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Ensayo

Desde otra margen: la última poesía española

“En Desde otra margen: la última poesía españolaPedro Granados nos ofrece una arriesgada visión de la poesía española de las tres últimas décadas, denigrando la poesía de la experiencia y devaluando la del conocimiento con Valente a la cabeza. Valiente sin duda, el autor ningunea la labor poética de Octavio Paz o de Blanca Varela y valora, con muchos matices, la nueva poesía del compromiso (Riechmann) o la antipoesía a la española (Binns). ¿Por dónde está entonces el buen camino? Creo que postula una poesía personal, de largo recorrido, con humor, comprometida pero no política, mágica pero no hermética, reflexiva pero no onanista. Valioso artículo porque, aciertos, errores o coincidencias a un lado, remueve inteligentemente el anquilosado panorama poético español” (Marcos Taracido)

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INFRARREALISMO/S

“Tal como los textos de Hora Zero, la poesía infrarrealista y la que en específico compila esta antología “personal” (de Rubén Medina, autoincluido aquí) ha patéticamente envejecido.  De manera simultánea a Ginsberg, las muchachas, Rayuela, Fidel Castro, el LSD, la & y un amplio etcétera.  Enhorabuena.  Ahora sólo nos queda, siempre es la tarea pendiente, hacer poesía.  Los que se salvan aquí son Edgar Artaud Jarry, por su “esposa”, inteligencia y sentido del humor; y el mismísimo Mario Santiago Papasquiaro, el de  “mi patria es este cacto jugoso que arranco de la boca misma del desierto”, que siempre fue un gran poeta y de ninguna manera un grupo. El resto no es silencio, sino un murmullo apiñado y denso.  A esta antología ni la salva el sesudo, inofensivo  y aburrido texto introductorio del profesor  Medina, el de  “Applying for citizenship”, aunque cite y recite a Roberto Bolaño, asomando con un manifiesto (“Déjenlo todo, nuevamente”) también  por aquí” (Pedro Granados, “About perros“)

 

OCTUBRE 29, 2018 VALLEJO EN MARTE, MARTE EN VALLEJO: LA POESÍA DE EDGAR ARTAUD JARRY

30/01/18: Visión infrarreal del Infrarrealismo

29/01/18: Infrarrealismo en Paz (La)

26/01/18: Infrarrealistas, visceralistas, infra-mariosantiaguistas

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Manuel Velásquez Rojas, César Vallejo (1892 – 1918)

Manuel Velásquez Rojas, César Vallejo (1892 – 1918) (Lima: Edición del Autor, 2018)

“El propósito de este libro es que la vida de César Vallejo ingrese a los hogares peruanos para que sea leído y admirado” (MVR)

Al topónimo prehispánico “Chuco” [vocablo culle] se le suma, luego de la conquista, el de “Santiago”; es decir: “cabal combinación lingüística que no eclipsa a ninguno de sus dos componentes: Santiago de Chuco” (13).  Un oxímoron, fundacional, de los muchos que se trenzan –y a varios niveles– en la vida y obra de Vallejo.

“En sus poemas iniciales César Vallejo les habló a los niños peruanos; en su último poema [“España,…] les habla a los niños del mundo.  Su poesía ha crecido y ya es universal” (159).  En paralelo al decantamiento o metamorfosis de lo femenino –de LHN a España, aparta de mí este cáliz— en la voz poética de nuestro autor.

“Afirmo que César Vallejo hasta 1918 posee un alma romántica: su única manera de estar en el mundo es ser romántico.  Los temas del romanticismo que se han hecho carne en la vida de César Vallejo son a) idealización de la mujer amada; b) búsqueda y encuentro de amores imposibles; y c) nostalgia por una civilización periclitada” (188).  Bien por a) y b); pero la cultura precolombina no es mera “nostalgia” en esta poesía.  Sino, desde una perspectiva actual, constituye un caso de mediación conceptual entre el pensamiento amerindio y el de overseas; un espléndido ejemplo de multinaturalismo.  Desde esta perspectiva, además, la tesis doctoral del propio Manuel Velásquez Rojas, “La zoología poética de César Vallejo” (1976), se torna particularmente sugestiva y pertinente para ponerla en diálogo con estas nuevas teorías.

