La soledad
No estoy comprometido con palabras que suaves se unen al canto roído del entretenimiento de insensatos lacayos. Escribo mi verdad, la de tantos hombres y mujeres que no entendieron nunca por qué nacieron en una sociedad dirigida por malhechores, la verdad que imploran las madres ante la miseria de cinco siglos, cinco siglos caminando sobre cadáveres, soportando trovadores y poetas que les vendieron su alma al diablo para correr inflados mientras en escena expresan lo que todo político promete en campaña electoral.
¡He preferido odiar la sociedad que odiarme en soledad! Excluido esta mi nombre de iglesias, partidos, empleos, juntas, nomina, movimientos y toda desgracia que guarde relación con la hipocresía criminal del nuevo colonialismo: los que han dicho que no tengo futuro, que no sirvo para nada, que soy un perdedor librando ira contra el mundo triunfante del siglo 21.
Es verdad, no tengo futuro, pero quien tiene futuro si la ancestral familia dominicana repartió el presente entre sirvientes, miembros e invitados internacionales. También es verdad que no sirvo para nada, porque los que sirven para algo o son ladrones bien vestidos o practican sexo oral con la burocracia. Perdedor he sido toda mi vida, pero de amistades traicioneras y actitudes mezquinas y cobardes.
Las que juraron amor eterno, fueron las primeras en dar la espalda y atender sus intereses personales que siempre estaban ligados a la fama o fortuna de algún artista, banquero o empresario, pues para ellas era màs fácil dejarse vencer que luchar contra la ineptitud desgarrante del orden que promueve el odio.
No se sorprendan si les digo que tengo una hija de seis meses y solo le he dado 3 latas de leche. No se asusten compañeros, pero he repartido 89 solicitudes de empleo y mi único consuelo es saber que hay personas que van por 150.
No se sorprendan si al amanecer tome el fusil que me dejo el abuelo antes de irse de este mundo y les robe un poco de dinero a los ricos. No se sorprendan hermanos míos si escribiendo termino mis días en la cárcel o abandonado sin vida en algún cementerio: ¡Estoy harto de tanta mierda!
Wed, 6 Feb 2008 14:46:53 -0500 (PET)