Archivo por meses: agosto 2024

Languagem/ Edney Cielici Dias

FIO DE AGULHA

rasgar-se

descoser-se

desfazer-se

puxar-se

alinhar-se

afinar-se

afiar-se

meadar-se

camelo ultrapassa

buraco de agulha

 

MARINHAS/ 1
retratado na tela, o mar está represado
os barcos com inúteis velas pictóricas
mas tão coloridas, abertas e estáticas
estão à espera do sopro em rompimento
de algo funcional a liberar o movimento

 

CIRCUNAVEGAÇÃO
a sabedoria vem tardia
o mundo é redondo
como sempre se sabia
de porto após porto
tanto navegar a esmo
retorna-se a si mesmo

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ANTE EL MURO: TALLER DE LECTURA CREATIVA (Suplemento)

Se trabaja, indistintamente, sobre imágenes y poemas; en tanto y en cuanto la poesía, al menos desde Platón, implica mímesis o “poner las cosas ante los ojos” (que esto, según el griego, sea incluso “doble” apariencia, es otro asunto).  Ahora, en nuestro taller de lecto-escritura o montaje-imagen, aquella operación la asumimos desde dinámicas de grupo que, por su propia naturaleza, garantizan mantener a raya los clichés y, más bien, promueven al máximo la potencia de aquellas imágenes o poemas que surjan desde las dinámicas de grupo que –en tanto participantes del  taller– nos hallemos avocados.  Por lo tanto, el rigor crítico no será ajeno a lo lúdico, lo logrado de modo automático a lo psicológico (individual y colectivo) en medio de una produción de textos grupal y, cual segundo paso, creación de sentido implementada de manera democrrática; es decir, en constante debate entre los talleristas.

Se trata de detenernos ante la mímesis críticamente; es decir, cómo alguna se gesta, se vuelve operativa y se consolida institucionalmente; mientras otras mímesis acaso no llegan a institucionalizarse, aunque no por esto dejan de ser, por su misma potencia larval, cuestionadoras, liberadoras y, ante todo, inolvidables.

Algunos de estos talleres de creación de imágenes y de sentido (en la lectura de poemas) los hemos llevado a cabo desde hace ya bastante tiempo y en distintos escenarios.  Talleres que incluso, ya en el marco de la curación, nos hemos animado a proponerlos como desarrollo de “prototipos”.  Por ejemplo,  “Hinostrozos” (Ranhuaylla, Cusco);  Cristóbal “Tobi” Kanashiro (Lima, Perú); Sabina Cachi (Cochabamba, Bolivia); Alejandro Abdul (Foz do Iguaçu, Brasil); Dadá da Tapioca (Rio Branco, Brasil); entre otrros.

Decíamos curación –conexión entre los trabajos dentro del grupo y, simultáneamente, desde un contexto social y cultural específico–, en el sentido que, luego de su correspondiente traducción intersemiótica, nuestros poemas  pasaban, de modo literal, a constituirse en dibujos o diseños o retratos de aquel desarrollado o emergido prototipo.  Plástica que, junto a los poemas propiamente dichos, pasaron a alimentar un blog o página de la Internet.  Además, algunas veces, la potencia misma de aquel prototipo o imagen consensuada derivó pasara a constituirse en un cuento, una novela breve o incluso una puesta en escena. P.G.

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Dicha precolombina

Foto: Pedro Granados. Faical, San Ignacio, Cajamarca

El bolero la bolero

El gato la gato

El lenguaje da lástima

Por eso existe la poesía

Para que el gato no sea gato

Ni la gata su contrario

Ni el bolero tal como el lenguaje

Esto u otro equivalente

El lenguaje es sólo un subproducto del hechizo

Un eco de la dicha que no tiene palabras

Sino más bien dibujitos mascarones de proa

Hilos ciegos al sentido

Vibrantes alimañas que no son lo que parecen

Colgadas sobre aquel muro descomunal

Momentos estelares y dichosos

De aquello que nos pasó que nos pasará alguna vez

Agallas para los que no somos del mar

Pulmones para los que no somos de la tierra

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[Descorrer toda argumentación]

