“Una encuesta cobarde” [RESULTADOS ANTOLOGÍA CONSULTADA DE LA POESÍA PERUANA 1968-2008], de “resultados anticientíficos e interesados”, hecha por “la Banda de los Cuatro”, utilizando a “auténticos (y supuestos) estudiosos, poetas, profesores, recensionistas en los medios”, que son casi todos “amigos personales de los antologadores”, y más precisamente, “la clase de amigos que tiene la Banda de los Cuatro”, de una clase tal “que conocen nombres pero no libros”, y que, previsiblemente “votaron por los poetas más mencionados en los medios”, de manera que dejaron fuera a poetas valiosos para incluir “con grosera patería, a poetas de absoluta falta de calidad y hasta de continuidad (suman decenas)” [*].
Si los consultados y los poetas de esta Antología consultada (esa “desvergüenza literaria”) podemos desde ahora mismo hacernos una cruz, qué decir de los responsables de la encuesta, la famosa Banda, uno de los cuales, López Degregori, fue advertido de no incluir a los firmantes en la antología, “a riesgo de ser denunciado judicialmente”. Aun así, la Banda se tomó el trabajo de la consulta y corrió los riesgos judiciales en cuestión con el objetivo de “promocionar” a Carlos López Degregori, el “cabecilla de la Banda”.
Sólo una cosa que aportar a esta crítica de Mora y Pimentel (una sola, porque no opinaré sobre su uso del gerundio): en España somos mucho más prácticos. Esperamos a tener en disputa algún beneficio o hasta prebenda, no sé, una fundación, una plaza de catedrático, un puesto de algo, la representatividad en el panorama literario, la exclusividad en las iniciativas, la venganza, la autopromoción, la fama, la gloria, algo. Sólo entonces accedemos a sacarnos los ojos con la misma saña. Pero en este caso se diría que la saña es por la poesía, por un canon alternativo, por la honradez en las encuestas, por la verdad. Qué admirable.
Y es que seguramente no se han dado cuenta: ¡pero si es una antología! Un punto de vista, una mirada sociológica, un canon más, con la diferencia de que dispersa un poco las consabidas capillitas, las hace menos compactas, menos conchabadas, aunque suma los gustos y disgustos, los desconocimientos y los conocimientos de los consultados. Con los mismos errores y los mismos aciertos que otras. Qué bien si se la discute y se le contraponen otras posibilidades. Pero, ¿a qué viene tanta sangre?
[*] Texto de Tulio Mora y Jorge Pimentel que tiene su réplica –y contra réplica– sucesivamente aquí:
A PROPÓSITO DE LA INFAMANTE “CARTA ABIERTA” DE TULIO MORA Y JORGE PIMENTEL
BALADA DE LA CUATRINKA QUE SE DISPARA A LOS PIES (O POR FAVOR VOTEN POR MÍ)
MANIFIESTO de Vladimir Herrera:
“Los años sin escusa” (A propósito de la Antología Consultada de la Poesía Peruana 1968-2008)