Archivo de la categoría: Poesía

Poesía

VICE – SECHURA

Para Amálio Pinheiro

I

De Sechura las garzas

Invisibles

Y asimismo las cabrillas

Harto visibles

Ignoro si amagamos la pandemia

Con la tantísima canícula

Donde fueron muriendo los garzas

Y más aún las nociones de lo mío

Y lo tuyo

Pero nunca las cabrillas

De un solo ojo

Que andaban rajadas por la mitad

Tal como mi oscilante alegría

Un solo ojo para orientarse

Y para hacerle compañía al sol

Rajado él mismo

Como la cabrilla como nosotros

Como casi todo

II

La gente sale del manglar cada día

Porque también nació de él

Y emerge de él hasta con el tiempo

Volverse una costra dura

Una mácula una pétrea espuma

Insignificantes en medio del desierto

Nosotros hemos bebido y comido

De aquella entraña

Es decir

Hemos conocido el sabor de la arena

Y desde los pies nos hemos impulsado

Cotidianamente

Fuera de aquel imantado fango

De labios tan ávidos como untuosos

III

Viajar en moto taxi sobre aquellos desiertos

Es idéntico a remontar el cielo

Olvidarse de lo más elemental

Y no por ello

Adosarte a una fe palpable ostensible práctica

Una vaina de algarrobo  seca y dulce

Ante pesadísimo tráfico

Briznas al sol

Garzas en huesecillos

Polvareda de remotas civilizaciones

¿Cómo irías a condenarte

Entre tanto amarre a tu corazón

Y en medio de este fango?

© Pedro Granados, 2021

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Renato Sandoval Bacigalupo, Trenos de trinos (1983-2023)

EN EL CAMINO
A lo largo de la carretera se apiñan los kilómetros
uno tras otro o uno antes que el otro
nada sucede en sus íntimas proyecciones
poco o nada marca su progreso o su retraso
una miríada de puntos sin destino fijo
un cansancio inútil al surcar el mar reseco
una queja al destajo entre tundras y barrancos
siempre el desaliento nunca el alimento
de quienes escalan y se deslizan en bravíos roquedales
sombras impregnadas en las dunas del espectro
nadie estampa en las millas una cifra inteligible
la ruta cenagosa se aparta del paisaje
y mira solo a la moza, a esa broza, a aquella rosa

CENA
Nada se ha perdido en este recinto
la mesa postergada en el rincón de la memoria
las sillas de la cena donde nadie me esperaba
los platos sin frijoles que nunca aparecían
la orden furibunda del padre ante
el invicto orden de la madre presurosa
el miedo a atorarse con el miedo de comer solo espinas
el pan de tanto ayuno rogando por nosotros
todo sigue ahí intacto entre mis cosas
y la plegaria al buen dios que agradezco día a día

XVII
Bebo el té diario
con la reverencia que le debo
Me da lo que me falta
y me arroja
al camino de las almas
Una garza se eleva
entre las parvas
y todo parece cierto
y la duda ya no existe
Solo el té y su amargura
me alerta
sobre lo que temo
o desconozco
Es el modo de ser siempre
quien teme y duda
más de lo anhelado

Una poesía culta y sabiamente refrenada que, de modo paulatino,  adrede se hace inculta hasta la cuita y el conjuro.  Parsimonioso maestro del lenguaje, desde su primer poemario, en medio de una generación –la de los 80– atenta más bien, como los de Hora Zero en los setenta, a los ruidos de la calle y al descuido en la factura de los poemas.  El haiku, tanto como César Vallejo, cohabitan en su última poesía.  Honesto y persuasivo purgatorio, el de Renato Sandoval Bacigalupo, oteando a través de ciertas hendiduras el hogar del cielo. P.G.

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“Quiero perderme por falta de caminos”

Foto por Rosario Bartolini

Quiero perderme por falta de caminos. Siento el ansia de perderme definitivamente, no ya en el mundo ni en la moral, sino en la vida y por obra de la vida. Odio las calles y los senderos que no permiten perderse. La ciudad y el campo son así. No es posible en ellos la pérdida, que no la perdición, de un espíritu. En el campo y en la ciudad se está demasiado asistido de rutas, flechas y señales para poder perderse. Uno está allí indefectiblemente situado. Al revés de lo que le ocurrió a Wilde, la mañana que iba a morir en París, a mí me ocurre en la ciudad amanecer siempre rodeado de todo, del peine, de la pastilla de jabón, de todo. Amanezco en el mundo y con el mundo, en mí mismo y conmigo mismo. Llamo e inevitablemente me contestan y se oye mi llamada. Salgo a la calle y hay calle. Me echo a pensar y hay pensamiento. Esto es desesperante.

