“Hinostrozo”, poeta peruano actual

HINOSTROZOS

I

Conozco al padre
de una montaña ocre
de grietas oscuras
manos cortan el alambre
y la verja de la prisión
en un paraíso desconocido
un templo de ganado vacuno
guijarros
dientes de león
helados
ríos desaparecidos
agua que cruza el paredón
de un nevado seco.
Eucaliptos del padre lejano
en carbono
cargado de vapor
viaja sin maletas.

II

Lenguas añejas
que viajan por la sal
nuestra bahía
espera
ENTRO
la sangre o el poema
empieza
el poeta muere
circula

III

Mi padre es estúpido y dulce
murió hace mil quinientos de años
en Nueva Jersey
su pestaña
viaja
por el diente de león
un niño eucalipto le entrega los pasajes
me busca
y he muerto
como cada mañana
como a las 8 am
mi padre es estúpido y dulce
sueña que me parió
el está embarazado de mi
un huevo frito
en un plato francés
la petite mort
supongo que mi madre eyaculó
raza y
religión
estambre de peces aéreos
tal vez soy el huevo
que de una rama cae
como a las 8 am.

IV

Hormigas danzan alrededor de las alas.
Se ha incinerado la gravitación.
Si quisieras sumergirte nuevamente
y volver a palpar la vegetación triunfante,
yo sería el oído en la copa.

V

El remolino inicia
cuando se sienta
al pie de la caverna
el barniz del agua
paseo en bien-tres
se te ha perdido la brújula, animal cansado
dueño de ti mismo
en la sequedad de los rayos.

VI

Ir a la muerte
con ojos abiertos
volver a la raíz
a las tradiciones
a la circunstancia celeste
que se traduce al castellano
podría leerse con frescura
como podría verse el cine francés
cuando llegó escoltado
por aviones del régimen
eras el mal llamado
gloria nacional
orgullo gris
de los elefantes.

VII

Sentir esos huesos esculpidos
disueltos en salivas de tu presencia
luces tuyas encienden la avenida
que se echa a la memoria de tu habitación
que moja ese pie
ese pie
ese pie
ese pie
que se escapa en tu deformidad
mientras las causas ebrias
de la lluvia
gritan tu nombre
en la cuna de un lobo feroz
que se erige en aquel hombre
que moja a la que fue tuya.

Este extraordinario poema, entre otras cosas, porque aparte de excelente es “colectivo”.  Es decir, este servidor recibió, ensambló y ecualizó varios y breves textos provenientes de distintos poetas para formar “Hinostrozos”.  Textos, aquellos, escritos de modo simultáneo, en una fecha (17/12/2016) y lugar (Ranhuaylla, Cusco)  específicos, durante un tiempo de más o menos media hora para cada uno de los poetas –mujeres y varones, y en su mayoría del sur del Perú– convocados para el evento.  En este sentido, su “autor” (motejado aquí Hinostrozo) constituye un “prototipo de poeta” adicional –aunque con sus propias características– a los ya, hasta hoy, numerosos que hemos colaborado en catalizar, identificar y difundir desde varios lugares de América Latina.  Por ejemplo, Cristóbal “Tobi” Kanashiro (Lima, Perú); Sabina Cachi (Cochabamba, Bolivia); Alejandro Abdul (Foz do Iguaçu, Brasil); Dadá da Tapioca (Rio Branco, Brasil); y ahora Hinostrozo.

Hablamos de un “prototipo de poeta” que vale la pena estudiar y profundizar por dos motivos fundamentales.  El primero, porque constituye como un gesto de estilo generacional o común, no por esto menos singular, de cierta poesía peruana. Poesía polifónica, pos género y no en fragmentos, sino en “fermentos” de vida.  En segundo lugar, porque este poema, “Hinostrozos” –cuyo primer verso “Conozco al padre” es aquí por demás relevante–, corresponde a una lectura, puesta de lado la hojarasca típica  de época, conectada a la entraña misma no sólo de su poesía, sino de la obra en pleno  del recordado Rodolfo Hinostroza. P.G.

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Gauguin y sus andes

 

PAUL GAUGUIN: O OUTRO E EU

Paul Gauguin (1848-1903) é considerado um dos mais importantes artistas modernos surgidos na França no século 19. Sua modernidade reside na negação de um estilo único na pintura e na diversidade de formas e elementos que utilizava. Gauguin renovou a pintura incorporando referências de imagens do “outro”, fora do panorama cultural europeu, com paisagens e personagens do Taiti, a ilha no oceano Pacífico que integra a Polinésia Francesa.

