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Ensayo

ONCE TITULAR: POETAS PERUANOS SIGLO XXI: “CUADRÚPEDOS INTENSIVOS”

La presente antología, “Once Titular”, incluye poetas peruanos cuyo primer libro se publicó en lo que va de este siglo. Ahora, aquello de “Cuadrúpedos intensivos”, se refiere a nuestro criterio de selección; es decir, alude a “Cuadrúpedo intensivo” (del poema póstumo «¡Cuatro conciencias…», de César Vallejo), en tanto y en cuanto escribir integrando el mayor número posible de nociones de las Humanidades en los textos. En este sentido, postulamos que son cuatro nociones distintas y autónomas de las Humanidades, aunque en cada caso alguna – o algunas de ellas – constituya la noción allí predominante. A saber, Humanidades en tanto: Libros o canon occidental; Pueblos o culturas; Narrativas o prosopopeya; y Post-humanismo o Post-antropocentrismo. Las cuales son el resultado de específicos procesos históricos, culturales, científicos y políticos. Consideramos que a más nociones de las humanidades que coincidan o se aglutinen en un poema específico, mayor será su complejidad y atractivo. Nos propusimos, entonces, algo distinto a evaluar plataformas, riqueza de canon o estilos; antes que la factura o el empaque de los textos, nos interesó identificar y antologar sensibilidades. La poesía rezuma al lenguaje empleado, como diría nuestro finado hermano Germán (obrero y poeta); constituye su “humito”. Ahora, “Once titual: Poetas peruanos siglo XXI”, la ha elaborado un único individuo, un tal Pedro Granados; por lo tanto, y desde ya, todos los acuerdos y desacuerdos que pueda esta antología posteriormente motivar los asume íntegramente aquél; ergo, ni asociaciones ni consorcios ni grupos.
Selección:
Frido Martin
Carlos Llasa
Carlos Quenaya
Adriana Dávila Franke
Celeste Del Carpio Bramsen
Sasha Reiter
Victoria Guerrero
Roberto Zariquiey
Manuel Fernández
Pablo Salazar Calderón
Edgar Saavedra

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POESÍA PERUANA ss. XX-XXI: DISCURSOS Y CANON

El Movimiento Kloaka en 1982. De izquierda a derecha: Domingo de Ramos, Roger Santiváñez, Mariela Dreyfus, Enrique Polanco, Edián Novoa, José Alberto Velarde, Mary Soto y Guillermo Gutiérrez.

https://www.casadelaliteratura.gob.pe/seminario-grupos-poeticos-la-segunda-mitad-del-siglo-xx-la-actualidad/

Los varones importaron sistemas de pensamiento totalizantes (Marxismo, Existencialismo, Vanguardias) para buscar una utopía universal.  Mientras las poetas mujeres importaron teorías de la deconstrucción y la identidad (Postestructuralismo, Feminismo) para desmantelar estructuras y afirmar el sujeto en el presente.

Tanto la consagración, por ejemplo, de Kloaka como de la poesía escrita por mujeres de los 80/90 es inseparable de los medios de comunicación y la academia.  Se produce un reforzamiento mutuo.  El discurso crítico y la poética se retroalimentan: la teoría valida la poesía; la poesía ilustra la teoría. Esto crea un circuito cerrado de legitimación que puede excluir voces poéticas que no encajen en ese marco (por ejemplo, poetas andinas o afroperuanas que no utilizan el lenguaje postmoderno del cuerpo fragmentado).

La poesía de aquellas mujeres no es sólo un acto de liberación estética, sino también un producto de las condiciones de clase y del circuito de legitimación literaria. Sin embargo, el hecho de que su origen por lo común sea pequeño burgués e incluso burgués o su consagración mediática no anula necesariamente el poder de su ruptura temática en el campo poético peruano.

