Archivo por meses: septiembre 2010

‘El último tango’/ Edgar Arthaud Jarry

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Hay una chica que insiste en repetir
el papel que realizó María Schneider,
ella dice que yo soy Marlon Brando
y que debemos reunirnos en su casa
y actuar.

Pero yo no soy Marlon Brando,
no vivo en Paris y no quiero morir,
todavía.

La chica es muy linda, es tan linda
como una paleta de frutas jugosas,
pero me lanzó un ultimátum:
“si no ejerces de Brando, buscaré
otra pareja”.

Me embriago en la casa con Whisky
y arrojo la botella en el cesto.

¿Porqué no puedo ser Marlon Brando?

Destapo una botella de vino argentino,
escucho un disco de milongas y tangos.
Y bailo entre sombras.

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Esquema de la poesía española: siglo XX al presente

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Jaime Gil de Biedma (1929 – 1990)

Años 40-50:
Existencialista-social realista (Neruda y cierto Vallejo). Dámaso Alonso. Poesía mimética.

Años 50-60:
Monólogo dramático (Langbaum). Autobiografía, poesía, como prosopopeya (Paul de Man). Sujetos son cuestionados (Borges). Gil de Biedma: monólogo de la otredad (¿autismo?). Imposible transparencia del yo (“soy esto”). Desdoblamiento dialógico del yo. Somos lo que decimos ser. Historia como ficción. Arduo problema: el de la identidad. Polémica: Biedma-Valente.

[Desencanto: Incapaces de derrotar al franquismo España se llenaba de turistas y se vaciaba de campesinos y obreros que acudían a Europa. Impotencia cívica se hizo poesía (masoquismo histórico colectivo)]

Años 70:
“Novísimos” (culteranos, venecianos). El ámbito de la poesía no es la realidad sino el lenguaje. Aguda conciencia y exhibicionismo del palimpsesto (huella cultural previa donde se inscribe toda “creación”). Pastiche. Sin embargo, también encontramos poesía femenina, figurativa, que relee de otro modo o menos patéticamente los años 40 (María Beneyto).

[Señoritos de la poesía. Malditismo de De Villena; bibliofilia, Gimferrer; glamour a toda prueba, Ana Rossetti. Importancia de Mallarmé: la poesía no se hace con ideas; sí, con palabras. Mutación de la sociedad española: más tolerante y abierta; pero también más fatalista y escéptica; más instruida, aunque también más banal… curiosidad por la subcultura, regreso al Modernismo y desdén por el compromiso socio-político]

Años 80-90 (2000):

Recupera la “experiencia”; pero, más bien, la experiencia de la prosopopeya (narcisismo prosopoéico). La publicidad y el realismo sucio (Charles Bukowski doblado sobre la pantalla de algún cine de barrio); en suma, y aunque parca, la anécdota. Realismo retórico y moralista de corte tradicional. Polémica: D’ Ors – Riechmann. Antivanguardista. Antitrascendente. “Integrados” con la realidad. Sin voltaje (Pound). Realista y divertida. Intimismo fácil y prescindible. Poesía comprometida y políticamente correcta, en los primeros años del 2000, aunque no por esto menos retórica y radicalmente ingenua (“Poesía de la conciencia” vs. “Poesía de la experiencia”). Algunas voces interesantes y a su aire: Angela Valley, Jesús Aguayo y Antonio Moreno Figueras.

[Declive de la poética novísima y recuperación de los poetas del 50… poesía figurativa, contra Mallarmé. La post-modernidad tiende al eclecticismo, la blandura y la autocomplacencia. “Privatización de las letras españolas”]

“Nuestro pleito oculta también, y sólo a medias, un problema político acerca de la función de la literatura en la vida social, lo que, al cabo, implica una descalificación del Estado cultural construido desde 1982. ¿Podría ser casual, dirán algunos, que en 1983 surja la otra sentimentalidad? ¿No son los “poetas de la experiencia” la encarnación viva de la petulancia un poco hortera de los sociatas que acababan de llegar a las poltronas? ¿No son sus almibarados poemas y sus bellas revistas de los años ochenta una suerte de P.E.R. (Plan de Empleo Rural) para poetas andaluces en paro? […] ¿Sólo hay experiencias sentimentales?” (37-38) (¿Me ayudan a encontrar la fuente?)

Conclusión (aún más breve)

De los años 40 al 2000 –Guerra Civil, dictadura de Franco y proceso de globalización o inserción más radical de España en Europa– tres formas literarias acompañan el proceso de la poesía española: la mimesis, el monólogo dramático y el palimpesto… hasta los años 70. La poesía posterior, años 80 al presente, sería una mezcla de estas tres formas básicas. Es decir, el retorno a la mimesis de los últimos treinta años no deja de estar contaminado, irremediablemente, de monólogo dramático y, sobre todo, de palimpsesto… mejor diríamos, de pastiche. Lucidez sobre esto la tiene, o la tenía, el cine de Almodóvar; acaso la mejor poesía española de toda esta última época.

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