Esta é a primeira exposição a abordar de maneira crítica a problemática relação do artista com esse “outro”. Sua obra, sobretudo no período do Taiti, é uma extraordinária investigação sobre a figura e a cor, assim como é extremamente contemporânea no modo como se apropriou de iconografias de diversas culturas, colocando-as em diálogo com a própria tradição da pintura ocidental. Por outro lado, Gauguin também destacou o “outro” como exótico e primitivo, em um desejo fantasioso pelos “trópicos”, uma visão idílica carregada de ficções e estereótipos e estruturada por uma relação de poder – entre o “outro” e eu. Para tornar essa narrativa mais intrincada, o próprio artista se declarava “primitivo”, “selvagem” e falava de seu “sangue inca”, uma vez que sua mãe era peruana e ele vivera em Lima quando criança. De todo modo, é evidente que suas pinturas erotizam o corpo da mulher indígena, enfatizando uma suposta disponibilidade sexual aos olhos e às tintas do homem branco europeu.

Foi a busca por uma arte mais pura e autêntica, bem como por paraísos supostamente imaculados pela civilização, o que levou Gauguin a deixar a França para se fixar no Taiti, ainda hoje um domínio francês na Polinésia. Ele se mudou para lá em 1891, aos 43 anos, e lá viveu até sua morte, com um intervalo de dois anos em Paris, para onde regressou a fim de expor e vender suas obras. A relação com o outro é sempre dada a partir do “eu”, de si próprio, daí o destaque da mostra nos autorretratos do artista.

Gauguin realizou experimentos radicais com pintura, gravura e escultura, em madeira e cerâmica, sempre em busca de novos métodos artísticos, criando obras fascinantes e sedutoras, e reinventando um passado de maneira profunda—e problemática. Nas últimas décadas, a história da arte vem sendo cada vez mais revisada e questionada, sobretudo no que diz respeito às relações com o “outro”. Assim, esta mostra pretende chamar atenção para o fato de que, para uma “outra” história da arte, que não faz parte da tradição dominante, e a depender de quem enuncia a frase, Gauguin também pode ser entendido como o “outro”.

A exposição integra a programação anual do MASP dedicada às Histórias indígenas. Este ano, a programação também inclui mostras de Carmézia Emiliano, MAHKU, Sheroanawe Hakihiiwe, Melissa Cody, além do comodato MASP Landmann de cerâmicas e metais pré-colombianos e a grande coletiva Histórias indígenas.

Paul Gauguin: o outro e eu é curada por Adriano Pedrosa, diretor artístico, MASP; Fernando Oliva, curador, MASP; Laura Cosendey, curadora assistente, MASP.

“Paul Guguin: O Outro e Eu”: Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand, Masp, De 28 de abril a 6 de agosto.

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Escalas melografiadas no 57 Congresso de Americanistas

Nome do GT: Transversalidades entre Ciências Humanas e Ciências Sociais III Coordenação: Perla Surriable (Universidad Nacional de Jujuy, Argentina)Mañana (Presencial, Local: Edifício CEPE Engenharias, Sala 14)

17.07 (lunes), Turno/Dia, 11h-13h

MUROS MELOGRAFIADOS (ppt)

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Sessões de Lançamentos de Livros e Revistas Científicas

57º Congreso Internacional de Americanistas (ICA) ·

19.07.23 (quarta-feira/miércoles/wednesday)
Campus Central UDC (Rua Castello Branco, 440, Centro, Foz do Iguaçu)

Sala 04
14h – 16h30
Moderadora: Gisele Onuki (Brasil)
1. Das tecnologias do sensível à poiesis de um corpo: a constituição de um ethos em
co(rpo)nexões mediáticas
Responsable: Gisele Miyoko Onuki
Contacto: gisele.onuki@unespar.edu.br
2. Trilce: Húmeros para bailar
Responsable: Pedro Granados
Contacto: pgranad@gmail.com
3. Salesianos lingüistas en la Patagonia y Tierra del Fuego.
Responsables: Marisa Malvestitti; María Andrea Nicoletti
Contacto: mmalvestitti@unrn.edu.ar
4. Antropologías del cristianismo. Perspectivas situadas desde el Sur.
Responsables: Esteban Rozo; César Ceriani Cernadas
Contacto: cesar.ceriani@gmail.com
5. Vida e formação memoriais de docentes
Responsable: Ana Chrystina Mignot; Elizabeth Macedo; Nilda Alves; Jane Paiva
Contacto: janepaiva27@gmail.com
6. Imaginarios escolares sobre el bicentenario de la Independencia Americana en
escuelas Normales cundiboyacenses (2009 – 2019)
Responsables: Diana E. Soto Arango; Nubia Yaneth Gómez Velas; Sandra L. Bernal Villate
Contacto: grupo.hisula@uptc.edu.co
7. Historia de vida de maestras africanas y afrodescendientes. Reflexiones y contextos.
Responsables: Diana Elvira Soto Arango; Martha Luisa Corbett; Veronique Solange Okome
Contacto: grupo.hisula@uptc.edu.co
8. Brasil Bicentenário – desafios e estratégias (sociedade, política e economia)
Autores: Alexis Toribio Dantas e Maria Teresa Toribio B. Lemos
Presentación: Oscar Lisano
Contacto: mtlemos@uol.com.br
9. América Latina -Representações – Tradição e Resistência
Autores: Alexis Toribio Dantas e Maria Teresa Toribio B. Lemos. Presentación: Oscar Lisano
Contacto: mtlemos@uol.com.br
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Carlos Quenaya: “Boca del fruto”