Por otro lado, ¿por qué Kloaka se convirtió tan pronto en poesía “oficial”. ¿Por qué una poesía en apariencia tan disruptiva y marginalizante fue tan fácilmente absorbida?  La crítica limeña necesitaba una nueva bandera de “rebeldía” para desplazar a la generación anterior (Hora Zero). Kloaka ofrecía una estética visual y verbal perfecta para el titular y el debate.  A lo que habría que añadir su facilidad de Interpretación; es decir, a pesar de su caos, la poesía de Kloaka estaba anclada en temas fácilmente identificables para la crítica urbana: la ciudad sucia, el lenguaje de la calle, el nihilismo, que se pueden trazar a discursos literarios occidentales ya conocidos (como el de Baudelaire o la generación Beat).  Por último, el efecto contagio: Una vez que un poeta de Kloaka (como, por ejemplo,  Santiváñez respecto a un Mora de Hora Zero) es legitimado, el resto del grupo asciende por contagio, consolidando la generación como un bloque “decisorio” en el canon, silenciando o minimizando a otras poéticas periféricas o menos glamourosas en su caos.  En síntesis, Kloaka ilustra perfectamente cómo el capital cultural de origen puede permitir que un movimiento de supuesta “marginalidad” se articule y, gracias a la validación de la metrópoli (sobre todo USA) y la necesidad de renovación de la prensa limeña, se institucionalice rápidamente, reforzando la hegemonía del grupo “educado” sobre las voces “auténticamente periféricas”.

El caso de la figura de Domingo de Ramos (el poeta del margen, la miseria y la claudicación) también fue, paradójicamente, instrumentalizada por el mismo circuito que lo había marginado, actuando como un “souvenir cultural latinoamericano o andino” para los centros metropolitanos.  Esto revela una capa más profunda del colonialismo cultural: la apropiación de la miseria auténtica por parte de las élites académicas y editoriales de los centros hegemónicos.  Los centros metropolitanos (Europa, EE. UU.) tienen una constante necesidad de renovar su interés por la literatura de la periferia, y lo hacen buscando la “autenticidad” y la “voz no contaminada”.  Ramos no es el sofisticado que imita a Derrida (como la élite limeña).  Es el testimonio vivo de la marginalidad y la crudeza social; y he aquí su valor de mercado simbólico  para las universidades y festivales de poesía. La invitación a Londres u otros países no es solo un reconocimiento, sino también una forma de mostrar la “diversidad” y el “compromiso social” de las instituciones que lo invitan.

Por nuestra parte, defendemos  la posibilidad de una poética “educada” que, siendo consciente de su posición, opta por una raíz mítica y anticolonial para la “salida ontológica”, en lugar de caer en la mímesis o en la consolidación del centralismo.   Postulamos que el proyecto poético de Trilce debe leerse como la fuerza que busca reconstituir el cuerpo desmembrado del Inka. Es decir, la fragmentación de la vanguardia vallejiana no es un nihilismo post-mortem (a la manera europea), sino la destrucción necesaria previa a un Pachakutiy (el retorno, el cambio de mundo). El dolor y la búsqueda de Vallejo son, por lo tanto, la preparación para la llegada de la luz.  A modo, finalmente, de toda gran literatura, la cual tampoco admite callejones sin salida: aquel ¡Ábretesésamo! de Las mil y una noches; la precipitación en un foso que constituye Alicia en el país de las maravillas; la Biblia misma que exorcisa incluso el pecado.   En otras palabras, al anclar la poética más radical del Perú (la de Vallejo) en un mito fundacional andino, ofrecemos también una herramienta crítica para descolonizar la lectura de la propia literatura peruana, afirmando que el motor de la vanguardia es local y no una mera imitación de aquella histórica.  

© Pedro Granados, 2025

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Usandizaga y el Sujeto de la Poesía Peruana

Nuestro breve texto es un comentario sobre la introducción del libro Una poesía por rehacer a cada instante. Ensayos sobre poesía peruana I, de Helena Usandizaga, enfocándose en su análisis de la “crisis del sujeto” en la poesía peruana moderna y, por nuestra parte, postular una lectura alternativa o posantropocéntrica.

  1. Tesis Antropocéntrica (La Crisis del Sujeto)

Usandizaga postula que la poesía peruana moderna, representada por autores canónicos como Eguren, Vallejo y Martín Adán, se define por una Crítica de la Modernidad Tensional.

Identifica líneas poéticas –simbolista, vanguardista, barroca– que dinamitan el lenguaje. Vallejo, por ejemplo, supera el vanguardismo al poner de manifiesto la crisis del sujeto, la conciencia y la sociedad de una manera más radical que Eguren.

