[Número 51 – 53 | INTI: Revista de literatura hispánica]
El presente pretende ser un trabajo de aproximación a la poesía de Alicia Borinsky. Dialogaremos con sus tres poemarios hasta ahora publicados: Mujeres tímidas y La venus de china, reunidos en un solo volumen (1987), La pareja desmontable (1994) y Madres alquiladas (1996), todos bajo el sello de Ediciones Corregidor de Buenos Aires.
En primer lugar, el empático (aunque cauteloso) lector puede hacerse de una primera lista de nombres al ejecutar su oficio; es decir, más o menos orientarse a través de una intertextualidad –explícita o inferida– según se vaya adentrando en sus textos. De esta manera –así, tan arbitrariamente– tenemos en Mujeres tímidas a Ginsberg, no solamente por la alusión a su famoso poema en el verso”PREPARAMOS UNA VOZ SOLO AULLIDO” (“Poesía de lujo”), sino por la estética del grito –frente a la “poesía del lujo”– explícita aquí; o a Munch, por la visualización inherente a esa mueca facial, a ese gesto tan contundente y –en el verso– elocuentemente colectivo; no debemos perder de vista, respecto a lo que sigue de nuestra exposición, este último dato: el arte expresionista (como exageración o caricatura) de los versos de Borinsky. Luego, está la dupla Huidobro-Vallejo, más evidente el primero; digamos, un Huidobro atelurado por Vallejo y, a su vez, el peruano aligerado, puesto en estado de efervescencia por el chileno; un “ay hermanitos” (p. 38), al lado de “anteojo ojo mojo el ojo rojo antojo” (p. 43). Desde el comienzo, también, cierta prosodia celestinesca, aún “tímida” en este poemario, que revela a un sujeto de la escritura en clinch, gremial y a la vez solitario, apelativo y no por esto menos socarrón: “Queridos: Toda mi vida le he pasado buscando un desodorante a la medida de mi amor […] Algo que acomode y borre la insinuación de otro cuerpo en el mío. ¿Cómo alcanzar esa invisibilidad virtuosa para mis oscuridades? (p. 11)”. Este arte del doble, del “otro cuerpo en el mío”, es también un dato muy relevante después. Por último, coincidiendo con el poema “Cinematográfica” que cierra el volumen de 1987, está el cine, espacio-arte alternativo en toda la obra posterior de Alicia Borinsky: la poesía, el ensayo (1), la novela (2) .
Para el segundo poemario se focaliza más ceñidamente la herencia de la vanguardia, se pacta enfáticamente con Huidobro; el espacio abierto y la inteligencia gozosa –inherente a la poesía del autor de Altazor– le permite a Borinsky explorar, sin riesgo a excesos dramáticos o melodramáticos, el fuero interno (“sus oscuridades”), el sesgo especulativo, el lado expresionista de su obra:
“Estoy aburrida de mi cara y mi taconeo
Estoy cansada del tono de mi voz […] POR ESO
ponerse en manos del cirujano
saldré hecha una pajarita
ALAS PLEGADAS TRINO FELIZ
Saldré novia de las nubes” (“Alaba su ligereza”, p. 63);
“Moza remozada a punto de caerse
Infalible muerta alegre
recogida cada vez por niños
que dudan y no la entierran” (“Ah la poesía”, p. 9)
Asimismo, y paralelamente, se va diseñado –aunque es difícil encontrarlo en estado puro– cierto ideal aéreo [en términos de Gastón Bachelard (3)] en esta poesía: sus imágenes más íntimas, finalmente, no describen cualquier trayectoria, sino que parecieran resolverse o apuntar de modo sistemático hacia el aire, hacia el vacío:
“(quienes creen que se está limando las uñas
no han visto el aleteo de su desencanto
su paciencia empecinada
la soltura de su pelo en este silencio”) (“Dos”, p. 62)
El sustantivo aleteo es uno de los favoritos en la poesía de Alicia Borinsky. En realidad, desde el primer poemario, ideal aéreo y estética del grito se han ido complementando, han ido tocándose:
“PREPARAMOS UNA VOZ SOLO AULLIDO
UN JARDIN RAPIDAMENTE JUNGLA
Cuánto silencio gorrioncitos míos nos espera” (“Poesía de lujo”);
Agregaríamos, cuánta virtualidad y cuánta apuesta en esta poesía que se propone ante todo interrogar, aunque enfatiza: “la pregunta aún no ha sido formulada” (La venus de China, p. 44).