Descorrer toda argumentación

Que no sea una ola

O al menos un intenso recuerdo

No una idea ingeniosa nada más

Varias de éstas

Lorca es tal porque lo visitó la poesía

En su cueva de Altamira

Torvo bisonte de espíritu errante

Por eso es Lorca

Polifemo contando una a una las olas

Desde aquí hasta el horizonte

Y por eso es fundamentalmente noble

Aquel puñal y su sangre derramada

Espumoso mar o semen o nube o resaca

En el ruedo vibrante de Ithaca

Mientras su carnal Vallejo es el americano

Un pie sobre la piedra firme y el otro sobre la tormenta

Vallejo el naufrago de las islas que van quedando

Y el del sol bien cobijado entre sus versos

Si de Lorca es el duende de Vallejo sea Inkarrí

Un mismo molde de huaco

Vomitado por la terca corriente

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“Hinostrozos” o Inkarrí Hinostroza

Rodolfo Hinostroza  le habla de poesía a su viejo amigo Yoyo Manrique, mientras Pedro Granados repara en las orejas del ángel de la noche. Día 17 de diciembre  en La Hacienda Ranhuailla. Foto de Marina Herrera. Vladimir Herrrera

HINOSTROZOS

I

Conozco al padre
de una montaña ocre
de grietas oscuras
manos cortan el alambre
y la verja de la prisión
en un paraíso desconocido
un templo de ganado vacuno
guijarros
dientes de león
helados
ríos desaparecidos
agua que cruza el paredón
de un nevado seco.
Eucaliptos del padre lejano
en carbono
cargado de vapor
viaja sin maletas.

II

Lenguas añejas
que viajan por la sal
nuestra bahía
espera
ENTRO
la sangre o el poema
empieza
el poeta muere
circula

III

Mi padre es estúpido y dulce
murió hace mil quinientos de años
en Nueva Jersey
su pestaña
viaja
por el diente de león
un niño eucalipto le entrega los pasajes
me busca
y he muerto
como cada mañana
como a las 8 am
mi padre es estúpido y dulce
sueña que me parió
el está embarazado de mi
un huevo frito
en un plato francés
la petite mort
supongo que mi madre eyaculó
raza y
religión
estambre de peces aéreos
tal vez soy el huevo
que de una rama cae
como a las 8 am.

IV

Hormigas danzan alrededor de las alas.
Se ha incinerado la gravitación.
Si quisieras sumergirte nuevamente
y volver a palpar la vegetación triunfante,
yo sería el oído en la copa.

V

El remolino inicia
cuando se sienta
al pie de la caverna
el barniz del agua
paseo en bien-tres
se te ha perdido la brújula, animal cansado
dueño de ti mismo
en la sequedad de los rayos.

VI

Ir a la muerte
con ojos abiertos
volver a la raíz
a las tradiciones
a la circunstancia celeste
que se traduce al castellano
podría leerse con frescura
como podría verse el cine francés
cuando llegó escoltado
por aviones del régimen
eras el mal llamado
gloria nacional
orgullo gris
de los elefantes.

VII

Sentir esos huesos esculpidos
disueltos en salivas de tu presencia
luces tuyas encienden la avenida
que se echa a la memoria de tu habitación
que moja ese pie
ese pie
ese pie
ese pie
que se escapa en tu deformidad
mientras las causas ebrias
de la lluvia
gritan tu nombre
en la cuna de un lobo feroz
que se erige en aquel hombre
que moja a la que fue tuya.

Este extraordinario poema, entre otras cosas, porque aparte de excelente es “colectivo”.  Es decir, este servidor recibió, ensambló y ecualizó varios y breves textos provenientes de distintos poetas para formar “Hinostrozos”.  Textos, aquellos, escritos de modo simultáneo, en una fecha (17/12/2016) y lugar específicos (Ranhuaylla, Cusco), durante un tiempo de más o menos media hora para cada uno de los poetas –mujeres y varones, y en su mayoría del sur del Perú– convocados para el evento.  En este sentido, su “autor”  constituye un “prototipo de poeta”  adicional –aunque con sus propias características– a los ya, hasta hoy, numerosos que hemos colaborado en catalizar, identificar y difundir desde varios lugares de América Latina.  Por ejemplo, Cristóbal “Tobi” Kanashiro (Lima, Perú); Sabina Cachi (Cochabamba, Bolivia); Alejandro Abdul (Foz do Iguaçu, Brasil); Dadá da Tapioca (Rio Branco, Brasil); y ahora Hinostrozo.

