Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

[El círculo se estrecha]

El círculo se estrecha

Todo se facilita

La liebre de los días

Su aire casi mentolado

De tan vertiginoso

Aunque también el zorro diligente

Se va congregando todo

Y tú a ello te ajustas

Sin siquiera pensártelo

Sólo por el acuerdo y la soberanía

De los hechos de lo hecho

Sobre lo planeado o pensado

La vida es un parpadeo sobre lo mismo

Y aquel troglodita supongo murió

De modo semejante a como yo mismo moriré

Hoy o de aquí a poco

El cuerpo como pesado

Y sin poder  arrancarse del lecho

Y ganar la salida más próxima

Y continuar con esta pequeña historia

Que a cada cual y a cada uno

Ineludible corresponde

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MINI CURSO: AUTOFIGURACIONES AMERINDIAS

VALLEJO, ADÁN Y EIELSON-SOLOGUREN: ESTANCIAS AMERINDIAS

(Autofiguraciones amerindias en el contexto de la migración y la interculturalidad)

MINI CURSO

Mediador: Pedro Granados, Ph.D. (VASINFIN)  

https://orcid.org/0000-0001-8359-397X

Sumilla

Aquello de auto figuraciones alude, sobre todo, a anagnórisis o, también, a deseo.  Estos poetas, representantes de la poesía peruana letrada-culta o experimental-vanguardista canónica del siglo pasado, las encarnan todos en sus obras.  Viajeros sin excepción, incluido aquí el supuesto “exilio” predominantemente interior de Martín Adán, a pesar de su clase social o del color de piel o de sus simpatías u oscilaciones políticas, repararon en que  —aunque con premeditada opacidad– escribían en tanto mediadores o, màs bien del todo, autores amerindios; es decir, aquello constituyó una suerte de autodescubrimiento y autodeterminación ontológica.   ¿Por qué empezamos con César Vallejo?  Porque este autor representa, en el Perú, este giro ontológico por excelencia.

Descripción   

Vallejo, Adán y Eielson-Sologuren: Estancias amerindias

De los formatos a las sensibilidades y de éstas a los espacios (“estancias” aquí) es de lo que trata el presente mini-curso.  Traducible este último, de manera intersemiótica y del modo más económico, acaso al dibujo de una ola y un rayo de sol.  El riel César Vallejo se halla presente por aquello que éste acuñara sobre “poesía nueva“ (1926).  El otro riel es una lectura de la tradición de la poesía peruana ya no como formato/s ni, tampoco, en tanto “sensibilidad” (individual, grupal) sino, en cuanto imposición o consagración en ella de un espacio amerindio (Ingold).  Gesto simétrico o multinaturalista (Viveiros de Castro) y, asimismo, no menos contra instrumental respecto a nuestro intento de tomar posesión del texto poético.

Superada la “escenografía” modernista, la poesía latinoamericana recupera el paisaje; aunque no precisamente el telúrico y, sí, considerando a la complejidad y virtualidad del espacio como un soporte más adecuado para lo humano: “Perception, Gibson argued, is not the achievement of a mind in a body, but of the organism as a whole in its environment, and is tantamount to the organism’s own exploratory movement through the world. If mind is anywhere, then, it is not ‘inside the head’ rather than ‘out there’ in the world” (Ingold 3).  Ejemplos: Escalas, de César Vallejo, o Fervor de Buenos Aires, de Jorge Luis Borges, ambos libros de 1923.

En consecuencia, entendemos “estancias amerindias” en tanto íconos o conceptos localmente motivados; aunque, de modo simultáneo, de relevancia o proyección universal.  Es decir, “estancias” en tanto frutos de una mediación conceptual amerindia para el mundo (Granados 2019).  Y, asimismo, mediación conceptual vinculada a una tradición –en este caso específico– el de la poesía peruana culta.

Por último, aunque no sería lo menos importante, trabajar con poesía nos parece metodológica y epistemológicamente urgente para, en específico, el actual contexto académico internacional.  No leemos poesía culta por perjuicio de hallarnos ante un objeto decorativo o propio de una clase social privilegiada; o porque carece de la suficiente información para aplicarle, en automático, nuestros esquemas realistas (históricos e ideológicos); o porque simplemente no la entendemos, particularmente la de la vanguardia para aquí, y en consecuencia mejor la evitamos.  Este minicurso, a pesar de su brevedad, pretende echar luces y desterrar, en algún grado, dichos prejuicios.