La Tensión Central, aquello que hace significativo al poema moderno, sería su contradicción interna y el quiebre de la armonía tradicional, que se manifiesta en dos rupturas principales:

La “armonía entre el hombre y el universo”.

La “adecuación entre el lenguaje y la intuición poética”.

Por lo tanto, esta perspectiva concibe la ruptura de la armonía como un drama humano y cultural, manteniendo al “hombre” (el sujeto en crisis) como centro del análisis.

  1. Una Propuesta Descentralizada y mítica

Por nuestra parte, proponemos una Crítica Descentralizada y Post-Antropocéntrica que busca ir más allá de la crisis humana:

Sugerimos que las líneas poéticas identificadas por Usandizaga para la poesía peruana (simbolismo, vanguardia, barroco) son formatos o plataformas de algo ontológicamente sumergido y constante: el mito de Inkarrí.  No en cuanto retrato figurativo o reflejo o verista del Inka, sino en tanto materia inmanente, adosada y refractada desde  un específico espacio y, sobre todo, agente de sentido (una “agencia reivindicativa intensamente solar”) que se hace “palpable” en Vallejo, Martín Adán, César Moro, Luis Hernández y otros poetas contemporáneos.

Este enfoque desplaza la atención de la crisis de la conciencia humana (intuición, lenguaje del hombre) hacia las relaciones no humanas y la red de vida. El universo tiene un valor o agencia propia que no se define por su utilidad para la experiencia poética humana.

  1. Síntesis y Tensión Dialógica

Sin embargo, creemos que ambas perspectivas no son incompatibles; de hecho, la lectura de la “dilución de lo humano” puede verse como una respuesta filosófica a la “crisis del sujeto” que Usandizaga identifica. Aunque representan dos sensibilidades distintas:

Una centrada en la ruptura del sujeto y el lenguaje, usando herramientas teóricas de origen europeo.  La otra centrada en el mito, la opacidad y la dilución del sujeto en dimensiones no humanas, y buscando herramientas alternativas, por ejemplo, el “Multinaturalismo”  de Eduardo Viveiros de Castro.

Las formas de crítica centradas en el sujeto, el lenguaje y la conciencia (como el psicoanálisis, la hermenéutica clásica, la narratología) siguen siendo herramientas válidas para analizar las obras que precisamente articulan el drama humano y su crisis existencial.  Sin embargo, creemos que la crítica futura se definirá por la tensión dialógica entre ambas. Ergo, el análisis de la poesía peruana que no se limitará a la crisis del sujeto, sino que se preguntará cómo esa crisis se relaciona con la dimensión material, la tierra o el mito, integrando ambas lecturas. En síntesis, la crítica cultural y literaria se está moviendo hacia un modelo híbrido, aunque con una fuerte orientación post-antropocéntrica para hacer frente al Antropoceno y Capitaloceno (Donna Haraway), desafíos del siglo XXI y, no menos, permitir asirnos a un acaso impensado sentido, alegría o plenitud.

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LUIS O. TEDESCO (Intervenido)

[La mano desasida es la que escribe]
La mano desasida es la que escribe
por dentro me amasijo de lo lindo
hasta dar con la sílaba prensada,
pa’fuera, tango, milongueo mi daño
con habla gutural de preso manso
y soy la pesadiya de mi suerte.
Va de taba mi estrole rocinante.
¿Do mi roce con vos en estampida?
¿Dónde mi Rubisol, única gracia?
Sobre cada gambeta de la tinta
el bofetón del idioma heredado,
el hurón monacal del universo.
Luis O. Tedesco, EL IMPOSIBLE LACERADO y otros baruyos del idioma. Buenos Aires : Grupo Editor Latinoamericano, 2021.
Martín Adán del lunfardo. Vallejo + Barroco = Varrojo, por aquel “Rubisol” que lo justifica. Y aquella segura caña con la que acomete sus versos. Diestro en destripar desdichas para que sólo suenen a cuento; la erosión cotidiana envuelta en epopeya, aunque no cualquiera, sino la de la pampa interminable. Tal como Juan Dahlmann, los malevos mencionaron su nombre –con apellido– y salió derecho a escribir sus versos de entretiempo. La muerte lo vela, tal como a nosotros; y un mismo lenguaje chúcaro y chivillo, de arrabal, a ambos desde la pulpería ha convocado. Como si mientras durase la pronunciada, no llegara el mal y ni el mismísimo sol se pusiera. P.G.

