Un chin de amor [Prepucio Carmesí (2000), Un chin de amor (2005), En tiempo real (2007), Una ola rompe (2012) y Boston Angels (2012); reunidas en Prepucio carmesí y otras novelas cortas (Lima: Tribal, 2012)], del escritor peruano Pedro Granados, es una novela-ensayo –texto, a la vez, teórico y práctico — tal como las que se estilaban en el romanticismo del siglo XIX latinoamericano donde el tema de la ciudadanía eran tan álgido; aunque esta vez, paradójicamente, más bien centrada en cómo se construye un post-ciudadano: “Juvenal Agüero”. Efectivamente, si ya Borges en “El Sur” (a través de la biografía de “Juan Dahlman”) debate con “El matadero” de Esteban Echeverría –al reelaborar el asunto del asesinato del inocente héroe “Unitario” a manos de los federales–, ahora “Juvenal Agüero” o Pedro Granados –ya que nos hallamos, aunque apócrifa, ante una sabrosa autobiografía– entra en polémica consigo mismo y pasa de una identidad, digamos, titular a una que va volviéndose interina hasta desembocar en la auto-conciencia de la pura ficción; en otras palabras, de comprobar haberse vuelto un personaje para sí mismo. Su patria, entonces, es ahora la internet, y sus paisanos los otros seres virtuales que, tal como él, efímera o discontinuamente la habitan.