Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

poesía en su tinta. asesoría poética personalizada online

“La Central” de Barcelona 

Todos leemos y escribimos desde un lugar (cultural, social, retórico, etc.) y ser cada vez más conscientes de ello ayuda a volvernos no sólo más lúcidos de nosotros mismos, sino a desarrollar de un modo más personal nuestra propia escritura. Si deseas ensayar o desde ya cultivas este género, mediante una conexión virtual leeremos juntos tus poemas, potenciaremos tu producción literaria y publicaremos tu trabajo en este portal o en otros semejantes.  Contacto: pedro_granados@hotmail.com

https://poesiaensutinta.blogspot.com/

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[Un niño en calzas de lana por la calle]

 

Un niño en calzas de lana por la calle

Piernas cortas abrigadas por tal fibra

Hace tiempo que no se baña que no lo bañan

No guarda memoria

Textura y temperatura que decidirán

Lo que el mundo de arriba sea 

Su camisa su chaqueta su cubretodo

Lo cual constituye todo lo que se ve

Sus genitales allí se han desarrollado

Así como su poesía

Escrita siempre desde abajo de su ser

Constante e invencible ante la intemperie

Un niño solo y curioso y perdido en el Perú

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El Blog de Pedro Granados

A closeup shot of ancient carvings in mud city Chan Chan and Huanchaco in Trujillo, Peru

Aunque constituye ahora mismo 

Fuente de consulta

En el futuro  derivará también

Objeto de estudio

Auténtica cachina para hallazgos

LLegó gratis

Aunque con alto costo personal

No es necesario entrar en detalles

Encontrarán desde los tirantes malolientes

De Martín Adán

Hasta a Vallejo en Meta

Nada menos ni nada más

Ningún poeta de los ochenta

Menos alguno de los noventa

Tampoco siquiera medio del dos mil

Aunque un milagro siempre pueda ocurrir 

No revelado por prensa alguna

Atenta al dinero y al cálculo político

El cual emergerá a través de este mismo blog

Como que las piedras hablan bajito

Y los árboles nos imitan

Para no llamar demasiado la atención

Y como que te abrazo y me pliego a ti, lector

Porque la poesía no tiene remedio

Porque ella felizmente no lo tiene

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“La carne es un minúsculo tren”/ Eduardo Moga

“El cóndor y la harina”, “omóplatos”, “huesos”, ciertamente César Vallejo  se halla también aquí acaserado.  No teníamos idea de que Moga era tan conocido e incluso múltiples veces premiado; pero, contra la costumbre, a pesar de ello es un buen poeta.  Tiene de Huidobro el vértigo, de Lorca (y Cernuda) la auscultación del deseo, de la poesía norteamericana la complicidad de la naturaleza; y el aura que se avecina al lector le viene de Vallejo.  Poeta de post guerra, aunque sin el luto severo de Dámaso Alonso o, posteriormente, la salida a través de la vida y los oficios cotidianos, no decimos exclusivamente femeninos, de una María Beneyto.  Lo suyo es una apuesta por la simetría (ni utopías ni distopías, sí post antropocentrismo), en tanto postura filosófica u ontológica, de la mano con el legado de lo más selecto de los sonidos de la poesía en español.  Lo pillo en la labor, adicional, de renovar con el empuje de su obra la crítica peninsular; ésta, a final de cuentas, tan desconfiada del lenguaje de la vanguardia frente, exageramos un poquitín, los versos más bien conservadores (política y prosódicamente hablando), por ejemplo, de un enamoradizo  (que otra cosa no es la noria andaluza de la “nueva sentimentalidad”)  como Luis García Montero (y aquellas consecuentes y machacantes “audiciones a ciegas” en la Internet).  Venga, a buena hora, esta poesía trasatlántica; y que la intuición de Eduardo Moga sin duda es la correcta: que ha Vallejo se le leído desde Dámaso o desde Neruda, pero aquél se halla esperando –particularmente desde Trilce— mejores lectores todavía y mayores poetas. Ahora, ¿y ese tonillo de docencia y de verdad –asimismo del Vallejo de 1939– e irremediablemente dulzón podría ser extirpado de la poesía española algún día?  P.G.

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Frank Kafka 1924 – 2024

Donde me encuentro con la nota a pie de página con el asterisco con la indirecta mirada de mi perro con el amor que tuviera único y repartido entre un sinnúmero de amores algo más de  agua sobre la ola y este prestar de una vez oídos a lo que no nos han dicho una sola vez sino a los largo de casi setenta años un  tosco torno de granito adosado a otra piedra igualmente obscura esta rendija minúscula para mirar y para permitir ser  mirado una línea de maquillaje sobre unos párpados inminentes ciruelas aparecidas de pronto semejantes a esta estampilla que me permite llegar hasta ti y estar conmigo un zipper  ancho el de aquel inabarcable  horizonte y semejante rastro que también viene  desde tamaño poniente hacia esta agua y esta arena y estas manos y estos ojos cimbreantes entre la claridad y la sombra  PG

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Lejos de mí decirles

Menú sin comida

O como aquella anécdota

De cuando mi finado cuñado

Pidió arroz con mariscos

Pero no encontró un solo marisco

Así se llama el plato, señor

Fue lo que le contestaron

Lo mismo que siempre ha respondido

Montalbetti desde perro negro

O desde Mi poema

Aunque persuadido estuviera

Que alguno de sus silogismos raspara 

La verdad (del menú)

Pero nones non no manan carajo

Ni un huesito para nuestro perro

Tan solo un emoji de incredulidad

Sobre lo que dicen sobre el poeta

Y luego otro de absoluta certeza

P.G.