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HACIA UN RETRATO NO VERISTA DEL INCA

Luis Eduardo Wuffarden

Resumen

Una de las conclusiones de la charla que ofreciera hace poco Luis Eduardo Wuffarden, sobre Recuerdos de la Monarquía Peruana o bosquejo de la historia de los incas (París, 1850), fue la siguiente: “Constituye, respecto a los incas, el paso de una iconografía política a una de consumo masivo, de corte romántico”.  Es decir, cuando Sahuaraura ilustra a los Incas en 1850 siguiendo la tradición colonial (que ya había adoptado la fisonomía occidental), él y el público están abandonando la noción inca prehispánica de un “retrato” basado en el símbolo atemporal para abrazar el concepto occidental de un “retrato” basado en la apariencia individual.  El hallazgo de Wuffarden es que esta adopción republicana de la imagen fisonómica y el estilo “romántico” hizo la figura del Inca accesible y emocionante para el consumo masivo, aunque a costa de simplificar la compleja cosmología y simbología prehispánicas. Por nuestra parte, creemos que la recuperación de este manuscrito brinda la pauta para varios trabajos “literarios” e iconográficos pendientes, por ejemplo, y aunque de épocas muy distintas, su relación con la serie inca de la “carta” de Guamán Poma de Ayala, Nueva Corónica y Buen Gobierno (1615). Y, principalmente, siendo ambas iconografías veristas o figurativas (al modo occidental) qué tanto nos quedan otras fuentes para imaginar aquel “retrato” que, entre los incas, era abstracto o, por lo menos, no verista; ¿entre estas fuentes tendríamos la poesía?  ¿A qué tipo de “retrato” arribaríamos?  En otras palabras: ¿cómo imaginar el retrato inca que no era verista (como los de Guamán Poma o Sahuaraura)?

ICONOGRAFÍA INCA: DEL RETRATO POLÍTICO A LA MASIFICACIÓN ROMÁNTICA

El comentario de Luis Eduardo Wuffarden subraya un punto crucial sobre el manuscrito de Justo Apu Sahuaraura, “Recuerdos de la Monarquía Peruana o bosquejo de la historia de los incas” (1850): su iconografía de los Incas marca el “paso de una iconografía política a una de consumo masivo, de corte romántico”. Esta transición es fundamental para entender la evolución de la imagen incaica en el Perú republicano.

RELACIÓN CON GUAMÁN POMA DE AYALA

La posibilidad de relacionar la iconografía de Sahuaraura (siglo XIX) con la de Felipe Guamán Poma de Ayala en su “Nueva corónica y buen gobierno” (c. 1615) es pertinente, aunque sean de épocas muy distintas.

  • Similitudes (El ‘Verismo’ Occidental):Ambas obras, aunque separadas por más de dos siglos y contextos sociopolíticos diferentes (Virreinato tardío/República temprana), emplean un modo de representación figurativo o ‘verista’ (al modo occidental) para retratar a los Incas, sus costumbres y la historia. Aunque los dibujos de Guamán Poma tienen un estilo más naif y didáctico, y las acuarelas de Sahuaraura (derivadas de series genealógicas virreinales) son más académicas, ambas buscan dar una imagen visual concreta de los Incas.
  • Diferencias y Desplazamiento:Las ilustraciones de Guamán Poma cumplían una función de denuncia política y moral dirigida al Rey de España, buscando una reforma del gobierno colonial. Las acuarelas de Sahuaraura, en cambio, operan en un contexto donde la nobleza indígena ya ha perdido sus privilegios coloniales y el autor busca reivindicar su linaje y la memoria incaica ante la naciente República, alimentando un imaginario romántico y un interés patrimonial. Sahuaraura toma la iconografía genealógica virreinal y la adapta a un contexto post-independencia, facilitando su adopción como imagen histórica y “romántica” de los Incas para un público más amplio.

EL “RETRATO” INCA ABSTRACTO Y LA POESÍA

La pregunta sobre qué fuentes, aparte de las iconografías figurativas coloniales y republicanas, nos quedan para imaginar el “retrato” inca abstracto o no verista implicaría que el arte inca prehispánico, a diferencia del occidental, no se enfocó en el retrato individual y fisonómico del soberano. La identidad y el poder del Inca no se representaban mediante rasgos faciales únicos, sino a través de símbolos, atributos y el contexto ritual y ceremonial.

