Creemos que es tan pertinente y lograda la propuesta del músico Miky González (Landó por bulerías, 2009), de fundir el landó a la bulería, como puede ser observar ya no sólo qué tanto de ritmo afroperuano existe en Trilce, sino también de fusión con los palos flamencos –en voz y versos– y, obvio, con los tópicos medievales que directa o a través de sus lecturas de los autores del Siglo de Oro (Góngora o Quevedo, por ejemplo) pasaron a la poesía del peruano. “¿César Vallejo, por bulerías?” (Granados 2010).
04/05/22: “‘Desde el extremo opuesto del telescopioʼ: una mirada a las poetas dominicanas recientes”/ Paula Fernández Hernández

La poesía dominicana sigue siendo una de las menos conocidas del Caribe. No solo por su apariencia fragmentaria, derivada de la significativa emigración, de las heridas latentes del trujillismo y de sus consecuentes lesiones identitarias, sociales y económicas, sino por el escaso apoyo institucional que recibe, tanto en lo que respecta a la formación como a la publicación y a la difusión. Al consultar antologías y estudios críticos actuales, se reincide en esta circunstancia de invisibilidad, tanto en el interior como en el exterior del país (Aranda 9-10; García Cartagena 27-28; Granados 3, 7). Aun con las valiosas aportaciones que durante el siglo XX ejercieron grupos como el reunido en torno a la revista La Poesía Sorprendida (1943-1947), lo cierto es que la literatura actual dominicana no siempre llega a los circuitos deseados (Fernández 67).
2021, CANDELA REVIEW- afro-trans-queer-feminista-decolonial. pp. 66-84
03/05/22: Pasos de un peregrino son errante(s)
Pasos de un peregrino son errante(s), hasta la mesa del café en donde escribo. Enfocado por una minúscula cámara, de pestañas vulcanizadas, que vigila mis pasos, la manera en que bebo este líquido humeante, el estilo con que sin prisas voy devorando mi atónito panecillo. El modo –no olvidado aún del todo– en que celebro el culo de alas de ángel de aquella fugitiva muchacha; su talle limpio, sin peca ninguna, salvo en los besos que me roba, en los dientes de morsa que me afila. Hasta que me encuentro con ese Polifemo –convertido ahora en Nadie también– que me arroja una roca y me hace retornar intempestivamente y herido hacia mi taza de café. A beberme mis oscuros deseos, a oler solamente en el ámbito de sus reducidos contornos, a imaginar –si es que esta miseria la podemos denominar así– del modo en que aquel monstruo propicia, en inmensos carteles puestos muy en alto por toda la ciudad, a “think different”, y la cara de tanto circunspecto o castrado o diz que genio se nos desea hacer calzar como una indeleble careta, pero que no nos va de ningún modo y en nada tampoco viene al caso.
Soy una “minoría” en los Estados Unidos, mas también, por ejemplo, en el Perú y en España. Entre homosexuales, heterosexuales, velludos, lampiños, y entre los otros poetas. Los acercamientos científicos, metafísicos, sentimentales, cibernéticos, utópicos, ninguno de ellos satisface a nuestro distraído corazón: viscosa rana de estanque ciega y cantarina. Pero no soy un hombre triste, sí, en realidad, un caminante muy feliz. Feliz contra los datos de las estadísticas, de los usureros, de los piropeadores de puestos, de aquellos descontentos, por pura falta de valentía, en el mundo entero. Obviamente, no confío en los jóvenes sólo por ser menores de edad, pero –aunque prefiero hacer el amor con una adulta inspirada– es fácil percatarse que en sus ojos existe otra cosa, que puede existir alguna otra cosa. No sólo para el ámbito de la poesía, se entiende, el otro mundo, el más allá que es siempre la poesía (la rana viscosa adquiere el aspecto de un príncipe auténtico al escucharme elucubrar así) y que da título a Desde el más allá, manojo de poemas que tienen al frente.
La calle por donde ya he tratado otra veces de escapar se abre a mi paso; la indumentaria de pobre y el talante tan digno de mi padre (demasiado digno de mi padre); el amor que insistente busqué –torpemente y suicidamente busqué– detrás del rostro de más de una serena muchacha; la amistad hecha del mismo chorro de mi corazón, de la fuga en la pluma rota de mi alma pulcramente galvanizada; de la soledad que como una mano amiga nos busca y –a veces– oportunísima nos alcanza. Pero, todo esto no son más que origamis construidos, a escondidas, en el lugar a donde nos han traído nuestros involuntarios pasos. Cuando me paro a contemplar mi estado. Pero cuando a mi oído llega también una fiesta de carnaval o del caribe y, de inmediato, mi cuerpo reacciona arrecho. O cuando nuestro cerebro se emociona con la insignificancia de lo que algún verso de Trilce quiere decir para nosotros, de lo que alguna dolorosísima confesión de Borges, quiere decir para nosotros; si no también nuestro corazón, a esta hora ya, y engreído, arisca rana de altura convertida en sapo comestible.
02/05/22: OUR ANCESTORS DID NOT BREATHE THIS AIR
01/05/22: Primero de mayo y día del deceso de mi madre
30/04/22: EL SOL DEL MÁS ALLÁ/ Ana Blandiana
29/04/22: LOS TELÓMEROS/ Rafael Moreno Casarrubios
Todavía no he encontrado el elixir de la eterna juventud (el vino solo no alcanza) pero sí he investigado sobre la relevancia de los Telómeros en la demora del envejecimiento. Los telómeros son unas puntas de los cromosomas (secuencias especiales del ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas y que impiden que estos se dañen). Investigaciones han revelado que su tamaño guarda relación con la longevidad. Existen alimentos, especias y vitaminas que demoran la reducción de los telómeros. Toda persona enterada sabe que debe incorporarse a la dieta. Estos son, de mi puño y letra.
Larga vida, muchachos y muchachas. Y en vino veritas. Salud que hoy es viernes!








