Victorio V. Suárez, Proceso de la literatura paraguaya. Perfil histórico, bibliografía y entrevistas a los más destacados escritores paraguayos (Asunción: Editora Litocor, 2011) 654 pp.
“La historia de la literatura peruana, de Luis Alberto Sánchez, es mayor que la literatura peruana”, así reza una observación –no por ligera, menos aguda– a ese cajón de sastre que construyó aquel oceánico líder aprista. Es decir, se confundía la literatura con, literalmente, todo lo escrito: historia, geografía, jurisprudencia, etc. El concepto de lo que era literatura no intentaba ventilarse de modo discreto, sino que se daba por implícito y se aplicaba, por decirlo de alguna manera, de una forma muy amplia.
Lo anterior no ocurre, de modo exacto, con el volumen que reseñamos; Suárez –basándose en la “intuición” (¿Bergson?)– identifica la literatura de su país y hace el esfuerzo de restringirse a: “la historia, la poesía y la prosa” (19) del mismo. Aunque, también como en el caso del peruano Sánchez, da por implícito aquello que debería definirse previamente, delimitarse. A menos que nos tomemos en serio una serie de conceptos enunciados como al desgaire, no sólo por Suárez, sino también por el autor del “Prólogo: Por una crítica literaria sólida” (el español José Vicente Peiró). El cual nos dice: “se intenta capturar el desarrollo –camino espinoso y sin asfaltar– de la literatura paraguaya en su conjunto, sin mirar a presupuestos ideológicos” (14) (¿es esto posible?); o, en la página siguiente: “Una idea destacable del punto de partida del libro es la existencia de una única literatura nacional aunque el país sea bilingüe” (15). Ergo, ¿homogeneidad literaria a pesar o en medio de semejante heterogeneidad cultural?; el papel, como vemos, puede soportarlo todo.
Sin embargo, y a pesar de estas –leámoslo así– vaguedades o descuidos teóricos, el Proceso… nos regala una amena y bien informada síntesis histórica del Paraguay, desde la conquista de este territorio, por parte de los españoles, hasta lo que nuestro autor sugestivamente denomina: “Enfoque final en el proceso de una democracia que aún gatea”. Asimismo, nos brinda una muy oportuna bibliografía de los escritores compendiados. Y, por último, atina a ofrecernos un precioso documento: entrevistas a poetas y narradores paraguayos de varias generaciones. Entre estos, a los merecidamente consagrados Josefina Plá, Augusto Roa Bastos o Elvio Romero; como a representantes de las últimas promociones, entre los que nos ha llamado la atención, en medio de otros entrevistados, la lucidez de Genaro Riera Hünter: “Las singularidades subjetivas fueron siempre mi centro de atención, por eso la poesía, porque ésta surge de lo personal y no de lo universal. El valor de mirar la vida de distintas maneras es lo que permite crear, renovar una relación con lo simbólico […] La poesía tiene el valor, para mí, de ser un antídoto a la homogeneización”. Lo próximo que queremos hacer, por lo tanto, es ir a buscar la obra de Riera Hünter… y en este sentido el libro de Suárez, creemos, ha cumplido su cometido.
En suma, esta edición corregida y aumentada que brevemente reseñamos es útil al estudioso y, también, posiblemente será entretenida para un público más amplio. La pertinencia o los afinamientos teóricos, jamás algo meramente secundario, son en el género de los libros de historia de la literatura nacional o continental algo árduamente complejo y, además, en pleno debate; sobre todo en países multiculturales y con historias de colonización y migración aguda como es el caso del Paraguay. Sin embargo, desde algo debemos comenzar y, no nos cabe duda, el presente libro es un aporte valioso.
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