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Poesía

MUROS ATRÁS

A closeup shot of ancient carvings in mud city Chan Chan and Huanchaco in Trujillo, Peru

[Un muro de cerca]

Un muro de cerca. Porosidad.

Textura. Muchedumbre. Avidez.

Lejos de mis muros, ahora.

Lejos de mi sexualidad de niño

y de adolescente. La delicadeza.

Lejos del consuelo profundo de

cierta promiscuidad con los muros.

Florecidos sentimientos de amor hacia mi madre.

Muros. Juegos con los muros.

Entre los muros.

La historia universal resuelta sobre un muro.

Sin libros.

La turbia locuacidad

de las paredes desnudísimas de mi

infancia. El incomprensible cariño

de los ecos mudos. Los antiecos.

Lucho no sale a jugar, está haciendo

sus tareas. Frente a la casa de Angélica

ni preguntar. Y yo jugando vanamente

con una pelota de jebe

contra los muros. Botes.

Todas las cosas lejanas y cercanas.

Todas las cosas entreveradas

simultáneamente.

Arena. Espinas. Altorrelieves.

Todas las cosas imantadas allí.

Caras. Olores. Nubes.

Todas las cosas delicadas allí.

Tiernamente adheridas. Labios.

El corazón y la escritura (Lima: BCRP, 1996)

[Sobre el cemento fresco]

Sobre el cemento fresco

del mudo mar de mi ciudad

–entre los tristes botes

del muelle de pescadores–

echo mis redes. Desanudadas

mis preguntas

son unos desechos más

sobre la imantada superficie.

Sombras efímeras

mis anhelos.

Quiero morir. Morir.

Ponerme al día,

como dijo alguna vez de viejo

mi cansado padre.

Quiero morir

y hacer todo de nuevo.

(Inédito, escrito probablemente en 1987)

[Pasé el muro]

Para Rosario

Pasé el muro

Vuelvo a él y lo atisbo

Viejas serpientes levantadas

Sobre la piel de la piedra

Serpientes después del barro

El fuego el amor

El descuartizamiento

Juguetes de la infancia

Que abren sus ojos

Mientras atónitos

Los integrábamos

Nos integraban

A sus juegos

Aquellos del gozo

De la más sencilla

Y cotidiana eternidad

Vuelvo pues a mí mismo

Al olvido

A la muerte de mí mismo

Con el rabillo del ojo

Más bien lo oteo

Entre el fango

Entre la piedra

Entre las sobras de mi corazón

Todavía erguido

(Inèdito)

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TRILCEUNO

Testar como Vallejo o como la madre que nos parió o como me tocara aquélla que amara con sus senos de goma y sus pestañas de amapolas imperturbables ante el dolor y su piel de ninfa a la segunda potencia de lo acuático y de lo tornasolado y de lo agradecido que se va directamente al cielo de lo que había entre ella y ello que no soy yo sino acaso cuando rasgo y me desmantelo de una vez porque nada tengo que perder nada he perdido ni nada pierdo salvo el estar mejilla con mejilla contra ella y este aroma de cantos rodados de la playa desconocida hasta que la hollamos y no somos sino los dioses que jamás habíamos procurado ser sino porque nos conminara el amor por la vida y por la muerte y por la hecatombe de lo que se ha ido al fondo o hubo quedado como sumergido y renuente a mostrarse de alas abiertas y de pechos aún más abiertos y que mudo recibo y muchísimo más de lengua que de palabra

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OBRA NEGRA

A R.D.

El sudor
le gana al poema.
La alcantarilla
a mi voz.
Una irregularidad, apenas.
Un terrón de azúcar desconcertado
ante tantísimo eco.
Así el niño que vende,
y la muchacha que compro
ni con palabras
ni con besos.
Poesía de cara a la desconcertante
habilidad de unas serranas
de uñas multicolores
y engominados labios.
El sudor
puede más que la sed.
Porque aquél es secreto y el anhelo
sólo puede mover montañas.
Poco a poco
corto trocitos
que añado a mi licuadora.
A la noche de Santo Domingo
es preciso palanquearla con un fierro
antes de asirla y cortarla bien.
Noche densa y aceitosa que resbala
-como por un embudo-
hacia las nalgas de mi ocasional muchacha.
Muchísimo más negras que su propia cara.

