Pedro Granados en el canon (oculto) de la poesía colombiana contemporánea

 Ilustración Cachorro

“En 1993, después de haber participado en el Festival de Poesía de Medellín, viajó a la Costa Caribe; en Cartagena, se reencontró con la pintora Bibiana Vélez, a quien había conocido, junto con Gómez Jattin, en el Festival de Medellín. Bibiana quería publicar un libro inédito de éste, que se había quedado en Medellín, y le pidió un concepto editorial a Granados. Entonces él hizo una mínima labor de edición del manuscrito: corrigió errores ortográficos y mecanográficos, quitó un verso aquí, limó una imagen allá. Y en el orgullo que no ocultaba de haber dejado su huella en Esplendor de la mariposa se hacía más claro su gran aprecio por la poesía del cereteano”  Joaquín Mattos Omar

1ero: Intervine, no sólo en el punto tocante a la “descuidada”  ortografía o vocabulario, en la publicación de El esplendor de la mariposa; edición casi artesanal de 1993 –en Medellín– y que luego pasara o se reprodujera, sin modificaciones, en las posteriores y definitivas.   En mi crónica de 2002, aunque no ahondo en ello, sí establezco ya algunas precisiones. Básicamente, fueron unas cuantas páginas mecanografiadas –con gruesas erratas ortográficas y otras, mínimas, de composición o formateo de los textos– las que recibí de parte de Bibiana. Gazapos aún más notorios en cuanto pertenecían a poemas breves y a escuetos versos. Lo nuestro fue una intervención leve; anfibia, entre el error y el acierto. Es decir, limar lo mínimo, apenas lo evidente, para que subsista el «ruido» particular de este poemario escrito a manazos entre el talento y el deterioro… en el que, por esa época en particular, andaba sumido el extraordinario poeta de Cereté. Siempre he creído, además, que corregir poesía requiere ponerse previamente a tono con un ritmo, universo y lenguaje específicos… y, por lo tanto, aplicar apenas la tinta blanca. Esto cuando se trata de una alta poesía, por cierto. Tal como en este caso, manchada por un descuido involuntario; por un pliegue, de menos o de más, por mera cuestión de la tintorería.  Testimonio de Bibiana Vélez Cobo.

2do: Mi crónica, “Si yo lo escribí: la poesía de Raúl Gómez Jattin“, poco a poco ya no aparece vinculada a su autor, este servidor, y va formando como parte de la tradición oral en el ámbito de toda la región.

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