Blog de pedro granados/ Juvenal Agüero

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A la memoria de Rodolfo Napurí, mi exalumno del San Andrés, gran amigo y devoto eterno  de la lingüística.

Mis respetos a los que siguen este blog.  Meus parabéns! Espero algún día conocer Menlo Park; así como entrevistarme con aquel remoto –desde el Perú– ocasional visitante de Reunión; y, no menos,  aparecerme de repente y en persona a los que me leen –acaso por larvario escrúpulo– de incógnito.  Probablemente sé quién se da una vuelta por aquí desde Londrina; e imagino también al que lo hace –como buscando un poco de sol andino– desde Londres.  Sin embargo, no tengo idea de quiénes pudieran ser los limeños que también acuden por aquí; digo, no delimito sus nombres o apellidos, pero sí mensuro sus caras contentas (las de mis amigos) o descompuestas (las de mis enemigos).  Hablo en plural y en masculino para no despertar suspicacias de género.  Aunque nadie carece ni es inmune al odio de alguna mujer.  Ni tampoco es incomún que alguien  haya merecido su compasión, su cariño  y su amor.  Así están las cosas; así mismo he ido cultivando este huerto… “Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito”.  Entre esto, aparte de mi fervor por Trilce, mis textos dedicados a la poesía española, a la poesía dominicana y a la poesía Latinoméricana en general.  En particular, mis puyas a muchos autores célebres, en las que punto por punto me ratifico; y mi auspicio –si es que en algo contara– a muchos escritores jóvenes (poetas, traductores, narradores) de estas, también, repúblicas jóvenes.  Mi bitácora (mi crítica) no se distingue de mi vida, y viceversa; que mis crónicas o mis testimonios hayan acertado o no es otro cantar.  Pero he acompañado la literatura casi, con semejante escozor, desde mi prematuro despertar sexual; de aquí lo de Prepucio carmesí, mi primera breve novela del año 2000.

            Sin embargo, advierto que mi obra es póstuma; por este motivo me apuré –en julio pasado– en dejar algo así como mi definitivo testamento:

Contra la falsa modestia

El mejor poeta del Perú soy yo

No luego de o después de sino
Solo más joven que César Vallejo.
¿Debo esperar lo confirme
Ricardo González?
También, aunque sin proponérmelo,
Sino por necesidad pura
El mejor lector de poesía
Nacido y muerto justo
Más tarde que el cholo.
¿Debo decir amén a lo que no dicen
Los porfiados de El Comercio
O a lo que dicen
El granel de epígonos
De Antonio Cornejo?
¿Debo aceptar mi tiempo
Tan manoseado como está
Y callar?
¿Debo atenerme a mi fama póstuma
Como si fuera fama lo que procurara
Y no aquello a lo cual me avoqué:
Un cernidor para separar
Poesía de charlatanería
Un cedazo, tampoco muy fino,
Para aplicarlo como a un estadio lleno?
Con entraña nací
No sólo con oído
Para dar entre mil
Y simultáneos textos
Con aquello que vale
Y en el formato que estos vengan
Barroco coloquial minimalista
Y tantas mezclas felices
Con tal que las acompañe
Un corazón aguerrido
Así que críticos
Que se ganan la vida
Estando críticos
Poetas que pasan por poetas
Queridos contemporáneos
Algunos muy listos
Que la inteligencia no basta
Que tampoco la religión alcanza
Ni acaso es suficiente
El hecho de  todos haber sufrido
Una  bala cruza rauda en campo abierto
Y nos derriba.

Otro breve capítulo que va a “Poeta sin enchufe”, nueva novela breve en preparación.

Puntuación: 5 / Votos: 8

Comentarios

  1. Aldami Fernández escribió:

    Eres increíblemente osado, Pedro Granados. Eso cuenta para tu historia y legado. Hacer que las palabras quemen, bailen y liberen energía, no es suficiente. El corazón y la matriz, así como la inmensa ternura, tienen que atravesar todo.
    con género y todo

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