TEMAS

-César Vallejo: Muros melografiados

a. “Cuneiformes”

b. Vallejo a caballo

c. Vallejo + Barroco: Varrojo

-Martín Adán: “En la azotea”

-Jorge Eduardo Eielson: “Instalación sobre Vallejo”

-Estancias (1960), de Javier Sologuren.  Nueva visita.

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Cuadro

Una curva amarillo-naranja

sobre la noche oscura.

Son nuestros los sentimientos.

Son nuestras estas texturas de amor,

estas manchas iridiscentes de delicadeza.

Son nuestros los recuerdos. Todos.

En gruesas pinceladas cerca de un vértice

está mi madre. Es viento y es tierra

y es agua mi madre.

Al centro del cuadro está mi padre

insinuado por un color evasivo. Es fuego mi padre.

Nuestros son los viajes, los adioses

y acaso la soledad.

Una curva amarillo-naranja. O más bien

una hendidura. Una materia apenas entreabierta.

Una reciente cicatriz

acaso.

EL CORAZON Y LA ESCRITURA (Lima: BCRP, 1996)

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TALLER DE ESCRITURA CREATIVA EN LOBOLUNAR (QUITO-ECUADOR)

EL BOLIVARIANO

Mis zapatos son planchas

De cuero

Y nubes

Con lanzas en las risas

Para volver al hastío sin zapatos

A la brisa que calma o eriza

 

Dolores afluentes

Sinónimos y flores

Mora con pepas amargas

Me gustan esas moras

Tienen unas ruedas feroces

Que sin girar terminan en el sol

 

Me gustas cuándo?

Cuando callas

Te esfuerzas demasiado

Tú sales al sol sin guayabera

A la playa sin bandera

Y en silencio me abrazas, compañera

Campanas que ya no suenan

 

Fibonacci en tren

Todos vuelven con error

A donde resurge la calma

Contando en series infinitas

Mi almohada recuerda tu suspiro

Un elefante

El horizonte

Verde y azul como el viento

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[En el Ecuador hay lugar todavía]

En el Ecuador hay lugar todavía 

Para el toque de anís en las comidas

Y para el saludo de cortesía

En la vía pública

Sin embargo y muy pronto

Ambas cosas serán arrasadas

Por un baño de realidad

Uno no puede andar por ahí así

Indefinidamente

La poesía troca por auto exigencia

La autenticidad de las canciones del campo

No es necesaria ni tampoco es tal

Ni la idea de un “puente” cultural o musical

A JMA le quedó corta la teoría

En vez de “puente” o mediación

El mascarón de proa del montaje

Es lo más genuino desde Trilce

No le alcanzó la teoría pero sí la poesía

Lo legal lo puro lo esencial

Siempre con su guiño travieso

Trilce es el actual canto en quechua o en aymara

Nuestro más íntimo jopará

Un baño de realidad empieza siempre

Con una escrupulosa limpieza de oídos

Así que adiós a los desorejados

A los albaceas de otros que pensaron antes

Por nosotros

Adiós a los amos de llaves

Y funcionarios del sentido común

Los andes se revuelven entre sus cantos

Con un exceso de especería

Y delicados aromas a romero o anís

La poesía es sólo un tablero de sal desnudo y liso

Sobre este liviano marco dejamos nuestra entraña

La audacia y técnica de nuestras rápidas huellas

Un horizonte díscolo donde no caben intermediarios

Y donde se baila sin zapatillas ni tijeras

Ni otras luces cocidas contra nuestra pechera

Más altas o distintas al ocaso

 

© Pedro Granados, 2023

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POESÍA ECUATORIANA: “YA EN EL SIGLO XXI”

Nueva antología de poesías ecuatoriana edita la UDA

POESÍA ECUATORIANA (ANTOLOGÍA ESENCIAL) / Sara Venégas Coveña (Prólogo y selección)

SARA VANÉGAS COVEÑA (1950)

