CÉSAR VALLEJO O LA ESCRITURA DE COMBATE. MADRID, 1931/ José Luis Corazón Ardura

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El abandono de una poesía relacionada con lo religioso, lo divino o Dios en Vallejo fue uno de los aspectos fundamentales que sostuvo la parte más importante de los libros poéticos publicados en vida, realizada en su primera juventud. Si bien podría relacionarse su posición existencial con aquel que fuera abandonado por Dios, no debería extrañar el contraste de su paso político en los escritos que publicó en Madrid durante su estancia madrileña en 1931. Pero resulta que esa relación de Vallejo con lo divino es fundamental para comprender su literatura porque precisamente ese aparente ateísmo propio de aquel que se ha separado de lo divino a través del rechazo es lo que va a cimentar su profundización en los aspectos más políticos de su peculiar marxismo.

Podría relacionarse su transformación con la situación de Walter Benjamin, al tratar de aunar un pensamiento de izquierdas con cierto misticismo judío en una expulsión social que le llevaría a mostrar de una manera heterodoxa la situación crítica de la primera mitad del siglo XX.

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José Luis Corazón Ardura (Madrid, 1973). Doctor en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid (2005) Jefe de redacción de la revista Sublime arte + cultura contemporánea (sublimeart.net). Es Profesor de Filosofía de Educación Secundaria. Ha colaborado en diversas publicaciones como Microfisuras, Contrastes o La alegría de los naufragios. Ha formado parte del IV Foro Internacional de expertos en arte contemporáneo (ARCO’ 06) Escritor y comisario de exposiciones.

Puntuación: 5 / Votos: 3

Comentarios

  1. Miguel Pachas Almeyda escribió:

    Creo que en Vallejo, un hombre nacido en un hogar sumamente religioso, se dio aquello que podría tener relación con ésta frase: "Para llegar al hombre mismo, debo alejarme de Dios". Sin embargo, tal como afirma José Luís Corazón, ese aparente ateísmo permitió la cimentación de su marxismo heterodoxo, posición que no le impidió en la postrimería de su vida conciliarse con lo divino, cuando hizo que escribiera a Georgette: "Cualquiera que sea la causa que tenga que defender ante Dios, más allá de la muerte, tengo un defensor: Dios".

    Gracias Pedrito por colgar este interesante artículo. Un abrazo.

    Miguel Pachas Almeyda

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