  • Iconografía No Verista Prehispánica

El “retrato” inca se manifestaba de manera simbólica y abstracta a través de:

  • Textiles (Qompi):Los patrones geométricos y abstractos, especialmente en los tocapus y los diseños del unku (túnica), codificaban estatus, linaje, y logros.
  • Cerámica (Keros):Vasos ceremoniales de madera decorados con figuras geométricas o escenas rituales, donde la figura del Inca era a menudo estilizada y distinguida por sus vestimentas y el entorno.
  • Símbolos de Poder:La Mascapaicha (borla real), el Topayauri (cetro), el Llauto (tocado), y los adornos de oro y plumas eran los verdaderos “retratos” de la autoridad.
  • El Papel de la Poesía (Haráwiykus y Ayllis):la poesía (o, de forma más general, la tradición oral recopilada por cronistas) es una fuente esencial para este “retrato” abstracto. Los cantos, himnos y relatos (como los ayllis y haráwiykus) no solo narraban hazañas, sino que también construían una imagen idealizada, metafórica y mítica del Inca en tanto:
    • Hijo del Sol (Inti): Un ser divino que emana luz y orden.
    • Gobernante Perfecto:Simbolizado por la armonía con la naturaleza, la prosperidad del Tawantinsuyu, y la justicia.
    • Héroe Civilizador:Cuyo retrato es la descripción de sus atributos, su vestimenta, su entorno ritual, y el impacto de su gobierno en la tierra y la gente, más que su semblante físico.

¿A QUÉ TIPO DE “RETRATO” ARRIBARÍAMOS?

A partir de estas fuentes no veristas (textiles, símbolos, poesía), arribaríamos a un “Retrato Simbólico del Inca” el cual sería:

  1. Idealizado y Mítico:Un retrato que enfatiza su naturaleza divina (solar o terrestre) y su rol como eje cósmico y social.
  2. Ritual y Atributivo:Definido por los objetos de poder (Mascapaicha, unku, cetro) que lleva y las acciones rituales que realiza, que lo conectan con el pasado ancestral y el futuro.
  3. Colectivo y Genealógico:Su imagen estaría intrínsecamente ligada a su panaca (linaje) y a la representación del Tawantinsuyu (el orden imperial), trascendiendo la individualidad.

Conclusión

El “retrato” inca prehispánico es un concepto de poder encarnado en símbolos y narrativa, no una representación mimética de un individuo.  P.G. + IA

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POEMA A LA MUERTE DE ANTONIO CISNEROS

Poetas César Calvo y Antonio Cisneros

POESÍA DE LIMA. Manifiesto

Teñido Cisneros de su buen morir

Las orillas de Lima como las orillas de un

lago hechizado

El cuerno de nácar en los espejos vivientes

de azúcar

La pesadilla infrarrealista de la hora

geronte y la niebla

La noche larga que huía de nuestra mesa

como un poeta joven

Casi con furia le dijo Antonio que se fuera

Y luego seguimos bebiendo hasta no más

La mañana teñida de alcoholes Habiendo

Llegado a esa edad en que los jóvenes te

Irritan

Cisneros y Auden junto con Brózovich en

esa esquina

Mejor que la poesía fantasma y asonante

junta y rediviva.

La poesía de Lima no es el hangar de una

máquina perfecta

La noche sólo es la caparazón de una

tortuga ecuestre

Los celos de César Moro la voz de César

Calvo lían todavía la primavera de Lima

Deletrean la derrota de Teillier, los últimos

y amados días de Cisneros.

