Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

[Miro la herida]

Dama de Cao

La voz hidrata el texto más reseco

Kenneth Goldsmith

 

Miro la herida

Que me inflingió la correa

De la cual por un momento

Mi perro se liberó

Mi muñeca sobre el césped

La correa quemando

Mi cabeza hacia mi perro

Y un poquito más allá

Hacia el niño

Al que se dirigía mi perro

Que no muerde pero ladra

Muy feo

Y es como si mordiera

Mi muñeca sin piel

Hasta hace ahora mismo que

–y luego de varios días– cicatriza

Donde justo iría la correa del reloj

Una costra  humana  en vez de la esfera

De la que me ha liberado mi perro

 

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Contra la falsa modestia

Modestia

El mejor poeta del Perú soy yo

No luego de o después de sino
Solo más joven que César Vallejo.
¿Debo esperar lo confirme
Ricardo González?
También, aunque sin proponérmelo,
Sino por necesidad pura
El mejor lector de poesía
Nacido y muerto justo
Más tarde que el cholo.
¿Debo decir amén a lo que no dicen
Los porfiados de El Comercio
O a lo que dicen
El granel de epígonos
De Antonio Cornejo?
¿Debo aceptar mi tiempo
Tan manoseado como está
Y callar?
¿Debo atenerme a mi fama póstuma
Como si fuera fama lo que procurara
Y no aquello a lo cual me avoqué:
Un cernidor para separar
Poesía de charlatanería
Un cedazo, tampoco muy fino,
Para aplicarlo como a un estadio lleno?
Con entraña nací
No sólo con oído
Para dar entre mil
Y simultáneos textos
Con aquello que vale
Y en el formato que estos vengan
Barroco coloquial minimalista
Y tantas mezclas felices
Con tal que las acompañe
Un corazón aguerrido
Así que críticos
Que se ganan la vida
Estando críticos
Poetas que pasan por poetas
Queridos contemporáneos
Algunos muy listos
Que la inteligencia no basta
Que tampoco la religión alcanza
Ni acaso es suficiente
El hecho de  todos haber sufrido
Una  bala cruza rauda en campo abierto
Y nos derriba.

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Memoria de las flores/ Norka Uribe

Norka Uribe

La tierra no es redonda

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1.-Sobre mi mesa acomodaré mis santos, mis ángeles, mis pequeñas macetas con flores lilas, con huesitos que te quepan dentro, bien puesto, bien comido, bien bebido, bien servido.

Rezaba, alguien rezaba.

Y mírame,

el cielo blanco, allí mismo exactamente, me pregunto mirando el cielo.

Me encanta que seas así, sin color, sin estuche ni sombras,

como para imaginarme perlitas doradas o seres sin nombre ni tiempo,

para donar cabellos al viento,

no olvidarnos que ya han pasado las olas, las cosas,

la arena, Su ida, Su voz, Su tristeza.

Todo es gratis,

Abrázame como canzone.

 

2.-Brindemos!

Hoy el universo escribe, manda una carta que dice:

Desesperación, Cierto orden, Números pintados de blanco sin puntito ni palito, solos, nadamás.

Regala intuiciones, Regala mañanas, solo mañanas. Las noches las tienes que crear tú.

Aire,  Sueños, te permiten hablar de amor, porque así aligera su peso.

Flota

Flota flota

Flota flota flota

Flota.

 

3.-Cama o campo es igual.

El primero y el último siempre se encuentran cuando llueve o corren en lágrimas, dentro muy dentro de Un corazón, para eso son las gotas.

Oggifinirà fuori di tutta volta.

 

4.-Consérvalo hasta que te vuelvas estrella lunar, y si no, tíralo como un boleto por la ventana de una combi.

vénganos, ninguna

vénganos a la plaza de arbolitos lilas

pues será lo que será.

Aproxímate y escucha,

solo hablamos de nosotros como una santa trinidad, que nos dio el colegio en las mañanas.

¿Te ha pasado eso? No creo en la misma plaza.

 

5.-Y la promesa no es difícil, sembrada yo en tu casa, saludo al mundo con mis hojas verdes del sol. Existo.  Mi respiración allí desde día.

No llores No llores, ya No llores, sembraste un árbol en mi nombre, hoy soy para ti Flor imaginaria. Ésta sigue siendo por ahora mi única misión.

 

6.-El mar, con suerte el mar, siempre va. Poco puede cambiar, como llenar mi cama y mi cuerpo en el momento justo.

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Juicio final

Dino

I

Luces enamorado antes de partir

La bruma la noche un recuerdo

Son lo único que te ata

Una mirada de frente a tu destino

Mucha vida hubo entre tus manos

Entre tus dedos también

Al escribir

Sobre si aquélla tu enamorada

La que te salvó de la soledad

La que te rescató de la muerte

La que se puso a tu lado

Y te hizo compañía de modo

Incondicionado

Y sin calcular el tiempo

II

Oleadas de pájaros

Del descubrimiento

De lo que amabas

De lágrimas más bien

Involuntarias

Por lo que sentías

Entre tu pie y la mano

Sensibles perceptivas

Y una común lanza profunda

Sangrante

Contra tu corazón

Pero si no has visto nada

De lo que ya miraras

Pero si no recuerdas nada

Por lo de sobrevivir

Que es un olvido

Porque lo de ser  poeta

Consiste en un radical olvido

III

La suerte está echada

El viento levanta  tu cabellera

Tu calvicie precoz

Desde la ventana izquierda

Y desde la otra ventana

Contemplas impávido el apocalipsis

Tu madre te enseñó una eficaz

Oración para sortearlo

Y solo a eso te has atenido

En la vida

Por honrar a tu madre

Que amas y que has amado

Cómo sortear el apocalipsis y

Toda clase de cuadro definitivo

IV

Una oración

Con tu índice y tu pulgar

Juntos

Contra lo que está por venir

La dicha rompiéndote

En mil pedazos

La dicha

Atragantada

Y hasta por las narices

La brisa se sosiega

Y la música cambia

Tu puño cerrado te alcanza

Para guardar el secreto

Un beso que sabrá calmarte

Un abrazo para soportar

El desbordante cariño de todos

Unas  lágrimas transparentes

A través de lo que todavía

No ha sido

Pero seguro va a ser

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Correo del astronauta/ Edgar Artaud Jerry

