Tiene alrededor de veinte años en el oficio de escribir y ya varios poemarios publicados. Es capaz de romper, de un solo martillazo, la más firme y bien contorneada maceta y hacer que retornen, flores y plantas, al campo abierto. Leer y escucharla leer su poesía es un verdadero consuelo entre tantísima estéril sabiduría. La suerte me halló preparado para su rabiosa arremetida, aquella que dura lo que canta un solo gallo. Me bailaría un tango malevo con ella; o mejor, si no sabe le enseñaría, una bachata de talones clavados sobre la arena, la tierra, el polvo de aquella tan marginada ciudad, resulta exactamente lo mismo. P.G.