Poemas de Juan Gonzalo Rose

Gastronomía 

Para comerse un hombre en el Perú
hay que sacarle antes las espinas,
las visceras heridas,
los residuos de llanto y de tabaco.
Purificarlo a fuego lento,
cortarlo a pedacitos
y servirlo en la mesa con los ojos cerrados,
mientras se va pensando
que nuestro buen gobierno nos protege.

Luego:
afirmar que los poetas exageran.

Y como buen final:
tomarse un trago.

Letanía del solitario

Cada tarde te pierdo,
como se pierde el tiempo
o la esperanza.
Cada tarde,
definitivamente,
te pierdo
como se pierde la paciencia.
Cada tarde
dices no.
Mueves la cabeza y dices no.
Mueves la tierra y dices no.
No mueves los labios y tu silencio dice no.
Infatigablemente,
cada tarde,
mi café solitario obscurece el planeta.

Juan Gonzalo Rose (Tacna, 10 de enero de 1928 – † Lima, 12 de abril de 1983)

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