Eu também recebi aqueles copiosos
e pontuais cheques
e vi neve
e vivi, mais ou menos,
que nem pessoa decente.
E uma formosa mulher
Ficou me esperando
com seus quadris pendulares
de encontro ao meu ventre
com o seu quadril
e aquele leve compasso
ali mesmo onde
a gente vira homem feliz.
Também atravessei o lago
Congelado
E, por que não,
Fugi com a fumaça mais viva
De qualquer chaminé
Colocada na vastidão do caminho.
Sem dúvida fui feliz
E continuo sendo.
Ainda que
ruim de vida por uma memória
e não podendo prescindir dela.
Poetas vivemos por causa de uma recordação.
Não pra fazermos o bem nem o mal
Às pessoas
Nem pra ficar de acordo
Com o mundo.
Não me importa o mundo
Ainda que goste dele
Bem como do primeiro rebento dos teus olhos
Quando estás no ponto
De entender de ouvir de te fixar
Que fui
Que sou o homem mais abençoado contigo.
Para a poesia
Porque existe
Em meio a necessidades
E à esquiva bonança.
Para a poesia. Para a mãe
A filha
A filhastra.
Para a poesia
Que não impõe
Mudar tua vida
E nem por acaso outorga qualquer perdão.
Para ela, a linda
Que vem, comumente,
Com nossos mortos
Mas não está morta
E nem é espertalhona.
Uma nuvem de borracha
Um céu de borracha
Uma cidade de borracha
Poesia, velharia de faca
Que já nem bates
E deitas tudo fora.
[Yo también he recibido]
Yo también he recibido esos jugosos
Y puntuales cheques
Y visto la nieve
Y vivido, más o menos,
Como una persona decente.
Y una mujer muy hermosa
Me ha esperado
Con sus caderas de péndulo
Contra mi vientre
Con su cadera y su leve
Compás
Allí donde uno
Es un hombre muy feliz.
También he cruzado el lago
Congelado
Y, por qué no,
Huido con el humo más vivo
De alguna chimenea
Colocada en el vasto camino.
Sin duda que he sido feliz
Que soy feliz todavía.
Sólo que
Vivo mal por un recuerdo
Y no puedo prescindir de él.
Los poetas vivimos por un recuerdo.
No para hacer el bien o el mal
A la gente
Ni para acertar
Con el mundo.
Me importa un comino el mundo
Aunque guste del condimento
Y del brote primero de tus ojos
Cuando te hayas en estación
De entender de escuchar de fijarte
Que he sido
Que soy el hombre más afortunado
Contigo.
A la poesía
Porque existe
En medio de las necesidades
Y la esquiva bonanza.
A la poesía. A la madre
La hija
Y la hijastra.
A la poesía
Que no impone
Cambiar tu vida
Ni otorga acaso ningún perdón.
A ella, la linda
La que viene, por lo común,
Con nuestros muertos
Pero que no está muerta.
Pero que no es avivata.
Una nube de hule
Un cielo de hule
Una ciudad de hule
Poesía, cuchillo viejo
Pegas a penas
Y lo hechas todo a perder.
Poema que hace parte de “Resientes”, poemas posteriores a Soledad impura (2009)
Hola Pedro!!
Soy Marcela de Brasil!!
Saludos!!