El César Vallejo de Stephen Hart (1), informado y útil trabajo, diseña un degradé desde la picaresca –y el juicio, aunque implícito, severo a las andanzas del pícaro y prófugo nativo de Santiago de Chuco– a la elegía –a los versos hondos y el parisino, en aura de compromiso social, trance de muerte del poeta. Hart jamás percibe el aspecto cultural, aunque expone los ladrillos e incluso glosa y comenta puntuales calas de Vallejo en lo andino. Justo cuando finalmente se impone hablar de sexo –incestuoso o no– el crítico inglés calla. “Parado en una piedra”, tal como lo expusimos en detalle en nuestro libro del 2004 (Cap. III: “La poética del nuevo origen: La piedra fecundable de los poemas de París”) (2), alude no sólo a una manifestación o “paro”; sino también, de modo simultáneo, a una virtual cópula con la piedra, con la materia misma de lo incaico: sol –masculino– que se ha transformado en algo femenino, aunque esta piedra ahora se halle “cansada” o en crisis y sea, luego, incluso la propia “España” del famoso poemario póstumo dedicado a la Guerra Civil. Hart no percibe en su lectura la presencia de lo cultural, su constante opacidad y metamorfosis, sino únicamente como un museo de tópicos o taxonomía académica ya canonizada (3); un tanto como tampoco lo percibió la misma Georgette de Vallejo (4). Pero el mismo poeta sí lo hizo e incorporó aquello en su propio proceso intelectual y artístico donde lo político no se contraponía a lo mítico. Por esta razón, sus “Nostalgias imperiales” y su Trilce –que es versión escrita sintética y sincrética del mito de Inkarrí, elaboramos ahora mismo un ensayo sobre ello (5)– y su “Piedra cansada” son un mismo mito expuesto de modo minimalista y con vocación incluyente siempre. De lo afro-limeño, primero, y después de las etapas iluminista y revolucioria de su experiencia europea: francesa y soviética, respectivamente. Una biografía de Vallejo que no ventile aquel aspecto cultural en su relato lucirá siempre destrabada e inevitablemente fragmentaria. El problema es que Vallejo no hablaba nunca de esto, ni con su viuda ni con nadie. Su experiencia de lo sagrado, nada exclusivista o individualista sino más bien comunitaria, se tocaba con su radical experiencia de la poesía y para él, tal como en aquellos versos finales de “Huaco” (“[Yo soy]Un fermento de sol/ levadura de sombra y corazón”), le eran inherentes –acaso para ser más productivos en su obra poética — el pudor o el secreto.
En todo lo demás, aunque Hart de algún modo continúe la teoría y metodología de un Juan Espejo Asturrizaga, la exposición del profesor inglés es amena y, repetimos, a pesar de cierto puritanismo u holismo militante, extraordinariamente útil.
(1) Stephen Hart, César Vallejo. A literary Biography (London: Támesis, 2013)
(2) Pedro Granados, Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo [PhD Thesis, Boston University, 2003] (Lima: PUCP Fondo editorial, 2004)
(3) Acercamiento o curiosidad hacia la cultura andina donde, en su último trabajo vallejiano, Hart pareciera ya definitivamente haber renunciado. Nos referimos a su ponencia, “Y la tórtola corta en tres su trino: la poesía de Vallejo“, presentada en el reciente IV Congreso Internacional “Vallejo Siempre” (2021); la cual enfatiza y remacha la idea de que la obra de Vallejo es en estricto toda ella biográfica. Lo cual no sería de ningún modo reprochable; sino, más bien, merecedor de coincidir en ello e incluso celebrarlo; siempre y cuando se modifique sustancialmente –algo imposible para el crítico inglés– su idea de lo que sería una biografía no lineal ni unidimensional; en suma, a diametral distancia de la historicista, positivista y melancólica que aquel profesor desde hace ya rato ensaya. Nomás como un agregado, ignoramos si una vez publicada su ponencia nos cite, pero la tripartición de la poesía de Vallejo que Hart aquí establece –con eje en la gravitación de las mujeres o lo femenino para cada hito o etapa específica de su poesía: Los heraldos negros, Trilce y España…– , aunque no sea exactamente la misma, ni podría serlo, nosotros ya hemos descrito y estudiado de modo muy semejante en nuestro libro, Vallejo sin fronteras (Lima: Arcadia/Vasinfin, 2010), en específico en el capítulo titulado, “Mujer fatal, compañera y madre en la poesía de César Vallejo“.
(4) Pedro Granados, Trilce y Georgette
(5) Pedro Granados, Trilce: húmeros para bailar (Lima: VASINFIN, 2014)
*Texto ligeramente puesto al día respecto del que se publicara el 2013 en la revista Hawansuyo.