Archivo por meses: agosto 2021

A un joven poeta todavía

Ukulele o charango o ambos.  Percibo que has alcanzado una frontera que divide lo acostumbrado de un otro posible.  O, lo que es lo mismo, una página liminar donde ya no te convence todo lo anteriormente elaborado y tienes expectativa de lo que vendrá.  Aquel amor que en tus versos es un pretexto para bucear, constituye más bien ya un tópico, algo incluso molesto del que debes sin mueca alguna deshacerte.  Tus potencias creativas y tu imaginación están allí, pero falta una chispa que no sustituye la reflexión que ahora atizas.  Lo tuyo es estar loco, siempre loco, mantenerte a salvo  –al menos para la poesía– en este noble estado de flotación.  Encarna en tu gata, pero no escribas sobre ella, esta puede ser una entrada decente a un mundo tan necesitado de aquello hoy en día.  Ni utopía ni distopía, sí posantropocentrismo.  Rechaza todo gesto didáctico, lo tuyo es la creación.  Encuéntrale la vuelta a la política, juega a las espaldas de los defensores de la ética; aquel espacio creado sobre el gramado, justo frente al arco rival, es por donde debes precipitarte como una tromba.  No se niega la política ni la ética, pero se la mira al trasluz de la poesía.  En otra época se calificaban y punían las intenciones; sin embargo, hoy no existiendo las intenciones, tampoco éstas podrían evaluarse.  Una cartilla de buen comportamiento rige nuestras vidas, las públicas y las privadas.  Nos vamos  quedado sin aire para respirar y, el aire, es lo mínimo para que pueda sobrevivir también la poesía.  Que es el viento mismo, la gracia abundante, la rotunda y fiera belleza.  Aunque esto, hoy en día, pareciera que tampoco lo sabemos aquilatar.  Y sólo anhelamos encajar en ser ecológicos, holistas, “buenas personas”; previsibles en todo, en suma.  ¿Qué cómo andan los poemas que me has enviado?, pues bien y ahora mismo publico en mi blog  alguno de ellos.  Pero no por las huevas sabes tocar el ukulele. 

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HUMAREDA(S)

Para Luis Jaime Cisneros, i.m.

Como su nombre lo indica

Incienso

No hablo aymara ni quechua

Pero entiendo perfectamente

La mueca del beodo

Del que lleva el íntegro de su mundo interior

A la playa desierta de su  mirada

Lo oculto jamás es mayor que lo evidente

Y el hombre acaso sea una bolsa de mierda

Lo dijo un español, no Goya ni Quevedo

Un muchacho que atendía por ahí

En su bodega de ultramarinos

Aunque Humareda serían las heces del ángel

Como la poesía de Martín Adán

Otro borracho que a veces permitía

Oteáramos su chispa

Humareaba tras el mismísimo “orgasmo de Dios

Hecho para cisma”

En fin, que muy en el fondo Víctor y Martín

Serrano y costeño

Son exactamente lo mismo

Como que ambos se meaban

Dentro de sus pantalones

O que en el fondo

No les interesaba ni hembra ni varón 

Imantados a la maniobra

Aprendida y mejorada con la práctica

De encaramarse de un salto

Sobre su alfombra mágica

Y coincidir  ambos sobre el cerro más próximo

De Lima

Para contemplar desde allí

No sin discreto deleite

Lo bien hecho que estaba el mundo (Jorge Guillén dixit)

Dos zorros jugados a cuchichear

Lo que ya de sobra conocían

Y sin perder de vista jamás 

El cierre de la chingana más próxima

Ni varón ni varona

Como le acomodó también

Aunque con sus altibajos

A Jorge Eduardo Eielson

“Sucede que me canso de ser hombre/

y también de ser mujer”

Pero sin que hallemos tal romanticismo

En la catadura clásica de Adán o de Humareda 

Atentos los dos a su ponche de invierno

Tanto como Góngora, en aquella inolvidable letrilla,

Lo estaba a sus  castañas asadas

Que yo no sé quechua, aymara tampoco 

Ni entiendo cosas de borrachos

Únicamente en español

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No voy a guardar sentimientos encontrados en el mar/ Daniel Beteta

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A veces escondo las cosas de mi cuarto

para que la gata no las toque

sé bien que ella no entra aquí

aunque de inmediato,

surgen muchas preguntas

 

Dicen que cuando uno teme,

es porque algo esconde

pero no es siempre así 

 

por ejemplo, yo

recuerdo muy pocos lugares

a los cuales me dé miedo entrar

el taller de Barranco

es uno de ellos

no por él

sino por

ella

a la cual

no le temo, pero

la pienso con miedo

miedo a volver a extrañarla

y que ella ya no quiera, o

que simplemente ella ya no

entre allí,

 

y de inmediato,

surgen muchas preguntas

¿habrán cosas que no se pueden olvidar?

sí,

definitivamente,

aunque desaparecen

en la siguiente vida

 

aquí

hay un montón de cosas tuyas

quisiera enumerarlas

y que no las leas

para que no

las reclames de vuelta

porque la verdad

ninguna quiere irse

de mi lado

 

solo tú

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Pedro Granados/ Antonio de Miranda (trad.)

Confrontado ante la poesía

y ante mí mismo. Hondos

costados los del mar. Oscuros

sus sobresaltos.

Una herbívora gaviota lo sobrevuela,

me sobrevuela.

Confrontado con mis seres queridos,

con mis queridas amistades.

Haberlos traicionado a todos.

Menos en la desnuda lágrima.

Menos en el deseo incandescente.

Yo soy otro hombre ya.

Alguien que abre puertas

y se marcha. Algún otro que no busqué.

Que vino así y me fue tiñendo

desde los calcetines hasta el gorro.

Alguien que abre su puerta

y se va. Que ya se marcha para siempre.

Pedro Granados

 

Confrontado diante da poesía

e diante de mim mesmo. Profundas
bordas do mar. Escuros
os seus sobressaltos.
Uma herbívora gaivota sobrevoa.
me sobrevoa.
Confrontado com meus seres queridos,
com minhas queridas amizades.
Tê-los traídos todos eles.
Menos na lágrima desnuda.
Menos no desejo incandescente.
Já sou outro homem.
Alguém que abre portas
e vai embora. Algum outro que não procurei.
Que veio assim e foi me tingindo
desde as meias até o gorro.
Alguém que abre a porta
e se vai. Que vai embora para sempre.

Tradução de Antonio Miranda

Extraído de

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