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Poesía

Semántica en reversa. La hormiga-león o la travesía de un grafema II

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Por Armando Almánzar Botello

A James Joyce
A Samuel Beckett
A Jacques Lacan
A Jacques Derrida
A Haroldo de Campos
A Julián Ríos.
A Rodolfo Hinostroza
A Alejandra Pizarnik
A Oliverio Girondo
A Ti mismo/a, aunque no lo creas…

1

Fijo el yo en su punto atópico: en silencio desayuno disyuntiva oppositorum. Incurable sinthome por Lacan. ¡Y lo digo!, contradictio in adjecto aparente: saber hacer con el síntoma, lluvia, suplencia del nombre-del-padre.

En olvido la mano lo inscribe… letras… deslizo la tenue cortina…
¡Punto y aparte!…

Sereno en atención flotante, lloro, labro en el Libro Sa(n)grado. Miro a veces -bostezo- el fulgor asesino de la pantalla blanca, los mensajes presumidos de mi computador.

Y de pronto tropiezo en la letra; riéndome anciano radiante, analfabeto integral para el miedo, anacoreta muerto…

2

Afásico, agnósico escribe. ¿Agnóstico? Se cree
-ceniza presumida, cadáver- sinsentido luminoso de fruta,
logoteta o tigresa fatal. John Ashbery es mi testigo…

Aprovecho el malestar endiablado en la cultura,
el hambre de vacaciones de algunos cuantos apologistas, y escribe.
Casi casi unos versos apócrifos, bastardos por tan estúpidos, falsos Lawrence Ferlinghetti que plagian impunemente las maniobras del Señor Onán…

Ensamblajes bimembres y burdos de lugares comunes reñidos/ con el bien decir poético absorto en subyecto ignaciano tizón. Son meros lupanares de lexemas en un mall, sintagmas caprichosos del nuevo Discurso del Amo
y su vendimia postmoderna en Alma Máter imperial.

¡Consúltenlo ahora mismo en Google y sus buenos oficios! Mero zapping cibernético de muchachitos cleptómanos. Vocablos procaces pintados de epistémico mico tullido; ímprobo, íncubo, súcubo;
llovizna de harina muy blanca por mis sienes presumidas con ínfulas de fiesta grande mi payaso conceptual. Mas no llego a la llaga en el toldo de mi plástico Circo Perverso, ni a encontrar la poética triste de mi Día de San Andrés.

Gnoseología falsa que simula gran sapiencia. Pantalla de suficiencia.
Falsos perceptos y afectos… ¡Lo peor del hipertexto!
Carnaval trucado en prosodia retorcida y tumularia, en olvido de origen dialógico y genuino sentir popular.

Fractal y tardío el paseo, a caballo por tecno-ciencias, que ofrece a retazos conceptos -a buche, a plumas y a locas-, la impúdica poética esquizo que fluye por la Internet.

Cuidado con la oclocracia corriendo con brete y breteles hacia orinados tesauros de burros creídos uros. El lustre de las letrinas su lustrum latino brilla con la palabra antitética que nos regaló Satán, ¡perdón!, Lacan. Y bajo el sol,
re-escritos, sean todos los animalitos; las plantitas criptógamas tristes, estériles y presumidas, ¡como el Yo!; mas también las fanerógamas, en su heroico laureado patíbulo, en el libro de los proscritos, con su oronda inodora corola ensangrentada y verbal, ¡como él! Mas no perdamos el baile ni la memoria que sangra su oralidad popular…

¡Oh misterio a pleno insomnio de fugaces criaturas!

3

En la postura Zen de mi espera -desértica, vacía, abierta, como un ojo sin ambición de plusvalía simbólica- más allá de humo y esquirlas de imágenes epifánicas, crímenes de lesa lezama/lima/animalidad, rotas por mal letradas en el Taller Febril de la Nada, limpio de lodo palabras y hablo en verdad con otros. Mas con otros que no sean tan sólo un disfraz de Mí.

Muchos juegan sinsentido mas no inventan su sinthome, pues el Nudo Borromeo sólo alcanza sus virtudes de hacer vínculo social, si mantiene unido el trío que Lacan nombra Simbólico, Imaginario y Real.

