MESA 15: SABERES ORALES Y ENFOQUES CRÍTICOS EN LA LITERATURA Y EDUCACIÓN ANDINO-AMAZÓNICA

Grosso modo, esta valiosa mesa evidenció, en conjunto, interés en algo que se impone cada día más entre los estudios de las Humanidades en nuestra región; el cual implica todo un cambio epistemológico o, mejor aún, la necesidad de un giro ontológico. No solamente asumir la complejidad o simultaneidad del asunto (Edgar Morin o Cornejo Polar), en este caso el gran tema de cómo leer en tanto especialistas de alguna rama de las ciencias sociales o de la enseñanza de literatura oral/escrita; aunque, finalmente, asunto que implica el modo en que nos leemos a nosotros mismos y también en tanto comunidad. Ahora, tratándose en particular del Perú, y a muy buena hora, cómo el juego mismo del palimpsesto/ prototipo (“huella”/ “primer modelo” prospectivo que no ha perdido vigencia y se halla presente en la realidad), asimismo, va ganándonos en el modo en que nos acercamos a leer, por ejemplo, Dioses y hombres de Huarochiri; intentamos implementar modos de cosechar lo que los estudiantes desde ya traen al aula; o enfrentarnos al espinoso tema de la división, por lo general muy tajante, que solemos establecer entre oralidad/ escritura o español/lenguas nativas. Es como si constatáramos que las oscilaciones del Barroco, sus figuraciones (Doris, Polifemo, Acis, Galatea), sólo en apariencia son cualitativamente distintas; y, más bien, constituyen palimpsestos del mar (en la Fábula de Luis de Góngora y Argote) o de Inkarrí (en el poemario Trilce). Es decir, y por cierto, no se trata del Barroco canónico del siglo XVII; sino de un estruendo que hoy por hoy percibimos mejor y que en otro lugar hemos esbozado de la siguiente manera: Barroco +Vallejo=Barrojo. P.G.

 

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