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Trilce/ Teatro: guión, personajes y público

En constituir la anagnórisis de un ritual simple y cotidiano  –y no la “lejanía” de un mito ni propiamente la “promesa” de una  utopía– allí mismo se comprueba la eficacia de Trilce/ Teatro: guión, personajes y público (“Prêmio Mario González” 2016, Associação Brasileira de Hispanistas).  Por ejemplo, cómo el sol –a cierta hora del día–se vuelve anfibio; o cómo una ola del mar puede ser una “edición en pie,/ en su única hoja el anverso/ de cara al reverso”.  Trilce/ Teatro nos convida a participar activa e imaginativamente en este juego inagotable de intersecciones –y a la larga gratificaciones– que constituye nuestra cotidianidad. Con el añadido de que esta invitación trilceana, en tanto su cronotopo es solar-andino, tiene un sesgo cultural específico y, no por ello, menos universal. Trilce/Teatro, en suma, nos convida a constituir juntos un múltiple y complejo “archipiélago”.

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Pedro Granados/ Revista Cronopio

VALLEJO EN MARTE, MARTE EN VALLEJO: LA POESÍA DE EDGAR ARTAUD JARRY

CÉSAR VALLEJO, UNA BIOGRAFÍA LITERARIA DE STEPHEN HART

AGUAS MÓVILES DE LA POESÍA PERUANA: DE LOS FORMATOS A LAS SENSIBILIDADES

TLC (TRADUCCIÓN, LECTURA Y CRÍTICA)

AJUSTE DE CUENTAS, UNA ANTOLOGÍA «A CUCHILLADAS» 

BIBIANA VÉLEZ COBO (Y YO) EN EL ESPLENDOR DE LA MARIPOSA, DE RAÚL GÓMEZ JATTIN 

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A Gonzalo Portocarrero, i.m.

 

De este modo, de entrada encontramos en este crítico una actitud ecléctica: “pese a que mi objetivo sea propiamente sociológico será inevitable hacer un recorrido por la filosofía y el psicoanálisis, e, incluso, por la mitología y la recolección de testimonios” y que no excluye, muy sugestivamente, tampoco la instancia personal, por ejemplo: “Desde el punto de mi experiencia vital, creo que la generación a la que pertenezco no pudo y no quiso ver el mal…

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Sobre autobiografías vallejianas

barranco, la ciudad de los molinos. césar vallejo y barranco

A propósito del libro de Miguel Pachas Almeyda, !Yo que tan sólo he nacido! (Una biografía de César Vallejo) (Lima: Juan Gutemberg Editores, 2018).

Juan Espejo –tal como el Juan de los Evangelios– escribió enamorado de su amigo César Vallejo, y como para justificar su perfil bajo, su propia poca cosa.  Georgette, su viuda, lo hizo –por celos– de espaldas a Los heraldos negros y a Trilce, a implícitos otros amores de Vallejo allí; y, a cambio, anarboló o reemplazó a su marido por una idea, la de su propio socialismo.  Georgette escribió de espaldas al Perú.  Es decir, y al tratarse sobre todo de escribir la biografía de un determinado autor, más bien todos nos autobiografiamos.  Y este autoretrato es fruto del positivismo: “resumen y resultado de la ideología capitalista” (Roland Barthes).  Es decir, atesora un enorme efecto de realidad; aparte de estar, de antemano, persuadido de la consistencia y empaque del individuo al que dedicamos, precisamente, la escritura de una biografía.  Positivismo burgués y antropocentrismo, en suma, los que hasta hoy mismo presiden la elaboración de estos artefactos textuales.