PÁJAROS

los pájaros han vuelto con su brío

inundan el jardín / el viejo patio

desde el balcón

yo los miro aletear bajo mi sombra

aprisionados

SUEÑO II

blanca daga sobre mi pecho oscuro

llegas como de espaldas a algún sueño triste

lames mi sangre entre las rocas

y te precipitas al mar …

ROY SIGüENZA (1958)

YUKIO MISHIMA SE ARREPIENTE DE LA MUERTE

El espíritu del Hagakuré exige «que los hombres tengan una tez de

flor de cerezo, inclusive en la muerte»

No sabía yo que duraría

–apenas– 45 años,

ni que sería así

–vaciada en sangre–

como se iría mi vida;

ni yo ni Masakatsu Morita,

a quien tampoco

Ie advirtieron nada

–tenía 25 años–

cuando el amor que nos unía

nos empujó a practicar Seppuku.

Ahora que los dos llevamos

una tez de flor de cerezo

quién me dirá dónde resplandece

aquella imperativa belleza

TODO EL MAR SE PARECE

(FRAGMENTO)

El agua haciendo que la vida corra,

que vacile al filo de la orilla como un desnudo

trozo de mangle;

que vaya a la playa como una deidad poseída

por el furor del nacimiento:

la semilla de la fruta de sal

El agua anunciante de su certeza

Mañana será lo mismo: el mar es un fósil despierto.

RAÚL VALLEJO (1959)

MIS HERMANOS EN LA MADRE PATRIA

(FRAGMENTO)

Trabajan en todo lo que esos niños pijos jamás harían aunque les

cayera el ajuste del PP, la severidad de la Merkel y la abolición de la

siesta.

Viven amontonados, ahorrando euros, con la sonrisa digna del honrado, Hablan con faltas de ortografía al pronunciar las ces y las zetas

putean con arrogancia cuando exigen sus derechos en los consulados

tocan guitarra y cantan en los condominios para escándalo de sus

vecinos se visten de Zara y han aprendido el arte del cachondeo y la

caña de mediodía.

Los domingos se multiplican en el Retiro y mis hermanos persisten

celebrando la vida, mezclando a Sharon con Julio Jaramillo,

llevando en procesiones a la virgen Churona,

maldiciendo y extrañando y llorando al paisito, imaginario y real; ¡ah!

y una foto de Barcelona Sporting Club, de Guayaquil, en la sala del

piso en Lavapiés.

A veces, alguno de ellos, contempla desde el mínimo balcón de su

piso el atractivo vacío que besa el asfalto húmedo de Otoño

por si llegaran los alguaciles con el apremio de la orden de desahucio.

VICENTE ROBALINO (1960)

SOBRE LA HIERBA EL DÍA

XVIII

Es verdad que mañana

todas las cosas estarán

donde tu memoria las dejó.

Pero si insistes en llamarlas

morirán apenas las nombres.

CRISTOBAL ZAPATA (1968)

PLEIN SOLEIL

En la terraza de un bar dos putas gastan su tiempo libre bebiendo

cerveza. Desatendidas de su presunta clientela, se dedican a olisquear burlonas, los perfumes ajenos, a repasar anécdotas, ahorros

y ganancias. Modosamente vestidas, y austeras de maquillaje, las

delata su cháchara efusiva, y acaso también, sus carteras saturadas de

chatarras estivales.

Ahora, decidida, Ella se aproxima al Escriba. Tal vez, desde el instante en que sus miradas chocaron hacia el mediodía, no ha pensado en

otra cosa que abordarlo -emboscándolo, sitiándolo, elaborando un

recorrido perifrástico-, o quizá, recién acaba de descubrirlo: exhalando, sin ganas, salomónicas columnas de humo; volcado, en ademán

de escritura, sobre una mesita del Plein Soleil.

Cuando la ve arribar, el Escriba finge serenidad. Ella se hace de una

silla y al sentarse deposita el sombrero en el perfecto hueso de su rodilla. Es irreprochable y nítida, como un celentéreo. El pelo abatido

y oscuro, los ojos sagaces, la boca deseante y lustrosa para decir “ya

vine”, con la resolución de la que llega para siempre.

Ella y el Escriba, juntos, abandonan el local. Atrás queda el heroico

afiche de Alain Delon –músculos, yodo y bronce- manipulando el

cedroso volante de un yate…

Es temprano en la noche. Sobre la playa, los veraneantes empiezan

a improvisar brasas alrededor de las cuales habrá convites y bailes.