Por otro lado, siempre en La pareja desmontable, adquieren carta de ciudadanía, más bien, otros dos discursos apuntados más arriba: el del doble o los dobles (4), y el habla coloquial celestinesca con su apabullante sabiduría (5). Respecto al primero, ilustramos:
“no me abandones por él
pronto te dará la espalda
pronto humillada querrás volver
invitarme a tu mesa
untar mi pan” (“Conflictos amorosos”, p. 18);
en realidad, respecto a lo primero y a lo segundo, ya que la sexualidad, la ironía, la omnisciencia de esta Celestina-Autora asimismo es aquí patente, como también en este “Lamento de los corderos”:
“porque era una bruja le tendíamos celadas
porque caía conocíamos su maldad
porque no se queja
seguimos esperando a horcajadas
el insulto que nos permita liberarla” (p. 61)
Se suman en este libro, por supuesto, otros homenajes. Neruda, Saúl Yurkievich, Lorca, Macedonio, Pizarnick, José Donoso, J. E. Pacheco, explícitos invitados y compañeros –unos más que otros– de la escritura de nuestra poeta; Frank Kafka es uno de los implícitos o, más bien, un considerado y muy discreto anfitrión. Ligada a esta presencia, pero reuniendo y sintetizando todo el calor de la fiesta derrochado en este libro, podemos leer:
“jaula feliz y desconcertada
plantada en medio de la feria
la mujer fea peina su barba
arregla sus greñas
[…]
A la salida se relamen
esperan turno y compran entradas
La función de mañana será más larga
Acaso ella abra la boca
Acaso acnte un aria
Acaso se largue un pedo mero suspiro” (“El objeto de la risa”, p. 68)
En cuanto al tercer poemario, Madres alquiladas, enseguida comenzada la lectura nos percatamos de una mayor comunicabilidad y transparencia en los versos de nuestra escritora –¿renovado diálogo con la poesía de Roberto Juarroz?, ¿transvasamientos con el fraseo de aquélla como novelista? De lo que no dudamos, eso sí, es que también se ha instalado, homogénea y definitivamente, el humor. En este sentido, lo observable, por ejemplo, en Cine continuado (última novela de Alicia Borinsky), es también válido aquí: Carcajada que acompaña y, al mismo tiempo, desmorona lo representado […] catarsis que emana de un sujeto auténticamente socarrón, lúcido y vivido, que sabe conversar del cuerpo y, a través del cuerpo, del espíritu (Granados, 1997). En todo caso, y en medio de la decantación generalizada –lenguaje, temas y reflexión poetológica– inherente a este tercer poemario, hallamos verdaderas piedras de toque, puntos de soldadura (no de plomo), literales declaraciones de principios a través de ciertas memorables imágenes, como ésta: “un caramelo clavado en medio de la lengua” (p. 26). Incomodidad-consuelo, agresión-placer, a un tiempo; asunción-parodia del surrealismo presentes en toda esta poesía también (6), recuérdese el verso de Emilio Adolfo Westphalen: “Belleza de una espada clavada en la lengua” (7). En fin, parodia del discurso, y de los discursos posibles, y de los mismísimos alcances del lenguaje: Wittgenstein escuchando la sentida confesión de un feligrés.
