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«Mirror on mirror mirrored is all the show» William Butler Yeats
«La técnica es la naturaleza misma, pues el animal técnico es una especie natural.» Jean-Luc Nancy
«Poppet! Puppet! Papanatas… Pap! Pappy!, papagalleó la infanta, poniéndose colorada. Pup! Pop! Poppy!, y se toqueteó coqueta la amapola. Poppycock! Y me sedujo por la labia…» Julián Ríos
«In the beginning was the pun» Samuel Beckett
A Gilles Deleuze; al poeta vedrinista dominicano Zacarías Espinal, in memoriam
A Julián Ríos
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Y fue la incertidumbre ancla rota del beduino. Y fe la certidumbre alta nota del babuino. ¡Creo en Darwin! ¡Creo en Dios!
Inflamaba engreimiento su ventrículo cardíaco, arribista-sapo-en-viaje paradójico. En las tetas jugosas de Tiresias nutría ese (i)letrado la impostura: azogaba su escritura con los ecos de su espejo : : que asmático y quiasmático hurtaba los reflejos deslumbrantes de otro espejo. ¿Textual Puesta en Abismo? ¿Mitología o Ciencia?
—¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más!
Los aullidos se extendieron. Hasta narrar un solo cuerpo desolado se extendieron… [Armando Almánzar-Botello, dixit, 1975]
(Por boca de aquel Sócrates caído, chupando con lujuria el cálamo sangriento, el andrógino Platón rememorando ahora escribe):
Y me habló aquella placa especular ya frutecida: —imagen radiográfica de un texto, osamenta fraudulenta y sombra informe de fonemas— asustando con mil voces la inocencia soñolienta de los pájaros…
—¡Así no más! ¡Así no más! ¡Así no más!
Ha perdido para siempre lo eterno de su aliento: ha borrado el paraíso de su alma polimática, por ilícito y voluble. Sin pensarlo ha convertido el gran poema de los cuerpos que devienen singulares animales siderales, polimorfos, metamorfos, el poema de la carne que palpita en el púlpito secreto de los pulpos, en aviesa mercancía consagrada por la gula de otro ego irregular, ciego adicto de sí mismo, gatuno, mercurial, mentidamente plural como este punto absorto que no cesa (•) delicuescente, banal, mudo, invertebrado…
«Cuidate» ahora tú demonio casi derruido –babilónico ídolo de tierra y excremento–, de la Furia originaria en la febril Tormenta, más lúcida y antigua que un calcado y torpe rito en ritmo invicto.
Potencia ignota azotará la vieja página del mundo, repitiendo turbulenta en la memoria y el olvido: ¡eso incierto que ahora vuelve a desflorar presencias núbiles!
Junio de 1976-1988 (Texto retocado)
Ver el libro de Armando Almánzar
Botello titulado: Francis Bacon, vuelve.
Slaughterhouse’s crucifixion, Editora
Ángeles de Fierro, San Francisco de
Macorís, 2007, pág 36. República
Dominicana.
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo República Dominicana. Reservados todos los derechos de autor.
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USOS LITERARIOS Y ARTÍSTICOS DEL JUEGO DE PALABRAS
«Samuel Beckett, en su poema “Comment dire” (“What is the word”, en inglés; “Cómo decir”, en español), participa de un uso trágico-humorístico y desgarrado del lenguaje, uso que si bien no reviste por necesidad el carácter de suplencia de una forclusión del nombre-del-padre, de sinthome lacaniano estabilizador, no por ello deja de ofrecer el testimonio de una forma de lidiar con el “vaciamiento catastrófico de la significación”, con la experiencia trágica de un precipicio ontológico que, al ser bordeado por la “escritura cuasiglosolálica de la locura”, constituye y revela lo infundamentado de todo intento radical de aproximarse, por medio de la letra litoral en su materialidad fónica, a-semántica o a-significante, a la decadencia y a la vejez como antesala del abismo, al sinsentido de la muerte, a la ausencia de sentido de lo real imposible… al sentido balbuceante, siempre frágil y provisorio, de lo real contingente…» Armando Almánzar-Botello
Por ARMANDO ALMÁNZAR-BOTELLO
«In the beginning was the pun» Samuel Beckett
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El juego de palabras, como sinthome lacaniano-joyceano, parte de un primer tiempo lógico del síntoma (symptôme) en el cual este se ofrece como síntoma autista. Se denomina “autista” por encarnar el puro goce de la letra sin lazo social, fuera de la convencional cadena significante que genera significados precisos, abstractos. El síntoma autista se encuentra ligado a la potencia disruptiva del neologismo.
Cuando es trabajado sistemáticamente por cierta escritura, dicho síntoma autista (symptôme), como en el caso de James Joyce con su obra “Finnegans Wake”, puede llegar a constituirse en «sinthome» o suplencia del Nombre-del-Padre forcluido o repudiado.
Así, lo que podría presentarse como una psicosis desencadenada en un sujeto particular, se constituye en psicosis ordinaria “textualizada”, sinthomatizada o compensada. Esta función se desarrolla independientemente del “valor estético” de la obra en su especificidad semiótica: problema propio de los campos de la poética, la hermenéutica y la crítica literaria.
Lacan, Miller y otros analistas, hablan de la construcción de un Ego escritural de suplencia. La base de esta posibilidad se encuentra en lo que Lacan denomina “lalangue”, a entender como dimensión real del inconsciente basada en un “lenguaje” primordial, originario, anterior al deslinde entre “lengua” y “habla”, y sometido a los procesos primarios de “condensación” y “desplazamiento”.
La “lalengua” se manifiesta en el sinsentido de la letra, en la pasión por el neologismo, en el juego homofónico de los significantes “brutos”.
