«Drink me!» Alice in the wonderland
«… en lo vivisecante los cateos anímicos la metafisirrata los resumiduendes del egogorgo cósmico / en todo gesto injerto / en toda forma hundido polimellado adrroto a ras afaz subrripio cocopleonasmo exotro / sin lar sin can sin cala sin camastro sin coca sin historia / endosorbienglutido / por los engendros móviles del gravitar rotando bajo el prurito astrífero…» Oliverio Girondo
«¿Quién sabe hoy ya, y quién supo en los tiempos clásicos, lo que es inspiración, auténtico y primitivo entusiasmo, libre de toda crítica, de toda prudencia, libre del dominio de la razón (entusiasmo desbordante, sagrado éxtasis?)» Thomas Mann
«O Rose thou art sick». William Blake
«Aboli bibelot d’inanité sonore». Stéphane Mallarmé
«En la voz desazogada también hay escritura…» Armando Almánzar-Botello
«La ventaja de lo oblicuo es que se puede elegir lo que uno quiere, mientras que con lo ortogonal, o con Le Corbusier, el ángulo recto forzosamente determina un plano vertical.» Paul Virilio, filósofo y urbanista
«El inacabamiento del Gran Vidrio [Duchamp] es semejante a la palabra última, que nunca es la del fin, de Un coup de dés [Mallarmé]: es un espacio abierto que provoca nuevas interpretaciones y que evoca, en su inacabamiento, el vacío en que se apoya la obra.» Octavio Paz
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Nunca he creído en la levitación como espectáculo
—mero truco de faquires, de banqueros políglotas de usura
y guías turísticos—;
ni me llama la cansada retórica diabólica del vuelo con su plagio:
repetida y falsa maravilla
en el ascenso una vez más del enigma de la rosa,
del misterio fementido que se aferra
en el aire temeroso enjaulado con los pájaros.
No seduce a mi sentir la tonta ingravidez de la realidad virtual,
tan presumida,
ni siquiera en su modo figurativo-extraterrestre:
casi torpe simulacro paradójico, bifronte,
del sinfondo voraz
y del abismo entrevisto en las alturas tan perfectas,
flotación pseudomística sin tiempo
que nos hace creer
—muy engreídos—
verdaderos santos o dioses recubiertos
por la intocada piel de lo in-fundamentado,
sin la huella de lo abierto ni el aullido mesiánico
del vértigo anterior a toda angustia intramundana.
Con frívolo apego a lenguaje y evidencia
no es posible bordear la prosodia del vacío,
sus contextos,
el rumor del no-sentido en lo real y su imposible…
El de-fundamento y el abismo son aún la vieja piel
de la fría culebra metafísica mordiéndose la cola,
en ellos no florece todavía
la infinita finitud de lo in-fundamentado,
la conexión del resplandor y la catástrofe,
la serie inacabable de breves brillos y rupturas:
la ceniza de lo (im)propio
y el temblor del collar en la paloma…
Me arrebata, sí, el esfuerzo de la función oblicua,
la desnuda masa ponderal,
indecidible,
intensivo ministerio jadeante y cotidiano de los cuerpos:
el esfuerzo milagroso de subir
con alegre precisión en el dolor
las escaleras.
Alguien ama en futuro anterior el contingente
resplandor de advenimiento,
de aquello que ahora cesa-al fin-de no decirse,
la (dis)tensión que se desliza por la línea recta indiscernible
del Aión —pureza incorporal de (sin)sentido-acontecer
en el choque instantáneo de accidentes en lo absorto.
Escritura selectiva del fósforo que alumbra
creación —–>
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<—– descreación,
reinvención-recreación de un labio que se dice,
que se palpa,
se vislumbra,
se traza y se duplica sin fondo en roto espejo:
y casi toca el misterio del contorno y la consciencia en el con-tacto.
Rememora el Ello esquirlas de un incendio innominable, indecidible,
con los bloques de infancia que retornan diferentes del recuerdo.
En la voz desazogada, invisible como un pez, también fluye la letra…
Inéditos potros terribles ya galopan,
con violento claroscuro por la página…
—caos de una mano que araña y enmaraña el Universo…
Mi escritura desnuda y bostezando ahora me dice:
«La parodia grotesca de sí mismo, el negro humor de la nada y la ironía,
eso abstracto en el poema lo revela inacabado…
Y sin embargo…»
———
Mayo de 2004 Leer más