Otro rasgo importantísimo –que salta a la vista en este poemario– es la nitidez y regularidad y coherencia del ideal aéreo bachelariano apuntado más arriba; no sólo por las reiteradas alusiones –inevitables en la representación del vuelo humano– a seres u objetos que vuelan (8), sino sobre todo en cuanto a la lógica de la decepción, al sutil manejo del tema de la caída:
“emocionados
acaso temblando
se prometerán cosas
tendrán vergüenza de decirlo todo
dudarán
antes de reanudar la caminata y absortos en
el encanto de futuras caricias y cuchicheos no verán la dorada
cáscara de banana a la espera de esos pies
estos zapatos”
(“Cuentos de sobremesa”, p. 29)
Sin embargo, logopoieta como Sor Juana, aérea como Jorge Guillén, y de la estirpe humorística de Don Nicanor Parra, finalmente quizá ya sólo sea otra vez el cine o el teatro de marionetas la parábola del “único sentido posible”:
“nos hemos
cruzado en el puente más de una vez y nos
reconocemos viciosos de las estatuas la niebla el
río marrón la anticipación de que acaso el aleteo
de una paloma o la manera en que cae la lluvia
nos revele algo un dato una clave viviremos
menos que las piedras […]
por eso nos apuramos
nos saludamos casi alegres antes de desaparecer
en aquella calle este teatro”
(versos últimos de Madres alquiladas)
NOTAS
(1) Nos dice la autora en la “Introducción” de su primer libro de ensayos: “Proyecto […] este volumen en la acepción geométrica del término y asociado también a la proyección de cine. La imagen surge como el sentido o es, tal vez, el único sentido posible”. Ver/ Ser Visto. Notas para una analítica poética (Barcelona: Antoni Bosh, 1978) p. 3.
(2) Cine continuado, la última novela de la autora, tiene este mismo parámetro: “un mismo ecran sosteniendo los encuadres estelares de la ficción y de la vida”. Pedro Granados, “La novelista, la crítica, la poeta”, El Comercio, 28 de setiembre, 1997.
(3) El aire y los sueños (México: FCE, 1978)
(4) Foco también de su propuesta como ensayista o crítica de la literatura: “¿Qué hace un discurso cuyo paradójico objetivo es mostrar el desmembramiento de sus partes? […] El volumen en su conjunto está alentado por una voluntad persuasiva que, sin embargo, no osa mostrarse con un solo rostro, elegir entre las numerosas voces que componen su registro” Intersticios: Lecturas críticas de obras hispánicas. “Presentación” (México: Universidad Veracruzana, 1986) p. 9.
(5) En esta Celestina es en la que fundamentalmente estamos pensando:
“- ¿Quién soy yo, Sempronio? ¿Quitásteme de la putería? Calla tu lengua, no amengues mis canas, que soy una vieja cual Dios me hizo, no peor que todas. Vivo de mi oficio, como cada cual oficia del suyo, muy limpiamente. A quien no me quiere no le busco. De mi casa me vienen a sacar, en mi casa me ruegan. Si bien o mal vivo, Dios es el testigo de mi corazón” Fernando de Rojas, Tragicomedia de Calisto y Melibea [edición y notas de Dorothy Severin] (Madrid: Alianza Editorial, 1983( p. 182.
(6) El surrealismo ha sido siempre compañero de la poeta, especialmente le ha servido para sus auto definiciones poetológicas, como ésta en su primer libro, Mujeres tímidas: “La poesía no es una pipa/ La poesía es un jardín alucinado/ mariposas que se hunden en una herida abierta”, p. 41.
(7) Título a su vez de un apartado de su poesía reunida, Otra imagen deleznable (México: FCE, 1980).
(8) Ejemplo 1: “Gorrioncito:
hoy te vi a la salida del desfile
ibas disfrazada de mujer
tacos altos
cartera
un nene de la mano” (“Urgente”, p. 39)
Ejemplo2: “Ella debe irse
Está embarazada
le duelen las piernas
ha tenido una premonición
(esta tarde levitará
BARRILETE
Prepárate para recibirla)” (p. 42)
Ejemplo 3: “mi estrella mi adornada estrella vigía” (p. 54)
Pedro: revisité tu blog y agradezco que me hayas permitido conocer algo de esta poeta. Particularmente tus referencias a Madres Alquiladas: el pasaje del humor por nuestra poesía debe ser más visitado por la crítica