Archivo por meses: enero 2010

máximogómezbajando/ Mónica Volonteri (1964)

acuaticas.blogspot.com

El caso de esta escritora, nacida en la Patagonia argentina y afincada en la República Dominicana, no deja de resultar singular. Obvio, pareciera no tener que ver con el grupo generacional (poetas dominicanos del 80) donde por fines didácticos ahora la ubicamos. Por el contrario, una de las aristas –exhibe muchas y distintas– de su poemario titulado máximogómezbajando (San Juan/ Santo Domingo: Isla Negra, 2006) cuestiona, junto a neobarrosos e íconos del Cono Sur como Alejandra Pizarnik, aquella tendencia poética más bien petit committee: “Quiero escribir un poema épico/ porque me da la gana/ por que nunca se acaba de vivir/ y estoy harta/ de los géneros literarios/ de las cucharitas de café/ que ya no miden las vidas de los empleados de banco” (19). El mundo todo –en un momento pensábamos sólo Santo Domingo, la República Dominicana o, por extención, las Antillas en su conjunto– es un carnaval absurdo que pareciera gobernarlo un ser deforme y arbitrario (Quasimodo). Es decir, a través de sucesivos círculos concéntricos pasamos de lo local a lo cosmopolita, de lo privado a lo público. Miguel D. Mena, para variar, creemos acierta en el prólogo al libro de Volonteri con el significado que otorga a este épico movimiento envolvente y proliferante, lo mismo que a la pregunta por la autora; es decir, por la presencia de esta gaucha –de países enésimos– dando tumbos, esta vez, entre la sonora Villa Mella y la, siempre efervescente, Zona Colonial:

Ciertamente se habla de la “Máximo Gómez bajando”, toda una metáfora-clave secreta del capitaleño –o dominicano–. Bajar por esa Avenida es deslizarse por la historia dominicana de la modernidad, es chocar contra el mar, el mar que no es ese espacio que nos comunica sino ese muro que nos sumerge en cierta conciencia de burbuja. Mónica Volonteri está disponiendo en estas calles todos los mitos occidentales, desde Eurípides hasta Brecht, sin descontar toda aquella liviandad que podrían ser el ratoncito Mickey y su bandada […] Si se dice que su autora proviene del lejano Sur argentino, que hará homenaje a sus ancestros tribales israelíes, que ha estado andando por aquí y por allá y que tiró anclas en nuestra isla dominicana. Leyendo estos poemas debo confesar la borradura de todos estos datos (7-8)

Frente a lo cual, y siempre a favor del libro, debemos añadir el guiño vinculante o solidario hacia su género; por la Máximo Gómez bajando se ubica también el Instituto Oncológico donde, cito: “esperamos el resultado de la biopsia”. En síntesis, desmontaje semiótico, documento social, lectura feminista, catarsis íntima –todo esto junto y yuxtapuesto– conformarían este ambicioso poemario. Poema total que, sin embargo, no carece de desniveles; algunos de estos concernientes a la letra (exceso de versos, descuido del lenguaje, atiborramiento de las referencias, etc.) otros, los más importantes, referentes a la voz (talante del yo poético). Mónica Volonteri, urgida por la denuncia social, escéptica y sumida en el trance de su dolor (“con una sentida vocación por la lágrima”), confina la lectura general de su poemario a un gesto patético que, paralelamente, clama por un lector ético o humanista. Es precisamente por este gesto –conclusivo o sin salidas y carente de sentido del humor– que Volonteri no encaja con los poetas “neo-testimoniales” de los 90; los cuales, más bien, deploran el humanismo. Y sí, paradójicamente, con los literatos –de los 80– de los que pretendía la autora tomar radical distancia. Pensamos que Volonteri victimiza aquello que no entiende; entre esto, las relaciones de los hombres y las mujeres en el contexto del mundo de la bachata. Ésta no constituye, de modo necesario, el escenario sórdido, injusto para las mujeres o existencialista que el poemario nos propone. Mónica Volonteri no baila la bachata, tiene acaso los oídos sordos para esta música, aunque sí la entrevé, como en este refrescante pasaje de su máximogómezbajando: “Preferimos ser/ Antígona/ Medea/ Madre coraje/ Mamá Tingó/ Alfonsina/ Salomé/ Pizarnik/ cualquier enfermera soviética/ o bailarina lastimada en el codo/ que aceptar/ una bola del chico de la moto”. Pasaje refrescante y ligado a una subterránea vena socarrona del libro que, modestamente, pensamos la autora debiera sacar de modo más decidido también al exterior (pensamos en otras escritoras argentinas, y de ascendencia judía, como Alicia Borinsky, Ana María Shua o Luisa Futuransky). Preparación, curiosidad y mundo no le faltan.