El inmenso Marcel Duchamp, bajo la influencia del genial escritor esquizo Raymond Roussel, logra en “El gran vidrio”, en sus “Proyectos”, en “Juegos de palabras”, etcétera, integrar semióticamente la “lalangue” francesa al proceso de construcción de una parte significativa de su revolucionaria y enigmática obra plástica, de su crucial y extraordinario arte mixto y conceptual. No obstante, el uso que hace Duchamp del juego de palabras y de la escritura cifrada no reviste, aparentemente —como sí acontece, quizá, en el caso de Roussel—, el carácter de suplencia lacaniana del nombre-del-padre.
Julio Cortázar intentó escenificar, en el capítulo 68 de “Rayuela”, algo emparentado con la generalización del sinthome en el Joyce de “Finnegans Wake” con su lluvia sintomática de “letras” (Lacan), utilizadas como recurso que, repetimos, busca hacer ‘lazo social’ a través de la invención artística (J. Lacan) supliendo los desajustes creados en el aparato psíquico del sujeto por el no funcionamiento, Verwerfung (Freud) o forclusión de la Metáfora Paterna.
Dicho trabajo sobre la dimensión material del significante permite crear un “narcisismo” funcional de suplencia entendido como efecto de la constitución “ortopédica” del “Yo (Moi) Especular” a través de un acto singular de escritura. Dicho narcisismo implica una regulación o acotación de lo Imaginario desencadenado. (Seminario 23 “Le Sinthome” Jacques Lacan).
Evidentemente, Cortázar (gran lector de Joyce) realizó su acto de escritura bajo influencia, en este punto concreto, de James Joyce y de Lewis Carrol, de François Rabelais, de Antonin Artaud y de los poetas dadaístas y surrealistas, del César Vallejo de Trilce y del Oliverio Girondo de En la masmédula…
Samuel Beckett, en su poema “Comment dire” (“What is the word”, en inglés; “Cómo decir”, en español), participa de un uso trágico-humorístico y desgarrado del lenguaje, uso que si bien no reviste por necesidad el carácter de suplencia de una forclusión del nombre-del-padre, de sinthome lacaniano estabilizador, no por ello deja de ofrecer el testimonio de una forma de lidiar con el “vaciamiento catastrófico de la significación”, con la experiencia trágica de un precipicio ontológico que, al ser bordeado por la “escritura cuasiglosolálica de la locura”, constituye y revela lo infundamentado de todo intento radical de aproximarse, por medio de la letra litoral en su materialidad fónica, a-semántica o a-significante, a la decadencia y a la vejez como antesala del abismo, al sinsentido de la muerte, a la ausencia de sentido de lo real imposible… al sentido balbuceante, siempre frágil y provisorio, de lo real contingente…
Es pertinente recordar y señalar que los juegos de palabras sostenidos como juegos de étimos, neologismos y homofonías glosolálicas, aparecen ya en el Crátilo de Platón, por limitarnos aquí a la cultura occidental…
Esos juegos con un “sinsentido” previo al no-sentido, fueron denominados “jitanjáforas” por el cubano Mariano Brull y por el mexicano Alfonso Reyes, aunque también fueron utilizados, como hemos dicho, por el poeta Oliverio Girondo, a quien Cortázar, en Rayuela, rinde justamente homenaje. En la poesía de la República Dominicana la jitanjáfora fue utilizada desde finales de los años 20 por el poeta vedrinista Zacarías Espinal.
No obstante, es necesario aclarar que la exploración cortazariana (incluso la misma experiencia carrolliana del significante, que participa más bien de una dimensión psicoanalítico-perversa propia de los lenguajes de superficie, como argumentan Artaud y Deleuze), es de naturaleza meramente lúdico-creativa y no cumple un papel de compensación o suplencia sinthomática, en el radical sentido lacaniano-milleriano de estos términos.
La invención del “glíglico”, “lengua” ficticia caracterizada por el ejercicio de una cierta potencia del neologismo, por la polifonía o polivalencia semántica, tal como aparece en la mencionada novela de Cortázar, es más bien, lo reiteramos, un ejercicio retórico-estilístico con la materialidad de los significantes. También lo es en Joyce, pero en este funciona con un “plus” realmente dramático y crucial.
En este contexto, los ludismos escriturales de Duchamp, de Cortázar, de Carrol, del dominicano Espinal, etcétera, no constituyen, como en Joyce, en Artaud o en Beckett, una forzada invención (sinthome: cuarto nudo) para lograr el “abrochamiento borromeo” de lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico, y permitir así al sujeto sostenerse mínimamente cuerdo sobre la escena problemática del mundo.
Jacques Lacan ha mostrado que Joyce era un psicótico suplementado o compensado por una práctica singular de la escritura creativa, práctica que parte de una transformación artística del “síntoma autista”, de la letra suelta y de la glosolalia meramente padecida, para convertir esos elementos en recursos formales, estilísticos y estéticos que hacen lazo social…
Mundo-guión a subvertir de intratable obscenidad en lo real, con letras la escritura golpeando al traslapar, bordea el hueco hurtado con semblante-litoral… ¡Desmancha lo manchado y luego marcha!
¡Des-marcha!… ¿revolución?…
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Febrero 2002 (Texto retocado). ©Armando Almánzar-Botello. Todos los derechos reservados. Santo Domingo República Dominicana.
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*IMAGEN:
Francis Bacon: “Kneeling Figure”, 1982
Oil, pastel and dry transfer lettering on canvas
78 × 58in. (198 × 147.5cm)
«“Kneeling Figure” was part of Bacon’s extended, if largely unfulfilled, project to paint imaginary sculptures.»
Martin Harrison, Francis Bacon: Catalogue Raisonné (London: The Estate of Francis Bacon Publishing, 2016) p.1252