POÉTICAS DA INSOLÊNCIA

“Todo el hombre tiene que captar toda la realidad”: MASA
“Os ritmos arredondados e suas reentrâncias”, por Amálio Pinheiro.
Al-Andaluz, en traducción canibalizada de Amálio Pinheiro, aquel lema brinda renovada y honda cuenta del poema “Masa”, de César Vallejo; ilumina un reparo importante del poeta peruano, tal como enfatizar en aquel mismo poema póstumo su aparente tinte político-mesiánico o, también en otro momento, confiar a Georgette –a manera de Tristan Tzara– que la palabra “Trilce” nada significa.  Pudor del peruano ante el Brasil que, estando en París, sospechara en las zancadas libérrimas de Isadora Duncan o las flamas del baile de Josephine Baker.  Emancipación o soberanía política constituyen tan sólo un pliegue  más de una cabal ciudadanía trílcica; la cual intuyera, por ejemplo, asimismo Paul Gauguin –otro peruano, según César Vallejo– en “Camino al Gólgota”, autorretrato que Gauguin nunca intentara vender y que lo acompañara hasta el final de sus días; y donde nuestro pintor focaliza sobre el lienzo el entorno que allí lo acompaña tanto o mucho más que su propio gastado y reflexivo semblante.  ¿Cuál de todos ellos, entre aquella apretada unidad simétrica y de equivalente agencia, va al crucifico?  ¿Los monos, los guacamayos, el caucho silencioso, la noche espléndida o aquellas infinitas estrellas?  El lenguaje se mide realmente, en cuanto usuarios, y no sólo en la poesía, de acuerdo al grado en que estemos embebidos o zambullidos, metonímicamente hablando, en aquella simétrica marmita.  O, dicho  de un modo acaso más técnico: Fronteras en las zonas más remotas de la semiósfera que constituyen, asimismo, aquéllas más próximas y conectadas. 
Ahora, aunque posteriores a Di Cavalcanti, en una visita de hace un par de años que hiciéramos a Sao Paulo, apuntábamos lo siguiente:
Contra toda apariencia, el espacio le ha ganado por puesta de mano al tiempo en SP; los cuerpos se van pareciendo, cada vez más, a los claroscuros de la ciudad y sus abarrotadas calles.  Lo que la generación actual se tatúa por dentro, ya no sólo por fuera, constituye un animal que asoma por doquier: mirada, vértebras y ágiles pantorrillas.  La migración o el salario insuficiente, de unos pocos o de unos muchos, ya no constituye lo decisivo frente a tan colosal diseño.  Animal hembra junto a su tararear de antigua canción de cuna.    Mamífera por antonomasia, São Paulo no ha dejado de ser un collage formidable y un pêssego dourado o un determinante libro por venir.
Felicito a todos mis colegas en esta necesaria y feliz celebración por nuestros veinte años.
Pedro Granados

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NO HAY VIDA/ Eduardo Magoo Nico

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[Escribo desde Lagunas-Mocupe]

Ilustración del artista peruano, Israel Tolentino.

Escribo desde Lagunas-Mocupe
De lleno ya tomado por la arena
Con la cual coincidimos por carácter
Y acaso también por constancia y paciencia
Soy de lleno el mejor poeta y lector
De toda mi generación
Pero como ocurre con la arena
Esto no se sabe o anda lejos
Es ventisca desde la playa o ruido todavía
No endiosar a ningún contemporáneo
Acaso sea la máxima siempre a seguir
De otra manera estimaríamos que A. Cisneros
Sólo ha desaparecido por un momento
Que Varela fue Lispector
Que Hora Zero tuvo acaso algo que decir
Más allá del confín de la ducha
O que la poesía son consejos o advertencias
Tal como monitorea
La institución literaria vigente
Un bien aderezado botiquín de autoayuda

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Aztepallatl/ Edgar Artaud Jarry

 