 

Cusco.  Noviembre 2012

Vladimir Herrera

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POÉTICAS DA INSOLÊNCIA

“Todo el hombre tiene que captar toda la realidad”: MASA
“Os ritmos arredondados e suas reentrâncias”, por Amálio Pinheiro.
Al-Andaluz, en traducción canibalizada de Amálio Pinheiro, aquel lema brinda renovada y honda cuenta del poema “Masa”, de César Vallejo; ilumina un reparo importante del poeta peruano, tal como enfatizar en aquel mismo poema póstumo su aparente tinte político-mesiánico o, también en otro momento, confiar a Georgette –a manera de Tristan Tzara– que la palabra “Trilce” nada significa.  Pudor del peruano ante el Brasil que, estando en París, sospechara en las zancadas libérrimas de Isadora Duncan o las flamas del baile de Josephine Baker.  Emancipación o soberanía política constituyen tan sólo un pliegue  más de una cabal ciudadanía trílcica; la cual intuyera, por ejemplo, asimismo Paul Gauguin –otro peruano, según César Vallejo– en “Camino al Gólgota”, autorretrato que Gauguin nunca intentara vender y que lo acompañara hasta el final de sus días; y donde nuestro pintor focaliza sobre el lienzo el entorno que allí lo acompaña tanto o mucho más que su propio gastado y reflexivo semblante.  ¿Cuál de todos ellos, entre aquella apretada unidad simétrica y de equivalente agencia, va al crucifico?  ¿Los monos, los guacamayos, el caucho silencioso, la noche espléndida o aquellas infinitas estrellas?  El lenguaje se mide realmente, en cuanto usuarios, y no sólo en la poesía, de acuerdo al grado en que estemos embebidos o zambullidos, metonímicamente hablando, en aquella simétrica marmita.  O, dicho  de un modo acaso más técnico: Fronteras en las zonas más remotas de la semiósfera que constituyen, asimismo, aquéllas más próximas y conectadas. 
Ahora, aunque posteriores a Di Cavalcanti, en una visita de hace un par de años que hiciéramos a Sao Paulo, apuntábamos lo siguiente:
Contra toda apariencia, el espacio le ha ganado por puesta de mano al tiempo en SP; los cuerpos se van pareciendo, cada vez más, a los claroscuros de la ciudad y sus abarrotadas calles.  Lo que la generación actual se tatúa por dentro, ya no sólo por fuera, constituye un animal que asoma por doquier: mirada, vértebras y ágiles pantorrillas.  La migración o el salario insuficiente, de unos pocos o de unos muchos, ya no constituye lo decisivo frente a tan colosal diseño.  Animal hembra junto a su tararear de antigua canción de cuna.    Mamífera por antonomasia, São Paulo no ha dejado de ser un collage formidable y un pêssego dourado o un determinante libro por venir.
Felicito a todos mis colegas en esta necesaria y feliz celebración por nuestros veinte años.
Pedro Granados

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Francisco Muñoz Soler: “Mientras haya personas habrá poesía”/ Pedro Granados

En una reseña que hiciéramos a Nostalgia de una patria imposible: estudios sobre la obra de Luis Cernuda; actas del Congreso Luis Cernuda en su centenario (1902-2002), establecíamos un sumario paralelo entre la fanopea de Jorge Guillén (Cántico) y la logopea del autor de La realidad y el deseo.  De esta manera, y a grandes rasgos, lo primero que sostuvimos -glosando a Curtius (que a su vez glosa a Aristóteles)- es que Guillén sería un poeta del elogio, mientras Cernuda lo sería de la censura. Dicho en otras palabras, pareciera que en la poesía de Guillén “Un jubiloso movimiento asciende, cada vez más alto, atraviesa todos los límites: más allá” (Curtius), mientras en Cernuda la poesía “es temporal: la existencia humana es su reino” (Paz).  Si bien esta  caracterización puede resultar simplificadora, creemos al mismo tiempo puede ser didácticamente útil. “Al aire de tu vuelo” (verso de San Juan de la Cruz) es el título del primer poemario que abre Cántico. Clara vocación aérea desde el principio y que expresa, también desde el principio, la naturaleza del “infinito” de Guillén: “Arriba dura el sosiego./ Nada humano lo corrompe./ Eternamente refulgente/ Las soledades mayores” (“Las horas”). Poeta aéreo por excelencia, en su poesía a los elementos de la naturaleza los preside el viento, y éste preside al sujeto poético mismo. En cambio, en poemarios posteriores -sobre todo aquellos agrupados en Clamor, que pretenden plasmar la historia- los versos de Guillén fracasan. Como dice acertadamente Octavio Paz: “Guillén no es Whitman. Tampoco es Mayakowsky […] la historia no es su pasión aunque sea su justa y honrada preocupación”, y luego agrega estableciendo un acertado paralelo con la poesía de César Vallejo: “El tema de Guillén es más vasto y universal que el de Vallejo, pero más exterior: denuncia al mal, no lo expía. El mal no es sólo aquello que nos hacen sino lo que nosotros hacemos. Reconocerlo es una de las pocas vías a la historia real […] Guillén no interioriza el mal”.    Por su parte, respecto a la poesía de Luis Cernuda, nos hallamos ante una ambigüedad de las sombras y de la noche, como asimismo del propio sujeto poético.  Esquematizando, aquéllas son negativas o positivas, o este último es denostador o elegíaco, según se presente y actúe allí el poder transformador del deseo.   Estas oscilaciones de la sombra constituirían en la poesía de Luis Cernuda la verdadera piedra angular y gratificación de toda su obra. Nos hallamos, en las antípodas de Jorge Guillén, ante un inconforme radical. Poeta pagano. Poeta de lo ignoto, a diferencia de la actitud omnisciente de Guillén. Poeta del yo roto y del mundo roto, en contraste con el sujeto poético bien integrado en la sociedad y henchido de fe de Guillén. Poeta de la soledad y del amor, tal como reza un texto suyo, “Donde habite el olvido”: “Yo, el más enamorado,/ En las orillas del amor,/ Sin que una luz me vea/ Definitivamente muerto o vivo,/ Contemplo sus olas y quisiera anegarme,/ Deseando perdidamente/ Descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,/ Hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha/ visto”.