El mar ha desaparecido, invisible presencia, ahora es sólo una furia

ruidosa, un eterno bullicio de agua.

(Para Ivette Ferretti, Notre Dame des Fleurs)

PEDRO GIL (1970)

LA POZA

(FRAGMENTO)

Yo, Celestino, un dios maldito,

no he cumplido mi sueño de asaltar bancos,

pero he dormido en sus portales

y he asaltado los bancos del Parque De La Madre.

Esta noche habitaré en La Poza,

hotel cero estrellas,

con huéspedes no muy amables,

vista al mar, eso sí.

Vista al mal.

La pipa con polvo y ceniza filma una versión de Nido de ratas.

El niño criminal narra la importancia de llamarse niño criminal,

la importancia de matar y matarse por odio al amor.

LUIS CARLOS MUSSÓ (1970)

EPÍSTOLA A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD I

2

una anchísima negrura nos cubre como la tela de un viejo fotógrafo

de parque. beware: en sus tierras encharcadas de sombra,

pavese [lavorare stanca] ya lo sabía y bostezaba, frenético.

así es como mejor se penetra en la jungla de los espejos.

así es como mejor te tragas la utopía de tu país.

así es como mejor la espina se asoma a una hoguera de tatuajes.

así es como mejor se despeña una piara de bandoleros para la nostalgia:

recuerdo una extraña música mientras se llevaba mi rostro consigo

como una perra con su cría entre los dientes como perra

que se hace una sola negrura con la oscurana.

porque mi pecho es crucigrama de neón no resuelto ni por la fiebre

ni por las hebras de fuego fusionadas con el miedo

–estiro las palabras para que alcancen a nombrar nuestra casa–.

ALEYDA QUEVEDO ROJAS (1972)

ARRODILLADA YO

Pongo las manos

al Hermano Gregorio

él es mi intermediario

Centrípeta

llena de mí

riñones

uréter

vejiga

Me entrego a la más honda fe.

SENTIMIENTOS DE LOS DEDOS. Te hueles los dedos. Únicamente los dos sabemos donde estuvieron hundidos antes de llegar

a la casa de Dios. De dónde sacaron ese olor que se esconde obsesivo bajo tus uñas y el sudor natural de las manos. Hueles el aroma

impreciso del sexo. Tus dedos largos estuvieron antes entre el mar

de secreciones y vellos voluptuosos que me niego a rasurar. Penetrante olor metálico, marino, apenas frutal, que reconozco y

que ahora guardas inocente, en tus dedos todos los sentimientos.

Así se deletrea, con el cedazo de los dedos, el fondo de una mujer

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[No hablo portugués tampoco quechua]

A Rodolfo Fuentes

No hablo portugués tampoco quechua

No son necesarios

Como tampoco lo es

Me valiera del español

A mi hermano Germán se lo debo

“me obligó a emplear un lenguaje particular

para comunicarme con él”

Y este lenguaje, ningún otro, es el que manda

Y el que se queda

Y el que nos justifica ante el más allá

Y la naturaleza del más allá

-“Es la única persona que usted ha amado”

Detuvo mi discurso el psicólogo

Que por la década de los 80′

Nos atendiera en la Lima de Sendero

Y de los infames grupetes de poesía

De la época

Arribistas de toda laya

Confundidos hasta la médula

Manipuladores hasta el día de hoy

Tal como la crítica local adepta

A ese régimen

Sin embargo, me acompañaron las muchachas

De algún modo todas ellas burguesas

Aunque en el fondo procurara siempre

A las no burguesas

La cosa es que nos quedaba una tarea pendiente

Un trámite que acaso de modo tangencial

Ya hemos ido sorteando

“El poeta más odiado del Perú”

Soy entre mis paisanos y a mucha honra

De vidas fallidas o no es de lo que se trataba

¿Queda acaso alguna duda?

De lo que de antemano y no tan en el fondo

Siempre se trató

La poesía atraviesa transversalmente las lenguas

Y todos nuestros problemas

Aunque se entretiene ante nuestras humanas alegrías

Y ante nuestra “sombra” que no conocemos

Ante nuestras ganas e intentos de decir

Que en tanto encarnados

Es de por sí más que suficiente

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