Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

¿Últimos poemas de Tobi?

Cristóbal “Tobi” Kanashiro (Colán, Piura-Perú, 1988). Presentará su primer poemario, El pez solar, el viernes 18 de junio (7 pm.), en el aula 217 del pabellón Z de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La invitación también se extiende al público en general, previa presentación del DNI en la entrada de la Universidad.

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Amanecer junto a ella

La vi en la mañana
La vi al despertar
Me asustó su mano
Y su pelo
Pero sabía quien era
Y me sentí bien

Iba caminando

Iba caminando
No frustraba mis pasos
Caminaba sin cesar
Hasta que tropiezo en el camino
O-yos-oí
Con la suela del zapato

Enfermedad

Una historia llamada sol
Y una vida por la luna
Que pronto sabré
Come papa
Vamos a fumar un cigarrillo

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POESÍA ECUATORIANA POST ALFAGUARA

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Iván Carvajal (San Gabriel, Ecuador, 1948)

El título alude a la antología de poesía ecuatoriana que hace, justo un año, publicara la editorial Alfaguara de España. Dicha antología reunió 49 poetas del siglo XX de dicho país y estuvo al cuidado de Iván Carvajal, conocido poeta-profesor que asimismo firma el prólogo del libro, como de Raúl Pacheco, editor y bibliotecario. Carvajal, aquí, confirma unos hitos poéticos ya canónicos (Medardo Ángel Silva, el José María Eguren norteño; el vallejiano, pero sin duda con voz propia, César Dávila Andrade; y el certero Jorge Enrique Adoum, escritor bien documentado y auténtico científico de sus versos, aunque no menos y acaso permanente secretario de Neruda) hasta otros autores más jóvenes que, según estos antologadores, parecerían apuntar a lo seguro; es decir, poetas que tarde o temprano constituirán parte indiscutible del parnaso nacional. Eso sí, nos llama la atención lo no tan bien presentado que figura aquí, y es probable no sea el único caso, el excelente Alfredo Gangotena (1904-1944) –caso muy similar a nuestro César Moro que escribió gran parte de su poesía en francés–; aunque una traducción es siempre otra versión, en lo personal prefiero al Gangotena de los poemas cortos, tipo “Arco iris”, y no al de los versículos de gran formato que son lo que de él hallamos más en este volumen. Otros dos autores canónicos en esta antología podrían ser el propio Iván Carvajal, de algún modo neo-modernista o en la estela de Medardo Ángel Silva, y uno no menos vallejiano (y no nerudiano, felizmente) como Iván Oñate. Entre los autores mucho más jóvenes, nos ha emocionado comprobar que César Eduardo Carrión (1976) es también verdadero poeta, es decir, no sólo excelente persona; creemos es uno –¿de los varios?– muy atinadamente presentados por Carvajal y Pacheco ya que el último poemario de aquél, Limalla babélica (Quito: Eskeletra, 2009), a contrapelo del tono menor y sutileza de corte sologureneano anteriores, luce ampuloso y en exceso retórico para nuestro gusto. En fin, también nos ha entusiasmado mucho encontrar entre las páginas de esta antología una excelente poeta como María Fernanda Espinosa (1964), cuyos versos –claro, junto a los de algunos otros– justifican la existencia misma de este libro; por ejemplo, PIRÚ: “En el Pirú/ Faltan palabras/ Para nombrar ciertas cosas// La gente dice/ del pecho su atrás/ para nombrar espalda/ o dicen/ del agua su duro/ en lugar de hielo// En el Pirú de mi corazón/ faltan palabras/ para decir te quiero/ del será su ayer”.

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La siguiente sumaria e incompleta antología, cuyos textos hemos tomado de la Web, son un esbozo de propuesta de lo que no se incluyó o, acaso, llegó tarde a la compilación de Alfaguara. Obvio, nuestro afán es ante todo lúdico o carnavalesco… en principio no nos mueve, aunque a priori no la excluimos, alguna forma de justicia poética. Esperamos, eso sí, hacer cada vez más larga esta breve lista. Depende de que los propios jóvenes poetas nos hagan llegar en directo sus textos; ya que de otro modo, al carecer de financiación institucional alguna, lo vemos improbable.

LUIS ALBERTO BRAVO (Milagro, 1979)

Cajita de música

Las niñas
juegan con las muñecas,
y por ello sus padres ríen.

Las niñas
les inventan novios a sus muñecas,
y por ello sus padres callan.

Las niñas
quisieran parir muñecas,
y por ello sus padres las abandonan.