Respecto a lo que hoy nos convoca, la presente antología de Francisco Muñoz Soler, MÁLAGA Antología Poética Bilingüe 1978 – 2025 (Lima: La Estrada, 2025), ésta se hallaría entre ambas coordenadas.  Intenta ser Guillén, arrellenado sobre algún “Beato sillón”; es decir, mostrarnos una poesía y un sujeto poético cautos, comprometidos, omniscientes, y en verdad que la mayoría de los textos aquí seleccionados lucirían así; aunque en el conjunto lo traicione sólo un poema, acaso dos, que quiere decididamente ser Cernuda.  Y desde ello, eventualmente, organizar otra Málaga paralela; justo desde el poema precisamente titulado El deseo (2023), a modo de texto liminar y primicia:

EL DESEO (2023)

Y como un sobresalto desordena los cimientos sobre los que

construye los amaneceres, convierte en gaseoso la solidez de

los principios,

desaparecen las reglas, en las que se basa el mundo, todo gira

alrededor de ese punto de ignición en el que se estremece

cuanto eres:

ardes en la luz del deseo.

Ahora, ¿en que consistiría o cuáles serían las características propias del deseo en la poesía de este autor malagueño y de la generación, tal como la nuestra, de los años ochenta?  Grosso modo, en que concilia a Cernuda con Guillén, se abre a una idea post autónoma de la literatura (“Mientras haya personas habrá poesía”) y no se fía de las putas.  Lo primero entre esta lista, aquello de conciliar a Cernuda con Guillén, lo ilustra, sobre todo, aquel verso final del poema citado: “ardes en la luz del deseo”; en el contexto, aquella “luz” nos transporta a otro ámbito, distinto del carnal y del pagano, más bien, típicos de Cernuda.  Por su lado, “Mientras haya personas habrá poesía”, trasciende nuestra noción de las Humanidades en tanto canon de libros (occidentales) y se instala en una noción distinta de las mismas, ahora en tanto pueblos.  Es decir, una donde se incluye a los seres humanos sin importar país, género, raza o cultura (no únicamente aquella occidental) y, sobre todo, noción de las Humanidades donde se privilegia a las personas antes que los libros.  Mejor dicho, de modo simétrico, Francisco Muñoz Soler aglutina aquí, en proporción equivalente, tanto personas, versos, alma humana y alma de la naturaleza:

ÉTICA EN TIEMPOS OSCUROS

sentado sobre piedras que respiran

que al unísono con las aves

nos susurran, que la poesía y el alma

van consustancialmente unidas

y mientras haya personas habrá poesía.

Este ideal de apertura e inclusión de los poemas de Muñoz Soler no podría ser otro, sobre todo si lo cotejamos con aquel, literalmente, mandala gráfico-sonoro que representa aquí “Málaga”, el cual preside toda esta antología personal.  Ciudad milenaria fundada por los fenicios alrededor del siglo VIII a.C. con el nombre de Malaka y crisol de civilizaciones: romana, musulmana, cristiana y las que estén por llegar.