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Dormir o escribir el poema

Por qué Martín Adán vivió en el Larco Herrera? | IMP | FAMILIA | TROME.COM

Sobre el desierto erguida la página

Que aún no escribimos

El sagrado corazón que todavía no hollamos

La poesía o el sueño

No guardan parangón

Constituyen cosas muy distintas

Aunque para el surrealismo

Fueran bebedizo semejante 

O todo es sueño o todo es realidad

El sueño al sueño

La realidad, el ángel

Que guiara al poeta del manicomio

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R D y este pechito

“De tanto quejarnos del aislamiento de la literatura dominicana en el Universo no se sabe quién envió a Pedro Granados, el poeta peruano, a Santo Domingo, por allá por los años 90 del siglo pasado. Granados se encandiló con la poesía y con la gente dominicana y se jodió para siempre, que está preso por la guardiemón”. Clodomiro Moquete (Revista Vetas)

“Creo que es este un libro [Breve teatro para leer: Poesía dominicana reciente] que amerita una lectura pausada, porque es un esfuerzo genuino de un investigador literario [Pedro Granados], académico, que ha puesto sus ojos y oídos en la producción literaria dominicana, a la vez que refuerza una mirada nueva de esta poesía desde afuera (como lo hicieran Baeza Flores, Manuel Ugarte, María Prosdocimi de Rivera y otros).  Solo nos resta esperar que lo que hoy queda bosquejado y segmentado en su análisis se convierta luego en un estudio más ambicioso y, a pesar de las polémicas que esta obra suscite (y creo que así será), con él la poesía dominicana ganará en entendimiento y en su difusión”. Miguel Ángel Fornerín (Fragmento del Prólogo)

Al paso. No te apures.
Hasta el hoyo del papel
o de aquella india
de perfil tan moreno.
¿Qué es lo que se mueve
por ahí? Más ná.
Montao, y qué.
Con oro, y qué.
Como dice Chicho Severino
en su tan conocida bachata.
Hay problemas. Al poema
lo defendemos con un par de botellas rotas,
salvo si nos vienen con piedras.
Entonces, nos vamos.
Me llamas para atrás. Cónchole.
Ante la curva de la piedra
prefiero la de tu vestido.
Y encaramado como un mango
tu tan sinuoso paso espero.
¡Bendito palo!

Pedro Granados, Obra negra

CRÍTICA

La poesía dominicana revisitada

Breve teatro para leer: poesía dominicana reciente

Poesía dominicana: “leer poesía era (es) leer a Vallejo ” 

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TALLERES DE MEMORIA INVOLUNTARIA

Foto por Rosario Bartolini M.

Según Didi-Huberman:

La imagen a menudo tiene más de memoria y más de porvenir que el ser que la mira.

Estamos ante un tiempo que no es el tiempo de las fechas [más bien] es la memoria lo que el historiador convoca e interroga, no exactamente el pasado.

Así como Aby Warburg, se define a sí mismo como “psico-historiador”, Walter Benjamin comprendió que no había historia posible sin teorías del “inconsciente colectivo”: las supervivencias exigen del historiador [en tanto “trapero” o cachinero] algo así como una interpretación de los sueños.  Se comprende que hace falta ampliar, abrir la historia a nuevos modelos de temporalidad.

El modelo dialéctico –en el sentido no hegeliano que le da aquí Benjamin– debe hacernos renunciar a toda historia orientada: no hay una “línea de progreso” sino series omnidireccionales, rizomas de bifurcaciones donde, en cada objeto del pasado, chocan lo que Benjamin llama su “historia anterior” y su “historia ulterior”.

El caleidoscopio, en  Benjamin, es un paradigma, un modelo teórico. Significativamente, surge en los contextos donde es interrogada la estructura del tiempo [entre ésta, el escribir una biografía; por ejemplo, la de César Vallejo].

[NUESTRO TALLER] ¿Cómo realiza la lengua la conjunción entre los fragmentos erráticos y el principio constructivo?  Otorgándose un ritmo: consagrándose al tiempo.   Sólo una musicalidad –temas con contra-temas, medidas con desmesuras, tempi con polirritmos, timbres con texturas– permite introducir en el saber del observador el anacronismo de su objeto.  Esto supone correr riesgos en el modo mismo de escribir la historia: allí todavía los niños y los músicos serán reyes.  “Todos los golpes decisivos son producidos al jugar” [W. Benjamin, Dirección única, Alfaguara, Madrid, 1987].

[Es preciso o deseable] que transformemos nosotros mismos nuestro concepto espontáneo de antropomorfismo, es decir, nuestra idea usual de la relación entre “forma” y “humanidad”.  Georges Didi-Huberman, Ante el tiempo.

(Talleres presenciales o virtuales: poesía, relato, ensayo, diseño, traducción intersemiótica)

Informes; vasinfin@gmail.com

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Nuestro poshumanismo

Ideas de regalos para Reyes | 288.000 razones para no pedir mascotas a los Reyes Magos | Las Provincias

Eso que dicen

Aquello que evocan

Un destello

El compacto azul de la tela

Terminar no es concluir

Mudar de página

Una gaviota con su pez

Entre la lengua

Así viajo

Agobiado de tanta vida

Una oruga se orienta

Hasta su inequívoco lugar

Mi mujer me ve

Yo la veo

Un concepto a otro concepto

Acaso más grande adosado

El amor, un instante de bobagem

Como diría aquel jugado compatriota

Sobre la tan desolada Foz do Iguaçu

El rio, mi hermano

La nube, mi hermana

El mar, yo mismo

De adolescente

El sol de adulto

Esta noche cerrada de puro viejo

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