Hablamos de un “prototipo de poeta” que vale la pena estudiar y profundizar por dos motivos fundamentales.  El primero, porque constituye como un gesto de estilo generacional o común, no por esto menos singular, de cierta poesía peruana. Poesía polifónica, pos género y no en fragmentos, sino en “fermentos” de vida (de aquí aquello de “Inkarrí Hinostroza”).  En segundo lugar, porque este poema, “Hinostrozos” –cuyo primer verso “Conozco al padre” es aquí por demás relevante–, corresponde a una lectura, puesta de lado la hojarasca típica  de época, conectada a la entraña misma no sólo de su poesía, sino de la obra en pleno  del recordado autor de Contra natura Pedro Ganados

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CALIGRAFíAS (1994)

Fred Sandback, “Untitled”

1
Acercarse al papel
como un anónimo calígrafo.
Con trazos rápidos
ir dejando en los espacios en blanco
tu alma.
El resto. La tinta
que hormiguea al sol
–lo oscuro multitudinario–
dejarlo para contraste
con tu alma
Soledad y compañía,
quietud y movimiento.
Pasos marcados y acumulados
sobre una fina superficie de sal.
Tu misma mirada
estrellándose
contra la página
en la lectura.
Algo que no es la arena sola
ni únicamente el mar. La playa.

2
Una raya vertical
es suficiente.
Una raya oscura y constante.
Ni pensar ni sentir ni actuar.
Sólo dejar fluir esa raya.
Sólo dejar esa puerta entreabierta.
Sólo fluir y fluir
hasta que el trazo sin interrupciones
seas tú mismo sin interrupciones.
Sólo dejar esa vena a su antojo.
Sólo dejarla correr y desdibujarte.

3
Hacer volar el papel arriba
como un naipe,
y en su descenso escribir sobre él
a vuelamano.
Con la convicción de que no faltan
ninguna de las letras del alfabeto.
Y mucho menos aquéllas de tu nombre.

4
Así, leves y al mismo tiempo
decididos,
trazar la raya horizontal del horizonte.
Interrumpidos, acaso,
por un levísimo resplandor.
Por una díscola palabra detenidos.

5
Imitar esa rama
olvidada de sí
con la tinta del paisaje.

© Pedro Granados

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“Aula Vallejo” exhumada/ Gabriela Milone

La vida en Córdoba. Notas sobre un archivo exhumado/ Gabriela Milone

Resumen
En 2022, en ocasión del centenario de la publicación del libro Trilce de César
Vallejo, en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba
se inició el proyecto de digitalización de la revista Aula Vallejo, revista que dirigió Juan
Larrea durante sus años de docencia en dicha institución. Ese proyecto paralelamente
exhumó archivos relacionados: el legajo y un expediente abierto al profesor Larrea por su
enfrentamiento con parte del alumnado universitario de la época, quienes acusaban a
Larrea de “despojar de marxismo” a Vallejo. Esta propuesta es un primer acercamiento a
esos materiales, un intento de escucha de esas voces exhumadas. Porque si lo propio del
archivo es su hueco —como sostiene Didi-Huberman—, habremos de ubicarnos en esa
caverna de resonancia de los tiempos donde alumnos y profesores —con Vallejo como
bandera— imaginaban y disputaban nuevos mundos por venir.

Palabras clave: Juan Larrea; César Vallejo; conflicto de interpretaciones.

https://revistas.unc.edu.ar/index.php/heterotopias/article/view/45430

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USA INSIDE

Roosevelt Island

Ayudado por el viento y el río

reviso mis poemas.

Nada son aún

pues penden de mi boca:

ni una piedra con moho

ni una lengua de agua.

A bajo vuelo, soy la gaviota

que husmea el pez.

El fuego que no es el sol (Lima: Ediciones de los Lunes, 1993)

 

[No conozco Nueva York]

No conozco Nueva York,

todavía no conozco nada

de Nueva York.

Ayer me llevaron a Jones Beach:

gente morena como en cualquier playa de Lima,

mar marrón,

gaviotas enormes entre otras más enormes todavía.