De este modo, existen también algunos otros enfoques, si no matices de aquellos dos de arriba, que han ido fijando y modificando, sobre todo, el sentido de la poesía de César Vallejo y, en paralelo, también el de su biografía. Enfoques que aparecen sumariamente reseñados, aparte del trabajo de Ricardo J. Kaliman (1994), en David Sobrevilla (1995) y en Américo Ferrari (1989).  Para este último, cuya reseña nos parece la más ponderada y matizada entre las otras: “la obra de Vallejo podría caracterizarse con la expresión difundida por un libro de Umberto Eco: es una obra abierta”. Ahora, esta obra abierta ha suscitado lecturas, asimismo, más o menos “abiertas” o complejas. Recordemos, entre otras, las de André Coyné, Alberto Escobar, Jean Franco, Rafael Gutiérrez-Girardot, Keith Mc Duffie, Julio Ortega, Eduardo Neale Silva, Roberto Paoli, Guillermo Sucre… Michelle Clayton.  Lo que caracteriza todas estas lecturas, aparte de no aplicar una metodología preestablecida, es que la investigación se apoya en ciertos contenidos semánticos de los poemas y de ellos parte, estudiando su alcance en la obra en relación con la escritura y sus procedimientos. Otro tipo de lectura es la que parte de ciertos rasgos estilísticos para deducir desde estos la visión del mundo del poeta. El autor que acaso más ha avanzado en esta dirección es Giovanni Meo Zilio (Stile e poesia in César Vallejo).  Otros críticos como Walter Mignolo, Enrique Ballón o Irene Vega, han querido aplicar métodos preelaborados por lingüistas y doctrinarios de la semiótica y de la poética. Los resultados, aunque con trabajos por lo general minuciosos, no son del todo convincentes. En el polo opuesto, encontramos estudios exclusivamente dedicados a la interpretación de las ideas y la temática, pero que soslayan, como lo hace James Higgins, lo que constituye propiamente a Vallejo como poeta, esto es, su singular lenguaje poético. Ello también puede suceder en algunas exégesis –en la senda de Georgette de Vallejo– que reivindican la poesía de Vallejo como exponente de una ideología, escuela o movimiento filosófico, sociológico o político. Las principales son las existencialistas (las cuales: “confunden a Vallejo con su dolor”) y las marxistas (George Lambie, ¿William Rowe?, y ahora Miguel Pachas Almeyda*).  La exégesis de Juan Larrea comete el mismo error que los ideólogos, pero al revés: deja de lado lo que puede haber de social y de político en la obra poética de Vallejo; aunque, creemos a buena hora, y contra la corriente, recupera la fantasía que es un rasgo muy poco positivista y burgués.  Por último, existen algunas lecturas sobre el carácter del sujeto Vallejo y que han detectado el complejo de Tántalo o Edipo en su obra literaria: Max Silva Tuesta (1994), Juan Francisco Rivera Feijoo (1984) y Stephen Hart (2013).  E incluso otras, referidas más bien a los tipos humanos de los vallejistas (Silva Tuesta). Todo lo anterior, sin excluir los enfoques que intentan iluminar la dialéctica masculino-femenino en la obra del peruano, por lo menos desde Eduardo Neale-Silva (1975), Jean Franco (1996) y Susana Reisz, entre otros.  Hasta aquellos investigadores que, hoy mismo, ensayan acercamientos multiculturales y  multinaturalistas –simétricos o post-antropocéntricos, estos últimos– en plan de  abordar  la obra-sujeto César Vallejo.

Ahora, por qué motivo ilustra –a este sumario ensayo en nuestro blog– la foto de la portada de “Vallejo & Barranco”.  M. Gonzalo Bulnes Mallea (ed.).  Barranco: Ciudad de los molinos. No 6. 1996.  Creemos que ante el positivismo e incluso el pavlovismo, bien intencionado, de un Juan Espejo Asturrizaga, –aunque hasta el día de hoy aquellos constituyan la “teoría” más extendida y vigente– “Vallejo & Barranco” nos invita a pensar de otra manera.  No una, unidireccional y monologante, sino cerca de cien voces, nos brindan aquí testimonio sobre Vallejo.  “Biografía” prismática con la que paliamos, al menos en parte, el monopolio de la “verdad” del autor y su autoritarismo consecuente.  Autoritarismo como meta del discurso y con el que, por lo común, al final se solaza el propio biógrafo, en desmedro de un lector inteligente.

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Crítica e imaginación

Foto

Para entender la poesía de mi profesor Pedro Granados, me animé a  diseñar lo que creo que significa ese proceso. ”Cabalgando entre las gomas”, es la idea que tengo para explicar lo que quiere decir, cuando escribe y aparentemente no dice. Decir algo, en su poesía, es decir, leyéndola entre las líneas, interpretando  los fragmentos que construye sin linealidad. Es como el juego de las gomas, de mi infancia. El que consigue pasar esa telaraña de gomas, inventadas a propósito, es el que posiblemente descubra el sentido de la poesía, lo que ella grita, a escondidas.

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