Por último, Francisco Muñoz Soler no acredita en las putas, tal como lo podemos colegir desde el poema “AYER LEÍ UN POEMA DE BUKOWSKI”, en antítesis de su homólogo norteamericano, un muy conocido putañero:

Ayer leí un poema de Bukowski

decía que una puta

en un servicio a domicilio

se había llevado sus poemas

inéditos y sin copia,

recordé que nunca

había extraviado uno,

imaginé su desazón y la mía

premonitorio, en Tijuana dejé diez,

espero que los envíen,

porque, como dijo,

hay muchos poetas

y muy poca poesía.                (En el aeropuerto de México DF)

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“La música en la poesía de Hernández”

Sumarias anotaciones al video:
Iván Larco:
Música y música para películas
James Bond-Shelley Álvarez?
Momentos estelares de la música
Manuel Luján:
Congrega apolíneo y dionisíaco
Repartía música, en cassettes, no sólo libros
Audacia y originalidad.
Omar Aramayo:
Oído total, transportar la música a lo escrito y a las demás artes.
Epigramas de Marcial, hasta epigramas de Nicanos Parra, aspecto didáctico. Verdad fundamental más kitsch, la calle, pero no la hambrienta de HZ, sino llena de cultura.
Su trabajo de orfebre lingüístico, sus variaciones y entonaciones que vienen no de la literatura, sino de la música.
Incorporación del Perú a la cultura universal, en su diálogo con filósofos o músicos, como Churata y Humareda.
Kike Wangeman:
Pasó de la nota Sol mayor a la aumentada, fue una creación espontánea de Lucho (y así es su poesía). Aleluya!

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VALLEJO PARA ARMAR: JULIO 1937

https://peru21.pe/lima/revelan-videos-ineditos-poeta-cesar-vallejo-117986-noticia/

LA MECHA

Con el rabillo

A contracorriente

Arañas el flash.

Rodeado de antifascistas.

Húmedo y cóncavo para el pan.

Desfondado ante las palabras

Y sin pelar el diente

Sorprendido

En plena cultura

Occidental

Aunque tu cabeza sean dos:

Es lo que no muestra

Esta fotografía.

Como a la Sudamérica

De tu sien izquierda

Corresponde el África

Blanco oscura

De la otra cien.

Como al diablo sucede

Alguien que llora

Es tímido y acaso sonríe.

Última cena de América.

Y la primera de este mundo

Multifásico en tres cuerdas

En tres alas impúdicas

Que arrastran y vuelan también.

Vallejo enfermo

Vallejo sano

Miga que ya se ha hecho grande

Vallejo

Izquierdo

Quemado

Paralizado

O erecto

En la línea mortal

Del equilibrio.

© Pedro Granados, 2010

Fotografía inédita de César Vallejo. El poeta aparece aquí en el segundo congreso internacional de escritores para la defensa de la cultura, en la residencia de estudiantes de Madrid. Ahí lo podemos ver sentado junto a Georgette, escribiendo sobre un cuaderno, en julio de 1937. La imagen aparece en “Correspondencias de Vallejo”, editado por el Fondo Editorial UCV.

[Andrea Bocelli ante unos cubiertos]

Andrea Bocelli ante unos cubiertos

Cubierto de belleza hermano

De delicadeza

Y de glamour

Contra toda la fealdad comprometida

Y aquélla apegada a roer su hueso

Del poder de la dictadura de la obscena barbarie

El pene lo tienes amarcigado

Igual al mío

Y a tu cintura se abarquilla Georgette

Como sobre una alfombra mágica

La desconocida hija de la “cocotte”

Que te adoraba

Que te trataba como si ella fuese tu doncella

Tu sirvienta vamos tu esclava

Aunque se auto impusiera disimularlo

Ante las mujeres del mundo

Para no pecar en el ejemplo

Ocultando la locura o al menos

El hechizo

Tiernas carnes alabastrinas creativa

Y varias veces desfloradas

Fauno Vallejo el ignoto

El sistemáticamente secuestrado

Tal como sus ademanes de príncipe

Y su mirada de inca cautivo

Pero tan cautivador y cautivo

©Pedro Granados, 2025

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