OBRA NEGRA

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Inkarrí/ Bruno Melo Martins

Bruno Melo Martins y su acogedora Livraria Ponta de Lança (SP)

La pregunta por la poesía peruana, si no la de toda nuestra región, coincide con la pregunta por Pedro Granados.  De qué otra manera podríamos explicarnos el fervor por la vida –entiéndase poesía– que suscita cuando lee sus poemas o cuando explica, por ejemplo, la obra de su compatriota César Vallejo.  Ningún otro poeta que conozcamos plantea el asunto como lo hace Pedro Granados.  La mayoría, desde un empaque de seguridades (entre esto la prensa solícita en captar y comunicar novedades) termina en incertidumbres, soliloquios o descrédito (y desafuero) incluso del pensamiento en sus poemas.  En cambio, en la poesía del peruano, ocurre exactamente lo opuesto, desde un empaque de fragilidad o murrmullo, su texto echa mano de las múltiples dimensiones que somos y entre las cuales nos movemos y poco a poco (segundo a segundo) termina reconstruyéndonos.  Levanta la piedra que somos, la lengua de agua ávida que somos. Vivimos para que nos beban, existimos para la compañía, de antemano somos una orquesta (los estudiosos hablan de una red) de seres que circulan del día a la sombra; aunque  de cara inequívocamente al sol.  Todo esto nos lo hace recordar, mejor dicho, lo sabe encarnar la poesía de Pedro Granados.  Agua volcada de la noria, rueda escapada de la carreta de la poesía actual de nuestro continente.  Bruno Melo Martins (Brasil)

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Contra la poesía peruana

Escribí siempre por error por equivocación por explosión y remanso y deseo extremado y desconsuelo y pobreza y extrañamiento y gracia y bendición de la misma poesía directamente de ella como si ésta fuera más ubicua que mi madre y que la mirada de mi padre que extraño que extrañaré siempre y el amor de la bella que jamás logré amar salvo cuando ella de mí se enamorara y de estas letras grabadas como a fuego sobre mi propia tonada de mudo y corazón de muerto para todo lo que no sea aquélla y su venida a este mundo como de contrabando como hurtando el tiempo y el espacio frente a todo el conocido aburrimiento o las exactas preguntas que jamás son respuestas a todo aquello mudo como cuando uno se pone a escribir y a mirar sin mirar a lado alguno sin finalidad ni esperanza de respuesta alguna escribir por escribir

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Hacia la traducción de Inkarrí al portugués brasileño

“Hasta justo antes de expirar
Vallejo no pensó en irse a España
Aunque dijo –“Me voy a España”
Quiso, más bien, y con firme decisión
Cogerse a la guapa enfermera argelina
Que lo atendía en la Clínica Arago”

Habría mucho que decir sobre cada trozo del Inkarrí de Pedro Granados, aunque aislados de su necesario conjunto. Aquí tenemos la relación sexualidad y muerte extremada por la actitud cholo-mestiza deseante y transgresora frente al “culo hermoso” de la enfermera y la universalidad del morirse peruanamente en París. Pero ésto no resultaría tan bello si no fuera por los arranques y arrastres coloquiales/orales y vocales en los intersticios de sílaba a sílaba y de fonema a fonema, en construcciones naturalmente paronomásticas. Un menudo ejemplo: Cogerse/argelina/Clínica Arago. De ahí las grandes dificultades de la traducción, puesto que el texto traducido tiene que re-crear Inkarrí según la inevitable composición de relaciones de su ambiente y paisaje cultural – con sus células rítmicas específicas. Para que a Inkarrí le gustara también ser brasilero.  A.P.

Amálio Pinheiro é poeta, tradutor e professor no Pós-graduação em Comunicação e Semiótica da PUCSP. Coordena o Grupo de Pesquisa “Comunicação e Cultura: Barroco, Oralidades e Mestiçagem” (DGP CNPq/Lattes), onde se investigam as relações entre as áreas de literatura, comunicação e cultura na América Latina, ao mesmo tempo em que se experimentam modos de conhecimento não dualistas para o continente. Tem produzido ensaios e traduções comentadas de autores da Espanha, da América Latina e do Caribe. Desenvolve pesquisas sobre as relações entre a memória cultural, as artes e as ciências não clássicas, com ênfase nas conexões e ramificações entre voz, poema, corpo, séries culturais e paisagem urbana, que se desdobram aquém das dicotomias entre sociedade e natureza. Publicou, entre outros, “César Vallejo: o abalo corpográfico”, “César Vallejo a dedo” (tradução), “Aquém da identidade e da oposição. Formas na cultura mestiça”, “Nicolás Guillén: Motivos de son”, “Rafael Alberti: Sobre os anjos” (tradução), “América Latina: barroco, cidade, jornal”, “Tempo Solto” (poemas). (Fonte: Currículo Lattes).