CAROLINA PATIÑO (Guayaquil, 1987-2007)

EFECTO NARCISISTA

Estoy enamorada de una mujer…
oro blanco su fortaleza
en un momento no determinado
te hace caer en sus encantos
y te envuelve.
Ella dice lo que piensa
cuando lo dice lo hace sin pensar
en ocasiones
sus palabras se confunden con crueldad
soy el reflejo de todas las cosas
que tienen esa capacitad
la veo y me siento
toco su cara y su piel
le unto caricias y
mi intento de desamarrarla de defectos
hace que la ame más
frente al espejo me repito
gracias por ser ella
gracias por ser yo

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Más de ‘Tobi’

informatik.uni-stuttgart.de

El mono choro
Nunca supe qué hacer.
Pregúntale al otro.
No, ese es un floro.
No me gustan los juegos de niños
Porque yo soy muy grande.
Es así como se convirtió.

Pedro Granados
No es de Tarados.
Neurasténico, pero chévere
No tengo idea
Nadie lo conoce, escribe poemas
Que nunca vio
Pero usa lentes

[En la noche ]
En la noche
cocinaremos y cantaremos
Amor
En ollas de acero inoxidable
Y cucharas de madera podrida
Es sabroso
Aunque no sabe a nada
Lo que probé

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‘Ante las piedras de riesgo darwiniano’*

skyscrapercity.com

Parado en una piedra
Como esperando
A la espera
De ver de ver
Te procuro
Y me aliño
Para la cita

Piedra antigua
Y porosa
De labios
Y oídos
Y gestos
Inacabados
De cariño

Parado en una piedra
Como un espermatozoide

El beso más íntimo
Y contundente
Y acaso
Nada personal
Y un tanto librado
Al acaso ala
Casualidad

Parado en una piedra
Cabeza con cabeza
Nuestro pensamiento
Una pizca de humano él aquélla
Una pizca de piedra

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‘Mi Camino de Damasco’/ Armando Almánzar Botello

centrorey.org

La aspirina que consumo por motivos cardiovasculares, me produjo la fragilidad capilar excesiva generadora o responsable del sangrado interno que ahora parece estar floreciendo en la tensa superficie de mi piel. Semeja en su ritmo un vivo tatuaje. Esto hace que yo luzca, como he dicho, amoratado, parecido en el color a la entrañable fruta del caimito. Tengo en la pierna el color tropical de un mar envinado y borracho. Mi cuerpo recuerda un mixto fotográfico entre Polibio Díaz y Cindy Sherman.

No tengo más remedio que tomarlo con paciencia y humor. Debo anotar todos los detalles de este viaje intensivo hacia los abismos de la carne. Hacia el mundo. ¿Hacia otros mundos?

Sospecho que hallé curiosamente mi Camino de Damasco, la impredecible senda mística y fantástica. El accidente casero de mi desliz en Semana Santa, ocurrió el día previo a la Resurrección de nuestro Señor… Desgarradura del músculo aductor mayor de la pierna izquierda: ¡Puerta del milagro!

Pienso en ocasiones que ahora Dios me habla a través de las mutaciones de mi cuerpo. Ya lo decía el poeta Valéry: no hay nada más profundo que la piel.

Con la caída tremenda y después de la magulladura, mi ser yo entiendo que Dios ha transformado. Inscribe en mi carne con su letra cursiva el más puro dibujo que descubro perfecto. La huella de su mano brilla en mi epidermis una extraña belleza imprevista. Amarillos volátiles, rojos convulsos, verdes y azules aleteando en texturas y calambres, finos ritos de la sangre, intensidades puras, extraños laberintos por los que viaja la mente. Manchas en mi muslo después de la caída: Obras de arte místico para la posteridad.

De modo inusual un Dios pintor escribe. Se ríe conmigo y me cura con arte.

Pero en otros momentos de humor desfalleciente, o de una lucidez quizás menos intensa, pienso que mi caída fue un puro accidente, que ofrece el testimonio de una verdad banal: aquello que nombramos en la casa como “adentro”, es el simple y provisorio repliegue apaciguado del Afuera inconcebible y turbulento…

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Otro poema de Cristóbal ‘Tobi’ Kanashiro

E.Oblitas

¿Nada más pasará?

Mano a mano
Nada menos
Que una piedra pequeña
Y recién partida
Entre mis manos.
El amor la dicha
La vergüenza peluda
De la felicidad.
Que te amo que te adoro.
Y al alcance
Del gatillo seguro
Del tiempo
Seguro.
¿Pero habrá más?
Más amor todavía más dicha
Y no sólo esta forma
De la piedra chica
De sendas piedras pequeñas
Ahora mismo
Como abandonado
Y acurrucadas
Entre mis manos.

