Sobre el “desaprendizaje” de Celipe Centeno

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Ahora, respecto a El Doctor Centeno, hemos de observar algo más o menos análogo. Existe aquí cierta fanopoeia, tipo de poesía donde predomina la imagen visual , mimetizada u oculta entre el resto de la mímesis; es decir, entre la prosa realista y aparentemente naturalista de esta novela. Sin embargo, para ubicarla no tenemos otro recurso que aguzar el oído en torno a cierto silencio que la rodea o anuncia: “porque hay un fantástico del silencio que hace vivir y respirar a los objetos” (Litvak 106). Pero, además, y ya en cuanto a otra función importantísima de dicha fanopoeia en la novela, podemos distinguirla en relación a su empleo en el proyecto educativo, al proceso de “desaprendizaje” de Celipe (sic) en esta obra . La fanopoeia en El Doctor Centeno, pues, la identificamos en relación a la elegía (en los términos explicados más arriba); al homenaje a lo que en el mundo vale la pena, pero irremediablemente fenece; y en relación a ilustrar lo que Celipe nunca debería “desaprender” –su inteligencia analógica y vivísima curiosidad–, cualidades que son, asimismo, imitadas a su modo por el propio narrador en esta novela. Fanopoeia que ilustraría, por último, el proceso mismo de Felipe Centeno como alumno de su amo Miquis ya que, como dice James Hoddie: “el anhelo de la ciencia y las humanidades es una preocupación constante de Felipe. Pero la poesía, experimentada directa o indirectamente, es lo principal” (1993: 57).

Poesía e historia en el Doctor Centeno

Puntuación: 5.00 / Votos: 6

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