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Inkarrí: Estado de la cuestión

-Hay momentos en tu poemario que parecen parte de una conversación hostil con Altazor.  Intenso lo tuyo y a veces persuasivamente confesional. Me atrapó.

-Mucha gracias, Alicia.  Altazor constituiría la paulatina descorporeización (metafísica occidental); mientras Vallejo, más bien, apostaría precisamente por lo opuesto: la inclusión de todos los cuerpos posibles (metafísica amerindia o multinaturalismo).  ¿No?

Sirva este sumario diálogo, entre una amiga académica y su discípulo, para situar el marco mayor de lo que a la larga propondría Inkarrí (Lima: VASINFIN Ediciones, 2024); es decir, su indagación penúltima porque la postrera pertenece exclusivamente al lector y muy rara vez se hace pública.  Efectivamente, este reciente poemario de Pedro Granados se nos presenta a manera de un atajo, por lo común, frente a fatigosas e impotentes explicaciones, para en dos zancadas encontrarnos cara a cara con lo que constituye una ya porfiada reflexión  trasatlántica sobre el cuerpo; y más bien, desde esta orilla, pasarnos algunas “diapositivas” de lo que se trae entre manos el multinaturalismo: “seres humanos y animales (y objetos) compartimos un alma común, lo que nos diferencia son los cuerpos”.   Amerindios todos.  Lo cual nos hace recordar una anécdota contada por Armando Almánzar Botello respecto a que, en el pueblo de sus abuelos, se sucedían permanentes discusiones sobre si tal o cual era verdaderamente un Almánzar en desmedro de otros que sólo pugnaban por serlo o en apariencia no lo eran; situación que zanjó de una vez por todas el abuelo de Armandito cuando, decididamente encaramado sobre una banca del parque del pueblo, enfatizó: -“Todos ustedes son Almanzar”.  Y punto.

Entre otras lecturas que se vienen sucediendo, publicadas o no, tenemos ésta de un buen amigo, también poeta, que apunta a otros aspectos; aunque no por ello menos pertinentes:

-Querido Pedro, tu “Inkarrí” es una maravilla. Si en nuestro país no existiera tanta envidia, daría mucho que hablar porque se trata de un libro (con una voz distinta) que dice mucho acerca de la poesía, al revés de aquella (peruana y de otras latitudes) que, como bien dices, nada tiene que ver con la poesía y solo ofrece una grandilocuencia que habla demasiado y no dice nada. Sé que me estoy quedando corto en la apreciación de tus poemas y eso se debe a que me resulta difícil poner en palabras lo que he sentido -y sigo sintiendo- al leerlos. No sé cómo decírtelo, pero si pudieras verme en este instante, notarías mi emoción en el brillo de mis ojos, reflejo de lo que pienso y siento. Un gran acierto el cerrar el libro con “Desaparecer un cuerpo”, tremendo arte poética que echa luz sobre el resto de los poemas.

Hasta, aunque es posible se continúen multiplicando, otras reseñas ya publicadas y no menos agudas ni generosas (Carlos Quenaya, Roberto Zariquiey, Milton Manayay). Inkarrí, que cierra con broche de sol una saga constituida por los últimos poemarios de Pedro Granados: Roxosol (Arequipa, Perú: Cascahuesos, 2018), edición bilingüe español/portugués, con versiones de Amálio Pinheiro; La mirada (Buenos Aires: Buenos Aires Poetry, 2020); y la antología, Amerindios/Amerindians (New York: Artepoetica Press, 2020), con poemas traducidos al inglés por Leslie Bary, Sasha Reiter e Isaac Goldemberg.

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The Look of Love

Interpretado por Dusty Springfield

Nos recuerda nuestra propia belleza

Y por cierto el de nuestras compañeras

Aquellas nítidas princesas de cuento

Pero la música de pronto ha madurado

No únicamente la canción

Letras a una melodía adosadas

Sino la manera cómo se derrumba

Todo aquel empedrado barranco

Su ruido de capas sucesivas y yuxtapuestas

Primero la niñez luego el amor

Toda expectativa

El aire propio y de nadie

Ningún destello de sol entre cuerpos posibles

Ni llegadas ni despedidas

Sino sólo este encierro de la voz

Este grito imposible

Pliegue de más pliegue de menos

Este surco del amor abriéndonos

El cuerpo del alma

Aire que todavía llega hasta aquí

Este desmoronamiento que somos

Que es cada uno

Antes de aparecer las piedras entre el fango

Curiosas alegres

Tal como liberadas

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