Saber hacer con tu síntoma y saber hacerlo bien, aunque digan cien escritos
-croando para que crean- que jugar con la sapiencia es mera glosa tardía y perversa eru-dicción.

Precisamos ya decir que lograr con la suplencia sumar en un vendaje a 2 un redondel, y así llevar a 3 el nudo que sostiene metonímico el objeto vacío pero real, sólo evita el autismo de chupar con tu ventosa los fonemas del enjambre y las letras de lalangue; sólo impide con el lazo topológico de 4 la rotura de la caja provisoria de juguetes -¿Caja de Pandora?-, armazón de “n” semblantes que llamamos realidad.

Absuelto está que cite con mi voz de los 70’s: “Hay un solo teorema de luz irresoluta: mi propio espacio en llamarada”, dijo la hormiga-león.

“Una sola trenza es el enigma: mi escritura cargada de tridentes y de brújulas”.
“Agua padre como espejo sin azogue que desnombra/ tu semblante sin saberlo”, dijo la hormiga-león.

“Aduce con sadismo sus artritis mi escritura/me calcina con su lágrima alfabética silente”, dijo la hormiga-león.

Felicidad sin ilusión:
el poema ya está dicho y busca un pueblo que lo escriba…

4

No te hizo tu grafía por eso el gran esquizo, poseso de un acto febril de creación, siniestro en el exceso… No la obra todavía montada en este trípode. Pues cada arte sueña en su agua más hermética, lúcida,
-semiosis de su campo en su particular hacer- dicción y estructura, su travesía de hormigas, el choque grafemático que gruñe los fonemas, materia cacofónica, semántica en reversa, y un chorro de restancia en diseminación.

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[Y las cosas algunas]

santiagodelrio.wordpress.com

Y las cosas algunas
Y la tinta que corre
Y regreso al papel
Mi papel
Mi rosa encarnada
Jugarme
Entre estos entrecortados
Minutos
Clavados sobre la hoja
Con una cabeza
Aún más grande que esta habitación
Y unas manos gigantes
Separando, una,
Distribuyendo los naipes,
La otra.

Si muero ahora, si no respiro
Previa una bocanada
De perfume
Previa una mirada
A mi rosa
Previo el cielo más ancho
Aún que mi cara
Y que mis manos
Afanadas
En poner el último leño
En poner la última letra
A la boca del fogón

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‘El último tango’/ Edgar Arthaud Jarry

faceforums.com

Hay una chica que insiste en repetir
el papel que realizó María Schneider,
ella dice que yo soy Marlon Brando
y que debemos reunirnos en su casa
y actuar.

Pero yo no soy Marlon Brando,
no vivo en Paris y no quiero morir,
todavía.

La chica es muy linda, es tan linda
como una paleta de frutas jugosas,
pero me lanzó un ultimátum:
“si no ejerces de Brando, buscaré
otra pareja”.

Me embriago en la casa con Whisky
y arrojo la botella en el cesto.

¿Porqué no puedo ser Marlon Brando?

Destapo una botella de vino argentino,
escucho un disco de milongas y tangos.
Y bailo entre sombras.

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‘Volvió a vestirse con su nombre’/ Diana Araujo Pereira

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Volvió a vestirse con su nombre. Todos los días lo hacía para creérselo como una verdad imborrable. Su pequeño ritual consistía en incorporarse, y en cada parte del cuerpo pegarse una letra y un sonido. Cuando ya estaba hecha palabra escrita y hablada (para eso, claro, siempre necesitaba que algún vecino o amigo le llamara), cobraba un colorcito rosado en la mejilla. Pero se decía mejor a sí misma cuando le llamaba su novio, luego su marido, y unos años más tarde también su hijo.
Pero un día de pronto se le había roto el nombre. Empezó con un pequeño agujero en la esquina de la a. Ella no le hizo caso, y el agujero creció hasta desbordarse a las otras letras.
Ya con el nombre a medias, ni su marido, ni su hijo o amigos y vecinos lograban recomponerla. Se volvió humo, polvo, sonido lejano.

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work in progress/ Carlos Eduardo Quenaya

grupoliterariosignos.blogspot.com
Carlos Eduardo Quenaya (1984)

*
Ahora escribe lo que no puedes ver. Allí encontrarás un futuro posible: una tienda al borde de un acantilado, una serenata en la lluvia, una mujer escarmenando en el río sus cabellos.

