado en dicha por el único hecho de haber sido pensado.  Tal como, de modo previo a Amerindios (2020), ya lo habíamos formateado en un poema –ahora clave– de 1996; nos referimos a “[Estamos pensando]”:

Estamos pensando. Bola de fuego.

Bolo de fuego.

Red. Honda. Veneno.

Manos abiertas.

Estamos pensando. Aquí

en Santa Cruz de la Sierra.

Vapor. Señales de humo. Raíces.

Sin corazón estamos pensando.

Sin precisamente reflexión.

Sólo con el acorde

de algunos recuerdos. Porque eso somos.

Sólo con esa masa de objetos

sobre la superficie del río. Entreverados.

Separados. Disueltos. ¿Quién sabe?

Sólo con ese rumor y ese olor

que cubren el aire. Que instalan

como volutas sobre el río: Pensamientos.

Estamos pensando con un fino cedazo.

Entre branquia y branquia del pensamiento

una tela muy fina. Holandas

para lo visible y lo invisible. Cariño.

Estamos pensando con amor. Este es el secreto.

Esto es lo ignoto para todos los días.

Pensar con amor.

Y así el peje y la salamandra y el martillo

algo tendrán en común por el solo hecho

de haber sido expresados.

La esperanza también y las hojas de la palmera

algo tendrán en común.

De El corazón y la escritura (Lima: BCRP, 1996)

»Leer más

AMERINDIOS/AMERINDIANS

This bilingual edition presents to the English Speaking public the work of one of Peru’s leading poets, Pedro Granados. Leslie Bary, Sasha Reiter, and Isaac Goldemberg worked closely with the author to decant into English the poetic universe of Granados. Este libro bilingüe le presenta al público angloparlante el trabajo de Pedro Granados, uno de los poetas más importantes de Perú. Leslie Bary, Sasha Reiter, e Isaac Goldemberg trabajaron junto al autor para trasvasar su universo poético al inglés.

»Leer más