García Márquez se preguntaba en un famoso artículo si todos los cuentos son cuentos chinos, es decir un embuste, una cosa mentirosa para embaucar a los incautos o simplemente para entretener una audiencia, nada más que mentira y falsedad, pura invención.
En China, por ejemplo, todos los cuentos son cuentos chinos, pero en un sentido muy ajeno al que le damos en estas regiones de América.
En China, como en la India, los cuentos son venerados como instrumento de enseñanza y educación de los sentimientos. A través de ellos se difunden normas religiosas, principios de moral y cívica, sentimientos de solidaridad y amor al prójimo. También son frecuentes las narraciones satíricas, filosóficas y políticas, no carentes de un fino sentido del humor.
En China, cuya literatura cuenta con más de tres mil años de existencia, posiblemente se han escrito más cuentos que en el resto del mundo.
Lo asombroso es que muchos de esos textos anticipan gran parte de la narrativa occidental, especialmente la literatura fantástica que en el caso de Chiang Tzu o Zhuangzi se remonta al siglo IV a.C.
De hecho, anticipan un poco a Borges, ese mismo Borges que decía, y con razón: “Toda novedad no es si no olvido”. Borges, a su manera fina y erudita, no hace más que traducir el proverbio bíblico que dice que no hay nada nuevo bajo el sol.
Los tres brevísimos cuentos fantásticos que aquí se presentan son tema de culto en la literatura china, el mundo de los sueños, y forman parte del más selecto acervo cultural de la humanidad.
Sorprenden por su antigüedad y al mismo tiempo por su palpitante actualidad, y la influencia que han ejercido en las letras ha sido enorme.
El primero y el segundo, “El ciervo escondido” y “El sueño de la mosca horripilante” son anónimos y lo poco lo que se sabe es que fueron escritos en el octavo siglo de la era cristiana, un siglo de oro de la literatura china.
El tercero, “Sueño de la mariposa”, del cual se ofrecen tres versiones, es obra de Chuang Tzu o Zhuangzi, un personaje “que vivió aproximadamente entre los años 369 y 290 a. C.” Chiang Tzu es considerado como “”el mayor filósofo, poeta y literato ensayista de toda la historia de la escuela taoísta”, como “el fénix de los literatos chinos”.
“Sueño de la mariposa” es uno de los relatos más celebrados y estudiados de la historia de la literatura.
Esta perturbadora narración, al igual que las dos primeras, ponen en entredicho las fronteras entre sueño y realidad, un tema que será típico de Kavka y a veces de Tabucchi y tantos otros.
Las dos primeras, desde luego, llevan las huellas de la tercera como puede apreciarse.
De cualquiera de ellas puede decirse lo mismo que dice un comentarista anónimo que rescaté de una página de Internet:
“Borgiano cuento chino de oníricos senderos que se bifurcan hasta llegar a las minas del Rey Salomón en un shakesperiano sueño de una tarde de verano…”
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