Astronauta

Retirarme de las formas en que se nos exige realizar investigación me dará ahora la oportunidad de estudiar lo que ya he iniciado, y ya te había comentado, el origen de la vida y el Universo, abordaje formal y científico, y repercusión en los contenidos del quehacer poético, una nueva línea creo, más bien una evolución de lo que escribo, derivado no como preocupación por la Poesía sino por los descubrimientos científicos que me (nos) han cimbrado, quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y nuestra fragilidad como especie rumbo a una extinción probable, ahora cada vez que camino, no puedo quitarme de la cabeza la idea que soy un cúmulo de 100,000,000,000,000 células vivas, que comen, defecan, se reproducen, respiran, se enferman, envejecen, se suicidan, cada día mueren más de un millón de nuestras células, tenemos la piel llena de suicidios, tenemos vocación suicida, somos efímeros pero lo peor, me siento como un nuevo Licenciado Vidriera y mi cuerpo es una máquina muy compleja de seres vivos que controlo o que imagino controlar, ¿qué es el pensamiento? ¿la conciencia? Nuestras células ¿tienen conciencia de sí mismas, piensan? En fin, todo esto me preocupa y ocupa, lamentablemente hasta esta edad… debí entenderlo antes.

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Paso de los Trovos 100 DADÁ/ Luis Bravo & Juan Angel Italiano

Trovos

“Este no es un enfoque arqueológico, sino todo lo contrario. Siendo fruto de años de escuchas imaginarias de textos que otros solo trataban como “visuales”, la investigación y la inquietud nos han llevado a meternos en camisa de once varas, gozando el riesgo de dar voz propia a esos legados poéticos, como si fueran partituras encontradas en el futuro”

Luis Bravo
Casa Soles, 9 de MARzo, 2016.

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Notas al Inca Garcilaso (1539-1616)

Inca Garcilaso

Soy viejísimo.
Realmente lo soy.
Mi madre hablaba en quechua
con mi tía Raquel
a la hora del lonche.
Me encantaba verlas alegres
en un lenguaje que no entendía,
que jamás entendí.
Con mi tío Epifanio mi madre también hablaba en quechua,
y aunque él andaba lejos
–inmerso en el trajín de su prole numerosa–
cuando ella murió, musitó:
“ahora sí que nos quedamos realmente solos”.
El quechua es un idioma que nunca he entendido.
Pero que consideraba mío por derecho propio,
hablaban y cantaban con él mi madre y mi padre.
Cantaron alguna vez –ya muy mayores–
un hermoso yaraví que quebró de canto a canto
la pequeña vasija que era nuestra casa.
Mi padre y mi madre se amaron, pues, a su manera.
Y compartieron todavía –después de aquel inolvidable yaraví–
como unos veinte años más con nosotros.
Resulta increíble estar escribiendo
sobre estas cosas. Se nota que también
nos vamos a morir.
Y jamás habremos aprendido el quechua.
Aunque es la palabra íntima de nuestra madre,
y los ojos pequeños y desconcertados de nuestro padre,
y el fuelle oculto en el corazón
de nuestros queridísimos hermanos.
Lo único que sabemos es que en quechua
no se puede vivir. En este orden de cosas.
Comunicarte en esta lengua es literalmente suicidarte.
Te aprietan fuertísimo la garganta
y el corazón se te sale de una vez por los ojos.

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HIJO:/ Mariella Nigro

Nigro

Donde dice fuego debe decir agua, la hondura de la boca es manantial.

Donde dice fruta quemada debe decir almíbar, leche y mejorana.

Donde dice una especie de vigilia debe decir un modo del sueño tras el cristal del día cuando tus ojos vean lo que miren y el lenguaje se estrelle contra la dentadura.

Donde dice la vida al rojo vivo debe decir pensamiento cruces de clavos pétalos sangrantes de una flor muy blanca.

Donde dice otras aguas debe decir el río de tu voz se hace ensenada en mi oído.

Donde dice manantial debe decir aire de sol raíces de fuego medianoche del árbol en que despiertas, allí es el revés del mundo y el horizonte vertical parte al medio al sol y al árbol.  Donde dice un modo del sueño y el velo de tus ojos debe decir la muerte será otra idea de la noche cuando la lengua calle y a los dos sólo nos separe el cristal del día.

Donde dice pétalos sangrantes de una flor muy blanca debe decir boca y escritura copa de sangre sobre la blanca cama, por aquel horizonte rojo y blanco partido al medio el corazón sobre el papel.

Donde dice en el revés del mundo el horizonte es vertical debe decir el árbol se alza también hacia abajo, la gravedad no es más que la incertidumbre.

Donde dice la muerte no existe sólo separa el cristal del día debe decir tu propio hijo espera en la vigilia de otro tiempo.

Donde dice escritura copa o corazón debe decir rojo y blanco, como la rosa en la osamenta, la poesía es el sueño de una mano que sangra por la boca.

Luego, habrá otras aguas por el mismo río.

Quedan las enmiendas de tu escritura.

Donde dice identidad no hay errata

De: Mariella Nigro, Después del nombre (Montevideo, Uruguay: Estuario Editora, 2011)

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