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[Imaginarme el mar]

mundopoesia.com

Imaginarme el mar y un hecho fortuito cualquiera como ahora el aire pesado el sol con su cubeta de luz permanente mis ojos en otro tiempo u otro lugar mis ojos bajo las plantas de mis pies en la playa sobre la arena de mis pies y hasta el agua que también es de arena y prodigioso sol de llanto y de extraña alegría la ciudad quieta como a la espera con boca y ojos cerrados y que como toda la ciudad es un sexo grande y dormido…esto lo saben percibir los poetas auténticos y también los falsos y este es el problema de la poesía… y tanto sol activo en jornadas de inmensurables horas achicharrándome sin remedio hasta los pies mismos de arena mojada de mar de boca de agua de mar de lengua de crustáceo sin pinzas ni desconfianza pura entrega de cangrejo nomás y en correspondencia directa con este sol quieto sobre las paredes de la ciudad que esperan desde el alba al olmo que pueda asegurar que pese a su modorra a lo hacinada de su alma allí vaya un individuo parco por la acera que siempre irá un individuo parco por la acera aunque nos hallemos en nuestra penúltima hora y hasta en la postrera… que no acertaron conmigo que no valió la pena sino tan sólo para mí mismo que todo lo arañé únicamente a las últimas bebí pero a ver si lo sabes si lo has visto si lo guardas ovillado en el bolsillo pequeño de la camisa como un ticket empapado de agua de mar como tus pies sujetos por la pura alegría de la playa por la travesura de la playa por el amor que no tiene extensión ni profundidad mayor que una sonrisa y como este evento absolutamente intrascendente y fortuito… allí está nuestra gloria para cualquiera de nosotros y la justificación a nuestra tontería de esperar mayor iluminación que la que viene a cubos de parte de un sol modesto y no menos familiar y no menos curioso que la ceja del sujeto que camina parco por la venida que atrapamos en un lienzo vivo un boquete abierto entre mi corazón y el tuyo

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‘Mi tu Poesía es una mierda’/ Edgar Altamirano

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Edgar Altamirano

Encendí la radio y escuché que traerían el cuerpo de un amigo que falleció,
no sabía que hubiese muerto; la radio intercalaba música de rock muy vieja,
todos los poetas son una mierda excepto yo.
Encendí la cafetera y elegí un café expreso largo y espumoso,
un joven poeta me había pedido un prólogo, insistentemente.
Leeré su libro, cada cierto tiempo alguien me escribe,
ahora escucho música de los Rolling Stones en la misma estación,
se lamentan de la muerte de un amigo.
“Está muerto” -dicen,
“igual no saldremos vivos de este puto mundo” -dice Nelson B.C.
“todos los poetas del mundo son una mierda excepto yo” -digo yo,
y destapo otra cerveza; mi amigo ha muerto.
Suena el teléfono, es el joven poeta enviando otro mensaje,
“estoy aguardando tu prólogo, es importante para mí” -me dice;
abro el libro, es un engargolado manchado con café y bocadillos,
escribo en la máquina: “este libro es una mierda,
se encuentra lleno de horrores, faltas de ortografía, de redacción,
no es que yo apruebe la corrección gramatical, es una idea apestosa”.
Apago la radio porque me desconcentra, destapo otra cerveza
y continúo: éstos no son poemas, no están resueltos, no dicen nada,
es una sarta de imágenes inconsistentes, yo odio las imágenes y
la complejidad para esconderse; este chico dice en una de sus partes:
“la poesía soy yo”, estoy a punto de quitar su libro de la torre de
libros y poemas pendientes, pero me detengo.
Destapo otra cerveza, enciendo el twitter facebook, LinkedIn,
messenguer y todas esas madres de la cultura,
sigo escribiendo estupideces, sin haber leído los poemas,
envío la respuesta, ocurrirá lo mismo que con muchos otros,
se quedará callado, botará mi texto a la basura,
sus correos desaparecen de mi buzón.
Años después, me encuentro con el libro en las librerías,
ganó el premio al mejor libro del continente,
es famoso, no aparece mi prólogo, dejo el libro en el estante,
salgo y camino, entro en el café “la covacha”
y pido un expreso, hojeo un legajo de poemas
que me envió una chica joven, muy guapa,
“es fabuloso” -pienso, y no necesito leer todos los poemas,
“tus poemas me rejuvenecen” -le contestaré;
no recuerdo los nombres de mis amigos fallecidos,
“usted es una gran poeta” -le escribiré,
y creo que estoy envejeciendo.

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Poemas/ Cristóbal Kanashiro

in-lan.com

EL PEZ SOLAR
un pez volava en el sol
y cayó y se ahogó en el mar
sus escamas rotas
sobresalieron de la camisa
de mi tía la gorda
qué gran pez.

EL PROBLEMA
No es con ti go,
ni la cena
ni el almuerzo
tampoco el jugo
pero sí el lonche.
Y así todos los días.

GATOS
Un gato en el techo
que come mucho.
Come lodo y tierra.
Come todo lo vivo.
Ahora en el tejado.
Azul
Con manchas.

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