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‘Segmentos’ de Eugenio García Cuevas (República Dominicana, 1961)

dominicanaonline.org

Estricto contemporáneo de Manuel García-Cartagena, aunque con toda una vida hecha en Puerto Rico (reside aquí desde hace más de tres décadas), los “segmentos” del profesor García Cuevas –45 de ellos, a modo de un único poema, constituyen su último libro, descendientes del sonido (San Juan/ Santo Domingo: Isla Negra, 2007)– son la antípoda del autor de “Antillas”. Motivo, este último, que también seduce e incluso obsesiona a García Cuevas, pero convirtiéndolo –a través de la catadura solemne y canónica de sus versos, típica de los de la “poesía del pensar” (generación de los 80)– en un guión espléndidamente banal. A pesar de morar en el Caribe, la visión de García Cuevas sobre su propio entorno es melancólica y estereotipada; carente de sentido del humor, su carnaval ha sido montado en un fatal día de lluvia… y allí no asiste o no se queda nadie. Sus poemas parecieran constituir un manual de inmersión en cultura antillana para extraterrestes… “fosco”, “pétreos”, añil” son algunos de sus gazapos modernistas, para no hablar de su insufrible retórica de utilería: “¿Quién oye la cortadura hiriendo los pulmones/ de los miserables que caen de la empapada yola / …/ ¿Qué papel soporta las partituras que garabatean/ en notas sombrías el sonido de esos ojos aguados/ cuando los pejes salvajes los explotan allá abajo? (“40”).

Hacemos mención de este escritor sólo para ilustrar las excepciones a la regla de lo que enfatizábamos en la Introducción de un trabajo anterior (Poesía dominicana en tiempo real: el que fuera secreto mejor guardado del Caribe); aquello de que el exilio físico de los poetas dominicanos fue o es, en general, beneficioso para desarrollar sus obras. Como podemos observar, esto no siempre es así y, más bien, en la distancia corremos el peligro de ya no conjugar el subjuntivo de nuestra cultura y quedar atrapada nuestra mente –si desde antes ya no lo estaba– en un museo de cartón piedra.

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Disparos a un Blanco Móvil

valdeuvas.com

01 | ¿Ante las noticias de prensa te sientes más cerca o lejos del mundo que allí te informan?

Me siento constantemente desinformado e ignorante de casi todo, por eso escribo… un modo elíptico de expresar este desconcierto.

02 | ¿Alguna vez llegaste a una conclusión satisfactoria sobre el motivo que te lleva a escribir o este acaso es un tema que jamás te preocupó?

No me preocupa, sale espontáneamente, nada más, como las pequeñas flores de entre algunos insospechados muros de la urbe.

03 | Reflexionando sobre la tradición literaria de tu país, ¿Cuáles libros crees que nunca deberían haber sido escritos y por qué motivo?

En el Perú nunca debería haber sido escrito Trilce, porque nos recuerda que la poesía puede existir… y no es un reconocimiento meramente exterior siempre: de la institución literaria en funciones, de criterios políticamente correctos, de los amigotes del poeta tras el poder, etc. Es el único organismo completo y vivo made in, el resto de la poesía peruana son fragmentos, versos, hebras, huesecillos como en Luis Hernández Camarero, alguna carta de Miguel Grau, esas hembras núbiles que fueron enterradas para siempre –atadas a un tronco– junto al Señor de Sicán de su natal Ferreñafe.

04 | ¿El método de trabajo es fundamental e indispensable a la creación artística?

Estar personalmente disponible, básico, que es una cuestión más de ética, de amor, de encandilamiento, de odio que de horarios… pero poder estar tranquilo (como ahora) también ayuda.

05 | Cuando estás en algún lugar público en que tocan el himno de tu país, ¿Cómo reaccionas y por cuál razón?

Aceptando mi destino sudamericano.

06 | ¿Cuál acontecimiento en tu país, en los últimos 25 años, te provocó indignación?

La muerte a la peruana, que acaso tiene ya patente universal. El consumo digitalizado y chicha en el marco de nuestras patéticas efemérides: navidad, año nuevo, fiestas patrias… que siempre me ha olido a caca. El truhán de turno y nuestra educación represora… nuestro sistemático repudio (fruto de esa misma educación) a la poesía. Algo más?

07 | Arte, ciencia, religión – ¿Cuáles de esas tres corrientes, a lo largo de la historia de la humanidad, causó más daño al hombre?

La religión (reglamentada) de la religión , sin duda; pero sin este sentimiento hondo de consuelo o impulso atávico de reunión con los seres humanos y con la naturaleza somos prácticamente nada… con ciencia y arte a mí… para quién, para que lo goce, consuma o ejercite quiénes… para verse ampliar aún más la brecha entre los pobres y ricos, entre los arcaicos y modernos, entre los emancipados y los que todavía hacen caso a su mamá?

08 | ¿Crees que la vida de una persona puede ser regida, de manera separada, por la lógica o por la suerte?

Es una lógica no carente de misterio, de complicidad, de anagnórisis o suerte en los términos de la pregunta.

09 | ¿El mito aun existe o no pasa de un efecto publicitario aplicado a la industria, a la moda, al consumo?

Puro efecto publicitario que nos abre, puede ser, a otra cosa; como un buen coro dentro de una iglesia, no tenemos otra alternativa que emocionarnos.

10 | ¿Cuáles son los actos más importantes sucedidos en la cultura en general, y en la literatura en particular, en los últimos 25 años en tu país?

Mi poesía.

CODA | ¿Cómo convives con los seres que están en tu vida?

A patá y trompá, y mucho cariño.

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