También, como siempre, el amor

desfigurándome el rostro, haciéndome un monstruo

en Lima, Madrid o Jones Beach.

La garra del amor.

Y ahora estoy limpiando un cuarto

y acomodando una pequeña biblioteca

y escribiendo

–echado de sexo sobre una alfombra violeta–

sobre Jones Beach o sobre Pessoa

o sobre la poesía íntegra de Alejandro Romualdo

o sobre los argonautas de Malinowski,

libros que he revisado hace un momento.

Como un mono amante de una reina

como una serpiente llamando

a la puerta de un pubis

como una fiera dentellando las fauces.

Así escribí siempre y así escribo ahora,

antes de vomitar para no morirme de hambre

como en un festín romano.

O antes de llamar a un teléfono que no suena,

que no puede sonar porque está muy lejos,

que no debe sonar

porque ya no existe.

El muro de las memorias (Ithaca, NY: Latin American Books, 1989)

 

A Manoli

Camino sobre las aguas congeladas del lago Cayuga

con algo de humano sobre el hielo.

A mi derecha los patos tranquilos y las inquietas gaviotas

y yo queriendo predecir

qué hay más allá del hielo de la rutina,

del hielo de lo posible.

Las ramas desnudas de un árbol cercano

me dicen de los caminos múltiples y tangibles,

también ellas quisieran predecir.

Pero vuelvo la mirada sobre esta orilla increíble,

inesperada,

y puedo dar testimonio de su certeza y realidad.

Como de las líneas imaginarias de las ramas de aquel árbol

separadas y enredadas todas

en un punto que alcanzo apenas a distinguir.

El muro de las memorias (Ithaca, NY: Latin American Books, 1989)

 

[Estoy en Main Street , Buffalo]

Estoy en Main Street , Buffalo,

persiguiendo un sueño por la vía del tranvía.

Frente a mí los edificios son juguetes

que han olvidado de guardar.

Todo está en calma.

Nada es imposible.

Mi vida podría cambiar con una sonrisa

a la luna.

Estos son los últimos acontecimientos:

ya soy lector de Cornell University,

y ahora viene con sus ojos muy juntos el tranvía.

También puedo llorar con los últimos acontecimientos.

Pero mejor es sonreír,

hasta que se queme la última bombilla

de este jirón infinito,

hasta que recojan esta despensa

de vivos colores.

Mi vida podría cambiar con una sonrisa.

El muro de las memorias (Ithaca, NY: Latin American Books, 1989)

 

[En medio del ruido]

En medio del ruido.  En medio de las imágenes asociadas a estos

Ruidos.  Imágenes que empapelan poco a poco esta soledad.

Imágenes de mis semejantes de esta hora: negros, latinos, grin-

gos pobres que acuden a su laundry dominical en Pawtucket.

Imágenes asociadas a mis semejantes –para los ojos de unos y de

otros–, imágenes de panteras, de ovejas, de anfibios, de ángeles

anónimos.  En medio del ruido.  Entre la voracidad de los

tragamonedas y el vapor de la atmósfera.  Entre la distinta

población de ángeles que se aglomeran a contemplar la escena.

Hombres y ángeles hipnotizados ante las máquinas que giran y

giran sin cesar.  Calcetines azules, bragas verdes, toallas amarillas,

sábanas percudidas puestas a menearse sin tregua.  Consumo

barato.  Carne de cañón.  Astronautas expertos en este vertiginoso

laundry de Pawtucket.

El corazón y la escritura (Lima: BCRP, 1996)

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Inkarrí en jopara-guaraní/ Cristino Bogado

Saber hacer reír saber hacer llorar
Japoro puka kuaa vaerä
Japoro rase kuaa vaerä
Pero arráncame el amor, amada mío
Emondoro yvotyicha che mba’asy, nde vayro
La luna es el alfil
Jacy ko hina peteï tembo piripipi
En el discreto trompo de la infancia
Trompo araza ojere mitä tiempopeguare
Enterrado he renacido
Añeñoty ha aikovejevy
Nuevo brote entre las sombras
Hoky hovy pytumby apytepe
Cubierto de caca
Tekaka ne mo’a
Igual a todo mamífero
Mymba javegua nde ha che

 

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