Una Diosa Azteca en el bar del puerto
escribía poemas en su teléfono móvil
Movía con agilidad los dedos pulgares
Le advertí del daño en las articulaciones
¡Mierda! ¿vas a predecir mi puto futuro?
Me acomodé en la barra, pedí mezcal
El dueño trajo dos copas una para mí
Y otra para la chica, la llamó Aztepallatl
y luego me cobró las dos copas.
Aztepallatl brindó conmigo.
Pagó otra tanda y yo la que sigue.
Soy Tezcatlipoca, le dije inseguro.
Pues qué poca, te vas a enfermar.
¿Puedo llamarte Aztepallatl? Pregunté.
No te aceleres cabrón, respondió.
Pagó otra tanda y yo la que sigue.
No debería beber, soy diabético.
El covid-19 daña los pulmones
Pero luego detiene el corazón
Provoca un infarto fulminante.
Aztepallatl pagó una tanda, yo otra.
Creo que voy a azotar en el piso.
Dicho y hecho. Caí de bruces.
Estoy en el Hospital para covid-19.
Aztepallatl es la enfermera.
Nota del autor:
Aztepallatl”, se me ocurrió a partir de un meme ante la pandemia
del coronavirus y la sana distancia: “Haste Pa´llá” (haste para allá).
“Tezcatlipoca” es el dios de la providencia, de lo invisible y de la oscuridad en la mitología tolteca.
“Qué poca” es un insulto (te pasaste).
La metáfora del poema podrían ser las alucinaciones o delirio
de un paciente grave en un hospital para covid-19.
Y la diosa Aztepallatl sería una nueva Parca para el covid-19.
El Bar del Puerto, existe a un costado del zócalo de Acapulco, Gro., he leido mis poemas allí, además incluyen eventos culturales diversos.

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AMIGO

Asomado al agua mansa de mi computadora

Leyendo a César Vallejo te pillé

Te acompañaban dos muy dignos representantes

De lo que en parangón Georgette Phillipart

En su momento denominara “hampa letrada”

Los tres entonces junto a una maestra

Puntual y diligente

De las que saben siempre de antemano

La moraleja de cuanto dijeran

En fin, amigo, como sabemos de sobra

Que se baja para subir y la cuesta va muy alta

Como dijo nuestro destornillado compañero

Que se halla preso de tan libre

Y va solo de tan acompañado

Nunca antes hermanos mis hermanos

La crítica patinó tanto con el “Cholo”

Con aquella chola blanca que fue

Y pavita aliblanca que ha retornado

Para ser cazada de nuevo

Tenaz e indiscriminadamente

Oleo negro en el vértigo de su blancura

Una moneda extraviada en el alcantarillado

Sol pujante en el oscuro espacio de la mente

Maestro sin alas y ya de por sí alado

Circunferencias de Vallejo

Plenitud Crisis Escisión

Y nuevamente lo primero

Extravagante como la del pavo real

Nuestra noche

Mansísimos como un cuenco de agua más

Sobre el rostro del mar

Mis celos tus celos sus celos

Un cometa compacto que navega desde aquí

Hacia el occidente

Lengua viva y correspondida

Instrumentos disímiles y música común

Trémulos de mirarnos descender el horizonte

©Pedro Granados, 2023

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MESA 15: SABERES ORALES Y ENFOQUES CRÍTICOS EN LA LITERATURA Y EDUCACIÓN ANDINO-AMAZÓNICA

Grosso modo, esta valiosa mesa evidenció, en conjunto, interés en algo que se impone cada día más entre los estudios de las Humanidades en nuestra región; el cual implica todo un cambio epistemológico o, mejor aún, la necesidad de un giro ontológico. No solamente asumir la complejidad o simultaneidad del asunto (Edgar Morin o Cornejo Polar), en este caso el gran tema de cómo leer en tanto especialistas de alguna rama de las ciencias sociales o de la enseñanza de literatura oral/escrita; aunque, finalmente, asunto que implica el modo en que nos leemos a nosotros mismos y también en tanto comunidad. Ahora, tratándose en particular del Perú, y a muy buena hora, cómo el juego mismo del palimpsesto/ prototipo (“huella”/ “primer modelo” prospectivo que no ha perdido vigencia y se halla presente en la realidad), asimismo, va ganándonos en el modo en que nos acercamos a leer, por ejemplo, Dioses y hombres de Huarochiri; intentamos implementar modos de cosechar lo que los estudiantes desde ya traen al aula; o enfrentarnos al espinoso tema de la división, por lo general muy tajante, que solemos establecer entre oralidad/ escritura o español/lenguas nativas. Es como si constatáramos que las oscilaciones del Barroco, sus figuraciones (Doris, Polifemo, Acis, Galatea), sólo en apariencia son cualitativamente distintas; y, más bien, constituyen palimpsestos del mar (en la Fábula de Luis de Góngora y Argote) o de Inkarrí (en el poemario Trilce). Es decir, y por cierto, no se trata del Barroco canónico del siglo XVII; sino de un estruendo que hoy por hoy percibimos mejor y que en otro lugar hemos esbozado de la siguiente manera: Barroco +Vallejo=Barrojo. P.G.

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