César Vallejo, Carnets 

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Por un 2024 en simetría

Foto por Rosario Bartolini, 2023

Por un año nuevo sin políticos ni policías ni poetas

Ni, por lo regular, alguna mezcla entre ellos

Vendiéndonos o lo hiporreal, por un lado,

O al mero humo de sus sesos, por el otro

El pensamiento anda virgen allá afuera

Y no es exclusivo de los humanos

Tal como consta en esta reveladora fotografía

Una mirada terca del horizonte hacia nosotros

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AMARUS (Pedro Granados)/ Bruno Melo Martins (Trad.)

Amarus (2015) es una breve antología personal de mis poemas de corte más sostenidamente amerindio.  Por lo tanto, incluye poemas de varias épocas –empecé a publicar en 1978 (Sin motivo aparente)–; los cuales, a modo de un corte transversal entre todos ellos a esa fecha (2015), coinciden en motivos, fervor y lenguaje semejante.  En esta oportunidad van traducidos al portugués por Bruno Melo Martins.  Asimismo, tengo la suerte de contar con otros textos míos vertidos al portugués de parte de otros destacados traductores brasileños: Diana Araujo Pereira, Leyla Yatim, Leonardo Vieira de Almeida y Amálio Piheiro.  De parte de este último excelente traductor, adicionalmente aquí, va también la edición bilingüe e íntegra del poemario Roxosol (2018).

file:///C:/Users/WINDOWS/Downloads/n.t._Revista_Literaria_em_Traducao_n_11.pdf

pp.45-85

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TALLER DE RITMO 2024

Para encontrar tu propio ritmo o ecualizarlo

Taller de poesía online por cuencas culturales: “para encontrar tu propio ritmo o ecualizarlo”

Caribe, para sacudirse de Pablo Neruda.

Cono Sur, para que en nuestro contrato con el lector no intentemos, desde un principio, pasar por tipos listos.

Brasil, para que nuestro performance (cuerpo y ritmo) aterrice mejor en nosotros mismos y luego, y con más potencia, en el papel u otro soporte a través de la escritura. No estamos conminados a la poesía de autoayuda (“acción poética”); ni, tampoco, limitados a trascribir en portunhol selvagem.

Andina, para que leamos en su real expresión, de modo gozoso, a nuestro César Vallejo.

Amazonía, para sacudirse del espejismo y culto de los medios –exotismo, multiplicidad de lenguas u otros mimetismos– y optemos siempre, más bien, por las sensibilidades (ejemplo, la poesía “en español” de Luis Urteaga Cabrera); estas últimas nuestra lengua común.

Latina (USA), para que dialoguemos más fluidamente con las demás cuencas culturales; y descubramos que nos ligan más afinidades que nos separan aparentes diferencias.

España, para que una vez superadas la “poesía de la experiencia” y la “poesía de la conciencia” y la “poesía de la chocolatina”, etc., tomemos distancia y percibamos todo aquello como desde otra margen, la de América Latina.

México, porque no todo fue Octavio Paz ni todo debe ser ahora infrarrealismo o un Bukowski, no de sótano, sino de vitrina.

En español, portunhol selvagem, spanglish y un largo etcétera.

Contacto: vasinfin@gmail.com

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Por una poesía no afiliada

“[Poesía] De Dios que cayó en orgasmo. Haciéndolo para cisma”, Martín Adán

Ni política

Ni estética

Ni ética

Ni finalmente humana

Esto evitaría manipulasen a los jóvenes

No necesariamente por incautos

A considerar o equiparar a la poesía

Con la conveniencia o debilidad

Carencia u oportunismo

De sus maestros o docentes o facilitadores

O como pueda denominarse a aquellos

Que exponen sobre una pizarra

Con automática sonrisa

Lo que ella fuese o halla sido

La esterilidad de los profesores

Ante la poesía es  absoluta

Como la de todo individuo

Sociologizado por aquí

Respecto a la política

Frente al resto de siglo que nos queda

 

© Pedro Granados, 2023

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Para mi hermano Mark*/ Alan Smith Soto

Octubre

Rama de viento, herrumbre enajenada,

las hojas, no pudiendo contenerse,

no se contienen, para perderse

en una gran memoria desatada.

 

Pronto la noche anuncia su llegada

con pálidos celajes, horas verdes,

desorientadas por su propia muerte;

ya Venus brilla encima de la nada.

 

¿Será posible tanta fiel costumbre,

si la misma costumbre de la vida

por alguna razón incomprensible

 

ahora no te atañe? Rauda lumbre,

tu sonrisa; tu sabia despedida,

tu abrazo ya de alas inasibles.

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