Aunque este nuevo poemario de Carlos Quenaya, trocado en Palabras del pequeño novelista (Lima: Cuarto de Espera Editores, 2023), se resuelve o alcanza su ápice hacia el final de la segunda tercera parte del volumen:

Olor del mundo

Juguete de los labios

Olor del cielo en la nariz

Aire que derribó la frente

Sonajero de los límites

Tiempo puro al orinar

Copa celeste y párpado

(hojas redonditas)

Cuerpo enclenque y joyas

Piel de ensueño

Piel adherente en el mar dormido

Sumido en el lecho de la arena que susurra

Vuelvo al agua del sonido

Poemas briznas prismas

Clavado entre lo ausente como un rayo.

De modo calculado, y no menos certero, el autor nos conduce hacia un segundo final, el cual coincide, propiamente, con los últimos versos del libro:

Nunca olvidaré —piensa

La postración y la carcajada

El vigor sexual, la estupidez

La mirada ávida y la música de la radio

La melancolía anticipada de una vida a la par insulsa y promisoria

La maduración de la voz, la conciencia oscura del cuerpo

El extrañamiento, la rutina

El desayuno tibio en el estómago

El deseo fogoso de terminar y encontrar algún secreto enterrado

[en mí

La sorpresa de mi propia pasión

El sistema nervioso

ridículo y sexual

La flacura extrema e incalculable.

De manera semejante a lo que sucedía en Ciudad Trilce (2009) de Christian Vera Osuna (Bolivia, 1976) donde, aunque no se le asumía del todo, se intuía una salida a la cárcel del lenguaje: “En la faz latente de Ciudad Trilce indomables parvas atraviesan la porosidad metálica del cielo, del lenguaje”; en cambio, con semejante lucidez en ambos hacia lo construido en nosotros y el mundo, Carlos Quenaya abre y despliega en este nuevo libro la propia sorpresa y gozo de su multinaturalismo.  Versos ditirámbicos, en suma, pero no en encomio de Dionisios; sino en loor de encontrarse y reconciliarse con una cotidianeidad, de por sí, y acaso por excelencia, incluyente y multidimensional.  Esto último, de algún modo, ya se venía venir en el proceso de lo que han sido sus poemarios anteriores: en la persecución de la verdad con la mente, iluminarse, más bien, con las mentiras del cuerpo y las chácharas de la naturaleza.  Si Barthes llegó a fugar de la caverna, pero retornó a ella por amor a la doxa; Quenaya dibuja algo análogo, aunque desde un taller más humilde o a tono con su destino sudamericano.  Un taller donde se nos permite entrar y percatarnos que allí no son sólo los humanos, sino los objetos y espacios inanimados los que poseen una propia identidad y agenda y hacen cosas con el lenguaje (¿piensan?).  Son varios los pasajes, en Palabras del pequeño novelista, donde estos discretos partos ocurren; pequeñas frases como conceptualmente a la inversa, a modo de la sintaxis criolla del habla de la selva peruana:

En la erizada noche.

Fantásticos destellos surcan la pulpa del jabón

Y en su pecho anida la música más antigua

 

He comprendido la alteración del ser

Boca del fruto

 

Alzo mi cuerpo

Contra lo oscuro encaramado en un pozo

 

En un lugar extraño irradio el nombre

Y me duele la sal de los extremos labios

Tocado por la música

con mi cuerpo escribo

En el corte transversal que constituye toda lectura, hemos trazado también aquí nuestra propia hipotenusa.  Que este poemario podría haber sido algo más breve, probablemente; que acaso no sean imprescindibles las referencias de la enciclopedia, podría ser; que se cuelan algunos lugares comunes, a quién no.  Sin embargo, en el parnaso de la reciente poesía del Perú, qué duda cabe, la presencia de Carlos Quenaya por su ambición, inteligencia y entrega a su arte se ha tornado imprescindible.

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