Utopía intelectual
Poéticas y utopías en la poesía de César Vallejo es el reciente estudio del poeta e investigador de la literatura Pedro Granados, publicado por el Fondo Editorial de la PUCP. Allí se demuestra, si seguimos la lección de Roland Barthes en S/Z, que todo texto propone su modelo. Se trata de un camino planteado por Granados para encontrar el principio de construcción y de lectura de la propuesta poética del autor de Trilce, entendiendo su obra como un lenguaje poético por esclarecer y un planteamiento estético por desempolvar de la crítica que se ha especializado en establecer relaciones entre serie literaria y serie social.
Para ello, el autor nos propone dos conceptos. El primero, “poética”, nos presenta propuestas metatextuales en los poemarios de Vallejo, que involucran el desarrollo de metáforas, perspectivas de escritura y de constitución formal de los textos. El segundo concepto, “utopía”, revela las proyecciones del deseo, las extensiones de los sentidos y, sobre todo, una introducción a la realidad virtual obtenida de la lectura de la obra. Esa realidad, al aseverarse ideal, constituye, en oposición a una realidad fáctica, el universo de posibilidades que el texto produce. En la poesía de Vallejo, dice Granados, se halla la relación entre estos dos conceptos, pero dicha relación es reconstructiva, porque genera una continuidad que cada vez será más compleja y constituirá un discurso visionario “metamorfoseante” y barroco.
Encaminados en esta interesante propuesta de lectura crítica, encontramos en un primer momento a la poética de la “inclusión”, la cual predomina en el poemario Los heraldos negros. La inclusión para Granados es la presentación de la unidad del uno en el otro, es decir, los significantes que se manifiestan con más énfasis en el texto no son los únicos. Las palabras que sobresalen en una primera lectura que se vinculan con las ideas de muerte, enfermedad, tragedia, remiten a otras palabras a las que se oponen. Aquéllas constituirán un primer texto –semióticamente podríamos decir que se trata de estructuras de superficie–; las otras nos permiten acercarnos a otro texto –de estructuras profundas–. En consecuencia, el segundo texto se concebirá como “los Heraldos Blancos”, los cuales ya no nos envían a la muerte, sino a la realización y al efecto que da la vida. Es una utopía entendida como el logro de la continuidad y no de la negación entre estos dos textos: los Heraldos Negros y los Heraldos Blancos.
La poética de la “circularidad” es el segundo eje de estudio que propone Granados. En ella se encuentra la presencia del mar como plano natural y sublime que permite el vaivén, el movimiento y la mutación. La lógica de la circularidad expresa simultaneidad, una voz coral que hace de Trilce un poemario que quiere plasmar, según el autor, la manifestación de una aventura cognoscitiva. Esa aventura, sin embargo, corresponde a un espacio local, a una minuciosa construcción de un lugar específico. En ese sentido, hablamos de una aventura dentro de algunos márgenes que no se desbordan, pero que al encontrar diversidad podrían representar la multiplicación de las unidades (los números) y determinar la posibilidad de una nueva partida o de un cambio. En síntesis, el autor precisa: “La propuesta de César Vallejo en Trilce […] invita a percatarnos de que no podemos evaluar nuestro propio proceso epistemológico una vez que vamos adquiriendo conocimiento y que por esta razón, nuestro conocimiento –sea del tópico que sea (sic)– tiene el rango cualitativo de la epistemología empleada.” La poética de la circularidad propone una utopía de la superación del relato ya conocido, se trata de una reactivación del saber desde el saber.
La última poética propuesta es la que se refiere al nuevo origen. Ella, más que las otras, toma el elemento de continuidad y se vincula con la idea de creación. Ubica al yo poético en un terreno anterior que ya ha resultado estéril. En Poemas humanos se revela las poéticas de la inclusión y la circularidad en tanto enuncian el estado de la humanidad dominado por el origen del padre. Dicho origen supone la creencia en un Dios cristiano obsoleto. En consecuencia, el paso a otro origen, que sería el de la madre y el de las voces de los niños del mundo, afirma el paso hacia lo otro que representaba “los Heraldos Blancos”. Es la utopía de la redención.
Debemos señalar, finalmente, que las poéticas mencionadas responden a un estudio hermenéutico de la poesía de César Vallejo, la cual para Granados es una cantera de hallazgos que no privilegia sólo lo emotivo, sino que alimenta también el interés intelectual. Desarrollar la relación entre poética y utopía implica, entonces, un estudio de lo formal en tanto análisis semántico, retórico, imaginario y lúdico. Los procesos encontrados en la aplicación de la lógica de la inclusión, el principio de circularidad y el hallazgo de nuevos orígenes en tierras ya conocidas conciben la poesía de César Vallejo como un texto total que no tiene quiebres, es decir, que no se adscribe a poéticas condicionadas por factores sociales o políticos. Es, en ese sentido, una poesía de utopía intelectual que permite el diálogo, como lo demuestra este estudio reciente.
(*) Sigue estudios de Maestría de Literatura Hispanoamericana en la PUCP.
Tomado de IDENTIDADES, 21/ 6/ 2004