En la majestad de lo visible, existen mundos que desconoces.

Tal vez la locura sea arribar con el cabello cubierto de sangre y flores encendidas.

O tal vez no.

*
Si consigo existir pagaré mis deudas. Es inútil y famoso abrazarte. Despotrico contra los horrores de la educación moderna. En mi vida sólo quiero saberme plástico y desproporcionado. A ti no te gusta cómo nos lame la luz. En el viento arden pestañas devorando la órbita que secuestró la magia.

*
Si ella habla, el amor estornuda. Si respira, el aire comenta la noticia con asombro. Ella juega y los pájaros se remangan las medias (y no paramos de reírnos). Ella me ama y mi organismo pega un grito, dos, hasta salir disparando como una comparsa de locos arrojando tomates.

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Paul Gauguin, camino del Gólgota


Núm. 534 (“Autorretrato”)

Sobre el recorte de su túnica clara

se otea otra túnica.

Más burda y también más oscura.

Algún otro cordero.

Cielo-coro

de evasivos polizontes:

máscaras, torsos desnudos,

pliegues, tambores sordos.

Múltiples miradas.

Un ojo mudo.

Una honda cicatriz.

Una boca.

Una larga y paciente espera.

Los pechos y los brazos

fuertes todavía.

Hace días que ha muerto.

Los pájaros volaron

a través de él.

La noche y la maleza

sortearon muy fácil

aquella puerta semi abierta.

¿Cuál de todos nosotros va

camino del Gólgota?

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[Poeta busca empleo]

crazypoems.net

Poeta busca empleo

muy bien remunerado.

Cura almas. Menos la suya.

O permite ponerlas

sobre cualquier papelito

para que ya no molesten.

Colabora en hablar con Dios

todos los días

como si fuera la cosa más simple

de este mundo.

Y aquí no ha pasado nada.

Tú sigues siendo tú

y Dios continúa siendo el mismo

aunque ahora con algo así, entre ambos,

como de un acuerdo entre caballeros.

Dejas de preguntar, deja de atormentarte.

Pero de todo corazón.

A las feas el poeta

les permite ser lindas.

Y a estas últimas disfrutar, también,

con el imaginarse ser de lo peor.

Aunque, ahí mismo, volver a la realidad

frente a la más próxima y golosa

de las miradas.

Todos los problemas de gramática

o comunicación

los resuelve, además, entre los hombres:

pobre diablo, farsante, comemierda

se mencionarán al desgaire

–de ida y vuelta–

y esto vaya si libera.

¿Cómo iba a ser de otro modo?

Para pagarle

pónganse las dos manos

en el pecho

y dejen libres los bolsillos.

Nadie ha de devolverles su dinero,

qué va. Aunque el poeta ya sabrá

disfrutar como un chancho con ello.

Los más concientes se sentirán justos,

ecológicos, realizados. Ojo

no sólo así se sentirán,

sino que muy de veras lo serán.

Y los denominados corruptos,

si es que a un verdadero corrupto

pudiese interesarle también la poesía,

caerán en la cuenta que estuvieron detrás

de un misio chancay de a veinte.

Que los grados de manipulación acaso

son insondables. Se mirarán el propio ombligo, entonces,

luego el de su prójimo, a través de tan distintas ropas,

por cierto, y comprenderán

que junto con ellos perdimos

inadvertidamente el tiempo.

Denle su dinero al poeta, su lugar

en este no lugar. Él sabrá convertirlo,

de modo puntual, en incienso muy fino.

A más caudales, más nítido

y permanente el humo.

Dense el espectáculo, para nada gratuito,

de verlo gozar como el chancho que es.

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Cuerpo sin dolor

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Para R. B.

Gel

Menta

Olor a cañas

Del lugar

Una escena:

Mis padres

Y sus sonrisas anchas

Ilimitadas

La infiltración

Va haciendo

Su efecto

Cuajando va

Poco a poco

En el poema

La alegría

Un cielo sin dolor

Donde poder escribir

¿a quién?

Todo el mundo sin dolor

¿y para qué?

Retorno

Me conformo

Gel

Menta

Mi mujer

Al lado

A oscuras

A la que no escribo

Pero que está allí

Como el dolor

Que no está

Y por eso puede escribir

Mi cuerpo

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