La felicidad [la poesía] no es un premio que se otorga a la virtud, sino que es la virtud misma, y no gozamos de ella [la poesía] porque reprimamos nuestras concupiscencias [buenos propósitos, brillantes ideas, loables compromisos], sino que, al contrario, podemos reprimir nuestras concupiscencias [políticas, holísticas o incluso post-antropocéntricas] porque gozamos de ella.
(Diálogo con la Ética de Baruch Spinoza)
ROXOSOL (Arequipa, Perú: Editorial Cascahuesos, 2018)
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